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después de un año volvieron los capitanes, junto con el padre Reyes, trayéndole "la çertinidad de todo". Ya entonces, "viendo que una persona como aquella (fray Melchor) se lo rogaron tanto y que le dava tan cierta çertificascion de que le darian de comer enbio al dicho su hermano Saire Topa al qual dio yndustria de como se avia de aver y dada se fue con el dicho padre al visorrey el qual le resçivio muy bien y le dio de comer en el valle de Yucay, e otros repartimientos, a donde murio cristiano". Cuando supo la muerte de su hermano tuvo gran pena "pensando que los españoles le avian muerto como mataron á su padre, con la qual pena estuvo algunos dias hasta que del Cuzco le enbio el licenciado Polo con Martin de Pando su notario que hasta oy dia le guarda con Juan de Betanços la çertinidad de como su hermano don Diego Saire Topa avia muerto su muerte natural". Esta es una historia convencional, á la que nos inclinamos á creer no serían extraños el buen fray Marcos García y aún el licenciado Castro. Lo principal era salvar aquella alma y limpiar la tierra de alzamientos de indios. Bien se podrían, pues, aceptar como ciertos aquellos relatos novelescos que, al fin de cuentas, no perjudicaban á nadie: Sairi Túpac descansaba en paz y la hija, doña Beatriz Coya era inmensamente rica. Pues lo más práctico era acceder á los deseos de Titu Cusi, concediendo el permiso para el matrimonio de la Coya con don Felipe Quispe Titu. Así el Inca y los suyos saldrían de paz y se tornarían cristianos. Pero Titu Cusi que ría, además de los ricos repartimientos y senoríos de su sobrina doña Beatriz (15), llevar á su hijo, al que había desig nado como sucesor y heredero del reino de Vilcabamba, otra dote mejor (16): el legítimamiento de su señorío. Doña Beatriz Clara Coya era la hija única de don Diego Sairi Túpac y de su esposa y hermana doña María Cusi Huarcai. Casada con don Felipe Quispe Titu, bien podía ceñirse éste el llautu imperial sin temor á que el útic encerrado con las ocllas y mamaconas diese voces de alarma ......... Desgraciadamente para los ensueños del usurpador don Diego, la licencia del Rey y la dispensa del Pontífice para el matrimonio de los primos hermanos llegó cuando don Diego de Castro había

muerto. Si él hubiera sido el verdadero Inca, á su muerte, su hijo don Felipe se habría sentado en el trono de Manco y de Sairi Tupac; pero como, en puridad de verdad, no había sido sino un tirano usurpador, "Topa Amaro Ynga, el muchacho falto de govierno y experiencia" había recuperado el trono que le usurpó su hermano bastardo Titu Cusi.

6.

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Diego Rodríguez retrata así al Inca don Diego de Castro:

venia delante de todos con vnas coracinas de plumas "de muchos colores y con vna patena de plata delante de “los pechos e vna rodela de oro en sus manos e vna media “ lança con el hierro e unas cintas que bolteaban la lança, e vnos garavatos é todo de oro. Traia unos cinojiles de pluma en las pantorrillas y en los tovillos, colgado dellos “ vnos cascabeles de palo. Traia en la cabeça vna diadema “ de muchas plumas y asi mesmo en el pescueço otra. Traia “un puñal dorado en la mano de la rodela de Castilla y ve. “nia enmascarado de un mandul colorado que ellos se ponen, e a cabos verde e a cabos morado de diferentes colores, echando los pasos en horden"..... .. “El Ynga no come con "manteles, sino encima de muchos juncos verdes, e los demas en el suelo. Sera hombre de asta quarenta años, de "mediana estatura, moreno y con vnas pecas de viruelas en ** la cara, el gesto algo cevero y rebusto. El qual tenia ves* tido una camiseta de damasco azul e vna manta de toca de lino muy delgada. Sirvese con plata e tiene siempre junto detras de si como hasta veynte o treynta mugeres de razonable parecer (17)”.

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Lima, abril de 1913.

C. A. Mackehenie.

(1) Tercero Libro de las Guerras civiles del Peru, el cual se llama la guerra de Quito", por Pedro de Cieza de León, publicado por Marcos Jiménez de la Espada.-Madrid, 1877.-Apéndice N.° 18.

(2) R. Pietschmann.-Bericht des Diego Rodriguez de Figueroa über eine Verhandlungen mit dem Inka Tito Cusi Yupanqui in den Anden von Villeapampa (Aus den Nachrichten der K. Gessellschaft der Wissenschaften zu Cöttingen. Philologisch-historisch Klasse. Berlin, 1910).

(3) La Florida del Inca", prólogo de González Barcia.-Ed. Peñuela, tomo VI.-Madrid, 1829.

(4) "Instruccion del Ynga don Diego de Castro Titu Cusi Yupangui para el muy ilustre señor licenciado Lope Garcia de Castro", M. S.

(5) Corónica Moralizada del Orden de San Augustin en el Perú. -Bar. celona, 1639.--Lib, III, Cap. XXIX, § 8.

(6) "La Florida del Inca”, pról. cit. (7) "La Guerra de Quito", ap. cit.

(8) Revista Histórica (Lima).

(9) Geschichte des Inkareiches von Pedro Sarmiento de Camboa. Herausgegeben von Richard Pietschmann.-Berlin 1906, pág. 128.

(10) Despacho del virrey (sic) Dn. Franco. Pizarro para prender á Mango Ynga Yupangue qe. andava alzado infestando los caminos.-Año de 1541.-M. S.

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(12) Descripción y sucesos históricos de la provincia de Vilcabamba, por Baltasar de Ocampo".-Juicio de Límites entre el Perú y Bolivia.-To. mo VII.-Vilcabamba.-Barcelona, 1906.-pag. 310 y 313.

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(13) Diego Rodríguez de Figueroa, ob, cit., pag. 109 y 110.

(14) Titu Cusi Yupanqui, Inst. cit.

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(15) e que porquesta pobre e no podia salir conforme a la calidad de su persona, que salga su hijo Tito, y se haga el casamiento con doña Beatriz su sobrina; con que en el entretanto se queden dos frailes o clerigos en rehenes hasta que le entreguen a doña Beatriz su sobrina en su poder; porque teme no la cassen con otro y se quede el y su hijo sin el repar"timiento de los yndios que en Saire Topa su hermano fueron encomendados; e que despues de ay vn año o dos el saldria de paz, despues de aver "coxido una o dos tassas para poder comprar las cosas necesarias que · vbiese menester; e que sustentaria la vezindad en Guamanga o en el Cuz

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** co o donde el mas quisiese". (Rel. de D. Rodríguez de Figueroa, pag. 113 y 114). Véase el cap. 18 del Gobierno del Perú, por el Liedo. Juan Matienzo.-Buenos Aires, 1910., que se reprodujo íntegramente en la primera parte de estos apuntes.

(16) "Inédito sobre el primer Túpac Amaru", pub. por Carlos A. Romero en la "Revista Histórica" (Lima), Tomo II.

(17) Rel. de D. Rodríguez de Figueroa, pag. 102 y 103,

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS

RELACIÓN DEL PRIMER DESCUBRIMIENTO DEL RÍO DE LAS AMAZONAS, POR OTRO NOMBRE, DEL MARAÑÓN, HECHO POR LA RELIGIÓN DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO, POR MEDIO DE LOS RELIGIOSOS DE LA PROVINCIA DE SAN FRANCISCO DE QUITO.

Sapient c 8 Attingit ergo a fine, usque ad finem fortiter et disponit ombia suaviter.

S. Pablo, I ad Cor. c. I. Infirma mundi elegit Deus, ut confundat fortia.

Señor:

Con fortaleza y suavidad dispone Dios las cosas de su providencia, y en los tiempos oportunos descubre su santísima voluntad, para cuya execución se vale (como lo dice San Pablo) de los instrumentos más flacos, para que assí campee más su sabiduría y omnipotencia; y no aya corazón humano que pueda gloriarse, presumiendo de sabio, poderoso y fuerte. La consideración de esto me ha obligado á suspender la pluma para que hallándome con el Oficio de Comisario General de todas las Indias Occidentales, de que V. M. (Dios le guarde) me ha hecho merced, no me determiné á corregir la Provincia de S. Francisco de Quito, por no aver embiado Religiosos graves y doctos á esta Corte, para que postrados á los pies de V. Magestad, y besando su real mano, informasen y diesen quenta á V. Magestad y su Real Con

sejo de las Indias del feliz descubrimiento del Río Marañón, que los Religiosos de dicha Provincia han hecho, sirviendo en esto á Dios Nuestro Señor y á V. Magestad: los ojos de la carne censurarán esta acción y tendrán por desacordada mas los del espíritu que miran con superior vista las trazas del divino Consejo (con el fondamento dieho) la tendrán por muy acertada y prevenida, pues por ella se ve que obra quando quiere y llega el tiempo determinado con fortaleza y suavidad, haciendo de los instrumentos débiles y flacos, las armas más poderosas y fuertes. F Domingo de Briera, Religioso lego de la Provincia de San Francisco de Quito, es uno de los que en estos tiempos han entrado muchas veces en el descubrimiento deste gran Río, como más largamente se vera en la relación, el qual por ser varon de muchas virtudes y zelo de la salvación de las almas, sintiendo que se pierdan tantas en aquellas Provincias, se ha ofrecido siempre, y sacrificado á su conversión, mas por ser de poca salud y averle Dios exercitado en trabajos, especialmente en esta jornada, pues recibió dos grandes heridas de los Indios bárbaros, que se concitaron contra él y los demas Religiosos compañeros suyos, y un árbol que cayó sobre la canoa en que venía, le maltrató el cuerpo y quebró un pie, con que dificultosamente puede andar, y por su simplicidad y falta de sabiduría humana, no puede diligenciar los medios para este fin (prueba bastante de que aver llegado parece más disposición divina que fuerzas humanas, si bien con las pocas que le quedaron se presentó ante V. Magestad y sus Ministros) me ha obligado á mí á que examinándole lo que ha visto, y registrando los escritos que trae, ponga el esfuerzo que tan grave causa pide, empeño que me corre por Comisario General de las Indias, por aver tomado el hábito de mi P. S, Francisco en la dicha Provincia de Quito, por ser natural de aquella tierra, hijo de Joseph de Villamor Maldonado, Capitán General y Governador de los Quijos, de los primeros Conquistadores de aquella Provincia y la de los Omaguas que es la más cercana á este gran Río, el primero que entró en la de los Macas, donde fundó la Ciudad de Sevilla del Oro, poniéndole este nombre por ser natural de Sevilla de cuyos

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