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Compárese ahora la oración de Carlomagno en Fierabrás (v. 1169), poema cuya redacción conservada es de hacia el año 1200, pero que debió tener otra forma anterior:

Glorieus Sire peres, qui en crois fu penés,

et en la sainte Virge et concéus et nés,

en Bethléem, biaus Sire, nasquis en povretés...
et li pastour des cans en ont leur cors sonnés...
Puis alastes par terre XXXII ans passés...

Et Longis vous feri de la lance es costés:

il n'avoit ainc véu de l'eure qu'il fu nés;

li sans fu par la lance duques as puins coulés;
il en terst a ses ex tantost fu alumés;
Sire, merchi cria; tu séus son pensé.

Otras semejanzas por el estilo pueden buscarse en las demás oraciones de los poemas franceses (1); en vista de ellas no puedo compartir la opinión de Ríos y de Milá, quienes entre la oración de doña Jimena y la de las chansons descubrían tan sólo semejanzas ligeras de esas que pueden producirse por analogía del estado social en que vivían los poetas caste

(1) He aquí en las oraciones francesas algunos milagros comunes con los de la de doña Jimena: Daniel, Jonás y Lázaro, en Roland, 2384, 3100; Jonás, Daniel y resurrección, Gaydon, 2334, 10006; Jonás, Daniel, Susana, en Amis et Amile, 1764; Susana, los ladrones crucificados con Cristo, Longinos, Ogier, 11645; nacimiento, magos, Lázaro, Longinos y resurrección, Gui de Bourgogne, 2543, 1892; nacimiento, magos, Longinos, Siège de Narbonne (comp. Cantar, p. 2614). Véase GAUTIER, La Chevalarie, ps. 542-546 y 38, y J. ALTONA, Gebete und Anrufungen in den altfranzösischen Chansons de geste, Marburg, 1883, p. 13-14 (Ausgaben und Abhandlungen de Stengel, IX).

llanos y franceses (1). Es evidente la imitación inmediata. Además se trata de una imitación insistente. El Poema del Cid no debió ser el primero que copió estas oraciones narrativas, y tampoco fué el último. Siglos después hallamos otras oraciones por el estilo en el Poema de Fernán González, 105-113, y en el Arcipreste de Hita, 1-7, es decir, en obras no debidas ya a juglares, sino a clérigos, y ambas acusan un nuevo patrón común, pues incluyendo milagros iguales a los del Poema del Cid (Daniel, Jonás, Susana) concuerdan en añadir otros nuevos (san Pedro, Ester, santa Marina, los tres niños del horno). Cuando la oración reaparece en la obra de un juglar, en la Gesta del Abad Juan de Montemayor, no es ya imitada de Francia, sino del mismo Poema del Cid.

En fin, debemos admitir asimismo como imitada del francés la manifestación del dolor de los personajes por medio de lágrimas. Las circunstancias en que éstas se vierten no tienen nada de especialmente francés. El dolor se manifiesta habitualmente con llanto en los héroes

(1) A. DE LOS Ríos, Hist. critic. de la literat. esp., III, 1863, p. 140, n.; MILÁ, De la poesía heroico pop., página 467. Las coincidencias casuales son más vagas. Por ejemplo, la absolución de don Jerónimo (v. 1703), "el que aquí muriere lidiando de cara", etc., y la del papa, en el Couronnement de Louis, 426-430, "qui en cest jor morra en la bataille En paradis avra son herberjage", etc.

griegos, germanos o románicos, mientras la cólera es un motivo arcaico que hace llorar en pocos poemas romances; así el Cid llora en multitud de ocasiones; pero cuando sabe la felonía que cometieron sus yernos, sólo prorrumpe en un juramento, y al abrazar a sus abandonadas hijas, se sonríe; por otra parte, los personajes antipáticos, los infantes de Carrión, Ganelón, los pretendientes de la Odisea, tienen sus ojos secos ante la desgracia. Mas aunque las lágrimas aparezcan lo mismo en los personajes de Homero que de Ariosto, las expresiones consagradas del llanto en nuestro Cantar son iguales a las de la epopeya francesa, que es especialmente lacrimosa. En el Roland y chansons más antiguas, plorer des oilz es la fórmula corriente de! dolor, que va haciéndose escasa en las chansons posteriores; llorar de los ojos es dominante en el Cantar, y como forma rara reaparece en algunos romances de gusto francés (1). Las expresiones que ocurren escasamente en nuestro

(1) Por ejemplo, en el del Marqués de Mantua, "lloran. do de los sus ojos sin poderse conortar" (Primavera de WOLF, II, p. 184). Véase Cantar, págs. 9226 a 32, 380 13 y 736 19; ahí se verá que la expresión es también frecuente en los poemas de clerecía. También en la literatura francesa, la expresión ocurre fuera de las chansons: en Saint Alexis, 222 var.; en las Altfranzösische Romanzen, her. von K. Bartsch, 1870, p. 8, etc.: en la Passion varía, pues es "de ssos sanz olz fort lagrimez”.

Cantar, compeçaron de llorar (v. 856) y lloran de coraçon (v. 2632) ocurren también, en muchas chansons aquélla, y en el Girard de Roussillon ésta (1).

En vista de estos tres casos de imitación francesa (2), sin duda se queda corto Milá al creer

(1) Véase L. BESZARD, Les larmes dans l'épopée, en la Zeitschrift für roman. Philologie, XXVII, 1903, págs. 666668, 531, 651. No trata de la imitación. Nota que la frase pleurer du cœur parece meridional, pues sólo se halla en el poema provenzal y en el español; la analogía de estas dos frases es evidente, pero nótese que el uso de la preposición de es diferente en una y otra expresión.

(2) Pudieran señalarse otras frases del Poema del Cid análogas a las de las Chansons, pero que no revelan imitación inmediata, siendo resultado general de la fraternidad de las dos lenguas y literaturas. Alvar Fáñez es el diestro braço del Cid (810, 753), o su braço mejor (3063), y Roland es para Carlos le destre braz de l' cors (597); pero es frase corriente "ser el brazo derecho de uno". "Crebantó la bloca del escudo, apart gela echó, Passógelo todo, que nada nol valió" (3632), "todas sus guarniçiones nada non les valieron" Fernán González 315, ninguna nol ovo pro (3639); prov.: "l'elme ni la cofa no li valc", fr.: "ne lui garit halbercs ne akemons stoffes". Amadís: "firio al uno dellos de manera que armadura que trajese no le aprovecho"."¿Quien vio por Castiella tanta mula preciada" (1966); “Qui dont veïst ces espées saichier" (Raoul de Cambrai); “Qui dont véist les povres escuiers..." (Li Charroi de Nimes), etc., etc. = sin falla (523, 1963, 1806), fr. senz faille, sans falseté. alto es el poyo (864), pudiera tomarse como reminiscencia del famoso verso halt sunt li pui del Roland, 814, 1755 (según me indica M. Vilmotte), pero la semejanza es poco significativa, no tratándose en Mio Cid de poyo como nombre común en plural, sino como nombre propio en singular, aun hoy subsistente: El Poyo, el cual, en realidad, es muy alto; la coincidencia, parcial solamente, parece efecto de la casualidad.

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que no se puede afirmar del autor del Poema que hubiese necesariamente oído un poema francés, sino sólo que conocía descripciones de batallas que mediata o inmediatamente provenían de la epopeya francesa (1). Un juglar de gesta castellano, en el siglo XII, no podía ignorar el Roland, cuando hacia IIIO el monje de Silos se molestaba en protestar contra los primeros versos de la chanson (2), y cuando los dos héroes de ella, Roldán y Oliveros, representaban el ideal caballeresco para el poema de Almería, hacia 1150; otras chansons de esta centuria, como la de Ogier, la Mort Aimeri, Amis et Amile, debían también ser conocidas en Castilla, a juzgar por los rastros que de ellas quedan en los romances. Obsérvese que desde fines del siglo XI, a lo largo del camino francés que conducía a Santiago, había barrios enteros poblados de franceses, principalmente del mediodía de Francia, en Logroño, Belorado, Burgos, Sahagún, y fuera de aquella gran vía de peregrinación, en Silos, en Toledo y en otras muchas ciu

(1) MILÁ, De la poesía her. pop., p. 470. Véase también De los Trovadores en España, Obras, II, p. 538-540.

(2) SILENSE, 18 (España Sagrada, XVII, 271). Resulta evidente que el Silense alude a la chanson de Roland cuando se comparan sus palabras ("franci falso asserunt") con el capítulo 11 del libro IV de RODRIGO DE TOLEDO, que manifiestamente es una refutación de los cinco primeros versos del Roland ("histrionum fabulae").

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