Chrónica del famoso cavallero Cid Ruy Diez Campeador

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C. P. Scheitlin, 1858 - 355 páginas

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Página cviii - Non vos osariemos abrir nin coger por nada; "si non, perderiemos los averes e las casas, "e aun demás los ojos de las caras. "Cid, en el nuestro mal vos non ganades nada; "mas el Criador vos vala con todas sus vertudes santas.
Página cviii - Cid, a la puerta se llegava, sacó el pie del estribera, una ferídal' dava; non se abre la puerta, ca bien era cerrada. Una niña de nuef años a ojo se parava: — "¡Ya Campeador, en buena cinxiestes espada!
Página cxxxi - Valencia mis fijas vos di yo, "con muy grand ondra e avenes a nombre; "quando las non queriedes, ya canes traidores, "¿ por qué las sacávades de Valencia sus honores ? "¿A qué las firiestes a cinchas ea espolones?
Página cvii - Vio puertas abiertas e ugos sin cañados, alcándaras vázias sin pielles e sin mantos e sin falcones e sin adtores mudados.
Página cxvii - Cavalgad, Cid, el buen Campeador, "ca nunqua en tan buen punto cavalgó varón; "mientra que visquiéredes bien se fará lo to.
Página cxxix - yo bien los quería d'alma e de coracón, »diles dos espadas a Colada ea Tizón «—estas yo las gané a guisa de varón,— »ques ondrassen con ellas e sirviessen a vos ; »quando dexaron mis fijas en el robredo de Corpes, »comigo non quisieron aver nada e perdieron mi amor ; »denme mis espadas quando mios yernos non son.» Atorgan los alcaldes : «Tod esto es razón.
Página lxxxi - ... yo no puse o porque no han venido a mi noticia o porque no los hallé tan cumplidos y perfectos como quisiera...
Página cxxviii - Nos quiso levantar el Crespo de Grañón, nin todos los del bando de liantes de Carrión. El rey a mió Qid: a las manos le tomó: "Venid acá seer comigo, Campeador, "en aqueste escaño quem diestes vos en don; "maguer que algunos pesa, mejor sodes que nos.
Página cxx - Moros yacen muertos que pocos vivos ha dexados: Ca en alcanz sin dubda les fueron dando. Yas' tornan los del que en buen ora násco: Andaba mio Cid sobre so buen cavallo: La cofia froncida, Dios como es barbado!
Página cxxvii - Do tales ciento tobier' bien seré sin pavor. Respondieron todos: nos eso queremos, Senor. Asi como lo ha dicho, todos adobados son. Nos' detiene por nada él que en buen ora nació. Calzas de buen paño en sus camas metió: Sobre ellas unos zapatos que á grant huebra son. Vistió camisa de ranzal tan blanca como el sol, Con oro é con plata todas las presas son: Al puño bien estan ca él se lo mandó.

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