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Bajo tales auspicios, no podian menos de acre- CAPITULO 11. centarse las riquezas que poseia ya el pueblo hebreo, extendiéndose su comercio y tomando su industria un considerable desarrollo; todo lo cual refluia inmediatamente en beneficio del pueblo cristiano; puesto que á medida que duplicaban los judíos sus capitales, á medida que se hacian mas ostensibles sus ganancias, eran mas crecidos los impuestos que se les exigian, y mas frecuentes los pedidos del servicio y medio servicio que se les repartian por el monarca. Una prueba irrecusable de estas observaciones, tenemos en el repartimiento Reportin que por los años de 1290 de J. C., 5050 del mundo, se hizo en la villa de Huete; documento de grande interés é importancia, no solo por dar á conocer el número de aljamas que existian entonces en Castilla, sino por revelar el estado de los judíos, y sus relaciones con el pueblo cristiano, aun despues de la muerte del rey sábio; probando hasta el púnto que llegó su protectora influencia, á pesar de los desaciertos de su hijo. Este padron que expresa de una manera especial la distribucion que se daba á los impuestos, con que acudia la raza procripta á los prelados y á los magnates de Castilla; que contiene los nombres de los magnates é hidalgos que ya por derechos adquiridos en el campo de batalla, ya por donaciones, de los reyes ó prelados ó ya en fin por conmutacion ó cambio de otras rentas, participaban de los impuestos y pechos de los judíos, ofrece el resultado siguiente:

Juderías de...

Juderías de...

Jud.
de...

Juderias de...

ENSAYO I. Resúmen del padron de los judíos de Castilla, y de lo que tributaban en el año de 1290, era de 1228.

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Por este documento, que debemos a la ilustracion del cabildo metropolitano de Toledo, y que es en suma una reproduccion del ordenamiento, hecho en aquella capital en el último año de la vida dél rey SABIO, comprenderán los hombres entendidos el grado de prosperidad á que los judíos habian llegado bajo la templada protección de D. Alonso ".

12 El repartimiento de Huete es sin duda el dato mas completo que ha llegado á nuestras manos sobre el estado de la poblacion judaica en Castilla. Ateniéndonos á los resultados que produce, y teniendo presente; 1.0 la forma en que se pagaban estas contribuciones, 2.o; el total que arroja el encabezamiento que asciende á la cantidad de 2.564,855 maravedises, inclusos los contin

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yentes de Murcia, Leon y Andalucia; y 3.o el valor de cada maravedí que equivalía por aquellos tiempos á diez dineros; puede calcularse que el número de almas que formaban la poblacion judaica a fines del siglo XIII y principios del XIV, llegaba proximamente en los dominios de Castilla á 854.951, pagando á los cabildos y prelados la suma de 25.648,500 dineros.

Uno de aquellos crímenes, que rara vez presen- CAPITULO M. ta la historia, vino á privar entre tanto á Castilla de uno de sus mas esclarecidos monarcas, dando al traste con la risueña perspectiva que presentaba su porvenir por aquellos tiempos. El infante don Sancho, llamado despues el Bravo, aprovechándose de la muerte de su hermano mayor, don Fernando, y concitando contra su padre la descontentadiza nobleza, logró despojar al anciano monarca de la corona que ilustraba sus sienes y 'á sus sobrinos, los infantes Cerdas, de la legítima herencia de su padre. Aquel anciano respetable, que por espacio de muchos años habia gobernado con tanta gloria el reino de Castilla, bajó á la tumba en su leal Sevilla en 1284, llevando el amargo sentimiento de haber sufrido la deslealtad de un hijo, á quien desheredó por su testamento. Pero la suerte de las cosas se habia decidido por la usurpación que halagaba los intereses de los revoltosos y creaba esperanzas de medro en todas partes. La desgracia de los infantes don Fernando y don Alonso, alcanzó tambien á la monarquía castellana, y muy especialmente á los judíos, quienes á merced de las revueltas, volvieron á ser impunemente maltratados.

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