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JUNTA DIRECTIVA DEL INSTITUTO HISTORICO DEL PERU

Presidente:

Dr. Luis Alayza y Paz Soldán

Primer Vicepresidente:

Dr. Luis E. Valcárcel

Segundo Vicepresidente:

Cnl. Manuel C. Bonilla

Tesorero:

Dr. Horacio H. Urteaga

Secretario:

Dr. Evaristo San Cristóbal

Prosecretario:

Dr. Alberto Tauro

Inspector del Archivo Nacional:

Sr. Manuel Moreyna P. S.

Comisión de Redacción de la Revista.

Dr. Luis Alayza y Paz Soldán

Dr. Luis E. Valcárcel

Sr. Manuel Moreyra P. S.

Organo del Instituto Histórico del Perú

TOMO XVIII

ENTREGA I

Lima, Perú

1949

El Instituto Histórico no es responsable de las opiniones-vertidas por los autores de los trabajos publicados en su Revista.

ISLAS DEL PERU

16 v118-19

Por LUIS ALAYZA Y PAZ SOLDAN

Nadie se ha preocupado de estudiar con detenimiento nuestras islas del Océano Pacífico. Apenas si los arqueólogos hablan de ellas incidentalmente, y algunos naturalistas se ocupan del guano de las aves marinas que se deposita siglo tras siglo, en las islas; pero tan sólo para tratar de lo que dicho producto representa para la agricultura y economía nacional. Esta desatendencia no tiene explicación ni excusa. Para el geógrafo y el geólogo, cualquier accidente geográfico es de importancia, como para el naturalista la planta, el alga o el hongo más pequeño; nuestras islas la tienen, y enorme, para la teoría de la formación del Continente y de las transformaciones que sufrió en la edad geológica. por su fauna y por su flora y bajo muchos otros aspectos.

El genial sabio Alejandro von Humboldt, observador que parece haberse elevado en el espacio a gran altura, como magnifico cometa. para disfrutar la visión panorámica del mundo y describir la Cordillera de los Andes en las Américas, observa al contemplarla en el Perú, que ella sigue las curvas del litoral peruano, (1) fenómeno en el que hace

(1).—“Todo el macizo, dice Humboldt, de las cordilleras de Chile y del Alto Perú, desde el estrecho de Magallanes hasta el paralelo del puerto de Arica (189 28' 35"), está dirigido del Sur a Norte, a manera de un meridiano, a lo más N. 5E.; pero desde el pa-. ralelo de Arica, las costas y las dos cordilleras al Este y al Oeste del lago alpino del Titicaca, cambian de repente de dirección e inclinan hacia el NE. Las cordilleras del Ancuma (?) y de Moquegua y el valle longitudinal o, por mejor decir, el valle del Titicaca que ellas encierran, están dirigidas N.42 O. Los dos ramales se reúnen de nuevo más a lo lejos en el nudo o montañas del Cuzco, y desde entonces la dirección se hace N. 80 Oeste. Este nudo cuya altura inclina al NE., ofrece, por consiguiente, un verdadero codo, caso dirigido del Este al Oeste, de suerte que la parte de los Andes al Norte de Castrovirreina está reculada hacia el Oeste más de 240,000 toesas. Un fenómeno geológico tan extraordinario recuerda la variación del paso de las vetas, y particularmente, la disposición de dos partes de la cadena de Pirineos, paralelas entre sí y unidas por un codo casi rectangular de 1,600 toesas de largo, junto a dos manantiales del Garona; pero en los Andes, los ejes de la cadena al Sur y al Norte del codo, no conservan paralelismo. Al Norte de Castrovirreina y de Andahuaylas (L. 149), la dirección es N. 22 O. cuando el Sur es de 159 N. 42 O.: las inflexiones de la costa siguen las mismas mutaciones. El litoral, separado de la Cordillera por una llanura de 15 leguas de ancho, se dirige, así como la Cordillera de Copiapó a Arica en los 279 y medio y 189 y medio de lattiud N.5E.; de Arica a Pisco entre los 18 y 14o de latitud primero N. 42 0., después N. 65 0.; de Pisco a Trujillo entre los 140 y 89 de lat. N. 27 0. Este paralelismo entre la costa y la cordillera de los Andes es un fenómeno tanto más digno de atención, cuanto que se encuentra repetido en muchas partes del globo, en que las montañas no forman con igualdad el litoral". (Viaje a las Regiones equinocciales del Nuevo Continente. París, 1826. P. 112).

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hincapié, como para basar después alguna teoría; pero, con todo, su mirada de águila no se posa en este cordón de islas, que a primera vista muéstranse como picos altos de una cordillera sumergida en el mar, y que como los Andes, es paralelo a la Costa.

Hipólito Unanue (2) hace una descripción sintética de la superficie del Perú de su época, la que "debe medirse en los grados de latitud. Abraza veintitrés grados y medio entre Cabo Palmar, en los confines de Pasto y Morro Moreno, en los del reino de Chile", y toma por su anchura entre los 2979 y los 310o de longitud, con arreglo al meridiano de Tenerife; y a continuación se expresa así:

"Por la descripción que vamos haciendo se conoce que el Perú no es otra cosa que dos cordilleras, que por las faldas con que se reúnen forman la sierra, y por sus lados opuestos, la una compone las montañas de los Andes y la otra de la Costa. Si la división se ha de tomar de la dirección de los cerros, dividiendo un mundo alto y' bajo, según la idea del señor Ulloa (Notice American), las montañas pertenecen a éste; pero si los caracteres distintivos han de salir de las calidades del terreno y clima, debe el Perú dividirse en tres partes, como lo ejecuta el P. Acosta. (Hist. Natural P. 75) la. montañas de los Andes; 2a., la sierra; 3a., la costa o llanos. Caracteres de la primera: lluvia continua, montes espesos, temperamento cálido... De la segunda: estaciones arregladas, meteoros... De la tercera: sequedad, temple de primavera. Pues el principal fin de la división es el orden y claridad del discurso, procuraremos conservar uno y otro adoptando la primera; aunque por mundo bajo sólo hemos pintado la costa, precisados del tiempo, al descender al examen particular haremos las secciones correspondientes".

Y, en efecto, al hacer estas secciones, precisa el punto así:

"Las divisiones colaterales, arregladas no a las miserables ideas de los hombrs, sino a los planes infinitamente sabios del Creador, siguen la dirección de los valles que las componen, y con soberbios pórticos separan al oriente y occidente en los atrios espaciosos que le forman, por allá las fértiles llanuras de las Amazonas, y por acá las costas y el Océano". (3)

Pero, como todos los geógrafos de su época, Unanue no menciona nuestras islas del Pacífico.

José Joaquín de Larriva en su "Geografía Universal", obra escrita a mitad del siglo pasado, se ocupa del Perú en las tres secciones: "Geografía Física", "Geografía Política" y "Geografía Histórica". En la prime ra de ella trata, en sendos rubros, de mares, puertos, ríos, etc., sin alusión alguna a las islas. En la misma omisión incurre el eminente geógrafo aragonés Cosme Bueno, nacido en 1730, quien llegó al Perú antes de cumplir 20 años y comenzó a estudiar la medicina; en 1758 era ca. tedrático de Matemáticas y Cosmógrafo Mayor del Reino y, finalmente, autor de una "Descripción" de las Provincias Pertenecientes a los diversos Arzobispados de la Colonia, a la que el no menos ilustre doctor Gabriel Moreno califica de "preciosa y original Geografía del Perú". (Col. de Documentos Literarios del Perú. Odriozola. T. II. P. 7). Describe

Barcelona 1914, T. II.

(2). Obras Científicas del Dr. J. Hipólito Unanue.
(3).—Origen y Desarrollo de las Civilizaciones Prehistóricas Andínas.

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