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servicios y empleos de su hazienda en el de V. M. si el precepto de Dios de honrar á los padres me pudiera alentar á representarlos, el tocarme tan de cerca ocupa mi lengua para referirlos, y a mi ánimo el sentimiento de que no ayan sido mayores, mas deseoso de continuar como fiel ministro y con tantas mercedes obligado el intento que en el dicho mi padre como tan leal vasallo fué debido, ofrezco Señor a V. M. con toda prontitud y sumo gusto, mi persona y las de los Religiosos de aquellas Provincias, especialmente las de los de la Provincia de Quito que por cinco veces han salido a esta reducción y conquista no por título de averlo merec do con los trabajos y sangre derramada en ella, sino para trabajar de nuevo y merecer a V. M. algo de los muchos favores con que honra esta Seráfica Religión, en la protección de V. M. sustentada, a quien con tan piadosos afectos la mira, también se dignará de inclinarlos a mirar esta breve relación que del examen de este Religioso, testigo de vista fidedigno, y de las noticias que yo pude tener siendo mozo de las conversaciones de mi padre, Encomenderos y soldados; y siendo después Religioso, de aver andado algunas veces aquellas tierras ha podido formar el ánimo del mayor servicio de V. M. cuya Real persona guarde Dios N. S. en el feliz estado de sus Reynos para coluna de la Católica Fe, y am paro de sus vasallos.

FR. IOSEPH MALDONADO.

RELACIÓN DEL PRIMER DESCURRIMIENTO DEL RÍO DE LAS AMAZONAS, POR OTRO NOMBRE EL MARAÑÓN, QUE HA HECHO LA RELIGIÓN DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO, POR MEDIO DE LOS RELIGIOSOS DE LA PROVINCIA DE QUITO,

El gran Rio de las Amazonas, por otro nombre, Río del Marañon (si bien borrados estos y otros nombres antiguos y Gentiles) el año de nuestra Redencion de mil y seiscientos y treinta y siete por el Governador Iacome Reymundo de

Noroña, y nombrado Rio de San Francisco de Quito, por averle descubierto y navegado en estos tiempos Religiosos de su sagrada y Seráfica Religion (como á quien leyere este breve escrito constará). Este rio, pues es el mayor que los tiempos han descubierto y las noticias alcanzado en el dilatado espacio del Orbe, grande por su famosa posición, y mayor por su dilatado curso, pues corriendo por muchas leguas diversas Provincias, recoje y bebe en si las aguas de muchos y caudalosos rios y arroyos, sus corrientes bañan y fertilizan el Reyno del Pirú, Indias Occidentales y segun opinion de algunos, su nacimiento y origen es de la tierra de Vilcanota, treinta leguas más arriba de la ciudad del Cuzco, Corte antigua de los Emperadores de aquella espaciosa tierra porque en lo mas alto della ay un lago, si pequeño de grandes manantiales; puesto tan en medio de la cima de una cordillera, que desagua por dos partes, la una al Poniente y otra al Oriente, desta última se forma á poco espacio la nombrada y prodigiosa laguna de Chucuito, la qual en circunferencia tiene mas de ochenta leguas (distrito grande en junta de aguas dulces). De la otra que vierte á la parte Oriental, se forma un rio, que entrando por el Valle de Vrubamba, recoge las aguas todas del aquel nuevo y dilatado Reyno. Otros con diversa opinion sienten que su principio es en las tierras del mismo gobierno de los Quijos. Y si por lo que yo he visto, tengo de aplicar mi sentimiento, esto úl timo me parece mas conforme, porque en las sierras que dividen la Provincia de Quito. y las de los Macas ay otras dos lagunas, la una en la falda de las sierras, la qual divierte sus corrientes á la parte Occidental, y entrando por la Provincla de los Puruaes, va corriendo por entre los cerros que ciñen á Quito, declinando ya al Oriente. La otra está en la misma cordillera, no en la más superior, sino en una loma que haze más inferior, á modo de puerto, y esta vierte el agua como del cuerpo de un buey á la parte del Oriente, y Provincia de los Macas, en cuyo raudal que en pocas leguas es muy caudaloso, le entran muchos grandes ríos, y entre todos uno que se llama Aviñico, el qual va tan esplayado, que puesto un hombre en la una margen, el que está de la

opuesta, apenas puede oír ni percibir sus vozes, aunque de mny alentado espíritu formadas; y conocese bien ser la anchura grande, pues minora los bultos de los cuerpos, haziendo parecer muy pequeños, los que en su quantidad son muy grandes; júntanse estos dos rios, pasan por la Ciudad de Sevilla del Oro, y por las dilatadas Provincias de los Gibalos, y otras naciones que confinau con los Quijos, en cuyas tierras toma diversos nombres, y en ellas le entra el otro río que nace de la laguna inferior, no menos caudaloso por aver ya recibido en sí otros muchos que vierten las Cordilleras de Quito. De dondequiera que tome su primer ser, llega en su dilacion á tenerle tan caudaloso, que quando entra en el mar del Norte desagua en él sus corrientes por boca de ochenta y más leguas. Querer nombrar la multitud de Provincias Bárbaras, Naciones Gentiles y diversidades de Indios que habitan las orillas deste poderoso Río, lo que ha importado á la Corona de España su descubrimiento, y en lo por venir importará su Conquista, las riquezas que encierra, los frutos que produce, la fertilidad de la tierra que baña, la multitud de pescados que cría, la variedad de animales que sustenta, las frutas con que regala, los géneros preciosos que da, fuera para una larga Historia y no para esta sucinta relación, remítome á la que el muy Reverendo Padre Cristobal de Acuña de la Compañía de Jesús, ha sacado estos días, donde con serioso estilo y verdad cierta, especifica sus provechos. Y ansi dexando esta materia, solo pretendo de parte de la Religión de mi Padre San Francisco representar lo que sus Hijos han trabajado en su descubrmiento, abriendo puerta á su navegación venciendo las dificultades que impedían sus senderos y rompiendo los passos que cerraban su camino hasta llegar al fin.

Nuestro Dios y Señor, luz que alumbra los entendimientos de los hombres, rayo que enciende las voluntades de los humildes y fuego que abrasa los corazones de sus siervos, alumbró y encendió el espíritu de cinco Religiosos llamados Frai Francisco Anguita, Frai Juan de Casasrubias, Sacerdotes, Frai Domingo Brieva, Frai Pedro de Moya y Frai Pedro Pecador, Legos, Hijos todos del Santo Convento de San Pa

blo de Quito, en los Reynos del Pirú, para que abrasados en el amor Divino, aspirasen á la conversión de muchas almas infieles y bárbaras, que habitan en las dilatadas orillas, islas y tierra firme del gran Río de las Amazonas (de que en aquella Ciudad y Provincia de Quito, y otras partes del Pirú avia grandss y frequentes noticias) Y con el zelo santo que los estimulaba, pidieron licencia para tan santa y piadosa jornada al Ministro Provincial de aquella santa Provincia, que á la sazón era el Reverendo Padre Frai Pedro Dorado; cumpliendo ansi con el precepto de nuestra Regla, que manda que los que quisiesen ir entre Moros y otros Infieles, pidan licencia para ello á sus Ministros Provinciales. Y aunque el sobredicho Ministro Provincial vió que la demanda era justa y los dichos Religiosos aptos, y idóneos para ser embiados, no se determinó á darles la licencia, hasta dar quenta y comunicar este caso con el Presidente de la Real Audiencia, el señor Antonio de Morga, y demás Oydores de la Ciudad de Quito; los quales abrazando todos de conformidad esta santa determinación, mostraron tanto afecto y gusto, que luego despacharon sus provisiones y cédulas Reales, mandando á los Gobernadores, Corregidores y Tenientes de la Governación de Popayan que todos favoreciesen, amparasen y acudiesen con lo necesario á los cinco Religiosos, dándoles lenguas voluntarias, y demás avío necesario. Y aprovechándose el Padre Provincial de tan buena y oportuna ocasión, con providencia al parecer más que humana, en nombre de toda la Seráfica Familia de Nuestro Padre San Francisco, presentó un memorial, en el qual ofreció su persona, y las de todos sus Religiosos á la dicha Conversión y Conquista del Río de las Amazonas. Y la dicha Audiencia, agradecida, acetó esta oferta: y en nombre de su Magestad la admitió, y recibió, dándose por servido de los buenos deseos que siempre la Corona Real ha experimentado en Nuestra Seráfica Religión, de todo lo qual se hallaron instrumentos en la dicha Real Audiencia y en el Archivo del Convento de San Pablo de Quito.

El año pues de nuestra salud de mil y seiscientos y treinta y dos, por los fines de Agosto salieron los cinco Religio

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sos de su Convento, llevando la bendición de su Prelado y los ojos y lágrimas de sus compañeros; y nombrándolos por su Comisario al Padre Frai Francisco Anguita, con feliz viaje llegaron á la Ciudad de San Antonio de Pasto en la Governación de Popayan, y después de apercibirse de lo necesario para tan incierto y dilatado viaje, solos y sin compañía alguna de soldados ó Religiosos de otra Religión, se pusieron en camino para la Ciudad de Ezija de los Sucumbios que está treinta leguas de mal camino de la Ciudad de Pasto. Llegados á la sobredicha Ciudad de Ezija, fueron bien recibidos de todos sus moradores, principalmente de Alonso Hurtado, Teniente de Governador, el qual en virtud de las Cédulas Reales que llevavan, les dió Canoas y por lengua un Indio llamado Pata. Y embarcados en el Puerto que llaman Quebrada del Pueblo, á dos días de navegación, desembocaron en el gran Río Putumayo, con que ya nues tros Religiosos tomaron posesión y se vieron en las deseadas aguas del renombrado Río de las Amazonas, por el qual navegaron onze días, y al cabo de doscientas leguas llegaron á la Provincia de los Seños, Indios de guerra; y desembarcando en el pueblo más principal, que está algo la tierra adentro, los salieron á recibir los Indios, con grandes muestras de alegría y contento, y el que más fino se mostró en sus agasajos fué un Cacique llamado Maroyo.

Mas para que se vean las maravillas Divinas y el buen pie con que entraron nuestros Religiosos en aquellas Pro. vincias, contaré aquí en breve dos casos que les sucedieron. El primero fué que habiendo estado por tiempo de un mes poco más o menos en una pesquería, como siete leguas apartada de los pueblos que estaban la tierra adentro, donde se hallaban muchos de los principales Indios, y aviéndolos catequizado todos por instrumento de las lenguas que llevavan, quando después llegaron al primer pueblo, hallando en la primera casa que entraron un niño en los últimos términos de la vida, pidiéndoles los padres del dicho niño á los Religiosos, que le Baptizasen, Apenas recibió el agua del sagrado Baptismo, quando espiró, siedo nprimicias de los frutos que aquellos Obreros embiavan al Cielo, Y conócese bien

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