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andaluces, acaban de coronarse de otros inmarcesibles en las faldas del Pirineo, en las márgenes del Vidasoa; en el otro se escribieron las leyes que nos han reintegrado en los derechos que nos convenian como á hombres libres y como á españoles.

>>En efecto, levantar á la nacion de la esclavitud á la soberanía; distinguir, dividir los poderes antes mezclados y confundidos, reconocer solemne y cordialmente á la religion católica y apostólica romana por la única verdadera y la única del Estado; conservar á los reyes toda su dignidad, concediéndoles un poder sin límites para hacer el bien; dar á la escritura toda la natural libertad que deben tener los dones celestiales del pensamiento y la palabra; abolir los antiguos restos góticos del régimen feudal; nivelar los derechos y obligaciones de los españoles de ambos mundos, estos fueron los primeros pasos que dieron las córtes en su árdua y gloriosa carrera, y esas fueron las sólidas bases sobre que levantaron despues el edificio de la Constitucion, el álcázar de la libertad.

>>>Despues que las córtes nos habian proporcionado tantos bienes, aún no estaba satisfecha su sed insaciable de hacer bien. Dieron nueva y más conveniente forma á los tribunales de justicia; arreglaron el gobierno económico de las provincias; procuraron formar una constitucion para el ejército, y un plan de educacion é instruccion verdaderamente nacional de la juventud; organizaron la abatida Hacienda; simplificaron el sistema de contribuciones; y lo que no puede ni podrá nunca oirse sin admiracion, en la época de mayor pobreza y estrechez, sostuvieron, ó más bien, han creado la fé pública.

>>Finalmente, no contentas con haber roto las cadenas de los hombres, librándoles de la servidumbre y de injustos y mal calculados pechos y tributos, estendieron su liberalidad á los animales, á los montes y á las plantas, derogando ordenanzas y reglamentos contrarios al derecho de propiedad, y al mismo fin que se proponian, y á su debido tiempo cogerán el fruto de tan beneficiosas providencias la agricultura, la industria, las artes, el comercio y la navegacion.

» Los individuos del congreso han procurado mostrarse dignos de su alto puesto, no solo por las providencias que han dictado en bien de la nacion, sino tambien por la conducta grave y circunspecta que han observado interiormente. El desprendimiento general y gene

roso, y tal vez sin ejemplo, que manifestaron desde el memorable 24 de setiembre, y en que se han sostenido con la más rigurosa austeridad á pesar de las pruebas en que se les puso, los hará siempre apreciables para los hombres de bien. La maledicencia llamó á esa virtud hipocresía ó afectacion de generosidad. ¡Oh! ¡pluguiera Dios que todos, y especialmente esos ingratos, abrazando el mismo sistema, hubiesen contribuido, siquiera se tuviese por afectada generosidad, con parte de sus caudales para las urgencias de la patria, ó la hubiesen defendido alistándose en sus banderas!

>>Este congreso, el primero que se ha visto entre los hombres, compuesto de individuos de las cuatro partes del mundo, presenta otro punto de vista igualmente grande y generoso. Los venerables sucesores de los apóstoles, los ministros del Señor, los miembros de la primera clase del Estado, los militares, los magistrados, los simples ciudadanos, la respetable y tranquila ancianidad y la fogosa juventud, reunidos todos dia y noche por espacio de tres años, dan hoy el singular ejemplo de separarse todos en paz, todos amigos.

>>El que considere que se han agitado aquí tantos asuntos capaces de escitar todas las grandes pasiones; el que conozca que por nuestro anterior sistema no solo habian de estar en contradiccion los intereses de algunas provincias, sino tambien los de algunas clases, y que estos han tenido que ventilarse por individuos de esas mismas clases y provincias; el que reflexione cuán rudos y terribles choques debian producir multitud de ideas y proyectos que unos favorecian por creerlos conducentes á la libertad, por que todos anhelamos, y otros repugnaban creyendo que nos conducian á la servidumbre que detestamos todos; el que recuerde con cuánto calor se ha espresado el celo en aquellas augustas asambleas presididas por el espíritu de caridad y mansedumbre, y compuestas solo de personas en quienes por la edad, la dignidad y el ministerio se habia hecho un hábito la virtud y amortiguado el impetu de las pasiones; el que, finalmente, medite todos los obstáculos y acontecimientos que precedieron y acompañaron hasta hoy al Congreso nacional, y observe que son tantos los hechos de las córtes que oprimen al tiempo en que han estado congregadas; ó no sabrá conocer ni apreciar las virtudes, ó habrá de pagar el tributo de alabanza que merecen, no las

de los diputados, las de la nacion española, que no podian desmentir los que han cifrado toda su gloria en esforzarse á representarla dig

namente.

Beneméritos ciudadanos, que revestidos de la representacion nacional, estais destinados á sucedernos! Venid á consumar y perfeccionar la grande obra que dejamos en vuestras manos. Nuestro fué el honor de prepararos el camino: sea vuestra la gloria de llegar al término. Todo nos anuncia que ya se acelera el dia de la salud y libertad de la patria, y vosotros sois quizá los que el cielo ha señalado para fijar su destino. Y lo fijareis, sin más trabajo que el de no impedir ni turbar el curso de las cosas, y el de aprovechar las ventajas que ofrece la situacion política y militar de la Europa, y especialmente de España, tan distinta jah! tan distinta de aquella en que las presentes córtes se instalaron.

>>Entonces, conmovidas y vacilantes todas las columnas del edificio social, encontraron casi disuelto el Estado; vosotros lo encontrais constituido ya sobre bases sólidas y firmes: ardiente era entonces el entusiasmo español, pero esta llama se habria amortiguado luego que los pueblos hubiesen advertido que, subsistiendo las antiguas leyes y los antiguos abusos del poder, el inestimable sacrificio de sus vidas se daba por la vana idea de no mudar el nombre de sus opresores; al presente esa llama patriótica será duradera, inestinguible, porque los pueblos pelean ya y vencen ó mueren por unas benéficas instituciones, por una verdadera patria, y por el bien real de su independencia.

>>Entonces casi toda la Europa estaba ocupada y oprimida; casi no existia la patria mas que en el corazon de los españoles, y los enemigos nos amenazaban hasta en las puertas de Cádiz; ahora casi todo está libre, y amenazamos á los enemigos en sus mismas fronteras.

>>Tenemos hoy con potencias poderosas, alianzas de que antes carecíamos; y nuestros antiguos amigos, hallándose por nuestra constancia en mejor situacion, contribuyen más eficazmente á nuestra libertad. Tropas sicilianas lidian con nosotros: el numeroso y aguerrido ejército portugués se ha cubierto de gloria en nuestros campos: la grande y generosa Inglaterra ve á sus hijos coronados de

laureles españoles que no se marchitarán nunca, y además de los poderosos auxilios que presta á la causa comun, tiene la fortuna y la gloria de haber dado al siempre invicto Wellington, al inmortal caudillo de los ejércitos aliados siempre triunfadores.

>>Entonces todo el Norte estaba adormecido; ahora el magnánimo sucesor de Catalina ha abatido y destrozado más de una vez las altivas águilas francesas, y á su ejemplo se han levantado tambien los sucesores de Gustavo y de Federico. El Austria, parece que revistiéndose de su antigua dignidad y desdeñando pactos indecorosos, se decide ya por la causa de las naciones, por la del género hu

mano.

>>Tenemos hoy un millon de enemigos menos que entonces, y los que restan nos son menos temibles por la fuerza moral que hemos ganado y que ellos han perdido. Teníamos un gobierno que por su vacilante y mal entendida autoridad no era el que convenia en aquellas circunstancias; y vosotros encontrareis uno compuesto de personas que por su moderacion, su virtud y su amor al sistema que han establecido las córtes, en bien de los pueblos, puede hacer su felicidad.

>>Desvelaos ¡oh beneméritos herederos de nuestro honor y de nuestros trabajos! para que no se malogren circunstancias tan favorables. En vosotros están fundadas todas las esperanzas del pueblo español; y no, no engañareis las esperanzas de este pueblo tan grande, tan virtuoso y tan digno de ser feliz. Conservad ileso el sagrado y querido depósito de la constitucion que os legamos y encomendamos con el mayor encarecimiento. Ella hace las delicias de los españoles que la recibieron con el sacramento más voluntario y más solemne.

>>Velad cuidadosamente en su observancia, pues ella solo puede mantener siempre vivo el fuego del amor patrio, ella solo puede ser el íris de paz en las crudas tempestades que agitan á la desgraciada América, y ella sola será el lazo que una y estreche cordialmente á todos los hermanos de esta inmensa y virtuosa familia.

>>Pero estos votos que forma la nacion por su prosperidad, van intimamente mezclados con otros no menos ardientes y sinceros por el más amado de sus reyes, por el inocente y desgraciado Fernando

de Borbon. Y si aun en la época de la esclavitud este amable príncipe era el ídolo de los pueblos, y todos esperaban que romperia sus cadenas con mano fuerte en el dia de su poder, ¿cuáles no serán hoy nuestros deseos de verle libre en medio de nosotros, y cuáles nuestras esperanzas de que hará la felicidad de sus pueblos cuando se le ha oido clamar por la reunion de córtes, que son el baluarte de la libertad española, cuando ha sentido el peso de la persecucion y de la desgracia, y cuando para hacer el bien no encontraba ya los obstáculos que en otro tiempo le habrían puesto el interés de los que vivian en el desórden, la fuerza de la costumbre y el ejemplo respetable de sus antecesores?

>>¡Oh! ¡Quiera el cielo cumplir cuanto antes tan justas esperanzas, y aceptando el largo sacrificio de nuestra sangre, escuchar propiciamente los votos que resuenan dia y noche en las plazas públicas, en nuestras paredes domésticas, en nuestros santos templos, y en el augusto techo del congreso nacional!

>>Podamos verlo con nuestros mismos ojos en el seno de su gran familia, y pueda con sus mismos oidos oirse llamar el padre y el amigo de sus pueblos.

>>Y vosotros, dignos y generosos representantes del pueblo español, ¡gloriaos de vuestros trabajos y de vuestros afanes! Los aplausos de las naciones, el parabien de los buenos, las murmuraciones de las malos, y la indignacion de la envidia, ese es vuestro elogio. El amor y la gratitud de los españoles es vuestra recompensa.

>>Sin embargo, yo os diria que llegado el momento de separarnos se os preparaban males y persecuciones, porque esa es de ordinario sobre la tierra la suerte de los que, desarraigando los abusos, promueven el bien y la virtud. Pero no: nuestra singular y gloriosa revolucion ha devuelto á los españoles su antiguo carácter y sus primeras virtudes; y yo os anuncio que por do quiera ireis recogiendo la rica mies de las bendiciones de vuestros conciudadanos.

>>Id, pues, á instruirles de los beneficios que les prepara la Constitucion; decidles como queda pura, íntegra, ilesa la religion de sus padres; fijad su opinion, si se hubiese estraviado; y á aquellos pueblos que aun se hallan disidentes porque no conocen los deseos y verdaderas intenciones del congreso nacional, decidles que los mayores ene

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