Revista del Rio de la Plata: periódico mensual de historia y literatura de América, Volumen3

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Andrés Lamas, Vicente Fidel López, Juan María Gutiérrez
Mayo, 1872
 

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Pasajes populares

Página 425 - Por primera vez había llegado a tan estupenda altura, y es probable que no vuelva a recibir iguales impresiones en el intervalo que me separa del sepulcro. Mi corazón, al que inflamó desde la niñez el amor noble y puro de la humanidad, ulcerado por crueles desengaños...
Página 423 - ... derechos el sol de los trópicos y desde los hielos eternos de un clima polar, dominaba con la vista las zonas templada y tórrida. Mi asiento era el borde de un volcán; por todas partes percibía en rastros evidentes y tremendos la acción de un fuego apagado por el transcurso inmemorial de siglos y siglos; y en el centro de aquella escena desolada, en el horno inmenso que realizó en otros días el Tártaro de Virgilio...
Página 431 - Pérez eran los corazones magnánimos. Con matambre se nutren los pechos varoniles avezados a batallar y vencer, y con matambre los vientres que los engendraron: con matambre se alimentan los que en su infancia, de un salto escalaron los Andes, y allá en sus nevadas cumbres entre el ruido de los torrentes y el rugido de las tempestades, con hierro ensangrentado escribieron: Independencia, Libertad; y matambre comen los que a la edad de veinte y cinco años llevan todavía babador, se mueven con...
Página 25 - Quizá sin esperanza, Otra vez y otra vez al cielo lanza. Pero en vano: el camino de la Parca Nunca más se atraviesa; Y si una sombra el Aqueronte abarca Nada es bastante a rescatar su presa; Que al reino del espanto Ni penetra el clamor, ni llega el llanto...
Página 427 - ... agua, ésta se ve azul y no verde, como la del mar en los bajos. A la inmediación de la colina mencionada se distinguen en el fondo varias rocas enormes despeñadas evidentemente de su altura. Desde el centro del lago donde esta colina cierra el horizonte al Este, se disfruta un espectáculo único y verdaderamente sublime. Al Norte, al Sur, al Oeste, se alzan casi perpendicularmente en forma circular alturas de 800...
Página 425 - ... necesario que pensásemos en partir. Entonces precipitamos algunos peñascos sueltos hasta el fondo del cráter, y al verlos rodar por aquella pendiente...
Página 21 - ¿Por qué tiembla el sepulcro, y desquiciadas Sus sempiternas losas de repente, Al pálido brillar de las antorchas Los justos y la tierra se conmueven? El luto se derrama por el suelo Al ángel entregado de la muerte, Que a la virtud persigue: ella medrosa Al túmulo volóse para siempre.
Página 426 - Velázquez, 344 varas en su mayor extensión, y 255 en dirección transversal. Creo que en esto hay alguna equivocación, pues su longitud parece al menos doble de su anchura. A la simple vista, le daría yo 500 varas de largo. El mismo afirma que la máxima profundidad es de...
Página 423 - ... luna, en su cuarto menguante, brillaba como plata, ya la simple vista se definían con perfecta distinción las manchas oscuras de su medio hemisferio. No dudo que habría distinguido a Venus, si este hermoso planeta se hubiera encontrado algo más distante del sol.
Página 423 - Toluca; elevado sobre los límites de la vegetación y la vida; sentado en una peña que probablemente soportaba por primera vez el peso de un cuerpo humano. Veíame en el fin de la gran meseta central del Anáhuac, que desde este punto baja rápidamente hacia el Sur, donde...

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