Imágenes de página
PDF
ePub

primer prior fué Fray Melchor de Villagómez; el de San Francisco, que tenía por titular al glorioso San Diego, edificado cerca de los años de 1593, según el cronista Córdova y Salinas; y el de San Agustín, dei cual el Padre Calancha da la siguiente descripción: "Fundóse nuestro Convento en este puerto el año de 1595. Dió la licencia el Virrey Don García Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete. Diéronnos el sitio primero para la fundación del Convento antiguo Francisco de Soria y Gonzalo Juárez de Medina, personas ricas y hacendadas en el puerto, y mil pesos más para el edificio. Fundóle el Padre Maestro Fray Alonso Pacheco, provincial entonces, y nombró por fundador efectivo al Padre Merino de Lesana, persona noble, hijo de la casa de Lima, gran religioso y que tuvo muchos y graves oficios en esta provincia, bien merecidos por su virtud, talento y actividad. Fué en busca del Santo Arzobispo de los Reyes D. Toribio Mogrobejo (que andaba visitando su arzobispado); vidole en el pueblo de San Andrés de Llamellín y diósela con toda la benignidad á 26 de Enero del año 1595. Tiene este Convento excelente iglesia, precioso y costoso retablo dorado y de obra prima con dos capillas colaterales en que están dos ricos retablos dorados de lindos samblajes y estafes: la una de Nuestra Señora del Buenviaje con una cofradía de marineros; la otra de San Nicolás de Tolentino con otra cofradía de sus devotos. Ambas festefan y adornan sus imágenes y capillas con ostentación y gasto. En el cuerpo de la Iglesia tiene otras dos capillas; una de Nuestra Señora de Copacabana, que es de indios oficiales; y la otra superior en todo á todas, así en dorados techos con grandes labores como en el retablo donde está en bulto el retrato del Santo Cristo de Burgos, y desde Lima en que sus esclavos muestran finezas de devoción y fausto, casan doncellas y hacen otros oficios de gran piedad y ostentación así como se hace por los esclavos de Lima, y se dirá á su tiempo. La iglesia, capilla mayor, coro alto y bajo y sacristía son de madera y tablazo de roble con buenos frisos y lazerías y de esta obra tiene un lindo claustro de arcos de piedra, cal y ladrillo. Váse ya acabando lo interior de la casa, que está junto a palacio, una cuadra de la plaza. Mucho ha que estuviera acabado toda si no se hubiera mudado de dos anteriores sitios distantes de la plaza. Fundamos la primera vez en lo que es hoy Hospital del Bendito Juan de Dios. Mejorámonos de sitio acercándonos más á la plaza en las espaldas de lo que hoy es iglesia y de alli pasamos adonde hoy vivimos, dejando en cada sitio edificado mucho".

D. Alonso Carrió de la Bandera, autor de el Lazarillo de Ciegos Caminantes y Visitador de Correos

p. Rubén Vargas Ugarte

Este curioso y entretenido libro escrito aparentemente para utilidad de los viajeros y comerciantes que trajinaban entre Buenos Aires y Lima descubre en el fondo una intención crítica y un velado deseo de justificar las medidas adoptadas por el Visitador de Correos. Escrito con donosura y gracejo, en un estilo llano pero animado, se lee con interés y fruición, haciendo aun mayor su atractivo el diálogo que entablan con frecuencia el Visitador y su acompañante, las picarescas reflexiones del uno y del otro, las sátiras punzantes de las costumbres y personajes de entonces y la amenidad de las anécdotas intercaladas en el relato. Sus varias ediciones en la época moderna, hasta cuatro si no andamos equivocados, nos revelan que es manjar apetitoso para los lectores de hoy y que no está llamado a sumergirse en el olvido.

Allá en el año 1929 hubimos de tratar de él, con motivo de la opinión sustentada por D. Federico F. Monjardin en el Boletin del Instituto de Investigaciones Históricas de la Facultad de Letras de Buenos Aires. Este autor suponía que D. Calixto Bustamante Carlos Inca era un personaje ficticio y que su nombre no venía a ser sino el anagrama de D. Alonso Carrió1. La suposición era un tanto antojadiza y en parte procedía de la ninguna noticia que tenía Monjardin de D. Calixto. En el mismo Boletin refutamos su aserto y nos ceñimos a probar que Concolorcorvo era un personaje tan real como D. Alonso y tan de carne y hueso como él.

Más adelante y con motivo de un articulo de Walter L. Bose sobre D. Alonso como Visitador de Correos y Estafetas y del viaje que hizo de España a Buenos Aires en 1771, en tanto que su jefe D.

1 Año VII. No 37. Buenos Aires, 1928, p. 30 y s. Año VII, No 39, p. 16 y 8, Buenos Aires, 1929. Pué reproducido este último artículo en la Revista Univer sitaria, No 21. junio 1929, de Buenos Aires y en el No 137 de Mercurio Peruano, Lima, 1930.

José Antonio de Pando, Comisionado de la Renta de Correos para el Virreinato del Perú y nombrado para este efecto en 1769, sólo alcanzó a entrar en Lima en mayo de 1772, nos decidimos a aclarar algo más la figura de D. Alonso, gracias a los papeles inéditos que hallamos en el Archivo de la familia Moreyra, a la cual pertenecía la esposa de D. Alonso y otros de su mano que hallamos en Lima. Este nuevo trabajo se publicó en la revista Cuadernos de Estudio, del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Católica de Lima, No 6 y 7 en el año 1948 y s.

Walter L. Bose había advertido ya que, en primer lugar, Concolorcorvo se hallaba en Buenos Aires y habia entrado al servicio del Visitador de Correos cuando éste se dispuso a emprender su viaje y cita una carta fechada en Lima el 18 de Setiembre de 1770, en la cual D. Martín de Martiarena, secretario del Virrey Amat, recomendaba a D. Calixto, por indicación de D. José Perfecto de Salas, Asesor del Virreinato, a D. Domingo de Basavilbaso, Administrador de la Renta de Correos de Buenos Aires. La firma de Martiarena había sido contrahecha, como lo comprobó D. Domingo, cotejándola con otras auténticas y descubriéndose el fraude del mestizo cuzqueño que, según parece, era experto en esta clase de trampas. En segundo lugar, Bose se inclinó a admitir como autor de El Lazarillo al Visitador de Correos, D. Alonso Carrió, por la prolijidad con que se anota en el libro todo lo relativo al servicio de correos 2.

Como la revista citada, en la cual publicamos este trabajo, tuvo poca circulación y apenas se tiene de ella noticia, de modo que el Sr. Real Diaz ha podido decir en el artículo publicado en el tomo XIII del Anuario de Estudios Americanos, que, fuera de W. Bose, ningún otro escritor de Hispano América, ha puesto en claro el nombre del verdadero autor de El Lazarillo, nos hemos decidido a darlo a luz nuevamente.

En primer lugar nos vamos a ocupar de D. Calixto Bustamante Carlos Inca, pasaremos luego a tratar de la personalidad de D. Alonso y, finalmente, nos vamos a referir a su polémica con D. José María de Pando, todo a base de documentos inéditos, algunos del Archivo de Indias de Sevilla y otros, tal vez los más, de los Archivos limenses.

I I

¿Quién fue D. Calixto Bustamante Carlos Inca? La familia de este apellido era muy conocida en el Cuzco y descendía de aquel fa

2 Labor de los Centros de Estudios. Tom. XXIV, No 3, p. 219 a 287. Universidad de La Plata, 1941. Resumen de este trabajo en el tomo 2 de las Actas del Congreso Internacional de Americanistas, Lima, 1942.

moso Cristóbal Paullu Topa Inga, hijo de Huaina Capac, que acompañó a Almagro en su expedición a Chile y sirvió lealmente a los españoles. No nos vamos a detener en diseñar su árbol genealógico porque lo consideramos inútil para el caso y, además, poco grato a los lectores, remitiendo a los que deseen seguir paso a paso las vicisitudes de sus ascendientes a las muchas fuentes que podrán servirles de guía 3. Aquí sólo apuntaremos los nombres de los principales progenitore's de D. Calixto Bustamante. Un hijo de D. Cristóbal Paullo, recibió en el bautismo el nombre de Carlos y casó con María Amarillas de Esquivel, española, natural de Trujillo de Extremadura. De este matrimonio nació D. Melchor Carlos Inca, a quien por sospechas que de él se concibieron y juzgamos infundadas envió a España D. Luis de Velasco. En el Apéndice (No 1 al 6) de este trabajo insertamos algunos documentos que se relacionan con el extrañamiento de este vástago de los Incas, ligado por los lazos de amistad y de la sangre con el Inca historiador, que de él nos habla en sus Comentarios. Para endulzarle el destierro, el Rey vino en concederle un hábito y unos 1.000 ducados de renta cada año, si bien es cierto que el repartimiento que poseía en la comarca del Cuzco fue incorporado a la Corona.

Don Melchor casó dos veces, la primera con Leonor Arias Carrasco, hija de Pedro Alonso de Carrasco e Isabel Fernández Cabeza y nieta del conquistador Pedro Alonso Carrasco y, la segunda, con María de Silva, hija de Lorenzo Vaca de Silva y María de Hoyos Mardones'. De este matrimonio tuvo a Felipe Carlos que falleció en 1611, dos meses después de la muerte de su padre. Del primer enlace no tuvo hijos, pero en doña Francisca de Chávez procreó a Juan Melchor Carlos Inca. Este había nacido en el Cuzco y fue también enviado a España, donde ya se encontraba su padre, por el Marqués de Montesclaros en compañía del Lic. Alonso Maldonado de Torres. Se le nombró capitán de infantería y se le hizo merced del hábito de

3 V. mi obra: Biblioteca Peruana, vols. I, II y III. Manuscritos Peruanos, en donde se describen algunos de los más importantes mss. relativos a esta familia. • Felipe II, por R. C., de 30 de octubre de 1596, ordenó al Virrey D. Luis de Velasco hiicese merced a D. Melchor, en caso de ser cierto su entroncamiento con los Reyes Incas. Por otra de 30 de abril de 1606 se le concedieron 8500 ducados de renta en la Contratación de Sevilla y por otra de 18 de enero del mismo año se dispuso que los Oficiales Reales del Cuzco diesen 6000 pesos a su mujer, Da. Leonor, para poder venir a España a reunirse con su marido, pero al llegar dicha cédula al Cuzco ya era difunta. Poco después, el 15 de febrero de 1607, debido a instancias de D. Melchor, el Consejo pidió al Rey le diese licencia por dos años a fin de que pasase al Perú y trajese a su mujer, pero indicando al mismo tiempo se previniese al Virrey para que con maña procurase su aviamiento a fin de que dentro de ese tiempo verificase su vuelta. Por la causa arriba dicha el viaje no se realizó,

Santiago, señalándosele 1.000 ducados de renta en la Casa de la Contratación 5.

Antes de pasar adelante detengámonos un momento para fijar los rasgos de D. Melchor Carlos Inca. Garcilaso que lo trató y conocía muy bien el linaje de donde procedía, dice de él que era de lo más principal de la nobleza incaica y en la relación del P. Gabriel de Oviedo sobre los conciertos que se celebraron con el Inca Tito Cusi Yupanqui, se advierte que D. Melchor disfrutaba de una cuantiosa renta, hasta de 40.000 castellanos, pues tenía en encomienda a los indios de Ayaviri, Jatuncana y Moyna. En su ciudad natal ejerció el cargo de Regidor y de Alférez Real y en España, a más del hábito de Santiago, se le dio el titulo de Capitán, de uno de los tercios de Flandes y fue Gobernador de Alicante y Caballerizo Mayor de Da. Margarita de Austria. En 1603, según Garcilaso, vivía en Valladolid y alli recibió un poder que le enviaron sus parientes los Incas del Cuzco, a fin de que pidiese en su nombre al Rey, la exención de tributos y otros gajes. Encontrábase en Alcalá, cuando le asaltó la muerte "de cierta pesadumbre que tuvo de verse recluso en un convento, por cierta pasión que tuvo con otro de su mismo hábito de Santiago". Falleció muy poco después de melancolía y otorgó su testamento el 2 de octubre de 1610. En él disponía que, en caso de morir su hijo Felipe Carlos, que sólo tenía algunos meses de nacido, heredaran sus bienes sus hijos naturales. Con este motivo, Doña María de Silva, su mujer, pidió al Consejo se le entregara la hacienda del difunto, pero por Real orden de 17 de febrero de 1615, se llamó a gozar de la herencia a los hijos naturales, entre los cuales se encontraba Doña Juana Carlos Esquivel ".

Esta casó con don Juan Guachuri Poma Inca, cacique principal de Guanipaca en la provincia de Abancay, a quien se despachó ejecu

5 La resolución del Consejo fué ésta: "A 27 de agosto de 1626... teniendo presente que D. Juan Melchor Carlos Inga, hijo mayor de D. Melchor Carlos Inga vino a España como único heredero de su padre y pide se le haga merced de un hábito de Santiago y como Capitán de Infanteria vaya a servir a S. M., de que se le hizo merced en la última leva, vino en concederle dicho hábito". Don Juan, se añade en los considerandos, fué traido a España por orden de S.M. ahora 12 años (1614) y lo remitió el Marqués de Montesclaros con el Lic. Alonso Maldonado de Torres. Se le señalaron 200 ducados de renta y, después, por ha berse casado, se le dieron 1000 en la Casa de la Contratación, donde su padre tenía 8000 que no pudo heredar por ser hijo natural.

6 V. Revista Histórica. Tomo 2, Lima, p. 66 y s.

7

Primera parte de los Comentarios. Libro IX, Cap. 40. V. también la Segunda Parte, Libro VIII, cap. 18.

• Doña Juana tuvo otras dos hermanas de padre, Doña Maria Inca Coya, que se entró monja en el Convento de la Piedad, que llaman de Vallecas, en Ma drid, y Doña Melchora Clara Coya.

« AnteriorContinuar »