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fue S. E. al Callao y este día pasó muestra de la infantería y artillería y gente de mar. y se embarcó hacia el riero en la falúa y fue a ver las naos de S. M.; hubo gran salva de artillería de mar y tierra y miró toda la muralla embrazado, y en Piti-piti desembarcó y vido las lanchas nuevas de la tarazana". Con respecto a la denominación de chalacos que se da a los habitantes del Callao, no sabemos si desde tiempos muy remotos, no hay aún nada definitivo que acentuar. Lo probable' es que sea de origen aymara, formada de dos vocablos: challua, pescado, y haque, hombre (Bertonio, 1612; y Torres Rubio, 1616). Según estos autoies, aquí como en muchos casos, el sustantivo haque indica oficio, asi challuahaque significa pescador. El Padre Buendía (Vida del Padre Castillo, Madrid, 1693) los llama calagüenses: "Arruinóse del todo la iglesia de nuestro Colegio Calaguense, hermoso y recién acabado". Villami! y Roda, La lengua de Adán y el hombre de Tiahuanacu, cree que' chalaco viene de challacu, lugar o sitio arenoso o más bien arenal... Lo posible es que chalaco sea una adulteración de challahaque por los españoles. que destrozaron las lenguas indígenas".

Dario Arrús y Rosendo Melo, en sus libros sobre el Callao antiguo, se inclinaron por la tesis del origen castellano del nombre Callao. Para Arrús, Callao proviene del material con que esán constituídos su playa y fondo, "que no se iguala a ninguna otra del Perú pues de norte a sur todas las riberas del mar, con raras excepciones, son de arena fina". Melo expresa que calavia en italiano significa el lastre; que calhao es voz portuguesa que significa lastre, cascajo, hormigón; y que en los diccionarios castellanos antiguos callao es guija, guijarro, zahorra, lastre o peladilla de río que en la marina designa calidades de playa o fondo de mar, equivalente a zahorra, palabra maritima que también significa lo mismo: piedra menuda que sirve para lastrar y solar el enjunque". Agrega: "Esta palabra es sin duda de origen francés, una degeneración de cayllou que significa lo mismo que callao. Así nuestro puerto debe su nombre a la calidad de su fondo y sus playas, formados de piedrecitas o guijarros".

Para nosotros la palabra Callao es de procedencia española, nombre que se dio al puerto por las características de su playa y fondo de mar, de piedras pequeñas o cantos rodados acarreados por el río Rimac que se utilizaban ventajosamente para lastrar los barcos. Veamos asi con qué nombres se fue denominando el puerto en el transcurso del siglo XVI hasta que adquirió su denominación propia de Callao.

El primer nombre con que aparece es con el de Puerto de Lima, el 1 de Enero de 1535. cuando el Adelantado D. Pedro de Alvarado otorga alli carta de recibo de la suma de 100,000 pesos, valor de la armada que vendió a Francisco Pizarro y a Diego de Almagro. Se le

llama Puerto de Lima, de la parcialidad indigena de Lima, porque todavia no había sido fundada la Ciudad de los Reyes, que lo sería diez y siete días después.

Fundada ya Lima, se le designa como Puerto de la Ciudad de los Reyes. En el año 1558 aparece por primera vez, según el Libro de Cabildo correspondiente, con la expresión de Callao de la Mar. En la sesión tenida por el ayuntamiento de la capital el 2 de Mayo de ese año se dice: "En este cabildo se acordó que se tome posesión de dos solaies, para propios, en el Callao de la Mar, en el lugar donde se señalare y se procure sea en la parte más útil y provechosa". El propio año de 1558 se habla de él como Puerto y Callao de la Ciudad de los Reyes y como Callao y Puerto de la Mar. En 1586 ya figura con nombre propio y definido: Puerto del Callao; y así lo siguen llamando los virreyes D. García Hurtado de Mendoza y Marqués de Montesclaros, en 1595 y 1608, respectivamente. En 1630 Cobo lo nomina Pueblo y Puerto del Callao.

Esos nombres del puerto a partir del año 1558 muestran que no se trataba con ellos de aludir a una designación toponímica sino a una característica topográfica o geográfica de él, la de existir en sus playas una acumulación de guijarros o de pequeños cantos rodados provenientes del fondo del mar y llevados a las orillas por el flujo de las olas. Luego, al decirse Puerto y Callao de la Mar se quería expresar una idea equivalente a puerto y pedregal de la mar; hasta que, finalmente, por razón de definición y abreviación, el hecho geográfico señaló el nombre del puerto, el mismo que se consolidó porque tal callao, tal acumulación de pedregullos (hoy llamados "confites" en término marítimo) era de constante utilidad para lastrar las naves veleras, ellos es, para depositar en el fondo de los barcos aquellas pequeñas piedras o zahorras con que se lograba mantenerlos en equilibrio. Es de observar que en los diccionarios castellanos contemporáneos se define la palabra callao como guijarro y "terreno cubierto de cantos rodados", lo que consuena bien con la expresión definidora antigua del puerto. La operación de lastrar las naves con piedras o zahorras, tan caracterísica en el Callao, fue materia de varias disposiciones contenidas en las Leyes de Indias. Eilas mandaban que los capitanes y generales de las armadas y flotas proveyeran lo conveniente para que todas las naves fuesen bien lastradas; y para que los lastres fueran de piedra y no de arena. Conjuntamente ordenaban que se señalase sitios adecuados donde los barcos, llegados a puerto, descargasen su lastre; disposición ésta también contenida en la provisión dada por el Virrey Conde de Nieva sobre las atribuciones de alcalde del Callao.

Confirma la existencia del pedregal de las playas del Callao el siguiente acuerdo tomado por el Cabildo de Lima el 20 de Noviembre

de 1634: "En este cabildo el dicho alguacil mayor dijo que cada año salen del puerto del Callao muy gran cantidad de navíos y para poder navegar hacen lastre en el cascajal del dicho puerto y por escusar el trabajo le hacen en la playa del pueblo quitando las piedras que tiene por reparo, de que ha resultado allanarlo de modo que creciendo la mar como no halla resistencia llega a las casas y ha derribado muchas y si con tiempo no se remedia correrá mucho riesgo todo el puerto". El Cabildo mando "que en adelante ninguna persona haga lastre en la playa sino que le vayan a hacer a Bocanegra y que los alcaldes del Callao lo hagan cumplir".

En lo que respecta al nombre de Chucuito, antigua pesquería indígena y hoy barrio del Callao, opinamos, con Romero, que su nombre es de procedencia aymara, porque, como es sabido, hay y subsisten muchas voces en esta lengua en la toponimia del valle de Lima. El vocablo chalaco puede por su parte provenir del aymara challahaque, convertido en chalaco; cuanto del castellano. En el primer caso suponemos que los indios, tan pródigos en definiciones y calificaciones despectivas para con los hombres de raza blanca, llamaron challahaques pescadores o comedores de pescado, a los habitantes del Callao. En el segundo caso, no se ve que haya derivación aceptable de la palabra Callao para calificar a sus nativos, a los que los españoles en lugar de decirles callaacos los denominaron chalacos. No dejaremos de advertir que la palabra haque corresponde a una desinencia toponímica, como lo vemos en los nombres geográficos de Tamboraque (Tamborhaque), lugar en el departamento de Junín; y de Coporaque (Coporhaque), distrito de la provincia de Caylloma.

EL NACIMIENTO DEL PUEBLO DEL CALLAO

Los primeros españoles que pisaron el valle del Rímac -que fueron los que con Hernando Pizarro, en el año 1533, llegaron al pueblo de Pachacamac a apresurar el rescate ofrecido por el Inca Atahualpa- no tuvieron necesariamente que tocar en el puerto que después se l'amó el Callao porque el camino incaico de la costa del valle de Lima continuaba por Surco hasta Pachacamac: aunque, como lo dice Alberto Regal, existía un sendero de género local que salía de los terrenos del Cacique de Lima y pasando por Maranga llegaba al litoral.

El puerto de la futura Ciudad de los Reyes fue ciertamente visto por los españoles el año 1534, en sus recorridos por la costa ó los llanos. En 1o de Enero de 1535 llegó al puerto, desde Pachacamac, un grupo de españoles para tomar posesión de una de las naves de la armada que trajo al Perú el Adelantado Don Pedro de Alvarado y

que fue comprada por Pizarro y Almagro. Eran dos núcleos de hombres: uno de Alvarado, a quien acompañaban sus allegados Luis de Moscoso, Juan de Alvarado. Hernando de Alvarado, Garcia de Alvarado, Bernardo Ramírez y los escribanos Bernardino de Valderrama y Domingo de la Presa; y el otro núcleo comandado por Diego de Almagro, seguido de Ruy Diaz, Hernán Sánchez, Francisco Calderón, Francisco Pinto, Francisco de Villacastin, Francisco de Godoy, Juan Tello de Guzmán, Alonso Martín de Don Benito y el secretario de Francisco Pizarro Pedro Sánchez de la Hoz. Allí, "en el Pueblo y Puerto de Lima", Alvarado otorgó carta de recibo de la suma de cien mil pesos, valor de la armada vendida. En el puerto estaba anclado el galeón "San Cristóbal", que comandaba el piloto Juan Fernández. Con las formalidades legales del caso, Almagro tomó posesión de aquella nave, que a poco debía partir a Panamá siempre bajo la dirección de Juan Fernández.

La segunda noticia documental que se tiene del puerto es la contenida en el acta que el 6 de Enero de 1535 se suscribió en Pachacamac referente a la búsqueda del lugar más apropiado para fundar la próxima Ciudad de los Reyes. Se dice en ella que se escogió el asiento del Cacique de Lima, entre otras razones, "por estar como está junto a él muy buen puerto para carga y descarga de los navios que vinieren a estos reinos, para que desde aquí se provean de las cosas necesarias los otros pueblos que están fundados y se fundaren la tierra adentro". Nace pues el Callao con su destino ya fijado de ser el puerto principal de la gobernación de la Nueva Castilla. En el puerto del Callao se otorgaron diversas escrituras entre varios de los españoles llegados y que permanecieron en él entre los días 1o y 5 de Enero del año citado de 1535.

Es indudable que en el puerto de Lima no hubo fundación de pueblo, acto que se realizaba con precisas ceremonias de carácter civil y judicial. No existe ningún dato histórico sobre fundación española en el Callao y el propio Cobo afirma que "como hasta ahora (1630) no se ha hecho fundación en este lugar con jurisdicción distinta de la de Lima, es dificultoso señalar el tiempo de su principio". El cronista indio. Guamán Poma de Ayala manifiesta que el Callao se pobló "más primero que la Ciudad de los Reyes", debiéndose entender este aserto en el sentido de que fue visto y visitado por los españoles antes de que se fundara Lima, como realmente ocurrió. En algunos documentos remotos se hace alusión "al pueblo que ahora se funda en el Callao", lo que a su vez debe entenderse como al hecho de que el puerto se iba poblando y edificando.

A la llegada de los conquistadores hispanos se sabe que en el puerto sólo existía una población de indios, la pesquería de Pitipiti, situada probablemente por el actual barrio de Chucuito; y un tambo, lugar de almacenamiento y provisión que por su parte parece que estaba ubicado por donde nació la población española, edificio incaico conocido después con el nombre de "tambo de la mar".

El Callao nació así, espontáneamente, sin fundación predeterminada. No hallamos más noticia lejana sobre su origen español que aquella de que en el puerto obtuvo tierras el conquistador del Perú Alonso Palomino, tierras que á poco pasaron a propiedad del Veedor García de Salcedo. Por otros datos se sabe que a lo largo del camino incaico de Lima al Callao los indios poseían tierras propias de cultivo, como se confirma en las ordenanzas de distribución de aguas de regadío que expidió el Virrey Don Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete.

El primer dato documental acerca de la población del Callao es aquel, ya anotado como tal por Cobo, de que el 6 de Marzo de 1537 Diego Ruiz solicitó licencia del Cabildo limeño para edificar un tambo ó bodega en el puerto en el que se depositarían las mercaderías que se desembarcasen a efecto de que no recibieran daños por no guardarse bajo techado respecto de no haberse edificado casa en que ponerlas, licencia que le fue concedida con condición de que si en algún tiempo la ciudad de Lima tuviese necesidad de ese tambo ó mesón lo pudiera tomar para sí, pagándole lo que hubiere construido en él, y "en muchos años sigue diciendo Cobo- no se labró otra cosa más que este tambo, el cual en poco tiempo vino al Cabildo de Lima, que lo arrendaba en quien lo tenía por bien y servía de mesón donde se albergaba y daba de comer a la gente de mar que a él acudía. Después se fueron levantando algunas bodegas en la misma playa para guardar las mercaderías que se trajinaban por la mar, y como este trato se fuera aumentando fue también creciendo la ranchería y casas, de manera que por los años de 1555 residía ya aquí de asiento alguna gente".

En efecto, Ruiz solicitó permiso para edificar un tambo en el puerto de la ciudad, "en el asiento de otro tambo viejo que está en el puerto" para recibir en él las mercaderías que llegaran, debiéndose abonar por la guarda de ellas lo que fuera justo. Días después de aquella fecha del 6 de Marzo de 1537, el procurador general de Lima Pedro Navarro pidió en el Cabildo de la Ciudad de los Reyes que el referido tambo pasase a propiedad del Ayuntamiento para que su alquiler se diese a quien en remate ofreciese más por él; pedido que fue acordado con lo que Ruiz perdió la posibilidad de poseerlo. Este Ruiz, hombre activo. y emprendedor, en el año 1536 fue recibido por vecino de Lima y al

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