Un gran inspirador de Cervantes: el doctor Juan Huarte y su Examen de ingenios

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E. Arias, 1905 - 162 páginas

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Página 54 - Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamentos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo.
Página 10 - Y así, ¿qué podía engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo, y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación.
Página 34 - Examen de ingenios para las ciencias. Donde se muestra la diferencia de habilidades que hay en los hombres, y el género de letras que a cada uno responde en particular.
Página 84 - se propuso en El Licenciado Vidriera ridiculizar la manía ó extravagancia del erudito humanista alemán Gaspar Barthio, traductor al latín de La Celestina y La Diana Enamorada, cuya aplicación vehemente á la lectura llegó á trastornarle la cabeza, viviendo durante diez años persuadido de que era de vidrio, sin querer, por esta aprensión, que nadie se le arrimase.
Página 102 - Muéstrase la una parte de la belleza corporal en cuerpos vivos de varones y de hembras, y ésta consiste en que todas las partes del cuerpo sean de por sí buenas, y que todas juntas hagan un todo perfecto y formen un cuerpo proporcionado de miembros y suavidad de colores.
Página 112 - Junto con esto, os quiero advertir que no entendáis que los primeros que nombrare son dignos de más honra que los postreros, porque en esto no pienso guardar orden alguna.
Página 88 - Seis meses estuvo en la cama Tomás, en los cuales se secó, y se puso, como suele decirse, en los huesos, y mostraba tener turbados todos los sentidos; y aunque le hicieron los remedios posibles, sólo le sanaron la enfermedad del cuerpo, pero no la del entendimiento, porque quedó sano, y loco de la más extraña locura que entre las locuras hasta entonces se había visto.
Página 88 - ... por ser hombre de vidrio y no de carne; que el vidrio, por ser de materia sutil y delicada, obra por ella el alma con más prontitud y eficacia, que no por la del cuerpo, pesada y terrestre.
Página 158 - ... las mayores dificultades y sinrazones. No guarda ley, ni perdona vicio. Es caballo que parte de carrera, sin temer el camino ni advertir en el paradero. Siempre sigue al furor, y como bestia mal domada, no se deja ensillar de razón y alborótase sin ella, no sufriendo ni aun la muy ligera carga.
Página 50 - En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.

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