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públicos nuestros pecados: hablaré solo de los crímenes que tienen relacion con los planes de la filosofia contra el altar de Jesucristo.

La materia de que trato no es la conspiracion general de la filosofia contra la religion cristiana. Esta está demostrada en miles escritos. Lo acaecido en España es una ramificacion de aquella. Hablo de los planes contra el altar que en España se han publicado mientras nuestro rei fue cautivo. Es decir, describo la rebelion contra la Iglesia de un número mui reducido de españoles...

Aun en este concepto hallo una grande diferencia entre españoles y franceses, entre reformadores seducidos y los impíos, atéos, crueles perseguidores de Jesucristo, y de su Iglesia, que con tanto ahinco han pervertido á la Europa en nuestro siglo.

La reforma que escribo no puede compararse con la de la Francia. La que refiero ha contado mui pocos que la estiendan: en la de Francia hallo miles. Aquella se declaró abiertamente contra Jesucristo, su moral, su evangelio, su religion divina: ésta se indicó por medidas mas pacíficas, con pretestos de reformas, mejoras, ilustracion. La de Francia fue proyectada por multitud de filósofos atéos, y realizada por ministros materialistas é impíos: la nuestra fue copiada del plan de los franceses, no con sus horrores, sino por la parte que tenia de reforma, y esto por unos pocos diputados de cortes, ministros seducidos, escritores plagiarios, periodistas infelices que no pudieron realizar su reforma. Dios por su misericordia infinita los detuvo. La Europa se ha destrozado por la rebe. lion de Francia contra la Iglesia, pero nosotros no hemos padecido por las reformas de las cortes los últimos golpes de sus iras. Nuestros orizontes llegaron á cubrirse: cuatro años pasamos de borrascas, temores, sustos contínuos. La tempestad calmó: gozamos de la bonanza antigua.

Se esparcieron malas doctrinas contra la fe: se atacó la moral del evangelio: se traspasaron las leyes mas santas de la Iglesia: se rompieron por los reformadores pun

tos principales de disciplina. El nuncio de S. S. fue perseguido y arrojado fuera de España: su jurisdiccion suprimida. Los obispos mas egemplares de la España fueron espatriados, y quitada toda su intervencion con las dióce sis respectivas. La investidura canónica, ó confirmacion de los obispos reservada al papa, trató de usurpárseles y ponerla en manos ilegítimas. Una porcion de intrusos querian algunos rigiese las Iglesias de España, para que se acomodasen el culto y la disciplina eclesiástica á los artículos de la constitucion política.

La enseñanza religiosa debia formarse por las doctrinas de la Francia, y para el feliz éxito de la empresa, no habian de intervenir en ella sino personas conocidas. por la faccion de las reformas. En todo gobierno político y religioso no habian de colocarse, sino sugetos adictos á las nuevas instituciones. El plan estaba bien sostenido. Las medidas que se tomaron fueron las mas ajustadas á los proyectos y á sus fines.

Libertad de imprenta, persecucion de los escritores opuestos, proteccion á los que atacaban la antigua disciplina, colocar á estos en los destinos, privar á aquellos hasta de sus empleos, impedir por todos medios la entrada de los religiosos en sus conventos, hacerles la guerra mas injusta.... echarse sobre toda clase de bienes eclesiásticos, no poner arbitrio alguno efectivo para el pago de las cargas del estado sino los que miraban á diezmos y rentas de los ministros de la Iglesia... destruir en fin el tribunal de la Inquisicion, declararlo como un triunfo, hacer que se les felicitase por los pueblos por un atentado tan grande contra la religion. Ellos han sufrido la pena de su delito, como todos los que han maquinado contra Dios y contra su religion divina. Su juicio se ha hecho con misericordia: nuestro augusto soberano los ha perdonado la vida. Un arrepentimiento sincero purgará con el tiempo sus crímenes.

Voi á estender las pruebas; los hechos principales que han de demostrar el plan general de reforma estan ya se

ñalados, los testimonios decisivos se aglomeran, pondré solo los que basten para hacer ver á los españoles, que los planes adoptados para nuestra reforma no eran sino los mismos de los franceses, aunque mas paliados, y que sus miras no eran otras que las de la filosofía contra los altares de Jesucristo, aunque sus primeros proyectos no atacasen directamente á nuestra religion Divina, ni sus autores lo llegasen á conocer.

Hago este obsequio á los señores de las cortes: digo mal, les hago justicia al mayor número: pocos previeron los resultados últimos de sus reformas, El comun de todos ellos no conoció que siguiendo el rumbo adoptado, la religion al fin se perderia como en la Francia.

Los diarios de cortes y la esperiencia mas general deponen que la revolucion de ideas desenvueltas en el gobierno de las cortes, no fue resultado de los complicados planes discutidos en las cortes, y arbitrios tomados sin prevision, por los que manejaban la opinion pública; no, esta es una equivocacion de primer orden. Todo cuanto se innovó por las cortes fue premeditado, convenido, íntimamente ligado con cuanto se hablaba, se discutia, se decretaba, aunque la mayoria no conociese ni calculase los resultados últimos.

Desde la noche del 24 de setiembre de 810, hasta mediados de setiembre del 13, y desde principios de octubre del mismo hasta el 10 de mayo siguiente, no se hizo mas que llevar á debido efecto la reforma tramada por los filósofos de Francia, comunicada á nosotros por sus libros, planteada por sus embajadores y agentes, y principiada á realizar en el mismo tiempo que en Viena, en Nápoles, en Toscana, en la Italia y en Portugal. La Francia concibió el plan de rebelion general, las potencias entraron en el proyecto de cumplirla, nosotros fuimos mas moderados, mas pacíficos.

"Nuestra España en un momento se iluminó por un medio improviso y fuerte, que no era esperable ni impedible. La revolucion ha sido rápida y feliz; porque la luz

del primer lance se apoderó de la cabeza de tal nacion, que antes era la que entre todas las naciones estaba sumergida en las tinieblas."

Mercier , que por los años de 75 sabia ya la conspiracion de la Francia, escribia asi de la España: el efecto ha correspondido al vaticinio. Él veia ya el ascendiente que sobre la España habia tomado la filosofia. Nosotros contamos sus últimos triunfos. Nuestro gobierno anterior preparó los ánimos, principió las reformas. Nuestras cortes trataron de egecutar los planes de la filosofia hasta su fin último. Veamos como, pero antes: “Obsecro autem „eos, qui hunc librum lecturi sunt, ne adhorrescant prop„ter adversos casus: sed reputent ea, quæ nos acciderunt, ,,non ad interitum, sed ad correptionem esse generis nostri. Lib. 2. Macab.

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cap.

6. v. 12.

PROTESTA.

Emprendo una obra dificil: juzgo que me será posible. Quiero escribir las reformas hechas contra el estado y la religion, manifestar el trastorno que se nos causó, é impugnar las doctrinas en que se apoyaron, sin tocar en nada una personalidad que haga resentirse á alguno. Trato nada mas que de corregir el mal que puede haber quedado en alguno por los escritos, que una ilustracion perjudicial estendió en los años últimos en nuestro suelo. Nuestro sábio gobierno los tiene mandados recoger, pero como su lectura puede haber dejado algun vicio, para estinguir del todo sus reliquias formo la Apologia del Altar y del

Trono, que en tales escritos se han visto combatidos, El hombre es demasiado tenaz para desprenderse con facilidad de unas ideas que la lectura de malos libros, y el tiempo imprimieron en su alma, juzgándolas equivocadamente como unos sanos principios. En este caso todo el poder del gobierno, las cárceles, presidios, todas las penas con que se le multen, todo es inútil, si no se convençe á este hombre ser un error lo que hasta alli habian sostenido como una verdad decidida. El convencimiento de estos hombres, y el triunfo sobre sus opiniones estan solo reservados á la luz de la razon, á la verdad misma. Con este fin solo formo mi escrito,

No tengo mas objeto que manifestar: 1 Que las reformas hechas por algunos pocos españoles contra la religion y el estado en tiempo de las llamadas cortes, todas han sido las mismas que las que los filósofos de la Francia trataron de realizar para acabar con los tronos, y destruir la Iglesia de Jesucristo.

2o Que la nacion jamas asintió á ellas.

3? Que un poder ilegítimo las introdujo á la fuerza. 4 Y que las doctrinas en que las apoyaron, son de

un todo las mas absurdas.

Demostradas estas verdades, si aun resta algun español seducido, espero que con el auxilio de Dios y la lectura de mis pruebas, detestará las reformas y entregará al fuego los malos escritos que las contenian.

Pido á todo el que me lea, por el amor de mi Dios

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