Imágenes de páginas
PDF
EPUB

po de Tagaste, auxiliar en España, para conocer de las acusaciones que se hacian contra el inquisidor Lucero, y ministros de la Inquisicion de Córdoba; y por la de estos otro breve de comision en favor de Don Pedro Xuarez Deza, arzobispo electo de Santo Domingo de América, para continuar los procesos que en virtud de delegacion del arzobispo de Sevilla, inquisidor general, habia formado contra el marques de Priego, y cómplices de las violencias hechas en Córdoba (12).

Entretanto el nuncio pontificio Juan Rufo, obispo britonoriense, por comision del papa trabajaba en la causa promovida contra Don Fray Hernando de Talavera, arzobispo de Granada, en la qual habia recibido informacion sumaria el arzobispo de Toledo, Don Fray Francisco Ximenez de Cisneros, haciendo de inquisidor general por delegacion del de Sevilla; y habiendo remitido el proceso dicho nuncio al sumo pontífice para su determinacion definitiva, lo vió todo su santidad, asistido de varios cardenales y prelados, entre ellos Don Fray Pasqual de la Fuente, obispo de Burgos, que se hallaba entonces en Roma; y resultó absuelto el venerable anciano granatense, que murió poco tiempo despues en 14 de Mayo de 1507 con este consuelo, y el de ver libres tambien á su hermana y sobrinos (13).

El rey católico enterado de lo que pasaba, no sostuvo al arzobispo de Sevilla. Sabia estar formado un partido poderoso para confiar el gobierno de Castilla al emperador Maxîmiliano, como abuelo del príncipe heredero Cárlos de Austria. Sabia que Cisneros deseaba mucho ser cardenal, inquisidor general, y aun gobernador del reyno mientras no viniera el rey Fernando á España, como asegura Zurita. Conocia que este era el medio de arruinar el partido contrario; y en su conseqüencia nombró á Cisneros por tal gobernador, y pidió al papa las otras dos gracias. El pontífice lo creó cardenal del título de Santa Sabina en

(12) Cantolla: compilacion de breves de la Inquisicion continuando la de Lumbreras,lib. 3. Gomez Bravo: catálogo de los obispos de Córdoba en el

lugar citado.

(13) Bermudez de Pedraza: hist. de Granada part. 4. cap. 33. Pedro Mártir de Angleria, epist. 333, 34, 42, 44 y 45.

17 de Mayo de 1507, y en 5 de Junio inquisidor mayor y general de Castilla, habiendo nombrado el dia precedente parala corona de Aragon á Don Fray Juan Enguera, obispo de Vique, confesor del rey, religioso dominico (14).

Apenas los de Córdoba supieron que Cisneros era ya inquisidor general, enviaron á la corte nuevas diputaciones: el cabildo eclesiástico nombró por diputados á los mismos que antes; el secular á Gonzalo de Ayora, segun hemos visto por su carta. Todos pidieron revista de los procesos, para quitar la mala fama general que se habia propagado con la noticia de sinagogas, sermones, concurrencia de gentes forasteras, y demas especies indicadas. El cardenal accedió á la solicitud; y (segun escribia Pedro Mártir de Angleria, en 12 y 20 de Noviembre de dicho año de 1507 desde la villa de Arcos de Burgos en que residia la corte) parece que dicho cardenal y los consejeros de la Suprema, descubrian ya sospechas de que las declaraciones de los testigos fuesen efecto de sugestiones y extorsiones de Lucero, contra quien se intentaron varias acciones, pidiendo satisfaccion de injurias y daños (15).

Segun otra carta de 13 de Marzo de 1508, el cardenal suspendió de oficio y mandó prender al inquisidor Lucero, y se conocia bien la ficcion de las especies esparcidas sobre exîstencia de sinagogas, viages de monjas, y pactos con el demonio. »¿Quién sino Lucero (dice Pedro Mártir) pudo dar oidos »á tales fábulas, que no tanto son cuentos de niños quanto del »tártaro, para condenar á nadie é infamar toda la España? El »consejo está indagando el origen del mal: los consejeros leen "todos los procesos, y reveen con trabajo continuo las senten»cias de tantos quemados y multados (16).”

El reconocimiento de las causas hizo creer al cardenal Cisneros que el asunto merecia por su gravedad ser exâminado con quanta circunspeccion fuese posible, y en su conseqüencia, pre

(14) Lumbreras: compilacion de breves de la Inquisicion lib.1. tit.1.núm. 10. y 11. Quintanilla en el lugar citado cap. 15.

Zurita: anales de Aragon

tom. 6. lib. 7. cap. 29.

(15) Pedro Mártir de Angleria, epist. 370, y 72.

(16) Pedro Mártir, epist. 375.

cedido el asenso real, formó una junta extraordinaria de personas respetables é imparciales, á la que se dió título de Congregacion católica, cuyas sesiones comenzaron dia de la Ascension. Gomez Bravo, refiere los nombres de los individuos. Don Fray Melchor Prieto, obispo electo de Paraguay, en su historia inédita de Burgos añade que se congregaban en la posada del cardenal, sita en las casas de Martin de Soria, calle de San Lo, y que presidiendo en medio el cardenal, estaban en dos filas los individuos en esta forma.

A la derecha: 1.° Don Juan de Silva, conde de Cifuentes, alférez mayor de Castilla, presidente del consejo real: 2.o Don Valentin Ordoñez de Villaquiran, obispo de Ciudad-Rodrigo: 3.o Don Fray Juan Enguera, obispo de Vique, confesor del rey, inquisidor general de Aragon : 4.0 Licenciado Luis Zapata, consejero de Castilla (como los siete que siguen): 5.o Licenciado Garci-Ibañez de Muxica: 6.° Doctor Lorenzo Galindez de Carbajal: 7.0 Licenciado Toribio de Santiago: 8.0 Licenciado Luis de Polanco: 9.o Licenciado Alonso de Vargas: 10.o Licenciado Francisco de Sosa: 11.° Licenciado Hortuño Ibañez de Aguirre.

A la izquierda: 1.o Don Fadrique de Portugal, obispo de Calahorra 2.o Don Juan de Velasco, obispo de Cartagena: 3.o Doctor Tomas de Malferit, vicecanciller de Aragon : 4.° Don Antonio de Agustin, presidente de la cancillería de Aragon: 5.o Doctor Martin de Azpeitia, protonotario apostólico, y consejero de la Suprema: 6.o Licenciado Francisco Mazuecos, canónigo, de Toledo, consejero tambien de la Suprema: 7.o Diego Perez de Villamuriel, oidor de Valladolid: 8.o Fray Pedro de Náxera, abad benedictino del monasterio de Valladolid: 9o. Licenciado Andres Sanchez de Torquemada, arcediano de Aza en Osma, inquisidor de Córdoba: 10.o Doctor Pedro Gonzalez Manso, catedrático de cánones de Valladolid, é inquisidor de Castilla la Vieja.

Todos juraron exercer bien su comision en testimonio de Lope Diaz de Zárate, secretario del consejo de la Suprema; y habiendo celebrado muchas sesiones, pronunciaron sentencia en

9 de Julio, declarando por fingida la exîstencia de sinagogas, predicacion de sermones en aparato, concurso de forasteros, y demas que tenia relacion con esto, mandando castigar como perjuros y testigos falsos á los que habian manifestado tales especies, y pronunciando que ninguna de ellas contenia méritos para proceder contra las personas nombradas en las deposiciones de tales declarantes; en conseqüencia de lo qual mandaron tambien que se tildase y borrase de los libros de Inquisicion, y de todas partes, lo escrito en conformidad de los supuestos

crímenes.

Esta sentencia fué publicada con aprobacion real en Valladolid dia primero de Agosto á presencia de su magestad, y de todos los grandes y prelados que seguian la corte; del presidente y oidores de la chancillería, y otros muchos caballeros, y damas á quienes se convidó, para dar toda la publicidad posible al acto solemne de reintegracion de buena fama de las Castillas y Andalucía; y el rey católico añadió, que se reedificasen las casas de Córdoba derruidas por orden del inquisidor Lucero, en virtud del supuesto falso de haber servido de sinagogas (17).

Quatro dias despues escribia Pedro Mártir al conde de Tendilla entre otras cosas: » Poco á poco va sobresaliendo la ino»cencia de los oprimidos. Ya es notorio por todas partes que » la acusacion contra el difunto arzobispo, mitad de tu alma, fué "inventada por una rabia infernal. Se conocen los testigos de cuyos dichos ya vanos ó fátuos, ya iniquos ó perniciosos se valió ,,Tenebrero para tener ocasion de atormentar tantos cuerpos, perturbar tantas almas, y llenar de infamia inumerables familias. "¡O desdichada España, madre de tantos varones ilustres, aho,,ra injustamente infamada con tan horrible mancha! Tenebrero está preso en el castillo de Burgos, y se ha mandado al al, cayde guardarlo con mucha diligencia. Pero ¿qué hacemos con ,, eso? ¿Podrá por ventura este Tersítes satisfacer con una muer,, te tantas calamidades de los Héctores? En fin, el hacerse pú

دو

[ocr errors]

(17) Gomez Bravo: catálogo de los obispos de Córdoba tom. 1 cap. 16. —

Prieto hist. ms. de Burgos tom. a. cap. 26. párrafo 37.

[ocr errors]

blico que los infelices fueron condenados sin razon por un juez iniquo, servirá de algun alivio y consuelo á los interesados (18).” No obstante este anuncio de Pedro Mártir, escribia entonces en Salamanca el colegial Pedro de Torres, que uno de los capítulos de la sentencia era declarar por justamente condenados á los que habian sido quemados en Córdoba (19); y es evidente que reconocida la causa particular formada contra Lucero, no se hallaron méritos para mas que privarle del oficio de inquisidor, y mandarle residir su canonicato de Sevilla, donde vivió aun bastantes años (20).

Así acabó el famoso asunto de Córdoba, que aunque á primera vista parece presentar solamente oposicion á la injusticia de un inquisidor particular, ofrece bien analizado muchas pruebas de que la opinion nacional era contraria al Tribunal mismo.

Los tres estados de clero, nobleza y pueblo de Córdoba se atrevieron á reclamar contra las providencias que infamaban á sus habitantes, á los de todas las Andalucías, de las dos Castillas, y aun de la España toda, segun expresiones de Pedro Mártir, , y de Gonzalo de Ayora. ¿Opinarian los demas paises infamados á favor de un establecimiento cuya naturaleza incluía el peligro de repetirse muchas veces las escenas que tanto aborrecian? Ninguno querrá creerlo.

El grande apoyo encontrado en la corte del rey Felipe demuestra bien que los grandes, los obispos, los consejeros de Castilla, y los caballeros palatinos opinaban como Córdoba, y que producian un modo de pensar ocultado en el gobierno del rey Fernando por respetos á su poder.

La impunidad del marques de Priego, en un hecho tan contrario á las leyes y buen orden como es el de amotinar el pueblo de Córdoba, soltar los presos de la Inquisicion, y poner sus ministros en una cárcel, es buen testimonio de hallarse complicados tantos personages y tan principales de las Andalucías

(18) Pedro Mártir, epist. 393. (19) Pedro Torres: apuntamientos ms. de noticias particulares fol. 61. de mi copia.

(20) Alvar Gomez de Castro: de rebus gestis Francisci Ximenii lib. 3. Quintanilla: vida del cardenal Cisneros lib. 3. cap. 17.

« AnteriorContinuar »