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CAPITULO I.

EMIGRACIONRS de los Judios.-SU ESTADO BAJO LA MONARQUía visoĉona.

70.-300.-711.

Venida de los judios á España,-Concilio iliberitano á principios del siglo IV.-Concilios de Toledo III y IV.-Edicto de Sisebuto.-Concilio X de Toledo.-Recesvinto.-Wamba.-Concilio XVI.-Egica. — Concilio XVII.-El rey Witiza.-Corrupcion de los godos.--Falso Concilio.--Don Rodrigo. Invasion sarracena.-Ingratitud de los hebreos.

sobre

la venida

Opinion es de algunos autores que han tenido CAPITULO 1. grande autoridad, y á quienes no puede en modo alguno negarse suma erudicion, que los judíos exis tieron en España desde los primeros tiempos; adelantándose otros á asentar, como cosa probada, que data su venida desde la época de Nabucodonosor, asegurando que pusieron su morada mas parti- Opiniones cularmente en los pueblos carpentanos y sobre todo en la antiquísima ciudad de Toledo. Añaden los re- de los judios feridos historiadores, para apoyar su aventurado ascrto, que fundaron en aquella parte de España multitud de ciudades y poblaciones, como Escalona, Maqueda, Yepes, Noves, el Cerro del Aguila, Tembleque y la Guardia, en memoria de otras ciuda des de la Siria, como Ascalon, Maquedál, Iope etc., y esfuerzan su dictámen, derivando el nombre de Toledo de la palabra hebrea toledol, que sig

á España.

FASAYO !.

Tamisyo

de Vargas.

nifica generaciones. Esta opinion, que intentan robustecer diciendo que fué la antigua corte visogoda erigida en tiempo de Asuero', no tiene, en nuestro scntir, mas fundamento que el deseo de dar á ciertas cosas mas veneracion y respeto que debieran tener acaso; habiendo sido causa de que hombres tan doctos como don Tomás Tamayo de Vargas' hayan pretendido probar que los hebreos tenian ya sus sinagogas en la antigua corte de los visogodos, cuando el Redentor del mundo fue condenado á morir en la cruz, suponiendo que los judíos toledanos, menos preocupados que los de Jerusalem, escribieron á estos desaprobando la sentencia de muerte lanzada contra Jesus; y llegando en su empeño hasta presentar la carta que les dirigieron como documento fehaciente. No creemos nosotros que á la altura

1 Ishak Cardoso.-E.celencias de los hebreos 1. Excelencia.-Pág. 17.-Col 2.

2 Novedades antiquas de Toledo.

3 Don Tomás Tamayo de Var-
gas y otros autores reproducen es-
le documento, dándole grande im-
portancia y suponiendo que fué tra-
ducido, al caer Toledo en poder de
Alfonso VI, en lenguaje castellano
del idioma. hebreo en que se halla
escrito. Pero por mas que los refe-
ridos autores, entre los cuales se
hallan nombres muy respetables en
la republica de las letras, quieran,

llevados de su buena fé, dar á
esta carta mas crédito del que me-
rece, repugna á la sana critica el
admitirl como un testimonio irre-
cusable. No la tenemos por tal nos-
otros, y sin embargo, creemos que
que no llevarán á mal nuestros fec-
fores el que la traslademos a este si
tio: por lo memos tiene el mérito
de la originalidad, cuan lo no el de
la extravagancia, Despues de osten-
tar un encabezamiento bastante no-
table, en que Levi, archisinagogo, y
Sannel y Jos f, de la sijama de To-

ledo, se dirijen al gran sacerdote
Eleazar y á los hombres buenos Sa-
muel Canut, Anás y Caifás de la al-
sy
jama de la tierra santa, dice de este
modo:

«Azar as, voso ome, macso en ley, nos adujo las cartas que vos nos embiabades, por las cuales nos faciades saber como pasaba la fasienda del profeta Nazareht que dis que fasie inuchas señas. Coló por esta vila non ha inucho un cierto Samael, fil de Amas as et fabló nusco et recontó muchas bondades deste ome que dis que es ome humildoso é manso, et fabla con los laceriados; que fas á todos bien é que fasiendo a él mal, el non fas mal á ningunt: é que es omne fuerte con superbos é omes malos; et que vos malamente teniades enemigas con éle, por cuanto en faz él descubria vosos pecados: cá por cuanto facía esto le aviades mala voluntat; et perquírimos deste ome en que annio ó mes ó dia avia nascido, é que nos digesse, fallamos que el dia de su natividade fueron vistos en estas partes tres soles que muelle á muelle se fisieron solmientre un sol; é cué

eu que afortunadamente se encuentra la crítica, sea necesario detenerse á impugnar estos hechos que, por lo extraños, no pueden menos de parecer fabulosos; bien que no hayan faltado escritores hebreos que los tengan por históricos, como sucede á Imanuel Aboab, quien en el capítulo XXVI de la segunda. parte de su Nomologia se expresa en estos términos: «Según lo que escriben diversos autores, asi » hebreos como de otras naciones, en el tiempo

que Nebuchadnesar, rey de Babilonia, venció » los judíos y por tres veces en varios tiempos de » su imperio los llevó cautivos, como ampliamente » se lee en el último libro de los Reyes, ultimo del Paralipomenon y por el profeta Irmeyahu, fueron algunos hebreos de aquellos á habitar la region de

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mo nosos padres cataron esta seña, armados digeron que cedo el Mcsias nasceria é que por ventura era ya nascido. Catad, hermanos, si haya venido et non lo hayais acatado. Rellataba tambien el susodicho ome que el suo pai le reconta'a que ciertos magos, omes de mucha sapiencia, en la sua natividade legaron á tierra sancta, perquiriendo el logar donde el niño sancto era nado et que Herodes, voso rey, se. asmó et depositó junto à omnes sabios de sua vila, et perquirió donde nasceria el infante, por quien perquirian magos et le respondieron: En Bellem de tudih, segun que Micheas de Pergino prefetó; é que dixeron aquele magos que una estrela de grant claridat de lueñe adujo á tierra sancta.--Catad non sea esta la profeta: Cantaran reyes et andarán en claridat de la sun nalividade. Otrosi cala! non persigades al que forades tenudos de mucho ondrar et rescebir de bon talante; mais faser lo que tuvierdes por bien aguisado. Nos vos descimos que nin por consejo, nin por noso alvedrio venemos en consentimiento de la sua morte: cá si esto nos fisieremos logo seria nus

co la profetia que dis: Congrega-
ráns de consimo contra it sin-
nior é contra el su Mesias.-E dá-
mosvos consejo, magüera sodes
omes de muita sapiencia, que tin-
gades grande aflucanicato sobre ta-
inana fasienda; por quel Dios de
Israel enojado con yusco, nos.des-
truiría casa segunda de voso se-
gundo templo, ca sepades cierto
Cedo ha de ser destruido, e por
esta rason nosos antepasados que
salieron de captiverio de Babilona,
siendo suo capitane Pyrro que em-
bió rey Ciro et adujo nusco muitas
riquezas que tolló de Babilona ne!
anio de sesenta y nueve de capti-
vidade é fueron reunidos en Toledo
de gentiles que hi mora'an et edi-
ficaron una grant aljama et non
quisieron tornar á Jerusalem otra
vegada. De Toledo, XIV dias del
mès de Nizan, e a del César XVII
y de Augusto Octaviano LXXI.»

Este documento, inserto en el
Cronicon de Juliano, parece inven-
tado para burlarse de la credulidad
de los ignorantes: cualquiera que
conozca la historia de nuestro pais
y de nuestro idioma, advertirá á pri-
mera vista que es enteramente apó
crifo.

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ENSAYO 1,

Strabon.

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España, ó porque Nebuchadnesar los mandase alli » por colonia, como señor y monarca universal que » era del mundo, ó que los diese á Hispan, rey de España que le fue á ayudar en la empresa de Judea, » como algunos escriben. Desde aquel tiempo vino » nuestra gente y habitaron en las Españas etc.»* El testimonio de Aboab no nos parece de tanto peso que pueda resolver, sin embargo, cuestion tan oscura favorablemente á la opinion que sustenta, fiado en el dicho de diversos historiadores, cuyos nombres pasa en silencio.

Mas probable seria ciertamente el suponer que los judíos aportaron á España y fundaron en ella colonias, cuando derramándose por el mundo, como dicen multitud de escritores antiguos, apenas hubo un pueblo á donde no llevaran su comercio. El insigne geógrafo é historiador Strabon que vivia en la era de Augusto, dá de este hecho un testimonio notable cuando, al tratar de Cirene en Africa, escribe: «Cuatro géneros de hombres hay en la ciu

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dad de Cirene; ciudadanos, labradores, extran» geros y judios; y estas cuatro gerarquías se hallan » en todas las ciudades. No será fácil, prosigue, » encontrar lugar en toda la tierra, en donde, una

El Hakam (sábio), Rabbi Isabak de Acosta en sus Conjeturas sagradas, es de esta opinion, exresándose en el comentario del capítulo XXV del Libro de los Reves de esta manera: «No se puede dudar «que fueron con el rey de babilonia, para tan grande empresa, muchos "reyes y principes que lo estabam

«ausioso de poblarla mas amplíaamente, trajo consigo cuantidad de judíos que volunt riamente lo siaguieron, y se establecieron en di"versas partes de España. Cuando «su historia misma no hiciera tan«ta fé de está verdad.... el antiguo «idioma español, proporcionado á da lengua santa mas que otro al-' "sujetos, como cabeza de Oro: bas-guno, justifica que fos, hebreas tara esta razon, cuando Dios no lo

«fueron los construyentes (de mu..

chubiera dicho por boca del profechas ciudades) y demuestra su an

«ta Irmeyahu. Entre estos princi-
pes se cree haber ido uno griego
de los qné poscian á España. Este

tiguedad,» (Edicion de Leyden por Thomas Van-Geel, año 5482 del mundo, 1719 de J. C.)

» vez recibida esta nacion, no prevalezca; porque

>>

«

5

Egipto y Cirene y otras muchas provincias han admitido su religion y mantienen grandes congregaciones de judíos, que se han aumentado con » el tiempo y viven con sus mismas leyes.» Al testimonio de escritor tan respetable pudiéramos añadir otros muchos; bastarános, no obstante, el apun tar lo que dice Philon, al hablar de Jerusalem, asegurando que, no solo era metrópoli de Judea, sino » tambien de muchas provincias, donde habia colo» nias de judios, como en Egipto, Fenicia, Siria, Cilicia, Panfilia, Bitinia, el Ponto Euxino, y final>> nalmente en todas las ciudades fértiles y abun» dantes del Asia, Africa y Europa.» Escribia Philon en tiempo de Cayo, antes de que viniera sobre Jerusalem la destruccion eterna, y aunque no determina la época en que los hebreos se extendieron por el mundo, cosa que tampoco fija Strabon; aunque no señala á España entre las provincias á donde llevaron sus colonias, no creemos repugnante ni fuera de camino el sospechar que las tuviesen tambien en la península ibérica; bien que en las partes litorales y nunca en el centro del continente, como resultaria de admitir que Toledo era fundacion de los judíos, que Nabucodonosor (Nebuchad. nesar), despues que destruyó la ciudad santa y quemó el templo, dió al rey de España. Aquella conjetura, que puede fundarse en el espíritu de peregrinacion que animó á los judíos desde los tiempos mas remotos y que no se halla por otra parte en contra-. diccion con los buenos historiadores, los cuales no dudan de la existencia en la península de las colo

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5 Philo De legatione ad cai- rum.-Epist. Adversum Flacoum.

CAPÍTULO 1.

Philon.

Colonias

fenicias.

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