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tar las experiencias que la realidad le ofreciera en otros horizontes y paliar, así, el indudable desconcierto de su ánimo.

A bordo del vapor Limari zarpó, con destino a Europa, el 11 de febrero de 1901; siguió hacia Oriente, en cuyos fastos había sorprendido temas cautivantes; visitó Constantinopla y El Cairo, Jerusalén, Calcuta y Kioto; al iniciarse el año 1903 se hallaba en Iquitos, satisfaciendo su deseo de contemplar los esplendores de la naturaleza que el hombre no dominaba aún; y luego se trasladó a España. En Madrid dió a la estampa las Páginas de mi álbum (1903), recopilación de cuentos, en los cuales se denota cuán versátiles fueron entonces sus afinidades, pues en ellos se superponen influencias y modalidades provenientes del realismo, el naturalismo y el modernismo. Pasó a la cara Lutecia, donde siguió los cursos literarios de la Sorbona. Y en agosto de 1905 puso callado término a su periplo.

Como lo más preciado de su equipaje, José Antonio Román contaba "unos cuantos volúmenes y algunos cuadernos con apuntaciones". En éstas se hallaban a la sazón los recuerdos de viaje que después habría de verter en un libro y los cuadros fundamentales de una novela. Ambos proyectos ocuparon sus atención, pero en silencio, pues inmediatamente reanudó en Lima el ejercicio de la abogacía. Su insólita omisión de todo alarde verbal sobre la acuciosa o displicente observación de lejanas tierras, hubo de sorprender a sus amigos de la bohemia finisecular, y-según reveladora calificación de Domingo Martínez Luján (5)- fué visto como un "peregrino sin nostalgias":

Román viene de darle una vuelta al mundo, y hasta ahora que yo sepa, ni él ha dicho nada ni nada han dicho de él.... Hay que ser lógico y no ocuparse en Román ni siquiera para estimularle; hay que ser lógico y no ocuparse en las Páginas de mi álbum, ni siquiera para censurarlas; hay que ser lógico y no preguntarle qué piensa hacer de las ideas que vienen con él desde las universidades ultramarinas, con los sentimientos que vienen acompa◄ ñándole en caravana silenciosa, desde donde la Naturaleza derramó el Nilo como una lágrima de dolor...

Consagróse a los deberes que le imponía el foro; en 1912 optó en la Universidad Mayor de San Marcos el grado de Doctor en Derecho, que la Ley No 906 acordó otorgar a los abogados que hubiesen seguido estudios doctorales en cualquier facultad; y, fuera por atender intereses personales, fuera por obedecer al imperio de una entrañable afección al suelo natal, encaminóse hacia Iquique.

Instaló su bufete en esa ciudad, con aparente propósito de establecerse en ella. Pero jamás calló su adhesión al Perú, ni su protesta por las

(5). Cf. La pobre verdad. En El Lucero: No 111; Lima, 26- VIII-1905.

depredaciones de que eran víctimas los peruanos, y malévolamente fué motejado por las autoridades como espía y conspirador. Un buen día se proyectó la insolencia de una poblada contra el inerme y enteco "cholo Román", y, tras una cobarde golpeadura, le fué propinado un involuntario baño de mar (6). Nuevamente hubo de emigar. Primero pasó a Brasil y luego a España. Murió en Barcelona tal vez a consecuencia de las lesiones que se le infligieron—, durante el cálido mes de julio del año 1920.

José Antonio Román publicó: Enrique Ibsen y su teatro (Lima, 1895), Páginas de mi álbum (Madrid, 1903), Almas inquietas (Barcelona, 1914?), Sensaciones de Oriente (Barcelona, 1917) y Fracaso (Barcelona, 1918).

ALBERTO TAURO.

(6). Cf. Cholicalíptica. En El Roto Chileno: No 1; Iquique, 11-VIII-1919.

Notas sobre la "Miscelánea Austral” de Diego Dávalos y Figueroa

Por LUIS JAIME CISNEROS

(Estas notas son adelanto de un libro sobre la obra de Dávalos, que aparecerá en el curso de este año)

Entiendo que ésta será la primera descripción completa de la Miscelánea austral, reducida entre nosotros a los datos que sobre ella dieron fragmentariamente Mendiburu, Medina y Paz Soldán, entre los primeros, Luis Alberto Sánchez (con más detalle) con posterioridad, y recientemente el padre Vargas Ugarte, en artículo ahora en prensa, y a los que se registran en las biografías extranjeras, con Nicolás Antonio a la cabeza. La más aceptable resulta la descripción que el padre Rubén Vargas Ugarte acaba de hacer, aun cuando solamente se limita a dar el título completo de los coloquios, sin precisión de página como acá se da, y no obstante que incurre en el error de afirmar que Medina había ya proporcionado el índice completo de la obra.

La obra va dedicada, como es sabido, a don Luis de Velazco, Capitán General del Perú, Chile y Tierra Firme, y está fechada en La Paz, el 6 de setiembre de 1601. Del libro no se conocen en la actualidad más ejemplares que el que perteneció a Salvá, hoy en la Hispanic Society, el perteneciente al erudito ecuatoriano Jijón y Caamaño (descripto por Luis Alberto Sánchez) y los dos que hoy se guardan en la Biblioteca de Madrid (sig. R/ 3.097 y R/ 14.856).

La siguiente descripción se hace sobre el ejemplar madrileño R/ 3. 097, según un microfilm. El ejemplar ofrece algunos defectos, que salvamos confrontando la edición con las descripciones bibliográficas más autorizadas. Las descripciones conocidas son las de Conde (Catálogo, 275); Navarrete (Bibl. Marit. I, 314), calcada sobre Nicolás Antonio, que no la tuvo en sus manos; Brunet (Catál., I, 578 a); Diego Rubadán (Bibl. Heber. VI, 1027); Palau; Ternaux (Bibl. Am. 254); Gallardo (Ensayo, I, col. 317); Salvá (Catál., 445); Medina (Impr. Lima, I, 59-63). Entre nosotros, Gabriel René Moreno no la cita; la citan Mendiburu (Dic Biog.) Paz Soldán (Bibl. Per. 396); Sánchez (Bolet. Bibl. VII); Prince (Bosquejo de la lit. col. per. 388); Vargas Ugarte (Historia del Perú, Fuentes, cap. XIV; recogida ahora en su Manual de Estudios Peruanistas).

Nicolás Antonio, como dijimos, no la tuvo entre manos. Tampoco la vió Gallardo, pues como me hace reparar Lohmann Villena- la pape

leta del Ensayo está redactada por mano ajena, según lo aclara el asterisco respectivo, y es muy probable que el autor de ella fuera Sancho Rayón. Entre nuestros modernos críticos, aparte de Sánchez y Vargas Ugarte, nadie parece haberla visto, pues si es cierto que Riva Agüero hace referencia a ella en algunos estudios, especialmente en los dedicados a la Galatea y a renovar su visión sobre el padre Hojeda, cuanto dice reconoce como fuente los datos consignados más arriba, o viene tomado de la edición crítica de la obra cervantina publicada por Schevill-Bonilla, que él manejó, según es dable presumir a través de sus escritos y a través de las notas y los signos marginales que el ejemplar citado tiene en su biblioteca particular, hoy propiedad del Instituto que lleva su nombre.

Medina hace mención de la licencia del virrey (1), donde se recoge el parecer de Hojeda sobre la obra. En los ejemplares madrileños no existe la tal licencia, y no he podido obtener aún información precisa respecto de los otros dos. Pero a ella hace alusión el Soneto del doctor Hormero. Los preliminares comprenden licencia y dedicatoria, prólogo al lector y versos preliminares, con fe de erratas inclusive. Insumen veintidós folios (recto y verso); cuarenta y cuatro páginas, pues, que por estar desordenadas designaremos acá con las letras a-s. Se siguen los cuarenta y cuatro coloquios, que insumen las 219 páginas del texto. Sigue el índice.

Preliminares: Portada (fol. a); en blanco (a vto.); Licencia y Censura (fol. by vto.); Dedicatoria (fol. c y ch y vto.); Al lector (d y vto); Erratas (fol. e y vto); Soneto de Cilena a Delio (fol. f,); Soneto del general Fernando de Córdova y Figueroa, a Delio y Cilena (fol. f, vto); Soneto de Diego de Carvajal, Correo Mayor de los Reynos del Pirú, a Delio y Cilena (fol. g); Soneto del mismo Diego de Carvajal (fol. g. vto); Soneto del almirante Lorenzo Fernández de Heredia (fol. h); Soneto del Dr. Francisco de Sosa, Catedrático de Prima de Cánones de la Universidad de los Reyes (fol. h, vto); Soneto del Dr. Hormero, en razón de la censura que se dió al autor (fol. i,); Soneto del Dr. Francisco de Figueroa (fol. i, vto); Soneto del Licenciado Bartholomé de Acuña Olivra (sic), Colegial Real (fol. j.); Soneto de Pedro de Oña (fol. j, vto); Canción de Pedro de Oña (fol. k,); Soneto del Licenciado Francisco Núñez de Bonilla (fol. k vto); Soneto del Licenciado Cristóbal García de Ribadeneyra (fol. 1); Del Licenciado Antonio Maldonado de Sylva, Colegial Real (fol. 1 vto); Soneto de Juan de Salcedo Villandrando (fol. 11); Soneto de Leonardo Ramírez (fol 11, vto); Soneto de un religioso grave (2) (fol. m); Otro, del mismo (fol. m, vto); Egloga de Francisco Moreno de Almaraz fols. n hasta s). Necesito aclarar que el orden en que aparecen estos preliminares en el ejemplar que manejo revela mala en

(1).—MEDINA, Imprenta en Lima, I, 59. Para describir las páginas primeras, me valgo, por eso, de Medina. (2). No intentamos ahora la identificación de este religioso grave, que puede ser Diego de Hojeda, según ciertos críticos, o que pudiera ser también, según otros. Fr. Juan de Gálvez. La misma advertencia vale para el soneto siguiente.

cuadernación, y no coincide, por lo pronto, con el del ejemplar R/14.856. Para una reconstrucción legítima, espero la confrontación con los otros ejemplares conocidos; creo, mientras tanto, que para los preliminares debemos manejarnos con cautela.

El libro se sigue así:

COLOQUIO I

COLOQUIO II

COLOQUIO III.

COLCQUIO IV

COLOQUIO V

COLOQUIO VI

COLOQUIO VII

COLOQUIO VIII

COLOQUIO IX

COLOQUIO X.

COLOQUIO XI.

COLOQUIO XII.

COLOQUIO XIII.

Donde se declara la causa de la mudanza de temples de es-
te Reino, con otros efectos que de aquí nacen. (fols. 1,
3 vto).

En que se ponen diversas definiciones, propiedades y efectos de amor. Con dos declaraciones de su ordinario dibujo y figura. (fols. 3 vto. & vto.)

En que se prosigue la declaración del dibujo de Amor y se ponen otras definiciones de filósofos con una exposición de que Amor y Cupido no son malos. (fols. 8 vto. 11).

De diversos efectos que nacen de la vehemencia y fuerza de Amor en general; y de lo que produce el amor propio. (fols. 11 15).

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Donde se concluye el Discurso pasado, mostrando los efectos de la vehemencia de Amor, con los vegetales, animales, y otras cosas, y de principal intento se descubren los bienes y males de Amor. (fols. 15 - 19 vto.)

En que acabado el comenzado intento de que el mal uso de Amor no es parte para que el se pueda decir malo, y tratan varias cosas a el concerniente. (fols. 19 vto. - 23 vto.)

Que trata de la belleza, motivo del Amor; muéstranse en lo restante del coloquio algunas curiosas dudas de Amor, con la resolución de todas ellas. (fols. 23 vto. 29 vto.)

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Donde se ponen los remedios que algunos sabios dieron al Amor, y se prueba ser de ningún valor. (fols. 29 vto. - 32). Donde se trata el origen de los Celos, la etimología de su nombre, y las definiciones y remedios a su daño, y cómo lo sienten algunas naciones, con el triunfo de los celos. (fols. 32 vto. 39 vto. Hay un error de paginación; está repetido el folio 37; el 39 vale por 37).

Donde se manifiesta la fuerza de los celos por un notable caso, y se define que cosa sean afectos con su origen, y a

su

mesmo tenor y esperanza, de la qual se ponen quatro especies; y se comienza a mostrar las señales que hay para conocer las complexiones por los efectos. (fols. 37 vto. 40 vto. Como se ve, la paginación sigue normal, sin tener en cuenta el error anterior).

Donde se prosiguen las señales, y que en el precedente coloquio se comenzaron, y se da la definición del genio, la etimología del nombre de fortuna, con algunas definiciones suyas y templos antiguos que tuvo. (fols. 41 -45).

Que trata de la inconstancia de fortuna, la fragilidad de sus dones y excelencias de la poesía, y se prueba ser para ella propia la lengua italiana que las demás. (fols. 45 - 49 vto. Hay acá otro error de paginación. Aparece repetido el fol. 45 vto.; doblado, el fol. 46).

Que trata de las excelencias de la Lengua Toscana, y opiniones que hay de ella, y se da principio a las partes que debe tener el perfecto amante. (fols. 50 - 54).

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