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la nacion queda sumamente agradecida á los favores que le ha merecido en su gobierno; en recompensa le declara benemérito de la patria, le erige estátuas y toda especie de monumentos que perpetúen entre los españoles su memoria....» Señor, ¿á dónde vamos á parar? Delirios de esta especie no son para distraer á las córtes españolas.

>>>Cuando no otras razones, bastaba el respeto á lo moralidad de la nacion, al decoro debido á la persona del rey, para que, mientras exista, no se hiciera en el congreso proposicion semejante. Yo no estoy acostumbrado á hacer más que un solo reconocimiento y juramento que se nos ha exigido con toda solemnidad el dia de nuestra instalacion; y el congreso debe mirar como una ocasion próxima de prevaricar lo que se pide en la proposicion.

>>>Por otra parte, ya que se intenta probar nuestra constancia, ¿cómo no se presenta un aliciente que pueda disculpar la tentacion si cayésemos en ella? ¿Cuál es el príncipe destinado para salvarnos? ¿Cómo no se nos manifiestan sus cualidades personales para que veamos si podemos oponer á nuestro enemigo un adversario capaz de vencerle y rescatarnos? ¿Cuáles sus recursos pecuniarios, sus fuerzas de mar y tierra, sus títulos, en fin, que le hagan acreedor á la confianza nacional? ¡Ah señor! yo veo, por desgracia, que los príncipes de Europa, á que puede aludir la proposicion, se hallan en situacion muy diferente de la que era necesario para que se adoptase. Esta insinuacion, al paso que no puede ofender á determinada persona, es más que suficiente para pulverizar un proyecto fundado en una verdadera quimera. Pero, señor, si el regente fuese desgraciado, ¡qué de males no acarrearia sobre nosotros la proposicion!

»Nótese que entre otras cosas pide que se den á la regencia, que propone, las mismas facultades que concede al rey la Constitucion. Entre ellas se comprende el terrible derecho de la paz, de la guerra y de los tratados. Esta guerra, señor, es nacional. Setenta batallas perdidas solo han servido para convertirnos en potencia militar. Adoptada la proposicion, la guerra, como demostraré bien pronto, pasaria á ser guerra de gabinete; y en tal caso un desastre, una derrota produciria los mismos resultados que la batalla de Jena ó la de Wagran. El que desconozca estas verdades es incapaz de escarmiento.

No pasaria mucho tiempo sin que la nacion viese otros tratados como el de Fontainebleau.

>>Señor, seamos circunspectos, seamos suspicaces, conozcamos alguna vez á nuestro enemigo; el estado de la Europa y las miras de los que meditan nuestra destruccion, sin que para ello sea necesario recurrir á lo que pensaba Napoleon hace catorce años, cuando era general en Italia, cuya política se nos ha querido como descubrir el otro dia: política que nunca fué un misterio para los que quisieron penetrarla, y que por desgracia solo parece que fué desconocida de los que tuvieron en su mano prevenir lo que tan á costa suya ha aprendido la nacion.

>>El éxito inevitable del gobierno de un príncipe estraño y desgraciado, revestido de las facultades que pide la proposicion, especialmente antes que el sistema constitucional se consolide y que los principios de libertad é independencia se arraiguen en el corazon de los españoles, seria la ruina de la patria. Basta solo ver lo que ha sucedido á tantos estados de Europa, cuyos soberanos debian preferir mil muertes á la humillacion de rendirse á un enemigo tan vil y tan perverso; pero vuelvo á decir que sobre este punto no debo estender

me más.

>>Todavía me falta contestar á otro argumento del preámbulo en que se supone que la regencia de España no será respetada de las potencias estranjeras mientras no vean á su frente una persona real. Yo me atrevo á asegurar que solo la mala fé y la doblez de un gabinete, podria alegar este pretesto para cubrir sus miras hostiles con una razon tan frívola y aun tan ridícula. Las potencias que deseen nuestra amistad la solicitarán por la conveniencia y por el interés que les ofrezca una nacion grande, leal y generosa, no porque se halle accidentalmente en su gobierno un príncipe à quien jamás podrian considerar como permanente, sin concebir por el mismo hecho ideas poco ventajosas á la estabilidad y legitimidad de este mismo gobierno. Además las potencias estranjeras observarian con mucha atencion su conducta, y si no correspondiese á la espectacion pública; si conociesen que la nacion no estaba satisfecha de sus procedimientos, la persona real no seria capaz de suplir por sí sola la confianza á que no se hacia acreedor su gobierno.

>>> Las naciones amigas y aliadas estiman demasiado el precio de la independencia, para que desconozcan estas y otras muchas razones que yo podria esforzar. La costosa leccion de los gobiernos que entraron en las coaliciones les ha hecho conocer cuanto debe esperarse de una guerra nacional, dirigida por principios de verdadera libertad. Tienen innumerables testimonios de la lealtad de los españoles; de su perseverancia en las resoluciones; de su solemne declaracion en el dia 24 de setiembre, en el que sancionaron libre y espontáneamente una monarquía hereditaria, proclamando y jurando de nuevo por su rey al señor D. Fernando VII y sus legítimos sucesores, sin que puedan ignorar que todo esto acaba de adquirir nueva firmeza por la ley fundamental que está sancionada en el congreso. Así que, señor, este miserable subterfugio, que solo puede dar recelos á ineptos ó cobardes, queda deshecho en humo.

>> Conviene que examinemos ahora la proposicion con respecto al influjo, que, por decirlo así, puede tener en nuestros asuntos domésticos. Mas há de tres meses que se han visto por el congreso documentos auténticos que manifiestan una abierta guerra contra la libertad de la nacion, declarada y sostenida por los que solo pueden prosperar bajo el sistema arbitrario. Sus disfraces, sus ardides, sus proyectos todos, todos han sido desbaratados en diferentes ocasiones. Pero adheridos á un sistema á que no saben renunciar, se reunen de contínuo y vuelven de nuevo á la carga. Las discusiones del congreso sobre los principios en que estriba el proyecto de Constitucion han dado un golpe mortal al régimen arbitrario. La nacion ha reconocido sus derechos, las luces cunden, y el espíritu público se difunde por todas las clases ganando de dia en dia nuevos defensores de la libertad nacional. Oponerse de frente á su progreso, no solo conocen que es inútil, sino que produce efectos contrarios. Por tanto, solo les queda un recurso: nombrar un gobierno de quien puedan esperar que jamás se plantee la Constitucion. Puesto al frente de él un príncipe estranjero ó una persona real, que necesariamente ha de desconocer los principios y verdadero objeto de nuestra lucha, por no haberse hallado en ella, les ofrece un punto de reunion en que poderse atrincherar para resistir el ímpetu de los decretos y leyes del congreso.

>>>Esta persona real, rodeada necesariamente de personas que tie

nen poca costumbre de oir las necesidades de los pueblos, de enterarse de sus sacrificios, y cuyos intereses no están íntimamente enlazados con los de todos los españoles, que no se han comprometido á defender y promover los de la comunidad, no podrán evitar que sea sorprendida y engañada por los que aborrecen la libertad. El fausto y la etiqueta de este gobierno alejará inevitablemente á los que pudieran acercarse á aconsejarle y dirigirle en la árdua empresa de salvarnos.

>>No serán los diputados de la nacion ni los verdaderos patriotas los que tengan cabida ni acceso libre á los que gobiernen. Por el contrario, la mano oculta que los persigue en todas sus operaciones, siempre que en ellas se advierte algun calor y vehemencia en favor de la buena causa, acabará de desterrarlos de todos los parajes en que puedan reclamar la libertad y derechos de la nacion. Todos los que se crean agraviados por la constitucion formarán una barrera impenetrable al rededor del gobierno. El plan de deshacer la grande obra se trazará al momento. Su ejecucion se confiará á las personas más señaladas por su oposicion á la libertad. Yo preveo todos los males de un retroceso, que miro como inseparable de lo que pide la proposicion.

>>Por poco que se haya observado no puede menos de advertirse que aun ahora que hay un gobierno creado por las córtes, revestido de una autoridad emanada de su seno, de una autoridad verdaderamente nacional, existe un desvío, una frialdad inesplicahle para con todas las personas que han promovido y cooperado de buena fé á la revolucion. Esta observacion es cierta, y solo el iluso puede desconocerla. Pues si tal sucede en el dia, ¿qué podemos esperar instalado el gobierno como pide la proposicion? Disueltas las córtès dentro de un mes, diferida la convocacion de las ordinarias hasta el año 13, ¿qué? Un trastorno general antes de pocos meses. Sí, señor, tal vez no pasará uno sin que la nacion viese revocado el decreto de 24 de setiembre, abolida la libertad de imprenta, derogado el decreto de señoríos, anulada la constitucion, proscrita la institucion de cortes, acusados, encarcelados y perseguidos los diputados de este congreso; en una palabra, dada la señal de una guerra civil y entregada la nacion á sí misma. Sí, señor, á sí misma, porque un pueblo valiente

y generoso puede ser sorprendido por una conjuracion ó una trama; pero jamás subyugado por los enemigos de su libertad.

>>Tal seria, señor, el resultado de una proposicion adoptada con poco acuerdo, de una proposicion que presentada bajo el seductor aliciente de autorizar al gobierno y hacerle más respetable, envuelve todos los elementos de nuestra destruccion.

>>>Yo fatigo al congreso con estenderme más en una materia en que basta solo hacer indicaciones. Por lo mismo no hallo medio más propio para contrarestar la funesta tendencia de este escrito, que oponer å las proposiciones que contiene otras enteramente contrarias. Sí, señor, este es el caso en que contraria contrariis curantur.

»>Yo sé, señor, que estas proposiciones darán motivo á que se alce el grito contra mí. En hora buena; me resigno á todo. Yo propongo que no se disuelva el congreso hasta que haya provisto á todo lo que sea necesario para que el gobierno pueda salvarnos. Si, señor, yo lo propongo. Llámeseme, si se quiere, ambicioso. Yo lo soy; pero no de perpetuarme en un cargo que me abruma, que no tiene el atractivo que afectan atribuirle los enemigos de esta institucion.

>> Yo anhelo más que nadie, si se quiere, por poder contribuir, aunque sea en un ápice, á la libertad de mi patria. No tengo otro objeto ni otras miras. Fortalecido con el sentimiento íntimo de mi conciencia, yo, yo pido al congreso que no se disuelva hasta ver asegurada la ejecucion de la constitucion.

>>>Para ello pido con el señor diputado Vera que se forme á la mayor brevedad un gobierno correspondiente, pero sin persona real. Que en seguida se nombre el Consejo de Estado y el Tribunal Supremo de Justicia, compuestos de personas amantes de la constitucion, sinceramente dispuestas á sostenerla y á sacrificarse por la libertad de su patria; personas que en vez de tramar conjuraciones para restablecer el sistema arbitrario que nos ha perdido, se dirijan por los principios de justicia, de libertad y de verdadera política; finalmente, personas que estén íntimamente convencidas de que solo la Constitucion, de donde emana su autoridad, puede legitimar sus providencias, hacerlas obedecer y respetar. Pido tambien que se espida, sin pérdida de momento, la convocatoria para las futuras córtes, sin que bajo de ningun pretesto pueda dejarse al gobierno este encargo. De la misma

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