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INTRODUCCIÓN,

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ca, como lo era la religion: la literatura, en general, la ciencia profana, por decirlo así, llegó á ser esencialmente española, siquiera fuesen los hebreos sus mas ardientes cultivadores.

¿Y se ha llenado acaso el inmenso vacío que se advierte en la historia de la literatura española, al considerar las producciones de los rabinos?.... ¿Ha sido justo semejante desden y abandono?..... He aqui las cuestiones que nos proponemos resolver nosotros en los presentes Estudios, que someteremos al ilustrado exámen de la crítica imparcial y entendida; deduciendo al propio tiempo la influencia que ejercieron por su parte en la civilizacion española los proscritos hebreos. Pero antes de que de mos principio á esta tarea, y conocida ya la forma con que en España se introdujeron las famosas academias de la Persia, parécenos conveniente dar una idea de las épocas en que más florecieron los rabinos españoles, allanando de este modo muchas dificulta des que habriamos de encontrar en nuestro estudio.

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El erudito D. José Rodriguez de Castro, en el prólogo de su citada Biblioteca divide, siguiendo a Edades de los Imanuel Aboab, dichas épocas en nueve edades, expresándose del siguiente modo: «Compusieron,

hebreos españoles.

dice, la primera edad de los Rabanim Rab Semuel » Ha-Leví en España y Rab-Hananel en Africa, La segunda, fué de Rab Joseph Ha-Leví. La tercera, » de Rab Alphez. La cuarta, de Rab Joseph Leví ó Aben-Megas. La quinta, de Rab Moseh-bar-Maie

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>>mon; y en esta florecieron con singular aplauso INTRODUCCION. » en España R. Abraham Aben Hezra y su yerno

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Aben-Hezra, R. Isahak, Aben-Giad, R. Selemoh ben Gabirol, R. Abraham Halevi ben David, lla

mado vulgarmente Areabad, R. Joseph ha-Cohen y » R. Jeudah Aben Thibon. La sesta edad fué de R. » Moseh de Cotsí y R. Moschbar Nachman, y la séti» ma de R. Selemohben Aderet y R. Perez ha-Co»hen. A la edad octava dió principio Rab Aser, de »> nacion tudesco que pasó de Alemania á España en » el año del mundo 5060, de Cristo 1300, en que >> fué elegido por Rab y principal maestro de toda España en la ciudad de Toledo, en donde falleció » en el año 5088, de Cristo 1328; y le sucedió en » la dignidad y magisterio, por aclamacion universal, » su hijo Rab Jeudah que residió siempre en Tole>> do.... La novena edad fué de R. Isahak Canpanton, » conocido vulgarmente por el Gaon de Castilla. Este » vivió 103 años y falleció en el de 5223, de Cris»to 1463. Sus discípulos mas sobresalientes fueron R.

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Isahak de Leon, R. Abraham Zacut y R. Isahak Abo»hab: este fué su sucesor en la dignidad de Gaon y >> por antonomasia era llamado el Rabbí: salió de Cas>> tilla en el año 1492, en que los reyes católicos don » Fernando y doña Isabel desterraron de todos sus » reinos á los judíos y se retiró á Portugal; en donde » falleció seis meses despues de edad de 60 años. >> Los demas Rabinos célebres que habia en el reino » se esparcieron por diversas partes. R. Joseph Uriel

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INTRODUCCION,

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y R. Sem-Tob pasaron a Africa y pusieron sus Ye sibot ó Academias en la ciudad de Fez: R. Josephi » Pesco colocó la suya en Constantinopla; R. Samúel Serralvo en el Cairo: R. Jacob de Rab en la ciudad de Saphet y R. Jehudad Aboab en la villa » de Alcazarquivir en el Africa. »

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Aunque no se determina perfectamente la duracion de las nueve edades referidas, atendiendo á la época en que se estableció en Córdoba la Academia rabínica y al año de la expulsion de los ju Método de dios, fácilmente se deduce que comprendieron el espacio de cinco siglos y medio, siendo las

esta obra.

siete primeras edades mucho mas cortas que las dos últimas, que abrazaron cerca de doscientos años. Respetando nosotros la expresada division, no solo por ser la mas corriente, sino tambien por el carácter histórico de que se halla revestida, todavía creemos que para hacer de ellas una aplicacion ventajosa á nuestras tareas, pudieran reducirse á cuatro épocas, mas conocidas generalmente de los españoles y que guardan al propio tiempo mas armonía con los grandes hechos, á que dieron cima nuestros abuelos. La primera época, que abraza desde el establecimiento de las academias rabínicas en Córdoba hasta don Alonso el SABIO, presenta un interés vivo, por aparecér en ella los primeros ensayos que se supone hicieron los judíos en la lengua castellana, ruda é

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informe, como las costumbres y naciente aun, como
la civilizacion española. Abriendo un campo no re-
ducido al estudio, ofrece al propio tiempo buen nú-
mero de producciones, bien" que la mayor parte
teológicas y jurídicas. La civilizacion española que
arranca principalmente de dos grandes acontecimien
tos simultáncos, á saber; de la conquista de Toledo,
y de la vuelta de los cruzados que habían ido á la
tierra Santa, toma en ese periodo un vuelo prodi-'
gioso y se muestra ya con caractéres determinados.
La lengua es enriquecida notablemente, prepa-
rándose para dejar la rusticidad con que habia na-
cido. La segunda época comienza de la manera mas
brillante que podia esperarse para el pueblo hebreo.
Don Alonso convoca á los sabios de esta raza, pre-
side sus tareas, y logra con su ayuda llevar a cabo
fácilmente las mas colosales empresas. Este periodo,
á cuyo exámen pensamos consagrar todas nuestras
fuerzas, es indudablemente uno de los mas notables
de la civilizacion española y tal vez uno de los peor
juzgados, o mas someramente conocidos. Compren-"”'
de segun
la division que vamos haciendo', hasta el
reinado del rey don Pedro. Con la muerte de tan es-

6 En unos articulos escritos por D. Pedro José Pidal é insertos en la Revista de Madrid, con el títnlo de Recuerdos de un viage á Toledo, se apuuta la opinion de que en aquela famosa ciudad tuvo su cuna el habla castellana: en su plaza de Zocodover el franco y el navarro, el aragones y el castellano, el mue zárabe y el moro se juntaron para

INTRODUCCIÓN.

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INTRODUCCION. clarecido, cuanto calumniado monarca, dá principio la tercera época, que se extiende hasta fines del siglo XV. Esta época de disensiones y de trastornos, de persecuciones y matanzas llamará nuestra atencion particularmente en nuestro ensayo históricopolítico: bajo su aspecto literario no ofrece en verdad un interes de menos monta; pudiendo decirse que á principios del siglo XV desertaron de las banderas. rabínicas sus mas robustos defensores, para engrosar las filas de los que se dedicaban en España al cul tivo de las ciencias y de las letras. Extiéndese esta época finalmente, hasta el memorable decreto de expulsion, lanzado por los católicos. Este estudio seria sin embargo incompleto, si no siguiésemos á los judíos en su destierro, para ver como hacian universal un idioma, que despues de trescientos cincuenta y cuatro años, se conserva y usa familiarmente donde quiera que existen descendientes de aquellos desventurados proscritos.

reyes

Tal es el estudio que nos proponemos hacer de la literatura judaica, no perdiendo de vista el compararla con la propiamente castellana, para obtener de esta manera todas las consecuencias legítimas sobre la marcha progresiva de la civilizacion española; punto á que deben, en nuestra opinion, referirse esta clase de trabajos, si no han de ser enteObras jurídicas. ramente infructuosos. Partiendo de este principio, nuestras observaciones se encaminarán con preferencia al exámen de las obras compuestas en cas

Su Exámen.

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