hallan en la Biblioteca Nacional y en la Académia de la Historia, publicáronse varias cronicas, la interesante España sagrada del Maestro Florez, las óbras de Don Antonio Capmany sobre el comercio antiguo y las costumbres marítimas de Barcelona, la coleccion de tratados de paz y aliánza de Abreu, la apréciable Bibliotéca Arábiga de Casiri; y muchos documentos importantes, en el Semanario erudito: y Florez, Risco, Sarmiento, Bayer, Mayans, Cerdán, Burriel, Capmany, Campomanes, y Jovellanos fueron dignos sucesores del cardenal Aguirre, Lucas Cortés, Nicolás Antonio y el marqués de Mondejar. La antigua legislacion nacional, tan desconocida como la historia de nuestros comentadores y letrados debió publicaciones interesantes al celo y erudicion de los hermanos Aso, y de Manuel, del fiscal Reguera y Valdelomar y del jesuíta Marcos Burriel. La reunion de tantos materiales parecía deber producir una historia jeneral; y en 1784 se imprimió la história crítica de la cultura Española del Abate Masdeu, que dejó sin concluir. Es dificil formar un juicio acertado de esta óbra. Masdeu

conoció la crítica y aun dió noticia de las leyes, usos, y costumbres que pueden ofrecer alguna idéa de la civilizacion de España; pero compila→ dor indijesto y desordenado de hechos, en llano y humilde estilo, mas que la cultura Española mostró parcialidad á nuestras cosas, ecsajerado odio hácia los franceses, y justa pero ir reconciliable antipatía á los abusos de la Córte de Roma. Tal era el estado de los estudios históricos en Espa→ ña, cuando las democráticas doctrinas de la filosofia francesa y la revolucion que fué su corolario, unido á la immoralidad y arbitraria adminis tracion del valido de Cárlos IV y de Maria Luisa, despertaron, despues de los sucesos de Aranjuez, idéas y sentimientos de libertad durante la horfandad de la Pátria. La junta central encargó en 1810 á Don Antonio Capmany autor del tea tro crítico de la elocuencia y de otras obras interesantes, escribiese sobre nuestras antiguas formas parlamentarias, comision que produjo la obra práctica de celebrar Córtes en Aragon, Cataluña y Valencia publicada en 1821. Con el réjimen liberal inaugurado por la instalación de las Cortes

en 1821, renováronse antiguos recuerdos de la libertad nacional, y los autores de la constitucion se esforzaron en probar, que las garantías políti cas otorgadas por ésta no eran sino la reproduccion de las que antes había gozado el país. Martinez Marina virtuoso eclesiástico, entendido en la história y códigos nacionales y autor del escelente ensayo histórico crítico sobre la antigua lejislacion de Castilla, publicó en 1813 la teoría de las Córtes con el fin de popularizar las doctrinas constitucionales, y con un espíritu ecsajeradamente liberal. Preocupádo de la esclusiva idea de haber tenido España una constitucion democrática hasta la dinastía Austriaca, sujetó los hechos a esta teoría, no distinguió tiempos, forzó inducciones, violentó palabras, mutiló testos, ofreció datos singulares en apoyo de un sistema jeneral, y en su pluma la historia fué una verdadera máquina de guerra y reforma. Mas tarde, en 1823 el señor Sempere y Guarinos, hombre laboriosísimo, jurisconsulto, economista, conocedor de nuestra historia, y autor entre otras obras de la Bibliotéca de escritores del reinado de Carlos III, escribió

la historia del Derecho Real de España sin ninguua de las preocupaciones políticas de Marina. Su obra es bastante completa bajo el punto de mera esposicion de actos políticos y legales relativos á Castilla; pero de escasa razon filosófica, Sempere hizo una compilacion de hechos que nada concluyen y en la que no se halla la cadena y relacion de los sucesos políticos, ni menos la causa de las instituciones y de su variacion, habiendo hecho además escursiones no mui felices sobre las costumbres Germánicas y algunos puntos políticos de la Historia de Aragon y Cataluña, profundamente distinta de la de Castilla.

El estado de los estudios históricos no ha adelantado desde Florez, Capmany, Marina y Sempere, siendo solo notable en la actualidad la coleccion diplomática sobre América formada por la infatigable laboriosidad del digno académico, el señor Navarrete y la de cuadernos de Córtes que publica la Académia, cuya lectura y detenido ecsamen nos dará una idea mas exacta de nuestra Historia parlamenta¬ ria, que las parciales observaciones del autor

de la teoría de las Córtes. El público habrá notado mi reticencia sobre la Historia de la civilizacion de España que publica actualmente el respetable académico Don Eugenio Tapia, Pero el autor ecsiste, y la obra no se halla concluida; un sentimiento pues de delicadeza hacia el señor Tapia y de deferencia al público que hoi la juzga, me impiden hacer sobre ella ninguna calificacion.

En la revista que acabo de hacer solo me he propuesto dar á conocer el orígen y direccion de los estudios históricos, su estado actual, y los hombres mas célebres en un ramo tan interesante de la literatura. Yo he omitido nombres y obras importantes, cuya sola mencion me ocuparia mucho tiempo; porque el genio español ha sido tan fecundo en producciones históricas como lo fué en los siglos XVI y XVII en las de amena literatura. No solo el nuevo-Mundo, los reinos de Aragon, Cataluña y Valencia, Navarra, Islas Baleares, Provincias Vascongadas y las principales casas de la nobleza, han tenido sus historiadores especiales, si que no han ca