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fieles mios, lo que exige de nosotros el Evangelio, ó mas bien su divino autor Jesucristo; juzgad si estas violencias perpetuas, si esta muerte continua, si una vida por este órden es útil á la humanidad. Inferid vosotros cuantos errores se pueden deducir de un tan mal principio como este: todo lo que es útil á la humanidad pertenece al Evangelio.

La pluma se resiste ya, hijos mios, á copiar las expresiones que el escrito de que tratamos sigue diciendo contra los predicadores de ahora; pero es preciso concluir. El añade que semejante conducta es el abuso mas execrable de la Religion: la mas escandalosa simonía, que á fuerza de plagios sagrados procuran aglomerar beneficios, se hacen famosos á costa de la paciencia de un auditorio, que ni entiende lo que dicen, ni halla conforme las palabras con las obras del orador.

Volved, hijos mios, vuestros ojos sobre los que en esta plaza predican: ved si tienen aglomerados beneficios, ved qué simonías han cometido, ó qué abusos han hecho hasta aqui de su ministerio. Si no hallais uno de estos delitos, juzgad yosotros qué debemos decir de semejante escrito. Si el auditorio, como se dice, no entiende lo que se predica, ¿cómo balla no estar conformes las palabras con las obras del predicador?... Y aunque esto fue

se asi, ¿no está dicho por el mismo Jesucristo que se haga y se observe cuanto el Sacerdote dice desde la cátedra de la verdad, aunque sus obras desdigan de su doctrina?

Fieles mios: el que oye al que el Señor envia, oye al mismo Señor; el que lo desprecia, desprecia al que le envia: Qui vos audit me audit, et qui vos spernit, me sper"nit. "Yo les dií tu palabra, dice el mismo »Señor, hablando con su Eterno Padre. Yo »les dí tu palabra y el mundo los aborreció, porque no son del mundo... Tu palabra es » la verdad. Como tú me enviastes al mundo, »tambien yo los he enviado al mundo... no »ruego tan solamente por ellos, sino tam"bien por los que han de créer en mi, por la palabra de ellos." Asi habla Jesus de sus predicadores, y de los que les oyen como les deben oir: asi los recomienda á su Eterno Padre. Comparad las expresiones de nuestro divino Maestro con las del periódico¡ qué diferencia tan notable, hijos mios! Las expresiones mas humillantes y sensibles forman los periodos del discurso dirigido contra los ministros de Dios; y Jesucristo manda sean oidos como si se oyera á él mismo. Sabemos vuestra piedad; nos consta de vuestra religion; y no exigimos mas de vosotros que esteis prevenidos contra semejantes doctrinas.

que

Esos religiosos que os predican, á quienes el tal papel llama con el ignominioso título de furibundos de cerquillo, y de quienes afirma, "divorciados con la razon »convierten el ministerio sagrado en derecho »de inventar calumnias contra el saber, pa»ra vivir ellos en la holganza á costa de la ignorancia y la supersticion." Estos religiosos, digo, son los que os enjugan vuestras lágrimas, los que os consuelan en vuestros males, y los que os sirven en vuestras necesidades. Estos son los que van á confesaros á vuestras casas en vuestras enfermeda

des, y los que estan á vuestra cabecera en

los momentos que exalais vuestros últimos suspiros. Estos religiosos son los que' abo gan por vosotros, los que os instruyen, y los que con una paciencia inimitable han leido los insultos del tal periódico, y no han hecho mas que pedir al Señor perdone al que asi los injuria. Tales son sus servicios: estos sus trabajos: tales sus furores: mirad vosotros si viven en la holganza, si se mantienen á costa de vuestra ignorancia y supersticion, si calumnian á alguno, si son furibundos.....

Ministros de la verdad, declamadores incansables contra los vicios y escándalos de un mundo corrompido, egemplos vivos en obras y palabras de la virtud, no pueden

menos de ser calumniados, aborrecidos, perseguidos por el mundo, que calumnió, persiguió, é hizo morir á Jesucristo. Esta es la señal que el Evangelio designa para que se sepa si los que predican son de Jesucristo. Mirad vosotros, hijos mios, si se halla en los que en esta plaza predican. ⠀

Concluyo, amados hijos, rogándoos que no os escandaliceis de semejantes escritos, que pidais á Dios por el acierto de todos, y que contribuyais conmigo á que se conserve la paz y union de todos los Españoles, obedeciendo las leyes que nos rigen, y respe‐ tando las autoridades legítimamente instituidas. Estas prescriben que se delate ante el Tribunal eclesiástico todo papel que sea contra la Religion, su doctrina general y su disciplina. Os encargamos, pues, que absteniéndoos de semejantes escritos, los denuncieis en nuestro Provisorato, para que se pue da proceder contra los infractores de unas leyes tan justas.

Dado en nuestro Palacio episcopal de Ceuta á 15 dias del mes de febrero de 1821. Fr. Rafael, Obispo de Ceuta. Por mandado de S. S. I. el Obispo mi Señor:=Fr. Salvador de Motril, Secretario interino.

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Esta Instruccion fue hecha para dar cumpli miento á la órden de 24 de enero de 1821, en la que se mandaba reque conforme á lo decretado por nlas Córtes generales y extraordinarias sobre libertad de imprenta, y el decreto de 22 de febrero nde 1813 acerca de los tribunales protectores de la "Fe, sirviesen de instrucciones sobre este asunto las »que el Emmo. Cardenal Arzobispo de Toledo harbia dirigido con este fin á los Vicarios y Jueces neclesiásticos de su Arzobispado: instrucciones que aprobadas por S. M. (oido el Consejo de Estado) en 23 de agosto anterior, se comunicaron al efecto con la Real órden de 24 de enero; segun ellas el señor Obispo de Ceuta procedió á la ereccion del tribunal anunciado en dicha Exhortacion, y como en ella al mismo tiempo, por la autoridad esencial al Obispado, previno á sus fieles contra los errores del número 5o del Liberal Africano, su autor, que era el Secretario del Gefe Político, se quejó agriamente pidiendo en el tribunal del Gobernador contra ella, y éste por repetidos oficios la reclamó al señor Obispo para proceder á lo que hubiese lugar en justicia, y reconocerla, lo que motivó varias contestaciones, y entre otras el ofi

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