Imágenes de páginas
PDF
EPUB

12 D. Eernando Infante de

en África: su e

Logio.

contra él, mas por estar falto de fuerzas se huyó al reyno de Murcia; allí Alonso Faxardo Adelantado de Murcia, que seguia aquella parcialidad, le dió entrada en Lorca, ciudad muy fuerte en aquella comarca. Por esta via entonces escapó del peligro, y pudo comenzar nuevas práticas para recobrar la autoridad y poder que tenia ántes. Secediéron estas cosas al fin del año.

En el mismo año à cinco de Julio D. FernanPortugal fallece do tio del Rey de Portugal falleció en África : sepultáronle en la ciudad de Fez; de allí los años adelante le trasladáron à Aljubarrota entierro de sus padres. Fué hombre de costumbres santas y esclarecido por milagros: así lo dicen los Portugueses, nacion que es muy pia y muy devota, y aficionada grandemente à sus Príncipes, si bien no está canonizado. Entre otras virtudes se señaló en ser muy honesto, jamás se ensució con tocamiento de muger, ninguna mentira dixo en su vida, tuvo muy ardiente piedad para con Dios. Estas virtudes tenian puesto en admiracion à Lazeracho, un Moro que le tenia en su poder. Éste sabida su muerte, primero quedó pasmado, despues: digno (dice) era de loa inmortal, si no fuera tan contrario à nuestro profeta Mahoma: maravillosa es la hermosura de la virtud, su estima es muy grande y sus pren→ das, pues à sus mismos enemigos fuerza que la es timen y alaben.

CAPITULO II.

De la batalla de Olmedo.

Parecia
arecia que las cosas de Castilla se hallaban en
mejor estado, y que alguna luz de nuevo se mostra-
ba despues de echados del gobierno y de la Corte
los Infantes de Aragon: mas las sospechas de la
guerra y los temores todavía continuaban. Tuvié-
ronse cortes en Medina del Campo, y mandáron de
nuevo recoger dinero para la guerra, no tanto co-
mo era menester, pero quanto podian llevar los
pueblos cansados con tantos gobiernos y mudanzas,
y que aborrecian aquella guerra tan cruel. Acudié-
ron al mismo lugar el Príncipe D. Enrique y el
Condestable D. Álvaro, despues que tomáron à Don
Enrique de Aragon muchos pueblos del maestraz-
go de Santiago. Tratóse de apercebirse para la guer-
ra que veían sería muy pesada. En particular el de
Navarra por tierra de Atienza, en el qual pueblo
tenia puesta guarnicion, hizo entrada por el reyno
de Toledo con quatrocientos de à caballo,
, y seis-
cientos de à pie: pequeño número, pero que ponia
grande espanto por do quiera que pasaba, à causa
que los naturales parte dellos eran parciales, los
mas sin poner à peligro sus cosas querian mas es-
tar à la mira que hacerse parte: así el de Navar-
ra se apoderó de Torija y de Alcalá de Henares con
otros lugares y villas por aquella comarca.

El Rey de Castilla, puesto que tenia pocas fuerzás para alteraciones tan grandes, todavía porque de pequeños principios como suele no se aumenta

[blocks in formation]
[ocr errors]

1445.

se el mal, juntadas arrebatadamente sus gentes, pasó al Espinar para esperar le acudiesen de todas partes nuevas banderas y compañías de soldados. Poco despues desto à diez y ocho de Febrero del año que se contó mil y quatrocientos y quarenta y cinco, falleció la reyna de Portugal Doña Leonor en Toledo: siguióla pocos dias despues Doña María Reyna de Castilla, que murió en Villacastin tierra de Segovia. Sospechóse les diéron yerbas, por morir en un mismo tiempo y ámbas de muerte súpita, demás que el cuerpo de la Reyna Doña MaZor. lib. 15. ría despues de muerta se halló lleno de manchas *.

cap. 34.

3 Muere D. Lope de Mendoza Arzobispo de Santiago, y D. Alvaro de Isorna le sucede.

4 El Rey de Castilla pasa à Alcalá con su gente, y el de

Dióse crédito en esta parte à la opinion del vulgo, porque comunmente se decia dellas que no vivian muy honestamente. La Reyna de Portugal enterrá ron en Santo Domingo el Real, monasterio de monjas en que moraba, desde allí fué trasladada à Aljubarrota el enterramiento de la Reyna de Castilla se hizo en Nuestra Señora de Guadalupe.

Por el mismo tiempo falleció D. Lope de Mendoza Arzobispo de Santiago, en cuyo lugar fué puesto D. Álvaro de Isorna à la sazon Obispo de Cuenca : y à D. Lope Barrientos en remuneracion de los servicios que hiciera, trasladáron de Ávila à Cuenca: à D. Alonso de Fonseca diéron la Iglesia de Ávila, escalon para subir à mayores dignidades; era este Prelado persona de ingenio y natural muy vivo, y de mucha nobleza. D. Álvaro de Isorna gozó poco de la nueva dignidad, en que le sucedió D. Rodrigo de Luna sobrino del Condestable.

Desde el Espinar pasó el Rey à Madrid, y poco despues à Alcalá llamado por los moradores de aquella villa. Tenia el de Navarra por allí cerca

alojada su gente, que con la venida de su hermano D. Enrique creció en número, de manera que tenia mil y quinientos de à caballo: con esta gente se fortificó en las cuestas de Alcalá la vieja, que son de subida agria y dificultosa, con determinacion de no venir à las manos si no fuese con ventaja de lugar, por saber muy bien que no tenia fuerzas bastantes para dar batalla en campo raso. Des de allí envió à Ferrer de Lanuza Justicia de Aragon por Embaxador à su hermano el Rey de Aragon para suplicalle, pues era concluida la guerra de Nápoles, se determinase de volver à España quier para ayudalles en aquella guerra, quier para componer y asentar todos aquellos debates. El Rey de Castilla hiciera otrosí lo mismo, que le despachó sus Embaxadores personas de cuenta à quexarse de los agravios que le hacian sus hermanos. No hobo encuentro alguno cerca de Alcalá, ni los del Rey acometiéron à combatir, ò desalojar los contrarios: así los Aragoneses por el puerto de Tablada se diéron priesa para llegar à Arévalo. Siguióles el Rey de Castilla por las mismas pisadas, resuelto en ocasion de combatillos: marchaban à poca distancia los unos esquadrones y los otros, tanto que en un mismo dia llegáron todos à Arévalo.

El de Navarra se apoderó por fuerza de la vi lla de Olmedo, que por entender que el socorro de Castilla venia cerca, le habia cerrado las puertas: Los principales en aquel acuerdo fuéron justiciados: su grande lealtad les hizo daño, y el amor demasiado y fuera de sazon de la patria. El Rey de Castilla pasó à media legua de Olmedo, , y barreó sus estancias junto à los molinos que llaman de los Abades. Eran sus gentes por todas dos mil caballos y

[merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][ocr errors]

Envia Embaxadores al Rey

conducta de los

Infantes, y tratar de paz.

otros tantos infantes. Acudiéron con los demás el

Príncipe D. Enrique, D. Álvaro.de Luna, Juan Pacheco, Iñigo Lopez de Mendoza, el Conde de Alba y el Obispo Lope de Barrientos. Por otra parte con los Aragoneses se juntáron el Almirante, el Conde de Benavente, los hermanos Pedro, Fernando y Diego de Quiñones, el Conde de Castro y Juan de Tovar, con que se les llegáron otros mil caballos. Habláronse los Príncipes de la una parte y de la otra para ver si se podian concertar: todo maña del Obispo Barrientos para entretener à los contrarios hasta tanto que llegase el Maestre de Alcán• tara, con cuya venida reforzados de gente los del Rey se pusiéron en órden de pelea.

[ocr errors]

Los Aragoneses ni podian mucho tiempo sufrir para justificar la el cerco por falta de vituallas, y no se atrevian à dar la batalla por no tener fuerzas competentes. Resolviéronse en lo que les pareció necesario, de enviar à los reales del Rey à Lope de Angulo y al licenciado Cuellar Chânciller del de Navarra. Y como les fuese dada audiencia, declaráron las razones por qué los Infantes lícitamente tomáran las armas. Que no era por voluntad que tuviesen de hacer mal à nadie, sino de defender sus personas y estados, y de poner el reyno en libertad, que veían estar puesto en una miserable servidumbre: "Si » echado D. Álvaro, como tenia acordado Vuestra » Alteza, quisiere por su voluntad gobernar el rey. "no, no pondrémos dificultad ninguna, ni dilacion "en hacer las paces con tal que las condiciones sean » tolerables: que si no dais oido à tan justa deman"da, la provincia y vuestros vasallos padecerán ro

I

Todo maña del Obispo Barrientos. La Crónica atribuye este artificio al Condestable D. Álvaro.

« AnteriorContinuar »