HISTORIA GENERAL DE ESPAÑA COMPUESTA, ENMENDADA Y AÑADIDA POR EL PADRE JUAN DE MARIANA, ilustrada con notas históricas y críticas, y nuevas POR EL DOCTOR DON JOSÉ SABAU Y BLANCO, CANÓNIGO DE LA SANTA IGLESIA METROPOLITANA DE FH 3144-8 DE MA BITNOTECA STROS CON SUPERIOR PERMISO. MADRID MDCCCXIX. EN LA IMPRENTA DE D. LEONARDO NUÑEZ DE VARGAS, I PREFACIO DEL EDITOR. Ni Tinguna sociedad política puede subsistir mu cho tiempo si los individuos que la componen no contribuyen con sus fuerzas y bienes para mantener la tranquilidad interior y defenderla de los enemigos exteriores. Para este fin es preciso que haya un Soberano que pueda disponer de esta fuerza pública y de estos bienes. Quando digo un Soberano hablo de una sola cabeza que sea el centro comun, en el qual se reunan los intereses de las diferentes clases de ciudadanos sin confundirse, y que por el suyo propio deba protegerlos, conservar sus derechos, y el equilibrio que el órden esencial de las sociedades ha establecido en cada uno de ellos para su utilidad mútua. La tranquilidad interior depende de la observancia de las leyes, las quales se desprecian sino hay una fuerza superior que esté siempre pronta para castigar los transgresores. Por la misma se impide à los enemigos exteriores que acometan el estado, ò se castigan y vengan las injurias que le hayan hecho. Resulta de todo esto que el Soberano que debe velar para la conservacion de la seguridad y tranquilidad pública, à lo qual está esencialmente obligado por la naturaleza de la soberanía, debe por la misma razon tener derecho para usar de todos aquellos medios sin los quales no se puede conseguir este fin. Y así no se puede dudar que el poder ò la facultad de dar leyes à la sociedad política, de hacer la paz y la guerra, y la de levantar tropa, son |