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cual no ha sido aun considerado por ninguno de CAPÍTULO 1. cuantos se han propuesto examinarle. Este poema, que hemos leido mas de una vez con gusto, es en nuestro sentir, un rico arsenal, en donde se hallan depositados los materiales que deben formar la historia civil, política y religiosa del siglo XII. Nuestro propósito es ahora, no obstante, comparar su lenguage con el de las obras atribuidas á los rabinos Isaaque y Samuel Jehudí; y determinada ya la época en que se escribió el poema, será bien observar que segun los autores de las Bibliotecas rabínicas que hemos consultado, la produccion mas importante de Isaaque fue escrita en el año de 1070, es decir; casi un siglo antes que el Poema del Cid, como dejamos apuntado.

«Por los años de Cristo 1070, escribe Rodriguez «de Castro, vivia en España un célebre judío médi«co, llamado Izchaq, autor de una obra de medici«na en castellano que trata de varias especies de ca«lenturas y de las tercianas y cuartanas; y he visto «m. s. en un códice en folio de la biblioteca de "san Lorenzo del Escorial.» No cabe duda alguna en que Rodriguez de Castro creyó positivamente en la autenticidad del códice, cuyo título es Los li bros de Isaaque, sin que abrigára recelo alguno, al examinarlo, sobre el estado de adelantamiento en que aparece ya el idioma. Muy respetable es para nosotros la opinion de tan laborioso escritor; y sin embargo no podemos menos de confesar, despues de un exámen detenido, que pensamos de diversa manera. Para que los lectores puedan formar por sí una idea de la justicia con que nosotros hemos dudado de la antigüedad que á la obra de

Opinion

de

Rodriguez

de

Castro.

ENSAYO II.

Estilo de

R. Isahak.

Isaaque se atribuye, transcribiremos aqui las siguientes líneas, tomadas del prólogo que antecede á los cinco libros de que aquella consta, en donde explica largamente lo que es y debe entenderse por la facultad de la medicina.

«Convíene, dice, que tornemos aquello de que es nues<«<tra entencion et que comenzemos á saber de la fiebre que «es et qual et cómo et porque é donde nace é donde é como «se cria. Ca en demandar de la fiebre si es, será gran san«des. Ca vemos é entendemos que fiebre es en muchas ma«neras; mas comenzemos á saber que es la su definicion, <<sabremos la su natura é la su sustancia qual es, ca asi se «demuestra la sustancia cual es de las cosas. »

El lenguage es en toda la obra tan nervioso, y correcto como en esta cita, apareciendo absolutamente formado y distante en gran manera del latín, tanto en la formacion de las palabras como en su construccion sintáxica. Recordemos para que la comparacion sea mas exacta é inmediata, algun pasage del Poema del Cid. De esta manera refiere, pues, cómo Martin Antolinez recibió de los judíos Rachel y Vidás los seiscientos marcos en que les dejo empeñadas las dos arcas que habia llenado de arena, para engañarlos, por mandado del héroe:

«En medio del palacio tendieron mi almofalla, 3
Sobrella una sábana de ranzal é muy blanca.
Atod' el primer colpe trescientos marcos de plata echaron *
Notólos don Martino, sin peso los tomaba,

3 Hemos preferido este pasage á otro alguno, por contener un rasgo característico del estado en que se hallaban los judios en la época del Cid, aunque este hecho sea tradicioual solamente.

4 No creemos que estuviera ási el

verso en el original: mas probable es que digera echaron de plata, guardando de este modo el asonante que se halla interrumpido: este defecto que es bastante comun, debe atribuirse únicamente á los copistas.

4

Los otros trescientos en oro gelos pagaba.

Cinco escuderos tiene don Martino, á todos los cargaba.
Cuando esto ovo fecho, odredes lo que fablaba :

-Ya, don Rachel é Vidas en vuestras manos son las arcas:
yo que esto os gané, bien merecia calzas.
Entre Rachel é Vidas aparte yxieron amos:
démosle buen don, ca él nos lo ha buscado.
-Martin Antolinez, un burgales contado,

vos lo merecedes, darvos queremos buen dado,
de que fagades calzas é rica piel é buen manto.
Damosvos en don é vos treinta marchos,
Merecernos los hedes, ca esto es aguisado:
Atorgarnos hedes esto que avemos parado. >>

Tal vez se objetará á la demostracion que resulta, del exámen de entrambos trozos que habiendo sido copiado repetidas veces el códice de Isaaque, no ha podido menos de experimentar alteraciones importantes, debidas unas veces á la ignorancia de los escribientes y otras al deseo de dar mayor claridad al lenguage, haciéndole al par de mas fácil inteligencia. No puede negarse que estas observaciones tendrían bastante fundamento, si no fueran tambien aplicables al Poema del Cid, que por ser una obra popular y altamente española; por prestarse al canto, como opinan respetables literatos, y finalmente por ser la única historia que héroe de Vivar se conservaba en la edad media, debió de ser copiado muchas mas veces que los Libros de Isaaque, obra puramente científica y que por lo tanto habia de ser leida solamente por los eruditos. Las alteraciones han debido, pues, ser mas numerosas y frecuentes en los traslados del Poema que en los de la obra rabínica; y sin embargo, necesario es convenir en que se advierte entre

del

CAPITULO 1.

Estilo del

poema.

ENSAYO II.

Carta-puebla

de.

Avilés,

el lenguage de una y otra produccion una distancia razonable; necesario es confesar que los versos trasladados revelan mayor antigüedad que las líneas trascritas de los Libros de Isaaque.

Pero si existiese aun alguna duda sobre las razones con que nosotros rechazamos el hecho de que esta obra fué escrita por los años de 1070; sino bastasen las pruebas indicadas para poner de manifiesto el error de que se dejó llevar Rodriguez de Castro, cuando fijó aquel aserto; el exámen de cualquiera de los documentos que existen aun del siglo XI, sería suficiente para que se desvanecieran los escrúpulos que pudiésemos abrigar sobre este punto. En prueba de ello, no nos parece inoportuno el poner en este sitio algunas cláusulas de la carta-puebla de Avilés publicada no ha mucho por don Rafael Gonzalez Llanos ̈3.

«<E la vila del rei non pot aver vasallo sino el rei, si de «casa non fuer è de so manu posta; et nul homine qui den<«<tro in villa saclamar a senior de fora, qui pobladore veci«no de la villa, pectet LX solidos al merino. E homine qui «pindres tenga de homine de fora, é sos peines sacar li «quisier, per juro, per iuditio, ó per fábula è pendrar per «illo, non compla iudicio á medianero, mais venga ad «<illa villa et prenda iudicio sobre sos pindres é firme so«<bre ellos qui los tener é non esca fora per ellos et mea«nedo.-Hospes qui pausa in kasa, si so aver comendar ad «ospet ó á la óspéda, é en testigos poda haber de los veci«nos de tanto qui li dan á condesar, tanto li torne; é si tes<«<tigos non ada que li dar que vió a condesar, quando illos «per le tornal su aver l'ospes algo il quisir sobreponer, salve «don de casa per sua cabeza, qui mais non li deó daquello «et parcasse el altre dél; et si quando in sua casa intra

5 Revista de Madrid, segunda época, números XXXI y XXXII.

«é so aver mete de intra é à l'osped non dá é algo hi pierde __CAPITULO 1. «é á l'osped sospecta, á é demándalo, ó á él, ó á sua cria<«<cion, per quantos si quier salvar lo dom de casa, jure per «<ellos que per él ne per illos, ne per sos consilios minos «non á so aver é parcasse dellos» etc. etc...

Como la cuestion es únicamente filológica, hemos trasladado el trozo que primero nos ha salido al encuentro. El fuero de Avilés fué concedido por Alfonso VI, el conquistador de Toledo, á fines del siglo XI ó en los primeros años del XII. ¿Qué puntos de contacto se encuentran, pues, entre el lenguage usado en esta carta-puebla y el que ofrecen los Libros de Isaaque?... En el documento municipal de que hablamos, el idioma es lo que debia ser naturalmente, atendidos los elementos que habian entrado á componerle : las palabras, los jiros se hallan aun indeterminados; degeneracion informe de un idioma tambien degenerado, habia admitido la influencia goda, la influencia hebrealy la influencia árabe, para cobrar nueva vida, para aspirar á una nacionalidad, fundada, por decirlo asi, sobre las ruinas de extraños monumentos. El latin prepondera, sin embargo, en medio de tan diversas influencias; y es digno de observarse cómo sustituyendo á la declinacion y á las desinencias de los nombres el uso de las preposiciones, aunque alterándolas y desnaturalizándolas al mismo tiempo, tiende ya á tomar un nuevo carácter, que acabe por darle tambien una índole distinta. ¿Y cuáles son las dotes que revela el pasage que hemos copiado de los Libros de Isaaque? El lenguage de esta produccion, lo repetimos, aparece ya enteramente formado: la construccion de las frases es regular y correcta, habiendo desaparecido

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