Imágenes de páginas
PDF
EPUB

tudiosos con un campo, lleno en verdad de flores y de espinas; pero en el cual seducen los aromas de las primeras, haciendo olvidar los sinsabores de las segundas.

Esto que decimos del estudio histórico-político del pueblo hebreo, el cual es tanto mas importante cuanto que envuelve, por decirlo asi, el de la cultura de la nacion española, generalmente hablando; puede mas propiamente referirse al de la literatura rabínica ó judaica, literatura de pocos conocida, desdeñada de algunos y de casi todos mal juzgada.

Dos preocupacioues, que es necesario combatir fuertemente hasta lograr desvanecerlas, han sido en efecto, causa de que se haya mirado con indiferencia, ya que no con desprecio, cuanto tiene relacion con las ciencias y la literatura de los judíos españoles. Habíase supuesto que los descendientes de Judá, entregados siempre á las cábalas del comercio, llegaron en España á caer en un grado de barbárie reprensible; y esta creencia, á que dió márgen por una parte el odio que se profesaba á los hebreos y por otra la opinion de respetables escritores', que habian apellidado viboras parricidas á las escuelas fundadas en la península por los hijos de Hizkias, apartando á nuestros humanistas y literatos de un estudio, en que se hallaba interesado el de la civilizacion

[blocks in formation]

INTRODUCCION.

Preocupaciones

literarias.

INTRODUCCION. de nuestros padres, hundió en el polvo multitud de títulos gloriosos para la nacion española. Algunos distinguidos bibliografos reconocieron al cabo tamaño error; y aunque no se levantaron para protestar enérgicamente contra sus consecuencias, dieron algunos pasos para combatirle. La literatura rabínica, sin embargo, hubiera quedado absolutamente desconocida, á no haberse dedicado á su estudio un escritor tan diligente como don José Rodriguez de Castro, que le consagró el primer tomo de su Biblioteca española, en cuyo prólogo no pudo menos de hacerse cargo de la observacion que dejamos indicada, impugnando la opinion de Jorge de Ursino y los errores de otros extrangeros que, con notable prevencion ó con insigne ignorancia, habian asentado y defendido los mismos hechos y doctrinas. «Es»te dicho de Ursino, escribe, y otros semejantes de históricas. >> algunos extrangeros, y el comun concepto en que >> eran tenidos los judíos, en todo el tiempo que >> permanecieron en España, de ser unos meros comerciantes, asentistas y personas dedicadas al ma

Preocupaciones

[ocr errors]

>>

[ocr errors]

nejo de caudales, siendo tesoreros de la real ha>> cienda y ejerciendo otros empleos en el palacio de »> nuestros reyes y casas de los grandes, han dado lugar al descuido de nuestros mismos nacionales >> en no tratar de ellos como literatos; á excepcion >> del laborioso y erudito don Nicolás Antonio, que » en su Biblioteca española dá razon de tales cuales >> rabinos y de algunos conversos.» Se vé, pues, que

que
hasta los años de 1781, en que se dió á luz la
obra de Castro, no se habia pensado en llevar á ca-
bo tan laudable empresa, sin que despues haya apa-
recido quien, aprovechando los datos reunidos por
tan laborioso escritor, haga aplicacion de ellos, para
obtener sus consecuencias legítimas sobre la mar-
cha progresiva de la civilizacion y cultura del
pue-
blo castellano.

INTRODUCCION.

No todas sus

están en hebreo.

La segunda preocupacion de las dos que hemos indicado, no ha sido por cierto menos perjudicial á este mismo estudio. Se ha creido que tanto las producciones literarias como las científicas, debidas á los rabinos españoles, se hallaban todas escritas en producciones hebreo; y la indeclinable necesidad de un estudio tan profundo como difícil de esta lengua, ha retraido y alejado de ellas á cuantos se encontraban quiza con fuerzas suficientes para emprender tan importantes tareas. Pero los que asi han pensado, sobre no haberse querido molestar con el exámen de dichas producciones, han desconocido enteramente la historia del pueblo judío, qué halló acogida en la península ibérica. Derramados los pobladores de Jerusalem por todo el mundo á impulso de la espada vengadora de Tito Vespasiano, despues de ser destruido el templo é incendiados sus hogares, fijaron su asiento gran número de ellos en la Persia, reuniéndose en aquella comarca la mayor parte de sus sabios y doctores, para establecer allí el Senado religioso que interpretaba las escritu

סנהדרים

Senidos

de

Persia.

INTRODUCCION.

Academias.

ras y esclarecia las dudas que podian suscitarse sobre el dogma. Aquel senado, de que salieron muy luego las Yesibot ó academias, estendia su influjo á todas las regiones, en donde habian hallado asilo los desterrados hebreos: los rabinos españoles que solo se ocuparon en comentar los cánones del Talmud, en donde se habian reunido las doctrinas morales, religiosas y civiles del pueblo desterrado'; que ninguna muestra dieron de ilustracion ni de cultura en los primeros siglos que permanecieron en España, acataron como los de otras naciones los fallos de las academias de Mehasiáh y Pombeditáh, remitiendo á ellas para que se instruyesen y cobrasen amor á las ciencias, sus propios hiSu influencia, jos. Esto produjo lo que debia producir necesariamente: los judíos de España comenzaron á saborear los placeres de la sabiduría; pero encerrados en los estudios teológicos y dogmáticos, solo brillaron en la interpretacion de los profetas y expositores; solo aspiraron á enseñar á sus compatriotas las declaraciones de la Misnih ó reunion de las tradiciones antiguas, de cuyo estudio habia nacido la ciencia de los talmudistas.

Mahoma.

Apareció entre tanto Mahoma, para trastornar el Oriente y llevar sobre sus desplegados estandartes de una á otra parte del mundo su religion y el poderio de sus sectarios. Henchida el Asia de sus vic

3 Véanse los capitulos XXI, XXII y XXIII de la Vomológia de

Ismael Aboal, en los cuales trata largamente del Talmud.

torias, sujeta el Africa á la media-luna, cayeron aquellas terribles huestes sobre Europa y amenazaron sujetar á su triunfante carro las naciones. España fue inundada de hombres y caballos, y como en otro lugar oportunamente apuntaremos, no pudo contrastar tanta pujanza. El mundo que dormia en las tinieblas, se estremeció á tan inusitados golpes; los árabes, cuya imaginacion ardiente y vírgen todavía les impulsaba á rendir el homenage de su admiracion á cuanto producia en ellos inesperadas sensaciones, contemplaron pasmados los restos de la civilizacion griega, y despues de reconocer la sabiduría de aquel pueblo, quisieron comprender sus ciencias, dedicándose con el mayor entusiasmo á su estudio. Los califas Alí, Abú Jaafar, Araun-Al-Raschid y Almamun, animados de tan noble deseo, llevaron las ciencias al mas alto grado de esplendor, haciendo traducir todos los volúmenes griegos, persas y siriacos que hubieron á las manos en sus conquistas, estableciendo escuelas para la enseñanza y haciendo finalmente de su corte, segun el dicho del abate Andrés, mas bien una academia de ciencias que el palacio de califas guerreros. Asi pagaban á los vencidos el tributo de su reconocimiento y legaban al mundo, entumecido por la ignorancia, el brillo y la lozanía de la rica imaginacion oriental, levantándose de las ruinas del archipiélago aquel espíritu sublime que habia animado á Sócrates y á Platon, á Euclides y á Aristóteles.

INTRODUCCION.

Califas ilustre

« AnteriorContinuar »