Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Toledo.

[ocr errors]

ENSAYO. atendidos todos los elementos que contra el pueblo proscrito se conjuraban. Diez y siete años despues de expedir D. Alonso el privilegio que hemos mencionado, en 1108 á 14 del mes de agosto, los que bajo el injusto escudo de aquella especie de fuero, ofendian á los hebreos impunemente, se apellidaron y reunieron para ejecutar en ellos su saña, dando por único pretexto el ódio de la religion que aqueMatanzas de los profesaban. Las calles de Toledo se vieron salpicadas de sangre; el fuego consumió no pocas riquezas y la violencia dejó en todas partes los mas terribles rastros de exterminio; sirviendo este fatal egemplo de cruel precedente para los desmanes, desafueros y matanzas que echaron tantos borrones en la historia del pueblo español, durante la edad media *. En vano intentó D. Alonso, celoso de su autoridad y animado por un sentimiento humanitario, castigar á los perpetradores de tan repugnante atentado las sinagogas habian sido saqueadas por la muchedumbre, los rabinos inmolados al pié de sus cátedras y últimamente nada se había respetado. El pueblo con sus instintos de sangre y de venganza habia llevado sus excesos al último punto; excesos que debieron reprimir las leyes con toda severidad y energía, si se deseaba que no se repitiesen y aumentasen dolorosamente. Las leyes generales sin embargo, guardaron silencio en tan interesante asunto por aquellos tiempos, ó fueron demasiado débiles é impotentes para curar las heridas que habian abierto los privilegios...

Acudia el pueblo hebreo en medio de las veja

4 El obispo don Prudencio de Sandoval en sus Crónicas y el doc

tor Salazar de Mendoza en la vida de San Ildefonso.

A

[ocr errors]

Tributos de

los judios.

ciones de que era víctima, á los reyes y á las iglesias CAPÍTULO IL con cuantiosos impuestos, yendo tan adelante la tiranía que los cristianos llegaron á ejercer sobre ellos, que les obligaron a satisfacer un tributo personal sobre los que ya pechaban, por vivir en las ciudades y demas poblaciones de los reinos de Castilla. Este tributo era concedido no pocas veces á los magnates en pago de alguna accion señalada ó. en trueque de algunos privilegios y pensiones que gozaban sobre las rentas de la corona. Así sucedia á menudo que los poseedores de semejantes impuestos maltrataban á los judíos para obtener mas pingües resultados, aumentándose de esta manera la opresion en que yacian, y haciéndose más amarga su suerte. Organizábase, no obstante, aquel pueblo por el mismo efecto de su condicion, y aunque arrojado, digámoslo así, del mundo, vivia para el trabajo y se afanaba por conquistar algunos títulos de gloria que oponer la saña de sus señores. Desde. los años de 948, habian pasado á la famosa córte de los Abd-er-Rhamanes desde las ciudades de Persia multitud de rabinos, cuya ciencia profunda habia sido justa admiracion de los cultos árabes. Córdoba

5 En épocas posteriores á la que nos vámos refiriendo,, acaecieron no pocos hechos de este género. El rey, D. Alonso, el sábio, cuyo nombre es célebre por mas de un título glorioso, hizo merced en 1234 á Juan Ponce y á Ponce Perez de mil maravedises alfonsics sobre la juderia de Toledo, en cambio de otro heredamiento. La cédula real de esta concesion está fechada en Murcia á 12 de julio del año referido. (Véanse los Anales de Sevilla de don Diego de Zúñiga). Tambien solian concederse, por via de privilegios, esta clase de rentas á las Orde

nes militares. En la Crónica de
la de Alcantara, escrita por frey
Alonso Torres, se encuentran estas
lincas, entre los privilegios de que
aquella caballeria gozaba: «Que los
judios & moros que pasen por las
Brozas, no siendo naturales de la
Orden, paguen dos maravedis y
doce cualquiera muger pública que
venga á vivir de asiento: un mar-
co de plata la viuda que se vuelva á
casar antes de un año y un dia de
la muerte de su marido: por la
aljama de los judios ciento veinte
maravedis y cincuenta los moros
de veinte años que viven en su
ley..(Edicion de Madrid 1786.)

ENSAYO 1.

vió reproducidas en su seno aquellas celebradas academias, y Toledo tuvo tambien la honra de ofrecer hospitalidad á algunos de aquellos doctos viageros. De este modo los hebreos, emulando hasta cierto punto la sed de gloria y el amor á las ciencias que abrigaba el pueblo de Mahoma, contribuian por su parte á inocularle en el cristiano; bien que este se curase poco de semejantes tareas, entregado exclusivamente al arte de la guerra.

El imperio castellano, cuyos cimientos se habian echado tan difícilmente, adquiria sin cesar nuevas fuerzas. A los triunfos de D. Alonso VI habian se

[ocr errors]

guido otras muchas victorias y conquistas importanTriunfos de las tes, haciendo dueños á los cristianos de feraces y dilatadas provincias. La batalla de las Navas de Tocirstianas. losa vino finalmente á fijar la suerte del cristianismo;

armas

decidiendo de la libertad de España y convenciendo á los sarracenos de que habia pasado ya el tiempo de las conquistas prodigiosas. El siglo XIII, que en todas partes se anunciaba como la época de la restauracion, como la aurora del hermoso dia que iba á brillar para las modernas sociedades, pareció ser para la península ibérica nuncio de próxima bienandanza. En 1212 derrotaba Alonso VIII, ayudado de los reyes de Aragon y de Navarra, al terrible

6 No creemos fuera de propósito el trasladar aqui lo que cuenta Mariana en el libro XI. cap. XXIII, que aconteció en Toledo al reunirse los ejercitos de estos reyes: Levantóse, dice, un alboroto de los soldados y pueblos en aquella ciudad, contra los judios. Todos pensaban hacer servicio á Dios en maltratallos. Estaba la ciudad para ensangrentarse y corrieran gran peligro, sino resistieran los nobles á la canalla y ampararan con las armas y autoridad

aquella miserable gente.» Contra un pueblo que creia hacer á Dios un servicio, asesinando judios, no era posible legislacion de ninguna especie sobre este punto. Verdad es que pudieron tener bastante influencia en esta manifestacion de los cristianos los amores que el rey don Alonso tuvo con una judía de aquella ciudad, llamada Rachel, en odio de la cual hasta llegaron á tomar los nobles las armas contra su rey, asesinando á su combleza; pero no puede, sim embargo, ine

Muradal.

Baeza.

Córdoba,
Valencia

caudillo de los musulmanes en las gargantas de Mu- CAPITULO H. radal; en 1224 inauguraba Fernando III la conquista de Andalucia con la toma de Baeza y la rendicion de todas las poblaciones de aquel pequeño reino; en 1230 ganaba D. Jaime I de Aragon la isla de Mallorca; la ciudad de Córdoba, la patria y silla de los califas españoles sucumbia en 1236, y dos años despues tenia igual suerte Valencia: en 1248 caia bajo y Sevilla. el poder de los reyes de Castilla la capital de Andalucia con todas sus tierras y fortalezas, y el reino de Murcia se ponia casi al mismo tiempo en manos de D. Alonso X. Aun no habia llegado el si glo XIII á la mitad de su carrera y ya aparecia como probable y hacedero el triunfo completo del cristianismo, abrigándose la esperanza de derrocar muy en breve el poderío de los musulmanes.

[ocr errors]

Don Alonso,

La perspectiva que presentó entonces la nacion española, no podia ser mas halagüeña: á los triunfos de las armas unia la causa de la civilizacion otras victorias no menos insignes. El rey D. Alonso, aparel sábio. tándose algun tanto de las creencias y preocupaciones de sus antepasados, dotado de un claro talento y de un amor sin límites por las ciencias y las artes; señor en fin de tantos reinos, donde aquellas florecian, no pudo menos de dispensarles una proteccion directa y mas activa tal vez de lo que permitian los tiempos. Para él los hombres dedicados al estudio, lo merecian todo; sin que por esto despreciára, como siniestramente se ha pretendido, á los que aspiraban al lauro de las batallas. En aquella época permanecian aun las ciencias en manos de los árabes

nos de repugnar que para manifestar al soberano de Castilla, respecto á aquel hecho, su dosagrado

fuera necesario verter sangre ino-
cente. Esto nos parece mons-
truoso.

ENSAYO I.*


de los hebreos; y el rey sábio, cuya natural be-
nevolencia y templanza, cuyos instintos humanita-
rios habian desterrado de su corazon toda especie.
de ódios y rencores, tendió su mano amiga sobre
los hebreos y los árabes que moraban en sus domi-
nios, é intentando mejorar la condicion de entram-
bos pueblos, especialmente del primero, puso en
práctica cuantos medios estaban á su alcance para
conseguirlo.

Aun no habia fallecido San Fernando, y ya al hacer el repartimiento de Sevilla, daba su hijo señaladas pruebas de su benevolencia hácia aquella raza proscrita. Concedióles para que morasen todo el terreno que ocupan ahora las parroquias de San Bartolomé, Santa Maria la Blanca y Santa Cruz, llegando hasta el convento de Madre de Dios; y dióles para que celebrasen sus ceremonias religiosas tres sinagogas de las mezquitas que los moros habian levantado en aquella ciudad, durante el tiempo de su dominacion, separando á esta judería de la restante poblacion una muralla, que se extendia desde el Alcázar hasta la puerta de Carmona, de la cual se conservan todavía algunos vestigios, junto al convento referido y en las inmediaciones del arco llamado de Toqueros. Y no se contentó la liberalidad del rey don Alonso con estas mercedes: quiso tambien dar heredamiento á muchos judíos, así de los que habian morado en Sevilla bajo el dominio sarraceno, como de los advenedizos á la fama de la opulencia de aquella gran poblacion ; y agradecidos los hebreos á tan benéficas y humanitarias

[ocr errors]

7 Vera y Rosales en su Discur ̈¦ tra Señora de la Iniesta Lib. 11. so histórico de la imágen de Nuescap. I.

« AnteriorContinuar »