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todos los documentos importantes que halló y agregando interesantes noticias históricas. Hacia 1773, el Licenciado Francisco Alvarez Gato formó, con documentos originales, los Libros I, II y III. En 1781, Don Fernando de Rojas, que era Alcalde de la Ciudad, mandó formar dos índices generales de los Libros de Cabildos y de Cédulas y Provisiones, cuyos dos volúmenes se conservan hasta hoy en el archivo municipal, obra que mereció una expresiva felicitación del Visitador del Virreinato Don José Antonio de Areche.

Libros I y II.-En la sesión tenida por el Ayuntamiento de Lima el 8 de abril de 1713, el Regidor Licenciado Don Francisco Alvarez Gato hizo presente que los Libros de Cédulas y Provisiones se hallaban maltratados por el tiempo y que en el archivo del Cabildo habían muchas cédulas sueltas y faltaban otras de las que se tenía noticia. Resolvió entonces el Ayuntamiento que dicho Regidor recopilase todos los documentos que hallare y los ordenase luego. "Para su labor, leyó censuras e hizo todo lo conveniente para su cometido, y con las que hubo formó 3 Libros, forrados y entablillados, con sus números y abecedarios, para que se halle con facilidad lo que se buscare, y los costeó haciendo al Cabildo este obsequio y los presentó en 27 de Junio de 1713, para que se pongan en el archivo de la Ciudad". Don Francisco Alvarez Gato fué nombrado Regidor de Lima en el año 1712, en la vacante que dejó Don Blas de Riaño y Ayala.

Libro III.-En 19 de Setiembre de 1632 el Cabildo encargó a Antonio Román de Herrera Maldonado que, consultando los documentos del archivo de la Ciudad, que estaban desordenados en diferentes legajos, compusiera un libro en que se copiasen, en traslados autorizados, todas las cédulas, provisiones y autos relativos a la administración municipal y á la estructura legal del cuerpo concejil; los títulos, preeminencias y fueros de la ciudad; las escrituras de arrendamiento de sus propiedades inmuebles; los documentos justificativos de las rentas comunales; y el cálculo de los ingresos y egresos edilicios. A todo ello se agregaría copia de los papeles relacionados con la propia historia de la ciudad y de sus principales instituciones públicas. El objeto de la facción del libro era poder examinar con facilidad dichos papeles, para lo que el volumen tendría un índice pormenorizado. Este Libro fué concluído el 24 de Diciembre de 1633, siendo Alcaldes de la Ciudad, tanto en el momento de acordarse la iniciativa como en el de culminarla, los Capitanes Don Gabriel de Acuña Verdugo y Don Luis de Mendoza y Ribera. El primero era hijo del Oidor de la Real Audiencia de Lima doctor Don Alberto de Acuña y el segundo de Don Luis de Mendoza Mate de Luna, Gobernador que fué de Santa Cruz de la Sierra, y de Doña María Ana de Ribera y Bravo de Lagunas. El Libro III —la

más importante compilación que posee el archivo histórico de la Municipalidad de Lima- comprende, principalmente, los siguientes documen

tos:

a).—Las cédulas reales, provisiones de gobierno y autos de gobierno dictados para el Cabildo de Lima desde la fundación de la ciudad hasta el año 1633.

b). El margesí de los bienes y rentas municipales.

c). Los títulos de propiedad de los inmuebles concejiles y las escrituras de arrendamiento de ellos.

ch). Los documentos autoritativos de las rentas del Concejo.

d). Las ordenanzas vigentes para el funcionamiento de los gremios y oficios, y las relativas a la vida y administración comunales. e). Datos históricos sobre las principales instituciones públicas: políticas, civiles, religiosas y docentes; y nombres de los que las presidieron.; y

f). Diversas relaciones de importantes acontecimientos y ceremonias habidas en la ciudad.

Antonio Román de Herrera Maldonado cumplió su cometido más allá de lo previsto. Revisó y estudió minuciosamente los papeles originales del archivo; consultó los registros y protocolos de los escribanos; y vió y copió algunos interesantes documentos de propiedad particular. Tan diligente y meritísimo compilador se muestra escritor atildado y documentado en sus relaciones de fiestas y ceremonias públicas, especialmente en la dedicada a narrar la proclamación en Lima del Rey Felipe IV y el recibimiento del Virrey Marqués de Guadalcázar. Herrera Maldonado fué, por varios años, Mayordomo o Tesorero del Cabildo; donó una suma de dinero para el sostenimiento del Hospital de San Lázaro, donde se recogían los leprosos que ambulaban por la ciudad y los campos; y, posteriormente, fué designado Regidor perpetuo de la ciudad de Quito.

Libro IV.-Todos sus documentos son traslados de originales. Contiene varias ordenanzas de gremios y cédulas sobre rentas concejiles

Libro V-Años 1613 a 1621. Traslados de cédulas y provisiones. Hay incorporados algunos documentos de años anteriores. Contiene importantes disposiciones relacionadas con la creación de propiedades y rentas para el Ayuntamiento de Lima,

Libro VI.-Este Libro lleva este membrete: "Indice del tomo forrado en pergamino de las cédulas originales, de los privilegios y excempciones concedidos al Cabildo de la ciudad de Lima desde el año de 1630, que corre desde fojas 1 hasta 196”. “A la muy noble y muy leal Ciudad de los Reyes. Llegando a entender que sería del gusto de V. S. reducir las cédulas a forma y libro para que fuesen más usuales y permanentes, puse en ejecución lo más presto que pude esta obra, pues mi suerte estaba destinada a comenzar a servirle, deseosa de acertar, y cuando ésta

no correspondiese a mi afecto y ánimo, satisfaciese mi obligación, y porque no sea tan corto el efecto que manifestó el trabajo, procuré comprender lo sustancial de las cédulas que refiere el abecedario en un breve compendio, de suerte que a un mismo tiempo lograse hallar la cédula que se desea y entender lo que contiene. Dr. D. Francisco de Villena". Antecede al libro esta nota: "Director, el Sr. D. Luis de Alvo. Empezó la obra del reconocimiento de todos los Libros de Cabildos desde el viernes 20 de Mayo de 1803. El Sr. D. José Antonio de Ugarte, comisionado. El Sr. D. Valentín Huidobro, comisionado. D. Manuel Romero, amanuense. D. Mariano Ventura de Ugarte, amanuense.

Contienen este Libro, encuadernadas, numerosas cédulas y provisiones originales. El índice alfabético ha sido sustituido por uno cronológico en el presente trabajo.

Libro VII.-Contiene documentos correspondientes a años comprendidos entre 1630 y 1634. Todos traslados. La foliación no sigue un riguroso orden numérico, lo mismo que el índice original.

Libro VIII.-Documentos de los años 1615 a 1636, todos copiados o trasladados. Hay una importante provisión del Conde de Nieva sobre reducción de los pueblos de indios, antecedente a la obra realizada por el Virrey Toledo, y un cuerpo de las primitivas ordenanzas para el buen gobierno de la ciudad. Está inserto un papel, con curiosas noticias de sucesos ocurridos en España, enviado, seguramente, por el Agente del Cabildo en la Península, el que parece corresponder a los años comprendidos en las dos últimas décadas de la primera mitad del siglo XVII.

Libro IX-Traslados. Años 1638 a 1644. Contiene numerosos títulos de Regidores y Corregidores y algunas ordenanzas de gremios.

Libro XI.-Años 1653 a 1659. Traslados. Contiene títulos, ordenanzas y cédulas reales relativas al gobierno de la ciudad.

Libros XII, XIII, XIV y XV. Años 1659 a 1667; 1660 a 1676; 1660 a 1676; y 1676 a 1681. Los documentos de estos Libros son todos traslados de cédulas y provisiones.

Libro XVI.-Años 1684 a 1686. Este Libro comienza con el folio No 457 y termina en el 1018. Gran parte de sus documentos son títulos de corregidores, escribanos y familiares del Santo Oficio.

Libro XVII.-Años 1682 a 1692. Documentos relacionados con la vida administrativa de la ciudad. Tampoco se consideran en él muchos títulos.

Libro XVIII.-Años 1696 a 1705. En los folios no se hallan insertos muchos interesantes documentos que figuran en el índice.

Libros XIX, XX, XXI, XXII y XXIII.-Traslados de cédulas y provisiones.

Libro XXIV.-Años 1777 a 1785. Precedido por un índice alfabético de los documentos, que son todos traslados de cédulas y provisiones. Consta de 277 fojas. Se inicia con el edicto que publicó en Lima Don José Antonio de Areche haciendo saber su nombramiento, por cédula del año

1776, de Visitador General de todos los tribunales de justicia, cajas reales, ramos de real hacienda, propios y arbitrios del Reino del Perú, el de Chile y Provincias del Río de la Plata; y advirtiendo que su visita al virreinato la comenzaría en Lima. Don José Antonio de Areche, Caballero de la Distinguida y Real Orden de Carlos III., del Consejo de Su Majestad en el Supremo de Indias e Intendente General de Ejército fué el que formó el proceso de la revolución de Pumacahua. Conforme al ceremonial hecho por el Virrey Guirior, Areche fué saludado en Chancay por comisarios del Cabildo de Lima y lo acompañaron hasta la hacienda de Copacabana, en el valle de Carabayllo. Allí lo dejaron en compañía de Oidores de la Real Audiencia. Vino a la Capital y fué recibido por todo el cuerpo del Cabildo, la Real Audiencia y tribunales, acompañándolo en secreto hasta el Palacio de Gobierno y de allí a la casa de su hospicio. Hizo su entrada pública desde la plazuela de San Lázaro, acompañado por los tribunales, Universidad, Colegios de San Carlos y Santo Toribio, todos en coche. Llegaron, todo derecho, hasta la esquina del Correo Viejo, y, doblando hacia la derecha, fueron a la plazuela de Santo Domingo, pasando luego a la plazuela de San Agustín, y por la calle de los Plateros, hasta la esquina de la calle y lonja de Mercaderes. Quebrando sobre la derecha. llegaron a la plazuela de la Merced, desde donde tiraron para la esquina de la Coca, entrando derechamente a la calle de Bodegones, hasta llegar al Real Palacio por la puerta de la Guardia de Caballería. Hecha la etiqueta y cumplido al Virrey, el cortejo lo acompañó a su casa.

Como documento interesante se cita en este Libro la licencia que se concedió a Francisco Pineda para que pudiera él solo, durante cinco años, fabricar lentejuelas, que se acostumbraba traer de Francia. Marca ese hecho la evolución en Lima de la industria suntuaria.

Libro XXV.-Años 1785 á 1787. 270 fojas. Todos documentos trasladados. Precedido de un índice cronológico. Se inserta la nueva ordenanza para los pulperos, á base de las antiguas y completada por Francisco Serio, el que estableció el primer café en Lima, establecimientos esos que fueron propicios para las conspiraciones de fines del siglo XVIII, precursoras de la independencia. También se inserta un largo y minucioso reglamento para los abastecedores de pan de la ciudad, artículo de alimentación que había encarecido por causa de la necesidad de importar trigo de Chile.

Libro XXVI.—Años 1788 á 1798. 271 páginas. Todos traslados. Su índice alfabético ha sido reducido á cronológico. Contiene, entre otros importantes documentos, una cédula expedida á favor del Cabildo de la ciudad de Buenos Aires sobre etiquetas de aquella Real Audiencia; una provisión asignando salario al Catedrático de Anatomía Dr. Hipólito Unanue, y un oficio del gobierno sobre construcción del Anfiteatro Anatómico. Hay también un largo documento seguido por el marqués de Casares sobre la propiedad del patronato de la Capilla de San

Francisco Solano, en la Iglesia de San Francisco, y la contradicción que hace al respecto Don Diego Miguel Bravo de Rivero, documento éste muy útil para estudiar la genealogía de las familias Manrique de Lara y la de Villela y Bravo de Rivero.

Libro XXVII. Comienza en el año 1798. 382 fojas. Traslados. Documento curioso en este Libro es el relativo al uniforme que debían llevar los Regidores del Cabildo: "El uniforme que en el día usan los capitulares se compone de casaca y calzón de paño azul oscuro, chupa, solapa vuelta, collarín y forro blanco, bordado todo al canto, como expresa la muestra adjunta, que significa también el ancho del bordado, compuesto de hojas y espinas, que figuran la planta conocida comunmente en este reino con el nombre de nopal, porque diez hojas de éste tiene el escudo de armas de la ciudad (se refiere al Escudo de la ciudad de México). En el pequeño uniforme usa al canto de todo él, del galón que también es adjunto, y el botón de metal con una corona imperial é inscripción al pié de ella que dice así: Imperial Ciudad de México. Hasta el año último de 1803, el uniforme era sin solapa, la que fué concedida á este Ayuntamiento por el Virrey actual Don José de Iturrigaray, por privativa distinción entre las demás ciudades, villas y lugares del Reino de la Nueva España, de que es metrópoli". Esta descripción se contiene en una comunicación enviada desde México por Don Tomás Calderón, Oidor de México, á Don Diego Bravo de Rivero. En este mismo Libro hay tres dibujos á colores del uniforme concejil. Uno lleva este título: “Diseño del bordado que en el gran uniforme usan los Regidores de México. Todo va bordado de pasado, las venas van de canutillo liso y las espinas del nopal de canutillo viso". El otro dibujo dice: "Todo va bordado de pasado, las venas van de canutillo liso y los palitos de la lima de canutillo viso. Este dibujo que he mandado disponer aquí en esta tierra, cambiando la hoja de nopal en la de lima, que lleva este diseño, y tiene por una de sus orlas nuestra ciudad, puede adoptarse si en ello no hubiere reparo". El tercer dibujo dice: "Estos son los dibujos y la franja para el pequeño uniforme". Don Diego Miguel Bravo de Rivero, desde el pueblo de la Purísima Concepción de Canta, en 1804, envió al Cabildo de Lima los referidos diseños. El Ayuntamiento acordó adoptar la hoja de lima como respectiva á las armas de esta ciudad, y el nombre de ella en el mote del botón de metal, en lugar de la palabra México. Se inserta en este Libro una relación de las oposiciones que se hicieron para regentar la Cátedra de Clínica. Participaron en dichas oposiciones el Dr. José Vergara, el Dr. José Pezet y el Dr. Manuel Valdez. Entre los bachilleres concursantes estuvieron D. Gregorio Paredes, D. Félix Devoti (italiano, profesor de cirugía en el Hospital del Espíritu Santo), D. José María Dávila y D. José María Galindo. Se propuso para la Cátedra al Dr. José Vergara, habiendo firmado la propuesta D. José Baquíjano, D. José Silva, D. Vicente Morales y Duárez, D. Hipólito Unanue, D. Gabriel Moreno y Don Francisco Valdivieso, todos médicos ilustres de la época.

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