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griegos, germanos o románicos, mientras la cólera es un motivo arcaico que hace llorar en pocos poemas romances; así el Cid llora en multitud de ocasiones; pero cuando sabe la felonía que cometieron sus yernos, sólo prorrumpe en un juramento, y al abrazar a sus abandonadas hijas, se sonríe; por otra parte, los personajes antipáticos, los infantes de Carrión, Ganelón, los pretendientes de la Odisea, tienen sus ojos secos ante la desgracia. Mas aunque las lágrimas aparezcan lo mismo en los personajes de Homero que de Ariosto, las expresiones consagradas del llanto en nuestro Cantar son iguales a las de la epopeya francesa, que es especialmente lacrimosa. En el Roland y chansons más antiguas, plorer des oilz es la fórmula corriente de! dolor, que va haciéndose escasa en las chansons posteriores; llorar de los ojos es dominante en el Cantar, y como forma rara reaparece en algunos romances de gusto francés (1). Las expresiones que ocurren escasamente en nuestro

(1) Por ejemplo, en el del Marqués de Mantua, "lloran. do de los sus ojos sin poderse conortar" (Primavera de WOLF, II, p. 184). Véase Cantar, págs. 9226 a 32, 380 13 y 736 19; ahí se verá que la expresión es también frecuente en los poemas de clerecía. También en la literatura francesa, la expresión ocurre fuera de las chansons: en Saint Alexis, 222 var.; en las Altfranzösische Romanzen, her. von K. Bartsch, 1870, p. 8, etc.: en la Passion varía, pues es "de ssos sanz olz fort lagrimez".

Cantar, compeçaron de llorar (v. 856) y lloran de coraçon (v. 2632) ocurren también, en muchas chansons aquélla, y en el Girard de Roussillon ésta (1).

En vista de estos tres casos de imitación francesa (2), sin duda se queda corto Milá al creer

(1) Véase L. BESZARD, Les larmes dans l'épopée, en la Zeitschrift für roman. Philologie, XXVII, 1903, págs. 666668, 531, 651. No trata de la imitación. Nota que la frase pleurer du cœur parece meridional, pues sólo se halla en el poema provenzal y en el español; la analogía de estas dos frases es evidente, pero nótese que el uso de la preposición de es diferente en una y otra expresión.

(2) Pudieran señalarse otras frases del Poema del Cid análogas a las de las Chansons, pero que no revelan imitación inmediata, siendo resultado general de la fraternidad de las dos lenguas y literaturas. Alvar Fáñez es el diestro braço del Cid (810, 753), o su braço mejor (3063), y Roland es para Carlos le destre braz de l' cors (597); pero es frase corriente "ser el brazo derecho de uno". "Crebantó la bloca del escudo, apart gela echó, Passógelo todo, que nada nol valió" (3632), "todas sus guarniçiones nada non les valieron" Fernán González 315, ninguna nol ovo pro (3639); prov.: "l'elme ni la cofa no li valc", fr.: "ne lui garit halbercs ne akemons stoffes". Amadís: "firio al uno dellos de manera que armadura que trajese no le aprovecho". "¿Quien vio por Castiella tanta mula preciada" (1966); “Qui dont veïst ces espées saichier" (Raoul de Cambrai); "Qui dont véist les povres escuiers..." (Li Charroi de Nimes), etc., etc. = sin falla (523, 1963, 1806), fr. senz faille, sans falseté. alto es el poyo (864), pudiera tomarse como reminiscencia del famoso verso halt sunt li pui del Roland, 814, 1755 (según me indica M. Vilmotte), pero la semejanza es poco significativa, no tratándose en Mio Cid de poyo como nombre común en plural, sino como nombre propio en singular, aun hoy subsistente: El Poyo, el cual, en realidad, es muy alto; la coincidencia, parcial solamente, parece efecto de la casualidad.

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que no se puede afirmar del autor del Poema que hubiese necesariamente oído un poema francés, sino sólo que conocía descripciones de batallas que mediata o inmediatamente provenían de la epopeya francesa (1). Un juglar de gesta castellano, en el siglo XII, no podía ignorar el Roland, cuando hacia IIIO el monje de Silos se molestaba en protestar contra los primeros versos de la chanson (2), y cuando los dos héroes de ella, Roldán y Oliveros, representaban el ideal caballeresco para el poema de Almería, hacia 1150; otras chansons de esta centuria, como la de Ogier, la Mort Aimeri, Amis et Amile, debían también ser conocidas en Castilla, a juzgar por los rastros que de ellas quedan en los romances. Obsérvese que desde fines del siglo XI, a lo largo del camino francés que conducía a Santiago, había barrios enteros poblados de franceses, principalmente del mediodía de Francia, en Logroño, Belorado, Burgos, Sahagún, y fuera de aquella gran vía de peregrinación, en Silos, en Toledo y en otras muchas ciu

(1) MILÁ, De la poesía her. pop., p. 470. Véase también De los Trovadores en España, Obras, II, p. 538-540.

(2) SILENSE, 18 (España Sagrada, XVII, 271). Resulta evidente que el Silense alude a la chanson de Roland cuando se comparan sus palabras ("franci falso asserunt") con el capítulo 11 del libro IV de RODRIGO DE TOLEDO, que manifiestamente es una refutación de los cinco primeros versos del Roland ("histrionum fabulae”).

dades. Por fuerza los juglares peregrinos, o los franceses principales que a veces traían sus juglares consigo, harían conocer a sus compatriotas establecidos en España los poemas franceses, sobre todo aquellos que contaban con traducción provenzal, como el Fierabrás, cuya oración se parece tanto a la de doña Jimena. Pero tampoco exageremos la influencia extranjera en el Poema del Cid hasta el punto de los que lo creyeron escrito en una jerga medio provenzal o medio francesa (1), o de los que en cada episodio, en cada pormenor, en cada frase del Poema sienten latir la vida de las chansons (2). En los tiempos de Wolf, en que se desconocía la épica castellana y hasta se negaba la posibilidad de su existencia,

(1) Cítanse en el Cantar, ps. 35 y 36.

(2) G. BERTONI, Il Cantare del Cid, Bari, 1912, p. 15.— Aunque más templado, Bello exagera también al establecer esta comparación: "tan cierto es para nosotros que el autor del Poema del Cid imitó las jestas o historias rimadas de los troveres, como que Moratín, Quintana, Cienfuegos i Martínez de la Rosa han adoptado en sus composiciones dramáticas las reglas, el gusto i estilo del teatro francés moderno. I aun nos atrevemos a decir, después de un atento exámen, que es mayor i más visible esta influencia francesa en la antigua epopeya española." Bello (Obras, VI, 260) escribe estas palabras en 1834 para contradecir el supuesto influjo árabe, y preocupado con su nueva y entonces muy rara erudición relativa a las chansons, de las cuales había leído muchas manuscritas en el Museo británico.-E. DE SAINT-ALBIN, La Legende du Cid, 1866, I, p. 223, desearía, "como francés", hallar pruebas en favor de la opinión bastante corriente de que el Poema está imitado del Roland, pero no halla la más mínima. Véase también p. 59, n.

era natural que, apareciendo el Poema del Cid como nota aislada de la literatura española frente a la rica producción épica francesa, se le calificase de simple remedo semi-erudito de modelos franceses (1). Pero hoy que vemos ese Poema como parte de una completa poesía heroica castellana de carácter muy diferente de la francesa, no puede menos de reconocerse que los pormenores, el argumento y el espíritu general del Poema no pueden ser más diversos del de las chansons; el estilo sólo en muy pequeña parte es semejante (2); el verso mismo, con ser aná

(1) Esto dice Wolf en cuanto a la métrica, Studien, p. 415 sig. D. Hinard ve la influencia francesa en cada pormenor de lenguaje (p. LXX) y de métrica del Poema, fundándose en puntos de vista que no creo sean hoy aceptados por nadie (v. Cantar, págs. 35 y 79); ve también influencia en las costumbres caballerescas, armas y trajes, lo cual me parece evidente; pero no trata en especial de la imitación literaria.-Es increíble que, después de escrito el libro de Milá, F. Körbs siente como tesis algo más categórico que las afirmaciones anteriores: "Das P. C. ist eine von einem spanischen juglar verfasste Nachahmung einer a. fr. chanson de geste." (Untersuchung der sprachlichen Eigentümlichkeiten des altsp. P. del Cid, Frankfurt, a. M., 1893, p. 63.)

(2) Como complemento a nuestra nota 2 de la p. 44 y como resumen referente al estilo del Poema, copiaré las atinadas observaciones de BERTONI (ps. 24-25), quien ya hemos visto no regatea la influencia francesa: "Dal confronto del "Cantare" con altri monumenti spagnuoli concernenti l'antica epopea (per es. la Cronaca rimada) risulta, com'è del resto naturale, che lo stile epico ebbe una speciale fraseologia contesta di locuzioni già fatte e molto care, senza dubbio, ai giullari e al pubblico. Così, troviamo sovente il cavallo che fugge "senza padrone", e

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