Rostros inmortales. Una colección de máscaras mortuorias

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Sans Soleil Ediciones, 2013 - 244 páginas

 El siglo XIX europeo dejó a las generaciones siguientes una abrumadora cantidad de máscaras mortuorias de las personalidades más destacadas de su tiempo. Pronto aparecieron los primeros estudios y reflexiones al respecto, pero no fue hasta 1926 cuando, de la mano del libro de Ernst Benkard, el tema suscitó verdadero interés entre los estudiosos de la historia del arte y otras disciplinas afines. En un principio se pensó que aquel era un fenómeno propiamente decimonónico, pero las sucesivas investigaciones comenzaron a destapar una realidad fascinante que nos remonta como mínimo al antiguo Egipto. Las máscaras mortuorias son sin duda unas piezas de gran potencia visual ya que nos muestran el rostro real, incontestable, de la muerte. Sobre todo hay algo que impresiona de modo especial tanto en estas obras como en la fotografía post-mortem: la ausencia total de una mirada. El rostro muerto, impreso en una pieza de yeso o cera, es algo más que una simple representación del difunto. Es una imagen que detiene el tiempo natural (corruptible) del cadáver, e inicia un nuevo tiempo para la memoria y recuerdo de su extinta presencia carnal entre sus allegados.

 

Contenido

Sección 1
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Sección 2
11
Sección 3
12
Sección 4
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Sección 5
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Sección 6
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Sección 7
73
Sección 8
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Sección 9
213
Sección 10
224
Sección 11
225
Sección 12
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Derechos de autor

Términos y frases comunes

Acerca del autor (2013)

Ernst Benkard (1883-1946) fue un importante historiador del arte alemán especializado, sobre todo, en el arte italiano y del norte de Europa de época renacentista y barroca. Publicó numerosas obras sobre estos temas, la mayoría de las cuales están concebidas como monografías de artistas de época moderna. Así, por ejemplo, podemos apuntar sus libros sobre Sebastiano del Piombo, Giovanni Lorenzo Bernini, Caravaggio, Andreas Schlüter, o de artistas de épocas precedentes como Giovanni Cimabue. La lista de títulos publicados por este prolífico autor es realmente amplia, pero destaca por encima de todo su curiosidad y valentía para tratar de forma monográfica un tema que hasta el momento no había sido analizado de este modo: las máscaras mortuorias. La primera edición de su famoso Rostros inmortales. Una colección de máscaras mortuorias se publicó en la editorial Frankfurter Verlags-Anstalt, obteniendo rápidamente un importante éxito, con nuevas ediciones y traducciones al inglés.

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