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las parias que le avían a dar los reyes de Córdova e de Sevilla cada año. Almutamiz rey de Sevilla e Almudafar rey de Granada eran a aquella sazón muy enemigos e queríansse mal de muerte. E eran entonçes con Almudafar rey de Granada estos ricos omnes 5 que le ayudavan: el conde don García Ordóñez, e Fortún Sánchez el yerno del rey don Garçía de Navarra, e Lope Sánchez... e cada uno destos ricos omnes con su poder ayudavan a Almudafar, e fueron sobre Almutamiz rey de Sevilla.

ΙΟ

Ruy Díaz Çid, quando sopo que assí venían sobre el rey de Sevilla que era vasallo e pechero del rey don Alfón su señor, tóvolo por mal e pesóle mucho; e enbio a todos sus cartas de ruego, que non quisiessen venir contra el rey de Sevilla nin destruirle su 15 tierra, por el debdo que avían con el rey don Alfonso [ca si ende al quisiessen fazer, supiessen que non podría estar el rey don Alfonso que non ayudasse a su vasallo, pues que su pechero era]. El rey de Granada

parte de estas adiciones que me parece proceder de la hoja perdida del Cantar.

I por las parias, compárese con el verso 109: El Campeador por las parias fo entrado, el cual nos asegura que esta excursión del Cid a la Andalucía formaba parte del comienzo del Cantar.

6 Era muy común el hecho de que los caballeros cristianos, sea porque su rey los desterrase, sea por espíritu aventurero, pasasen al servicio militar de los musulmanes. Así también el Cid estuvo al servicio del rey de Zaragoza en los primeros tiempos de su destierro, hecho no referido por el Cantar.

e los ricos omnes non presciaron nada sus cartas del Çid, e fueron todos mucho esforçadamente e destruyeron al rey de Sevilla toda la tierra, fasta el castillo de Cabra.

Quando aquéllo vio Ruy Díaz Çid, [tomó todo el 5 poder que pudo aver de cristianos e de moros, e fue contra el rey de Granada, por le sacar de la tierra del rey de Sevilla. E el rey de Granada e los ricos omnes que con él eran, quando sopieron que en aquella guisa iva, enviáronle dezir que non le saldrían de 10 la tierra por él. Ruy Díaz Çid quando aquello oyó, tovo que non le estaría bien si los non fuese cometer, e] fue a ellos, e lidió con ellos en campo, e duróles la batalla desde ora de terçia fasta ora de medio día, e fue grande la mortandad que y ovo de moros e de 15 cristianos de la parte del rey de Granada, e venciólos el Çid e fízolos fuir del canpo. E priso el Çid en esta batalla al conde don Garçía Ordóñez [e mesóle una pieça de la barba]... e a otros cavalleros muchos, e tanta de la otra gente que non avie cuenta; e tóvolos 20

4 Cabra es hoy ciudad de la provincia de Córdoba. En el barrio viejo de la población se alza el histórico castillo que después fué palacio de los condes de Cabra.

19 Compárese con el verso 3288, en que el Cid apostrofa a Garci Ordóñez: Quando pris a Cabra e a vos por la barba... la que yo messé. Este verso nos prueba que la batalla de Cabra figuraba al comienzo del Cantar, en forma muy semejante a como la refieren la Historia latina y la Crónica. Mesar la barba a uno, o arrancarle de ella mechones, era una injuria corriente que las leyes castigaban con grandes multas.

el Çid presos tres días, desí quitólos a todos. Quando él los ovo presos, mandó a los suyos coger los averes e las riquezas que fincavan en el canpo, desí tornósse el Çid con toda su conpaña e con todas sus riquezas para Almutamiz rey de Sevilla, [e dio a él e a todos 5 sus moros quanto conoscieron que era suyo, e aun de lo al quanto quisieron tomar. E de allí adelante llamaron moros e cristianos a éste Ruy Díaz de Bivar el Çid Campeador, que quiere dezir batallador].

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Almutamiz dióle estonces muchos buenos dones e las parias por que fuera... E tornósse el Çid con todas sus parias para el rey don Alfonso su señor. [El rey resçibióle muy bien, e plógole mucho con él, e fue muy pagado de quanto allá fiziera]. Por esto le ovieron muchos enbidia e buscáronle mucho mal e 15 mezcláronle con el rey...

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Esta es la verdadera explicación del epíteto de nuestro héroe: Campeador, "batallador, vencedor", o como decía el conde de Barcelona al retar al Cid, "eris ipse Rodericus quem dicunt bellatorem et Campeatorem". Fray Prudencio de Sandoval creyó que Campeador era lo mismo que alférez o portaestandarte del rey, y R. Dozy sostiene que era lo mismo que el barrâz de los musulmanes, o sea el que tenía el oficio de desafiar, antes de empezarse una batalla, a algún campeón del ejército enemigo. (Cant., p. 527.)

16 Recuérdense los enemigos malos, verso 9, o los malos mestureros, verso 267, que según el Cantar son los causantes del destierro del Cid, lo mismo que según la Crónica. Esta no dice, empero, que los envidiosos acusaran ante el rey al Cid de haber retenido para sí las principales riquezas de las parias, como se desprende de los versos 110-112 y 125 del Cantar.

El rey commo estava muy sañudo e mucho irado contra él, creyólos luego..., [e enbio luego dezir al Çid por sus cartas que le saliesse de todo el regno. El Çid después que ovo leídas las cartas, commo quier que ende oviesse grand pesar, non quiso y al fazer, 5 ca non avía de plazo más de nueve días en que salliesse de todo el reyno.]

I

EL CID CONVOCA Á SUS VASALLOS; ÉSTOS SE DESTIERRAN CON EL. (Sigue el relato de la Crónica de Veinte Reyes y se continúa con versos de una Refundición del Cantar, v. p. 50-51).—ADIÓS DEL CID A BIVAR (aquí comienza el manuscrito de Per Abbat.)

[Enbio por sus parientes e sus vasallos, e díxoles cómmo el rey le mandava sallir de toda su tierra, e que le non dava de plazo más de nueve días, e que que- 10

6 En la alta Edad Media sólo nueve días de plazo se daba al hidalgo desterrado para salir del reino (comp. 306-307); en el siglo XIII, las Partidas conceden un plazo de treinta días. Según la Crónica Particular, la mudanza se introdujo en el siglo XII, pues dice que fué el mismo Cid quien después de desterrado obtuvo del rey que ampliase el plazo en favor de los hidalgos castigados (Cant., p. 797). El rey podía desterrar libremente y sin previo juicio a cualquiera de sus vasallos.

8 Esta parte del Cantar estaba asonantada en á-o (vasallos: plazo), es decir, que pertenecía a la primera serie conservada hoy en el ms. del poema. Por eso empezamos aquí la numeración de las series.

ría saber dellos quáles querían ir con él o quáles fin

car,]

"e los que conmigo fuéredes de Dios ayades buen grado, "e los que acá fincáredes quiérome ir vuestro pagado."

Entonces fabló Alvar Fáñez su primo cormano: "convusco iremos, Cid, por yermos e por poblados, "ca nunca vos fallesceremos en quanto seamos sanos "convusco despenderemos las mulas e los cavallos "e los averes e los paños "siempre vos serviremos como leales vasallos." Entonce otorgaron todos quanto dixo don Alvaro; mucho gradesçió mio Cid quanto allí fue razonado... Mio Cid movió de Bivar pora Burgos adeliñado, assí dexa sus palacios yermos e desheredados.

2 Según el Fuero Viejo de Castilla, los vasallos del señor desterrado tenían obligación de acompañarle hasta que hallase medio de vivir en el destierro. (Cant., p. 606.)

3 La Crónica de Veinte Reyes (y la Primera Crónica) prosigue: "Minaya Alvar Fáñez le dixo: Çid, todos iremos con vusco e seer vos hemos leales vasallos. Todos los otros dixeron otrossí que irién con él onde quier que él fuesse, e que se non quitarién nin le desenpararían por ninguna guisa. El Cid gradesciógelo estonces mucho, e dixoles que, si le Dios bien fiziesse, que gelo gualardonaría muy bien. Otro dia sallio el Çid de Bivar con toda su conpaña; e dizen que cató por agüero, e que tovo corneja diestra..." En vez de este resumen, continúo con algunos versos de una Segunda Refundición de nuestro Cantar, conservados en la Crónica de Castilla y en la Particular del Cid. Estos versos darán idea de los que inmediatamente precedían a los primeros conservados en la copia de Per-Abbat; pero téngase en cuenta que la Refundición ampliaba seguramente lo que en ia redacción primitiva era más conciso y rápido.

14 La Segunda Refundición del Cantar, seguida por las

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