Imágenes de páginas
PDF
EPUB

quiera que le diessen: e las mas vezes mandava guisar de comer para sí, e para ellos. E un dia estando con el Abad, dieron bever al Rey en un vaso de vidrio que era del Abad, e cayógele al Rey de la mano, e quebróse: e fué ende el Rey muy pésante, e embió luego por una copa de oro, en que estavan muchas piedras preciosas: e dióla al Abad en pecho de su vaso e dióle mas para en cada año de renta mil maravedis en buenas possessiones. E otrosí la Reyna doña Sancha, non se trabajava menos un punto de fazer buenas obras, nin de servir a Dios: ca era dueña de muy grand entendimiento e muy acuciosa en bien. E ellos estando en esta vida, los Moros de Celtiberia e de Carpentania alçaronse, que non querian dar parias, nin conoscerle señorio.

CAP. XXV.

Cuenta la historia, que al Rey don Fernando llegaron nuevas en como se le alçaron estas dos tierras, non le conosciendo señorio ninguno. E el Rey, como era ya de dias e cansado, non dava porende nada. E la Reyna doña Sancha quando lo supo, pesóle mucho de coraçon: e començó de rogar al Rey don Fernando: e tanto le supo dezir de buenos exemplos, diziendole que non menguase en su estado lo que nunca menguara, e agora que non quiera Dios que los omes le reptassen dello: ca si lo fiziesse dexaria en el mundo mal exemplo: e tanto le dixo de bien, que le ovo de prometer de yr sobre los Moros. E despues que esto ovo la Reyna aguisado, sacó muy grand algo de sus thesoros que ella tenia alçados, e dió al Rey tanto dellos, que guisó muy bien su gente. E de sí embió por sus omes buenos, e por las ordenes, e appellidó su tierra, e sacó muy gran hueste e muy bien guisada: ca non huvo duelo la Reyna de su aver, ante lo dió muy largamente. E fué el Rey con su hueste sobre las tierras de Celtiberia, e de Carpentania: e quebrantavalos tan sin piedad, matando, cautivando, quemando, robando, combatiendo, e derribando, que por fuerça de armas e con gran destruymiento de las tierras,

[ocr errors]

los fizo venir mal de su grado a la servidumbre primera. E despues tornóse con muy grand honra, e con muy grandes riquezas: ca traxieron muy grandes ganados, e de muchas maneras, e mucho oro, e mucha plata, e muchos paños de oro e de sirgo, e muchos Moros, e muchas Moras: assi que todos venieron dende ricos; e al Rey dieron sus parias dobladas. E el Rey por honra de la Reyna, doña Sancha, dió todas las parias en pecho de lo que le diera para su yda. E porque sepades quales son tierras de Celtiberia e de Carpentania, queremosvoslas contar. Celtiberia es como tiene del mar de San Sebastian que llaman, al mar de Çaragoça, que es el mar que dizen Mediterraño, porque va por medio de la tierra, e desde Ebro fasta los montes de Aspa: quanto yaze entre estos mojones es llamada Celtiberia. E desde Ebro como va fasta el Reyno de Murcia, es llamada Carpentania. E por esta razon diremos aqui, e sabredes como fué poblada Carpentania por el quinto fijo de Jafet, que ovo nombre Tubal. Quando los fijos de Noe salieron de la tierra de Babylonia, e se esparzieron por el mundo, e partieron las tierras por poblarlas, a uno de los tres fijos de Noe, que era el menor, llamado Jafet, vinole por suerte de poblar a Europa, e poblaron hy con él sus linages: e es poco menos que la quarta parte del mundo de lo que es poblado. Ca en el mundo son siete illas, mas en las dos non mora ninguna cosa, por gran friura que ha en ellas, nin en las otras dos por grand calentura: e en las que moran son estas: Europa ya dicha, e Asia, e Africa. E el hermano mayor, fijo de Noe, llamado Sem con sus linages, ovo a Asia, que es mas que la metad del mundo. Can con los que descendieron de su linage, poblaron a Africa, que es como la quarta parte del mundo.

CAP. XXVI.

Pues como diximos, Tubal y sus linages que dél venian, passando a Asia, do es la tierra de Babylonia, passaron a Europa, e venieron derechamente a poblar a España. Assi como allegaron assentaronse en los montes Pireneos, e poblaron

luego en somo de las sierras, con miedo del diluvio que passara, que avian miedo que vernia e que los afogaria en los valles: mas despues que moraron alli luengos tiempos e non vino el diluvio, e vieron que los rios e las aguas non crescian nin salian de las madres, maguer fazia grandes ybiernos, e grandes aguaduchos, non porque podiessen ser semejança del diluvio de Noe, asseguraron mas, e descendieron de los montes de Aspa a poblar en los llanos y en las riberas de Ebro: por lo qual se llamaron Celtiberios, que quiere dezir, compañas de Tubal, pobladas en las riberas de Ebro. E todas estas tierras corrió el Rey don Fernando, e Carpentania, e aquende de Ebro, e Tarragona, e la que llaman agora Çaragoça, e fasta en Valencia, e metiólo todo so su señorio. E él faziendo estos bienes e otros muchos que non son contados, e faziendo muy limpia vida e mucho honrada, e teniendo a toda España so su señorio, assi Christianos como Moros, muy luengos tiempos, que non osavan enfestar un señorio contra otro, nin havian dél cuydado si non del servir: estando como en fin de su tiempo, e que Dios le queria llamar, estando un dia en oracion, aparescióle el Confessor san Isidoro, e dixole el dia e la hora en que havia de finar. Esto le vino él dezir, porque se apercibiesse de confessar, e de fazer emienda de sus peccados, e remembrarse de su alma, porque fuesse desembargadamente ante la faz de Dios.

CAP. XXVII.

Este Rey don Fernando el Magno, despues que el Confessor le dixo el dia de su finamiento, e lo fizo ende cierto en el aparescimiento que se le mostró, desde alli adelante ovo mayor cuydado de desembargar su anima, e de la tener limpia para su Criador. E cuydó como allegasse los Reynos e la tierra que le Dios diera, porque non oviessen contienda despues de su muerte sus fijos sobre particion: e asmó como gelos partiesse, por los dexar en assossiego: mas esto que él asmó fazialo por bien, mas fuéle peor, porque nasció dende grand daño e grand

mal ca mejor fuera que los oviera dexado al fijo mayor: mas el pensamiento del Rey fué este, de gelos partir en toda guisa. E él avia tres fijos: don Sancho el mayor, e don Alonso que era el mediano, e don Garcia que era el menor. E avia dos fijas, doña Urraca, e doña Elvira.

CAP. XXVIII.

Cuenta la historia, que el Rey don Fernando cuydando fazer pro de sus Reynos e de sus fijos, partióles los Reynos en esta guisa. Dió a don Sancho, que era el mayor, desde el rio de Pisuerga fasta Ebro: e Castilla con Navarra, quanto era aquende, con el Estremadura. E dió a don Alonso, el mediano, a Leon, e Asturias, e una pieça de Campos. E dió a don Garcia, el fijo menor, el Reyno de Galicia, con todo lo que él ganara de Portugal. E dió a doña Urraca, que era la mayor fija, la cibdad de Çamora con todos sus terminos, e la metad del Infantadgo. E dió a doña Elvira, la fijo menor, a Toro con todos sus terminos, e con la otra metad del Infantadgo. E quando el Rey don Fernando ovo fecha esta particion, pesó mucho al Infante don Sancho, que era el mayor, que lo havia de aver todo enteramente: e dixo a su padre, que non podia nin devia de derecho fazer esta particion. Ca los Reyes Godos antiguamente fizieran constitution entre sí, que nunca fuesse partido el Reyno e Imperio de España, mas que siempre fuesse un señorio e de un señor: e que por esta razon non lo devia partir nin podia, pues lo Dios ayuntara en él, mas que lo devia él aver, pues era fijo mayor heredero. E el Rey don Fernando dixo estonce, que lo non dexaria de fazer por esso, ca él gelo ganara. E dixo estonce el Infante don Sancho: Vos faced lo que quisieredes, como padre e señor, mas yo non lo otorgo." -. E el Rey fizo esta particion assi contra derecho del Infante don Sancho: e a muchos del Reyno pesó della, e a muchos plogo. Mas todavia los de buen entendimiento siempre entendieron el mal que ende havia de nascer al cabo, assi como despues nasció, que vino dende mucho daño.

[ocr errors]

CAP. XXIX.

El Rey don Fernando aviendo fecho su particion como avedes oydo, a poco tiempo adolesció del mal que murió. E fizose levar a Leon, e entró en la cibdad Sabado a ocho dias del mes de Deziembre: e fué los finojos fincados contra los cuerpos santos faziendo su oracion, e pedióles merced assí como convenia a Rey. E pusose la corona en la cabeça ante el cuerpo santo de san Isidoro, e llamó a Dios diziendo assi:,,Señor Jesu Christo, tuyo es el poder de todo, e tuyo es el Reyno: ca tú eres el Rey de todos los Reynos, e de todos los Reyes, e de todas las gentes: e son todos a tu mandamiento. E, Señor, tornote agora el Reyno que me tú diste: mas, Señor, pidote por merced que la mi alma sea puesta en la luz que non ha fin." Quando el Rey ovo esto dicho, desnudóse de los paños nobles con oro, que tenia vestidos: e tiró la corona que tenia en la cabeça, e pusola sobre el altar: e tomó paños de cilicio a carona del cuerpo, e fizo su oracion de cabo contra Dios, confessando quantos yerros avia fecho contra Dios, e tomó de los Obispos soltura, ca lo assolvieron de sus peccados: e rescibió alli luego la postrimera uncion, e esparció ceniza sobre sí: e despues mandóse levar a Santa Maria del Almança en romeria, e estuvo alli tres nueve dias, rogando a santa Maria que le oviesse merced, e que rogasse a su fijo bendito por la su anima: e alli fué él muy mal cuytado de la muerte. E de alli lo levaron a Cabeçon e alli estando, vino hy el Abad don Fernando, su fijo, mucho honrado ome, e muchos omes honrados de sus Reynos: e era hy el Cid Ruydiez, e acomendóle el Rey al Infante don Sancho, su fijo. E despues que ordenó su fazienda, estuvo tres dias llorando en pena. E el quarto dia a hora de sexta, un dia de San Juan Evangelista, seyendo él ya de muchos dias, llamó al Cardenal don Fernando, su fijo, e acomendóle a España e los fijos, e dióle su bendicion, e dió la su anima a Dios sin manzilla: e fué levado para Leon. E soterraronle cabe su padre en la yglesia de san Isidoro, que el mandó fazer.

« AnteriorContinuar »