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de reputar su tribunal por oportuno para el bien comun. Tienen disculpa, porque leían en casi todas las obras españolas elogios desmedidos; pero analizandolos con sana crítica podian discurrir que algunos eran escritos por personas interesadas, otros por frayles fanáticos, y los demás por hombres que temian su ruina sino hablasen con elogio de un tribunal cuya persecucion era tan funesta como inevitable, pues aun Don Melchor de Macanaz (que llegó á tratar de Ateistas á todos los inquisidores de su tiempo, diciendo tambien que lo eran igualmente casi todos los que habia habido desde el inquisidor general Mendoza en el reynado de Cárlos Segundo) no se atrevió á hablar contra la institucion del tribunal porque habia escrito antes en su favor, ignorando los esfuerzos primitivos de la nacion.

¡Ó vosotros, manes ilustres de Antonio de Lebrija, Alonso Virués, Arias Montano, Luis de Leon, Bartolomé Carranza, Antonio Perez, Melchor de Macanaz, Nicolás Belando, Pablo de Olavide, Benito Bails, Antonio Ricardos, conde de Aranda, conde de Campomanes, Nicolás Azara, Tomas Iriarte, Felipe Samaniego, Pedro Centeno, Felix Samaniego, y otros muchos literatos de buen gusto que sufristeis, los unos la cárcel y el castigo, los otros las reconvenciones y penitencias secretas, y todos la inscripcion en el gran libro de las víctimas del santo Oficio! descansad en paz: sí: descansad en paz, que ya feneció el imperio del terror, que con las armas de la ignorancia protegia el error en unos, la hipocresía en otros, el fanatísmo y la supersticion en muchos. Ya renació el imperio de la santa libertad que (sin permitir el libertinage ni la irreligion) busca la verdad y la protege donde la encuentra. Ya no serán interpretadas vuestras obras literarias, vuestras palabras y vuestras acciones por calificadores ignorantes, cabilosos, y fanáticos que os atribuyan opiniones agenas de vuestra intencion, ni saquen consecuencias falsas por defecto de lógica. Ya no sereis inquietados en vuestros sepulcros para desenterrar vuestros huesos y quemarlos ignominiosamente con una estatua representativa de vuestras personas, quitando á vuestros herederos los bienes que les de

xasteis, y dándoles la nota de infamia en su lugar, como sucedió á muchos. Descansad en paz, que ya llegó la felíz época en que la inscripcion misma de vuestros nombres en los registros del santo Oficio sea monumento eterno que os honre, trasmitiendo á los siglos mas remotos la memoria de vuestras luces y de vuestro buen gusto en la literatura. Bendecid al genio inmortal que ha proporcionado este honor á vuestros nombres, y el bien sólido al talento de todos vuestros compatriotas.

Literatos españoles que habeis conseguido la dicha de sobrevivir á la existencia del tribunal mas depresivo de la libertad literaria, á vosotros dirijo ahora mi atencion. Yo os ruego en nombre de la patria que aprovecheis el tiempo feliz que os resta de vuestra vida para demostrar á la Europa entera que habia en España muchos sabios conocedores de verdades útiles, aun en aquellos ramos de literatura en que solo con grandes peligros podiais leer obras de buen gusto. Manifestad que conociais los verdaderos principios y las reglas ciertas del saber humano; y que discurriais en todo con sana crítica, aunque no produxeseis ideas sólidas por el peligro á que estabais expuestos. Comunicad á otros la noticia de los libros que conviene leer, y de los que deben condenarse á perpetuo olvido. Conquistad en fin la gloria de generalizar en España el buen gusto de la literatura, y sed patriarcas del nuevo plan que se necesita seguir en nuestros estudios. Anunciad nuevos loores al autor de tanto bien.

Vosotros literatos estrangeros, haced á los españoles la justicia que se merecen, y creed que aquella España que dió á Roma muchos sabios respetados por vosotros mismos, ha tenido en los siglos de la Inquisicion tantos como en el de Augusto, que conocian las cosas como son en sí, y formaban la verdadera opinion nacional, aunque sin publicarla en libros, por temor justo de la severidad de los castigos que la Inquisicion imponia con el nombre de piedad y misericordia en sus penitencias.

Y vosotros, señores académicos, para quienes nada he po

dido escribir de nuevo, porque todas estas noticias entran hace años en el número de las infinitas que abrazan vuestros vastos conocimientos literarios, llevad á bien que yo, persuadido á que las ignoran muchos literatos españoles, y casi todos los estrangeros (por constar unas en manuscritos inéditos, y estar otras dislocadas, dispersas, y aun desfiguradas en obras impresas) haya tomado por objeto de mi disertacion publicar las unas y reunir todas, para que baxo un solo punto de vista contribuyan á vindicar el concepto de nuestra nacion; de la qual se creía opinar en sentido contrario y aprobar la esclavitud del entendimiento con perjuicio incalculable de la humanidad, quando siempre la detestó y procuró destruir con las únicas armas de una nacion sumisa, quales son las de reclamacion en cortes y fuera de ellas.

Madrid 15 de Noviembre de 1811.

Juan Antonio
Llorente.

APÉNDICE

DE ESCRITURAS INÉDITAS

QUE COMPRUEBAN

ALGUNOS HECHOS REFERIDOS

EN LA MEMORIA HISTÓRICA PRECEDENTE.

ADVERTENCIA.

La

a práctica de muchos literatos ha demostrado quan grande sea la utilidad de publicar por apéndice de las historias copia de las escrituras inéditas que comprueben las narraciones , pues ademas de servir directamente al objeto principal, proporcionan otras noticias para distintos ramos de la literatura.

Esto me ha movido á imitar su exemplo poniendo en continuacion de mi Memoria la copia de algunas bulas que cito en ella, y contienen pruebas de haber sido muchísimas las quejas que los españoles dieron á los sumos pontifices contra el tribunal de la Inquisicion en los quarenta primeros años de su exis

tencia.

Podia poner tambien copias integras de las muchas cartas inéditas, cuyos fragmentos he trasladado; pero lo omito porque formarian un volumen mayor que la memoria misma, y porque se hallan en la real biblioteca pública de Madrid: solo pondré una escrita por el emperador Carlos Quinto á los inquisidores de Zaragoza en 3 de Agosto de 1521 porque no está en dicha biblioteca, sino en mi compilacion de bulas de Cantolla, y porque acredita que no habia logrado aquel soberano la revocacion de la bula en que se mandaba reformar la Inquisicion por el abuso que sus individuos hacian del secreto y misterioso modo de proceder en las causas de fe.

Pongo al pie de cada instrumento unas breves notas que llaman la atencion hacia el objeto con que se ha citado, para que los lectores recuerden facilmente las especies principales á que pertenecen.

N.° Ι.

Breve del papa Sixto IV. a 29 de Enero de 1482, en que consta que hubo muchas quejas contra los primeros inquisidores por su mal modo de proceder.

El original en la biblioteca particular del rey, y copia en la compilacion de bulas de la Inquisicion, hecha por Francisco Gonzalez de Lumbreras año 1566, lib. 1. tit. 1. núm. 2. fol. 2.

Charissimis in Cristo filiis nostris Ferdinando regi et Eli

sabeth regine Castella, Legionis, et Aragonum illustribus : Sixtus papa quartus.

Charissimi in Christo filii nostri : salutem et appostolicam benedictionem. Nunquam dubitavimus quin cœlo fidei catholicæ accensi, recto et sincero corde alias nobis supplicaveritis super deputatione inquisitorum heretice pravitatis in Castelle et Legionis regnis ad finem ut illorum opera et diligentia qui Christi fidem profiteri affirmabant, et judaice superstitionis et legis precepta servare non formidabant, ad agnoscendam viam veritatis inducerentur. Nos qui tunc pari desiderio et fidei zelo litteras super hujusmodi deputatione fieri jussimus, opera tamen ejus qui tunc litterarum earumdem expeditionem nomine vestro solicitabat, evenit ut ipsarum tenore non plene et specifice, ut decebat, sed in genere et confuse nobis ab eo exposito, litteræ ipse contra sanctorum patrum et prædecessorum nostrorum decreta ac communem observantiam expedite sint. Quo factum est ut

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