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dijo: En vano sacrificariamos nuestro reposo, nuestra salud y nuestra propia vida, si fuera menester, en servicio de la patria, si á estas obligaciones que nos ha impuesto nuestro sagrado cargo no acompañáramos un acto generoso y voluntario de desinterés, que selle el título de padres de la patria cuando le merezcamos. Quiero decir con esto, que al pueblo español, que nos ha constituido sus defensores, tratemos desde ahora de darle un eterno testimonio, no solo de nuestra rectitud y justicia sino tambien de nuestra moderacion. Debemos renunciar á toda fortuna personal, cerrando la puerta á toda esperanza, cerrándola antes á nuestros deseos. La confianza que la nacion tiene en nosotros se acreditará con el voto público y solemne de huir hasta la tentacion de acordarnos de nuestras propias personas, para no despojar á la virtud del nombre de austeridad, que debe ser en nosotros su divisa. Cuando la mala ventura nos redujese á pobreza, el estado nos dará pan como lo reciben los padres ancianos de los buenos hijos. ¡Y qué pan tan sabroso el que comeremos de manos de la caridad nacional!

Propongo, pues, á este augusto Congreso mi opinion, reducida á esta forma de decreto»: Que ningun diputado en córtes, asi de los que al presente componen este cuerpo, como de los que en adelante hayan de completar su total número, pueda solicitar, ni admitir para sí, ni para otra persona, empleo, pension, gracia, merced ni condecoracion alguna de la Potestad ejecutiva, interinamente habilitada, ni de otro gobierno que en adelante se constituya, bajo de cualquiera de nominacion que sea, y si desde el dia de nuestra instalacion se hubiese recibido algun empleo ó gracia, sea declarado nulo. Pido en fin que este decreto se comunique al consejo de Regencia para su conocimiento, é impreso se circule á todas las provincias de la monarquía española para su gozo. y al mundo entero para su admiracion.» A la lectura de ese proyecto, escrito con el corazon y dictado por un sentimiento profundo de moralidad y de patriotismo, siguió un grito de aclamacion y de antusiasmo salido de todos los bancos y de las tribunas. Todos los diputados hicieron suyo el pensamiento del virtuoso Capmany y todos juraron servir á la patria por

puro patriotismo hasta perder la vida. Tal era el estado de las cosas en aquellos dias!

Tambien el señor Gutierrez de la Huerta presentó un proyecto en igual sentido; pero ya fuese por su mayor estension ó ya porque se hubiera anticipado el señor Capmany, las córtes adoptaron el de este diputado, aunque con algunas rectificaciones, que el mismo autor hizo en vista de lo que sobre ella dijeron algunos de sus compañeros. Aprobada la proposicion del señor Capmany lo fué tambien una adiccion que estendia la prohibicion á un año despues de cesar en la diputacion; con lo cual se cerró la sesion de este dia para tenerla secreta el siguiente 29, por la naturaleza de los asuntos de que debia tratarse en ella.

1810. OCTUBRE.

El dia 1. se admitió como diputado al prior de san Marcos de Leon, recibiéndole el juramento segun costumbre. Se trató de algunos anónimos que se habian recibido en la secretaría y quedó establecido por punto general, que en lo sucesivo no merecerian los honores de la lectura mas que los que contuvieran pensamientos de administracion, de legislacion ó de guerra. Se dió 1.a lectura al reglamento presentado por la comision el señor Oliveros leyó igualmente otra proposicion en que se pedia un estado de la fuerza de mar y tierra que mantenia la nacion española; de sus rentas, recursos, existencias de víveres y el estado de las relaciones con las Potencias estrangeras, proponiendo al mismo tiempo algunas reglas que debian prescribirse á la Regencia. El señor Huerta pidió que se añadiese al estado pedido por el señor Oliveros la lista de los empleados que se hubiesen hecho despues del 50 da abril en que debió cesar toda provision; y el señor Mejia reprodujo la proposicion de los diputados americanos para que se tuviesen las Américas como parte integrante de la monarquia y se espidiese un decreto de olvido y amnistia para todos los que hubieran cometido estravios en aquellos dominios. Las córles

se ocuparon de la preferencia que merecia esta proposicion sobre la de los americanos y prévia una pequeña discusion se resolvió que se pidieran los antecedentes necesarios para obrar en su vista.

El dia 2 empezó la sesion recibiéndose el juramento de fidelidad que prestaron el decano del consejo de las Ordenes; el de la Guerra, como tal y como director general de la Armada; el del consejo de Castilla, Indias y Hacienda; el capitan general del departamento, el intendente general del mismo y el de ejército por sí y á nombre de sus subalternos. Se leyó un memorial en que pedian varios españoles europeos, establecidos en América, que se les atendiese para la representacion de diputados suplentes, y se acordó cerrar la sesion para tratar de este asunto en la inmediata.

En la del dia 5, un representante de Buenos Aires, limitó la mocion de los americanos, leyendo la siguiente: primero que las córtes sancionen espresamente el decreto que espidió la junta central, y renovó el consejo de Regencia; á saber que los domínios de Ultramar hacen parte integrante de la monarquía española: y segundo: que no se proceda por el gobierno á usar de rigor contra los pueblos de América, donde se han manifestado turbulencias 6 disgustos; pero que las Córtes se informen de lo que el gobierno sepa en este punto, de las medidas que haya tomado. Todavia dudó el congreso sobre lo que debiera hacerse en este caso y, á pesar de dis cutirlo largamente, lo difirió para otra sesion. Felicitó á las córtes en un breve discurso, y prestó juramento segun lo prevenido, el comandante de Carabineros reales. Se pidió que se nombrasen comisiones especiales para entender de los diferen⚫ tes asuntos que se sometieran á la deliberacion de las cortes, cuyo presidente quedó encargado de Lacer los nombramientos, sin perjuicio de que los diputados llamasen á su seno á cuantas personas ilustradas tuviesen necesidad de consultar.

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Se publicó el dia 4 el nombre de los diputados elegidos para las comisiones, y despues de darse cuenta de algunos papeles de poca consideracion, se repitió la lectura del reglamento interior de las córtes, pasando á discutirlo por artículos.

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La sesion del 5 empezó en medio del mayor disgusto entre. los diputados. Se habia presentado una diputacion de la Santa Iglesia de Cádiz á felicitar al Congreso; y antes de recibirla. propuso el señor Oliveros: «Que se pregunte á la Regencia si se ha dado orden para que se cele sobre los que hablan mal de las córies, cuál sea esa órden y cuál el motivo que haya habido para darla. Esta proposicion la acompañó su autor de algunas esplicaciones que movieron justamente el ánimo de los diputados, quedando por consiguiente admitida conforme convenia al decoro de las córtes. La diputacion del clero fué admitida á la felicitacion y juramento, y lo mismo sucedió con el comandante general de la escuadra, El señor Oliveros habló de la necesidad de publicar un periódico de Córtes, y sentó la proposicion siguiente, que fué aprobada por unanimidad: Que haya un periodico destinado á publicar las sesiones de las cortes, con el nombre de Periódico de Córtes. Continuó el examen del reglamento interior por artículos, y conociendo la necesidad de fijar reglas para la discusion, propuso el señor Oliveros que se admitiera desde luego el capítulo de las discusio nes, en calidad de interino hasta la aprobacion, definitiva del reglamento, y quedó aprobado. Tambien lo fué la propuesta del señor Muñoz Torrero para que se tuvieran dos horas de sesion por la noche para discutir el reglamento.

El señor cardenal de Borbon preguntó el dia 6 ante quién debía prestar el juramento de reconocimiento y obediencia á las córtes, y se resolvió que se sujetase-á la forma prescrita. para, los demás españoles, con la diferencia de que para recibir á su Eminencia saldrian hasta la puerta del salon cuatro diputados. Se nombró otra de tres representantes para examinar las proposiciones que se hicieran sobre el periódico acordado publicar, y para dar su dictamen. Se acordó mandar al gobierno que publicase los decretos de las córtes desde su instalacion y sucesivamente sin demora. El señor Argüelles recomendó, en un breve discurso, la necesidad de establecer una policía que garantiese la seguridad del estado; y el señor presidente le indicó que formulase su proposicion para el dia siguiente. El señor Mejía dijo que si convenia ó no fomentar y

organizar las partidas de patriotas por medio de un reglamento, que sin coartar las facultades del poder ejecutivo asegurase la destruccion del enemigo, la seguridad de los pueblos y la conservacion del órden y costumbres de los mismos partidarios.» Y las cortes creyendo que era asunto este, ageno á sus atribuciones, sin desechar la propuesta, la mandaron á informe de la comision de Guerra. En la sesion de la noche se resolvió someter el reglamento al examen de una comision compuesta de once diputados, y con hacer el nombramiento de los que habian de componerla se dió término á los trabajos del dia 6.

Los del 7 empezaron recibiendo el juramento de costumbre al mayordomo mayor interino de S. M; y habiéndose escitado al señor Argüelles para que hablase de la moción sobre la policía contestó que se reservaba hacerlo en otra sesion. Por el señor Mejía se presentó esta proposicion: 1.° si conviene ó no nombrar desde luego una comision particular de comercio, que con vista de los antecedentes vaya preparando un reglamento equitativo de comercio terrestre y maritimo de la nacion, tanto interno como esterno: y 2.° que de esta comision hayan de ser, entre otros, precisamente, los dos señores diputados de la ciudad y junta de Cádiz; y dos diputados americanos, nombrados por la mayoría de votos de las córtes, Esta proposi cion, adicionada por el señor Martinez para que la comision de comercio fuese estensiva á la agricultura, artes y minas, fué aceptada por el Congreso aunque difiriendo para otro dia la discusion.

El señor Argüelles abrió la sesion del dia 8, leyendo el proyecto de ley de libertad de imprenta, que habia formado con la comision; y las cortes mandaron que se imprimiera, encargando su corrección á los señores Argüelles y Aguirre. Tambien se leyó la contestacion de la Regencia acerca de la pregunta que se la hizo sobre la órden de celar á los que hablasen mal de las córtes, y con este motivo manifestaron algunos diputados que era injusto é impolítico, el establecer un espionage semejante, ni mucho menos impedirse una censura racional y juiciosa.

La sesion del dia 9 se abrió proponiendo el señor Martinez

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