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EXSATO 1.

Efectos

de estos desórdenes.

suyo todas las ocasiones que se les presentaban, y fraguando nuevos planes de venganza, para desquitarse de las ofensas que habian sufrido hajo la dominacion goda.

«

La afeminacion y corrupcion de los nietos de Recaredo y de Wamba no podian ser por otra parte mas lamentables. «Todo era convites, manjares de«licados y vino, con que tenian estregadas las fuer»zas y con las deshonestidades de todo punto per»>didas; y á egemplo de los principales, los mas » del pueblo hacian una vida torpe é infame. Eran » muy á propósito para levantar bullicios, para ha»cer fieros y desgarros; pero muy inhábiles para » acudir á las armas y venir á las puñadas con los » enemigos. El imperio y señorio ganado por valor » y esfuerzo, se perdió por la abundancia y deley» tes que de ordinario le acompañan. Todo aquel vigor y esfuerzo, con que tan grandes cosas en » guerra y en paz acabaron, los vicios le apagaron » y juntamente desbarataron la disciplina militar; de suerte que no se pudiera hallar cosa en aquel tiempo mas estragada que las costumbres de España, ni gente mas curiosa en buscar todo género » de regalo. » Imposible nos parece el leer estas líneas, que trasladamos de un historiador muy digno de respeto, sin venir en conocimiento de que un pueblo que habia llegado á semejante estado de desmoralizacion, no se viera amagado de una grande catástrofe. Ningun sentimiento habia logrado sobrenadar en tan deshecha borrasca: todo era escarnecido y envuelto en el mas afrentoso vilipendio. Aquellos. crímenes, aquellas aberraciones habian menester de grandes expiaciones y castigos; y no corrieron

muchos años sin que los campos del placer humea-_CAPÍTULO 1. ran con la sangre de las víctimas y sin que el fuego devorase los palacios que habia levantado la molicie.

Asentado en el trono visogodo el hijo de Theodofredo, cuyas buenas dotes habian hecho concebir á los hombres sensatos las mas lisonjeras esperanzas, Don Rodrign. pareció, no obstante, entrever aquel desventurado pueblo una aurora de felicidad que se anubló bien pronto para siempre. Los torpes amores de don Rodrigo con la hija del vengativo conde don Julian y el odio y las persecuciones ensayadas contrá los hijos de Witiza, vinieron apenas habia alboreado aquel rayo de luz, á sembrar rencores y desórdenes en todas partes; rencores que habian de producir

lágrimas de sangre y desórdenes que solo sirvieron para aumentar la corrupcion que enervaba ya los pechos de los degenerados visogodos. Dos años rigió don Rodrigo las riendas del Estado, sin que el estruendo de las armas mahometanas y los alharidos de los combatientes viniesen á sacarle de su profundo letargo. Las banderas de Muza y de Tarif volaron al cabo en la península ibérica, llevando donde quiera el espanto y la desolacion; y el desatentando amante de Florinda, corrió, aunque tarde al campo de batalla, para buscar la muerte, cayendo Perdicion de desplomado sobre su cadàver el soberbio edificio

de la monarquía de Ataulfo.

¿Y cuál fué la conducta que el pueblo hebreo observó en medio de tanto estrago? ¿Se aprestó acáso para la pelea? ¿ofreció al combatido imperio sus tesoros? ¿ó bien conservó una actitud neutral, ya que no le era dado resistir el ímpetu de los ven

Muza y Tarif.

España.

ENSAYO 1.

cedores? El amor de la patria, es decir, el amor del suelo en que se ha nacido y là gratitud á las últimas disposiciones de los reyes godos, parecian exigir de aquel pueblo que reuniese sus fuerzas con las de la nacion española, para rechazar la invasion extrangera, abriendo al propio tiempo sus arcas para acuIngratitud de dir á las apremiantes necesidades del Estado. Pero

lus hebreos.

t

en contrapeso de estas razones existian los antiguos odios y los recuerdos de pasados ultrajes: la condicion de los judios, sus costumbres, sus interesesparticulares y el género de vida ambulante que llevaban, los movian por otra parte á desear cosas nuevas; influyendo grandemente el fanatismo religioso, para determinarlos á declararse en contra de sus antiguos huéspedes, viendo con la mayor indiferencia su total ruina. Asi fué que numerosos pueblos y ciudades, que hubieran costado mucha sangre á los sarracenos, fueron puestos en sus manos por los hebreos con siniestras y mañosas artes; siendo la corte de los godos una de las plazas fuertes que vinieron á su poder de esta manera. Córdoba, Granada y Sevilla fueron al par habitadas por los judíos y los sarracenos; observándose desde luego entre un pueblo y otro, una especie de concierto que parecia provenir de anteriores alianzas. "Las predicciones de Egica y las medidas adoptadas por el Concilio XVII que hemos mencionado', no eran ya vanos temores ni manifestaban un rigor excesivo: los judíos abrigaban

14 El arzobispo don Rodrigo termina el cap. XXII del libro III de su Historia con la siguiente frase, al hablar de la pérdida de Córdoba: «Judeos autem, qui inibi moraban«tur; cum suis arabibus ad popula«tionem et custodian Cordubæ dimisserunt.» Y en el siguiente capí

tulo XXIII que trata de la toma de Málaga, Murcia y Granada, dice hablando de Sevilla: «Ipse autem "captam Hispalim, de Judeis et arabibus populavit, et inde ivit Bejam et cum dispendio simili occupavit. (Edicion de Granada 1545).

au rencor profundo contra los cristianos y ansiaban el CAPÍTULO 1. momento de poder saciar su venganza. Sin amor ninguno al suelo en que vivian; sin afeccion alguna de aquellas que ennoblecen á un pueblo; sin sentimientos de generosidad finalmente, solo aspiraron á alimentar su codicia y á labrar la pérdida de los godos; faltándoles el tiempo para manifestar su encono, y haciendo alarde de los odios que habian atesorado en tantos siglos.

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ENSAYO F.

CAPITULO II.

LOS JUDIOS BAJO LAS MONARQUIAS CRISTIANAS DE OVIEDO, LEON Y CASTILLA,

711.-1284.

Nueva monarquía gótica.--Odio de los cristianos contra los hebreos. -Rapidez de las conquistas de los reyes de Oviedo.—Necesidad de las artes de los judios.-Conquistas de D. Fernando el mayor.—Toma de Toledo.-Privilegio de los muzárabes.-Asesinatos de 1108.-Tributos que pagaban los hebreos.-Sus academias de Córdoba.--Triunfos de las armas cristianas en el siglo XIII.-D. Alonso, el Sabio.--Repartimiento de Sevilla.--Sus sinagogas.--El fuero viejo de Castilla.--Las siete partidas. ---Traslacion de las academias de Córdoba á Toledo.--El répartimiento de Huete.--Rebelion de D. Sancho.--Muerte de D. Alonso X.

Don Pelayo.

Consumada ya la total ruina del imperio de los godos y enseñoreados de toda la península ibérica los sectarios de Mahoma, comenzó para los hebreos una nueva era, tomando mas extension su comercio, y aumentándose progresivamente sus riquezas. Arrojados entre tanto á las montañas de Asturias los pocos cristianos que no habian querido doblar el cuello al yugo sarraceno, y exaltados alli por los recuerdos patrióticos y por los sentimientos religiosos. echábanse los cimientos á la nueva monarquía, que habia de aparecer mas tarde grande y poderosa, llenando de terror á los que al principio la vieron con absoluto desprecio. De victoria en victoria y de conquista en conquista, logró el valeroso y magnánimo D. Pelayo dejar á su muerte fundado el reino de Asturias, en el espacio de veinte y un años, en que las guerras civiles devoraban por otra parte

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