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en duda la santidad de Palafox, sino declarar que está en los infiernos . .. ¿ Qué diria Inocencio XII, que para prevenir los escándalos y discordias que desgarraban la paz de la iglesia, prohibió expresamente en su constitucion de 30 de Febrero de 1694 que ninguno fuese infamado con el nombre y acusacion vaga de jansenista, mientras no constase legitimamente que era sospechoso de sostener alguna de las cinco proposiciones de Jansenio? Benedicto XIV, aquel papa cuya memoria sera siempre cara á la iglesia: Clemente XIII. tan conocido por su pasion á las jesuitas: Clemente XIV, tan respetable por su humildad y justicia, aunque sea hoy el blanco del odio de los jesuitas porque los estinguió, como Palafox porque los desmascaró: ¿qué dirían estos cuatro papas, repito, y qué diran todos los católicos, que diran los protestantes

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cuando sepan que los mismos vocales de una congregacion tan respetable, en presencia de un sucesor de dichos papas, se ha arrojado á contradecir sus decretos mas solemnes? Qué respeto se podra exigir de aqui adelante á las decisiones de la congregacion y de los mismos papas, cuando se ven despreciar en las mismas fuentes de donde manan?

Y añade: ¡ Palafox Jansenista! Yo quisiera saber que es lo que entienden por jansenismo los que profieren esta palabra, y que me la explicasen, porque confieso mi ignorancia, no sé lo qué es y hasta ahora no sé mas sino que solo es jansenista el que sostiene alguna de las cinco proposiciones de Jansenio; sé tambien que se calumnia con este nombre a los que no son amigos ae los jesuitas. Esto es de Azara. Donde se ve el gran servicio que hizo Castellot al jesuitismo en su expurgatorio, conservando en él

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á Palafox, ya que otra cosa no pudo, aun despues de vindicadas, y aprobadas sus obras.

¿Y cómo es que ni á el, ni al inquisidor general Rubin de Cevallos, ni al consejo de la suprema les ocurrio insertar en este nuevo indice tantos sermones y sermonarios impresos en España, con dolor de la piedad y para verguenza de nuestra literatura, donde corren y han corrido muchos años blasfemias é impiedades sin número é interpretaciones de la sagrada escrituta arbitrarias y ridiculas, dictadas por el espíritu privado de oradores estúpidos, contrarias à la tradicion de la iglesia? ¿Cómo consintieron que andubiesen en manos de todos los doce pares de sagrados panegiricos del P. Fray Diego de Oca y Sarmiento, donde exponiendo su autor las palabras del Salmo 44. Dico ego opera mea regi, aplicandolas á su nombre, dixo que dico ego es lo mismo que Diego? O el sermon impreso de Na. S. del buen parto, predicado en la parroquia de san Sebastian de Madrid, donde ponderandose el aprecio que hace la virgen de ese titulo despues de referir el anuncio del angel concipies et paries filium, traduxo blasfemamente la contestacion de la virgen fiat mihi secundum verbum tuum, no diciendo, como ello es, hágase en mi segun tu palabra; sino: hágase en mi tu segunda palabra? O la ridicula aplicacion que se hizo en otro de las palabras: totus mundus post eum abiit, para probar que el mundo es lacayo de Jesu Cristo? De estas lastimosas interpretaciones de la escritura, hechas en los púlpitos de España el siglo pasado, pudiera formar muchos tomos: largas horas tengo perdidas en este examen. No sé si á los ojos de la santa iglesia tendran disculpa los prelados que toleraban tales escándalos. Expedito tenian el camino que tomó para atajarlos el sabio arzobispo de Santiago don

Francisco Bocanegra. Mas quién no se duele al ver acerca de este negocio tanta ignorancia ó frialdad en los tribunales de la inquisicion, á cuyo cargo estaba de hecho, aunque no de derecho, el no permitir en impreso ninguno, no digo yo tan groseras blasfemias, sino cualquiera expresion que pudiese desdorar la piedad cristiana? Mas los que no tubieron zelo para condenar el abuso de la escritura en los púlpitos, le tubieron para condenarle en la historia de Fray Gerundio de campazas, escrita por el célebre jesuita Isla con el objeto de corregirle por medio de la sátira.

Iguales muestras de frialdad dio la inquisicion en orden á los corruptores de la moral evangelica. En cedula de 16 de Junio de 1768, mandó Carlos III que las prohibiciones de la inquisicion se dirigiesen, entre otras cosas, á condenar las opiniones laxas contrarias á las buenas costumbres. Harto comunes eran por desgracia los libros donde se enseñaban estas miserias: apenas habia biblioteca pública, y aun privada de colegios y comunidades religiosas, donde no se hallasen las obras de los jesuistas Lacroix, Busembaum, Escobar y otros tales teólogos, que no parece haber tomado la pluma sino para canonizar la corrupcion del corazon humano. Preguntaba yo, y preguntaban otros cuando sale un edicto del santo ¿ oficio ó un expurgatorio que condene estos libros, ó algunas siquiera de las doctrinas escandalosas que se enseñan en ellos? Estas preguntas llovian sobre mojado pues por mi mano pasaron á la inquisicion muy sentidas reclamaciones contra algunos de los tales libros: pero todas sin fruto. Y entre tanto se hallaban prohibidas por los inquisidores, la impugnacion catolica del heretico libelo, escrita por el Ven. arzobispo de Granada Fray Hernando de Talavera: las vidas de

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los Padres en romance: todas las obras de Nicolas Clemangis, sin que les valiese haber sido insertas en la Bibliotheca Patrum. Las piadosas Instituciones teológicas de Gaspar Juenin para uso de los seminarios estubieron insertas en el suplemento del expurgatorio de 1747, hasta que se levantó su prohibicion el año 1769. Y aun entonces se les añadió esta cortapisa: siendo la (edicion) que se dice corregida y enmendada por el mismo autor, como suponiendo que las demas ediciones no permitidas contenian errores dignos de corrigirse, lo cual ni la inquisicion ni nadie puede probarlo. Igual suerte corrió el tratado de los sacramentos del mismo Juenin, cuya prohibicion no se levantó hasta 21 de Enero de 1787. Y aun en el nuevo expurgatorio añadió Castellót que las demas obras de este autor se procurarán examinar para el correspondiente uso; esto es, que quedaban entre tanto prohibidas, contra lo mandado por Carlos III.

No fueron mejor tratados por aquel indice los pios y recomendables escritos de Juan de Obstraet, del cual permite unicamente las Instituciones teologicas. De los demas añade que los que revistos pudieren correr se procurarán dar a examinar. De suerte que para darlos á examinar era necesario decidir antes si revistos podian correr. No parece esto dictado por hombre cuerdo. Tal vez quiso decir Castellót, que hasta concluirse este examen, que aun estaba por empezar, no podia leer nadie los libros morales de aquel digno presbitero libros empero muy recomendables, que por culpa de aquella jesuitica barrera no se hizieron en España tan consunes como convenia. Yo los he examinado todos; é invito al mas delicado censor, á que señale en ellos una sola tilde que desdiga de la pureza evangélica.

Las obras muy pias de Natal Alejandro solo

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las permite aquel indice con las notas y adventencias de Constantino Roncaglia. Mas qué falta le hacen las tales notas á las disertaciones sobre la Historia eclesiástica, á las vindicias de la suma de santo Tomas, y al opusculo polémico sobre la confesion? Injurió en esto á uno de los mas acreditados teólogos que ha tenido la orden de Santo Domingo.

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Ridicula es, por no darle otro nombre, la prohibicion de los opusculos de Fleury cuando no van unidos á su Historia Eclesiastica. Son buenos y sanos si estan juntos con ella, y no lo serán impresos á parte? Decia un amigo mio en cierta junta muy respetable: "Cuando hallamos prohibida la lectura de los discursos del piadoso Fleury sobre la Historia Eclesiástica, si se hallan en un tomo en dozavo, y permitida cuando estan unidos á su historia eclesiastica, impresa comunmente en cuarto marquilla, no podemas contener la risa de tal prohibicion. El que posea ambas ediciones, y las tenga delante de los ojos, cómo ¿ podra quedar persuadido de que está excomulgado, si dirige su vista hacia la derecha, y tranquilo y seguro si la endereza á la izquierda, cuando en uno y en otro lado no encuentra mas que las mismas palabras, los mismos conceptos, y hasta los mismo puntos y comas? ¿Puede haber cosa mas absurda ?" Digo pues lo de antes: no parece este acuerdo de quien esté en su cabal juicio. Mas la clave de el es harto conocida. Como comunmente corren estos discursos impresos con separacion, en un tomito de corto precio, y la historia es cara para estudiantes, que suele ser gente de poco dinero; siguese de aqui que estan prohibidos para casi todos.

No con esta solapa, sino á cara descubierta estubo en el expurgatorio desde 1747, hasta 1782 el celebre catecismo de Colbert conocido bajo el

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