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XXXIV. Salazar de Mendoza (1), murió (dice) "Domingo 25. dias del mes de Marzo, dia de la » Encarnacion del hijo de Dios en edad de sesen"ta años menos lo que hay desde 25. de Marzo » hasta 19. de Agosto: porque nació en tal dia el "año de 1398. y murió el de 58. Fue enterrado » en San Francisco de Guadalajara. Lo mismo dicen, en quanto al dia y año de la muerte, Nicolas Antonio y otros escritores.

XXXV. Él año de 1458. cayó la pasqua à dos de Abril: retrocediendo de este dia al 25. de Marzo, se halla que el 25. de Marzo no fue Domingo, sino Sabado. Acaso murió el Marqués la noche del Sabado al Domingo sobre el amanecer, y los escritores fixaron su muerte en el dia de la Encarnacion, por ser tan santo y señalado, no parandose en las pocas horas que lo embarazaban. Hernando de Pulgar (2) dice con equiVocacion que el Marqués fenesció sus dias en edad de sesenta è cinco años. El mismo Pulgar dice tambien que el primer Duque del Infantado, hijo del Marqués, murió en toda prosperidad en edad de sesenta è cinco años. De aqui pudo nacer esta equivocacion, à no ser que la tomase Pulgar de Lucio Marineo Siculo que dió al Marqués 65. de vida.

XXXVI. Vivió pues el Marqués sesenta años en unos tiempos tan turbados è inquietos, que, como queda visto, à toda hora se hacia preciso acudir à todas partes, y en todas era necesario su consejo y su valor. Las discordias civiles, las

̄ ̄ ̄(1) Cron. del Gr. Card. (2) Cl. Varon

con

continuas guerras con Navarros, Aragoneses, y Moros de Granada, la defensa de sus estados y negocios politicos que se le confiaban, traian tan ocupado al Marqués, que no parece podia quedarle tiempo ni ocio para hacer tan notables progresos en las letras y leer tantos libros como se dexa entender por sus escritos, que le merecieron el renombre de Sabio. (1)

XXXVII. Dexamos dicho con la autori dad de Alonso de Castro y de Fernando Pecha, que en sus tiernos años estudió latin, retorica, poesia y erudicion. A la verdad todos estos estudios resplandecen en sus obras asi prosaicas como poeticas. Pero si hemos de creer à Juan de Lucena, Iñigo Lopez de Mendoza ignoraba la lengua latina siendo ya Marqués de Santillana, Pues en el Tratado de Vita Beata que es un Dialogo entre Don Alonso de Cartagena Obispo de Burgos, el Marqués, y Juan de Mena, introduce al Marqués hablando con el Obispo en estos terminos: Si con Juan de Mena fablases a solas, latino sermon razonarias, yo lo sé : 0 mi misero quando me veo defetuoso de letras latinas! El ya citado Medina (2) dice tambien que el Marques no aprendió mas lengua que la castellana. Creible es que el Marqués no supiese la lengua latina como era menester para razonar latino sermon en un dialogo qual se representa en aquel tratado; pero se hace increible que no tuviese de ella aquella inteligencia que basta para

en

(1) Sandov. Descend. de la casa de Mendoza. (2) Fol. 4.

entender los autores latinos, sin lo qual parece imposible hubiese hecho tanto estudio en la doctrina de los antiguos.

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XXXVIII. En su carta da bastantes indicios de que entendia la lengua latina, pues usa con mucha oportunidad del texto de San Pablo cum essem parvulus &c. y de la sentencia de Horacio, quem nova concepit olla &c. pues aunque está en la carta del Marqués desfigurado el verso, se conserva la sentencia; y esto prueba que la entendia , aunque no se acordase de lo material de las palabras. Lucio Marineo Siculo, (1) poco posterior al Marqués,, no hallo alabanzas (dice) ,, con que ensalzar à Iñigo Lopez de Mendoza Marqués de Santillana: porque si ha habido al,,guno en España que en las armas y pericia militar ha merecido verdadera alabanza, cierta,, mente ha sido este "Esto por lo que toca à las armas. Fue tambien aficionadisimo (prosigue) à los estudios de la latinidad. No parece pues debe dudarse que entendia la lengua latina. Tambien se conoce por el contexto de su carta que entendia la Italiana y Francesa; pues da noticias de sus principales Poetas , y bastantes pruebas de haberlos leido en sus lenguas originales. Acaso aludiendo à esto, entre otras cosas, dice Argote de Molina (2) que fue doctisimo en letras curiosas, de las quales tuvo comercio con los hombres insignes de aquella edad.

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(1) De laudib. Hisp. lib. 5. (2) Nobl, de Andal.

La

XXXIX. La fama del Marqués en las letras y pericia militar fue tan grande que muchos estrangeros venian à España solo por tratarle y conocerle. Juan de Mena en el prologo à la coronacion le llama prudentisimo, magnanimo è ingente caballero, à la fama del qual (dice) muchos estrangeros que en España no avian causa de pasar ayan por huespedes sufrido venir en la castellana region, no es à nosotros nuevo. Sabia el Marqués, como lo dice en el proemio de sus Proverbios, que la sciencia no embota el fierro de la lanza, ni face floxa el espada en la mano del caballero; y asi supo hermanar estos dos exercicios, de modo que no hallaba otro descanso en la fatiga de las armas, que el dulce embeleso de los libros.

XL. Juan de Lucena hablando del Marqués en nombre de el Obispo. Jamas (dice) las desnuda (las armas) salvo quando viste la toga: en armas estrenuo : disertisimo en letras: si en lo uno trabaja, descansa en lo al, : ni las armas sus estudios: ni los estudios empachan sus armas. Del mismo conceptó usó Estevan de Garivay (1) diciendo falleció en estos dias el valeroso caballero, en quien las letras no embotaron la lanza, Don Iñigo Lopez de Mendoza Marqués de Santillana y Conde del Real de Manzanares. Mosen Jaime Ferrer de Blanes, Catalan, en un li

bro

(i) Lib.

17. c. 3.

bro que escribió en Lemosino en tiempo de los Reyes Catholicos, intitulado Sentencias Catoli cas del Diví Poeta Dant, y se imprimió el año de 1545. en 8. hace honorifica mencion del Marqués y le llama: sabio y prudente Cavallero digno de reverente memoria. Y añade: y no obstante que abunda en plenitud de muchas ciencias, , fue muy gran Dantista segun se muestra en muchas partes de sus Proverbios gran semejanza en algunas autoridades de las comedias de dicho autor. Don Nicolas Antonio (1) le llama Mecenas de los literatos, excelente cultivador de las letras, y poeta del primer orden: llamale tambien la mayor honra y delicias de la nobleza española. Finalmente la fama de nuestro Marqués fue tan grande y tan justamente merecida que apenas se han atrevido nuestros escritores à nombrarle, sin llamarle prudente, magnanimo, esforzado, sabio y virtuoso.

XLI. Fue el Marqués, dice Hernando de Pulgar, (2) de mediana estatura, hermoso de rostro, y bien proporcionado de miembros. Fue hombre agudo discreto y de gran corazon. No le alteraban las cosas grandes ni queria entender en las pequeñas. En todo mostraba que era generoso, y magnanimo. Hablaba bien, y no de cia cosa que no fuese de notar. Era cortes y honrador de todos los que acudian à él, especialmente de los hombres de letras. En el comer y be

ber

(1) Bibliot. Vet, tom. 2. pag. 176. n. 416. (2) Clar. Varon.

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