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demasiado grande (1). El hecho de aparecer mezclados los objetos con otros de procedencia peruana, por sí mismo indica una diferencia histórica, y también se puede probar que la civilización indígena de La Paya es sólo la continuación regular del estilo de Pampa Grande por medio de un natural desarrollo. Porque las figuras de avestruces son la continuación directa de las avestruces de las urnas funerarias de Pampa Grande, Santa María etc.

Los ornamentos en forma de anteojos (2) son derivedas del ornamento simétrico del lado exterior del pucus, como se ve en Notas, pag. 187 fig. 186; y las volutas (3), la continuación regular de las serpientes enroscadas de Pampa Grande que solo han perdido sus cabezas (4). Por eso, cuando se trata del origen de la civilización Calchaqui con alfarería pintada, lo tenemos que hacer solo con la primera grada de ésta, que, según veo, no muestra ningunas relaciones seguras con la civilización de los Incas.

Los objetos característicos calchaquis de este tipo son especialmente las grandes urnas funerarias y grandes objetos de cobre en forma de discos y campanas (5).

El carácter notable del estilo en los productoe calchaquis de este período no se puede negar. Tenemos que ver entonces en ellos una civilización de carácter independiente. Pero al mismo tiempo la técnica de la alfarería en sus formas y pinturas, tiene mucho de carácter peruano El hecho de que le precedió una civilización con urnas toscas y ornamentos solamente grabados, pone en relieve el gran paso hacia adelante manifestado en ella, que no representa un simple desarrollo sino un cambio notable, y por eso sería difícil

(1) Ambrosetti puede aducir solamente un objeto igual encontrado en Chile (Medina, Aborígenes de Chile, fig. 165, de Freirina) para probar esta importación de todos aquellos objetos en La Paya del lado de Chile, y por eso más conviene creer que este último haya sido llevado á la costa de Chile de la Argentina, y no al contrario.

(2) Sobre los pájaros en la fig. 45. pag. 46.

(3) La Paya, fig. 35, 38, 41, 42, 51, 98, etc.

(4) Comp. Notas, fig. 186 a, 187 y otros muchos.

(5) Comp. en los cobres y en las urnas la identidad de muchas figuras. Notas fig. 90, 95 y 121 y de otros ornamentos, por ejemplo: las gradas con meandros anexos, figs. 104, 105 con los ornamentos de los vasos.

apartarse de la idea de que ha habido influencias ejercidas por civilizaciones antiguas peruanas, que la han dado por resultado.

Felizmente, hay en la ornamentación calchaqui huellas suficientes para indicar el período pre-incaico que le diera impulso.

No faltan ciertos objetos que podrían indicar relaciones muy directas con la civilización de Tiahuanaco si los dibujos publicados en ellos son correctos.

Tal es, por ejemplo, el vaso número 60 a en las Notas. Las aspas anexas á las manos, son idénticas con la representación de las plumas en el estilo antiguo de Tiahuanaco. Los dibujos del vaso que lleva el número 58 en las citadas Notas, permitirían aún su comparación con las figuras de los antiguos vasos de Nazca.

Pero siendo estas pruebas no absolutamente seguras, por la posibilidad de cierta inccorrección en los dibujos, será más útil basar la prueba de las relaciones en el estudio de toda la ornamentación en general, que da bastantes resultados.

Los ornamentos en forma de gradas, con ó sin meandros anexos (1), corresponden á los que son comunes en los vasos antiguos de Tiahuanaco (2); también en los de Arequipa y del puerto de Ilo, que son del mismo período (3).

Otro ornamento muy característico-serpientes enroscadas en figura de S con dos cabezas (4)—es también bastante común en vasos del mismo período peruano (5), y las cabezas de estas serpientes, triangulares, partidas y muchas veces con meandros anexos en las puntas laterales (6), son idénticas á ciertas cabezas ornamentales del període de

(1) Pampa Grande fig. 107 y otras.

(2) Com. Kultur und Industrie, I, p1. 11, fig. 3, 4 y 10; p1. 12, fig. 8. (3) Compárese las colecciones del Museo Nacional de Lima.

(4) Pampa Grande, figs. 78, 108, 109, 129, &.

(5) Comp. Pachacamar, pag. 32, fig. 33; p1. 6. fig. 9; un buen ejemplar de Ocucaje, provincia de Ica, en el Museo de San Francisco de, California; muchos ejemplares iguales más entre la alfarería de Nievería, valle de Lima, en el Museo de esta ciudad.

(6) Comp. Notas, fig. 156, 174, 180, 186, 250, 251; Pampa Grande, fig. 81, 83, etc.

Tiahuanaco (1). Los ganchos enlazados que representa Ambrosetti en la figura 156 de sus Notas, son iguales á otros de este género del período de Tiahuanaco (2). Un gran número de tinajas encontradas en fragmentos en las huacas de la Legua, valle de Lima, tenían esta figura como su principal ornamentación (3).

Estas importantes paralelas entre el período de Tiahuanaco del Perú y el estilo de ornamentación de los vasos Calchaquis antiguos, nos obligan á creer que había relaciones entre las dos civilizaciones y que fué aquélla la que impulsaba el desarrollo de ésta. Si conociésemos mejor los restos antiguos de la zona intermedia, encontraríamos sin duda. los escalones de la migración de los ornamentos de una región á otra.

Falta resolver el punto sobre cuál raza haya podido haber llevado estos gérmenes de civilización peruana al Sur.

Los aimarás sostuvieron la civilización de Tiahuanaco en el Perú; y también como raza los encontramos extendidos sobre una parte del país, al menos hasta el valle de Lima, sin duda como una consecuencia del desarrollo de esta antigua civilización. Los mismos, viniendo del Norte ocuparon y aimaraizaron si nos es permitido expresarnos así casi toda la altlplanicie boliviana, como también la costa Sur hasta Antofagasta, y así habrán dejado sentir sus influencias igualmente en la Argentina. (4) Así encontrarán explicación los nombres de los dos cerros nevados en la región argentina: Aconquija (escrito más correctamente Anconqui

(1) Comp. Pachacamac, pag. 33. fig. 37 a b; pl. 5, fig. 7, 12 a y b, 13; pl. 6 fig. 8-9, 12-14 y tejidos de Ocucaje, Nievería, Trujillo, etc. de este período.

(2) Pachacamac, pag. 33, fig. 31; p1. 5, fig. 7; p1. 6.fig. 6,9 y 12; pl. 7, fig. 8, y en todas partes donde se encuentren tejidos de este período.

(3) Ultimos tiempos que precedieron al período de Tiahuanaco, entonces fin del período de Nazca, de donde pasaron aquellos ornamentos á este último período. Brinton, Hero Myths, p. 186, opinaba que el dios Ton (que precedió al dios Pachacámac) era un dios de los vientos.

(4) Comp. Middendorff. Die Amara Sprache. pag. 9, y Uhle, Verhandl der Ges f. Erik zu Berlin, 1893, pag. 251.

ja) (1), y Aconcagua (mejor Anconcagua) tienen la primera parte de su nombre del aimará hang'o, blanco (2).

Al sur de Salta existe la ciudad de Huachipas; hay también una hacienda de nombre Huachipas en el valle de Lima. (habitado por aimarás). y este era el nombre antiguo de las ruinas vecinas de Cajamarquilla, (según estudios que ha practicado y numerosos documentos que ha consultado el señor Carlos A. Romero). Huachipas, originalmente Huanchipas, es derivado del nombre de los Huanchis que vivían desde Lima hasta San Mateo (según estudios del mismo caballero) La sílaba pa es entonces un derivativo aimará de Huanchi (3), y de la misma manera era derivado el nombre de los Paccipas ó Palcipas (4); (si Pacipas es más correcto) del aimará phajsi (luna). Muchos nombres geográficos argentinos acaban en vil, que también tienen cierta semejanza. con hui, aimará, que determina lugar.

Poco se conoce hasta ahora de las antigüedades chilenas, las que todavía no han sido estudiadas de una manera sistemada,y solo puede hacerse algunas apreciaciones sobre ellas tomando por base las láminas que trae la obra publicada por don José Toribio Medina "Los aborigenes de Chile", cuyos buenos dibujos dan por lo menos una idea de las varias clases de antigüedades conocidas allí hasta 1882Permiten ellas asentar el hecho de que también en la civilización de Chile se nota la influencia ejercida por la civilización peruana pre-incaica. El vaso que lleva el número 175 en una de las láminas de aquella obra, procedente de Petorca, representa un tipo común en el norte y centro del Perú en el período que inmediatamente siguió al de Tiahuanaco. Suponiendo que la procedencia chilena de este vaso quizá no

(1) Véase Lafone Quevedo, Londres y Catamarca, pag. 251.

(2) Aconcagua era también un santuario en la tierra de los Canas Comp. Cieza, Crónica, cap. 99. Los Canas eran de origen aimará. Comp. Bertonio, Arte de la lengua aimará, pag. 10, y muchos nombres geográficos en su tierra.

(3) Nombres iguales se repiten en la misma raza á veces á gran distancia. Comp. los Huallas (los primeros habitadores del Cuzco, sin duda de raza aimará), Ancohuallu, el jefe de los Chancas en la guerra contra el Cuzco y los Huallas que vivían en Miraflores, en el valle de Lima, (según manuscritos consultados por el señor C. A. Romero).

(4) Lafone Quevedo, 1. c. pag. 219.

sea muy segura por su identidad típica con otros sacados de Pachacamac, Ancón, Huacho, Trujillo y otros parecidos lugares, queda todavía el plato signado con el número 164 de la misma obra, procedente de Blanco Encalada. Este es parecido á muchos que se han encontrado en las tumbas desde Arequipa hasta Ancón, pero tiene sus particularidades. De tales artefactos pueden haberse derivado los ornamentos en forma de gradas (1) y los meandros típicos que daban un desarrollo paralelo de la ornamentación antigua chilena con la argentina del mismo tiempo (2). Los ornamentos anexos á los ojos que aparecen en la figura 66 (de Illapel) y figura 186 (de Tongoi) tienen también un carác ter preincaico peruano, parecido á los ornamentos de los ojos en las figuras de Tiahuanaco. También el vaso de oro, fig. 128, de Copiapó, tiene tipo preincaico, parecido á los vasos de barro de Tiahuanaco (3). Queda entonces establecido que también Chile debe haber tenido su alfarería preincaica pintada, de origen peruano,y es de confiar que estudios sistemados corroboren las observaciones hechas aquí con un material todavía limitado.

Período de los Incas

Por la expansión de la civilización peruana hacia el Sur del Ecuador, y hasta el Norte de la Argentina y por sus varios contactos con los indios del Este en el período anterior, los Incas encontraron una tarea en muchos sentidos menos ardua para su misión civilizadora. Sin embargo, lo que en ese camino alcanzaron, deja muy atrás los efectos de sus predecesores, y esto se explica al representarnos el orden sistemado de su gobierno, el sistema maravilloso de su administración y el carácter militar de la raza. Fueron ellos

(1) Comp. fig. 179, de Petorea.

(2) Véase los vasos fig. 166 de Tongoi, 168 de Freirina, y 177 de Vallenar.

(3) Kultur u Industrie, 1, pl. 11, fig 1-2

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