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»Gefe Político don Francisco Moreda, para que "el Clero no dudase del motivo que le obligaba "á dirigirselo, se ciñe únicamente á comunicarle "si se ocupa en contrariar el sistema constitu"cional, ó seducir al pueblo; pero no excita á

uno de ellos, lo que no disgustó á los comisionados, que ya se avenian á cualquier partido con tal de poder decir que el señor Arzobispo habia jurado, fuese como fuese; pero negándose tambien á esto S. I., les habló asi :Si este juramento pasivo significa que yo me esté quieto, y no me oponga á lo que ustedes hagan, yo quieto me estaré, ni puedo hacer nada; pero en tratándose de acciones que deno· ten aprobacion, de ninguna manera. Viendo una negativa tan resuelta y absoluta por todos estilos, á lo menos tentaron que mandase al Clero, permitiese ó persuadiese el jurar.. ¿Cómo mandar (respondió con entereza) una cosa que yo no quiero hacer? De ninguna manera; si alguno quiere jurar haga lo que guste, él se dará cuenta á Dios. Sentidos ya los comisionados con tanta repulsa, Con que ya nada sacaremos, dijo uno. No señor, respondió prontamente S. I.. Pues nos vamos, volvió á decir, y no respondemos de las resultas. A este momento entraron los familiares, y afligidos con el riesgo que po→ dia correr S. I., discurrian y proponian medios de ponerle á salvo: hubo quien opinó salir de la ciudad, otro irse al templo del Pilar; pero S. I. mas tranquilo y sosegado resolvió estarse quieto en su cuarto, esperando la suerte que la Providencia le deparase.

Este golpe de constancia fue egemplo que siguió cón heroismo el Ilustrísimo Cabildo, fiel imitador de su Prelado, cuando se le comunicó de parte de la Junta igual órden de jurar la Constitucion, y no faltaron individuos de Capítulos eclesiásticos, los familiares de S. I., que siguieron con resolución los pasos de su amo, negándo

"sus súbditos á que empleen sus luces y persua"sion en convencer á todos de la rectitud y nece"sidad del sistema constitucional, y de los bienes "que les ha de proporcionar, que era la segunda "parte de la invitacion del Gefe Político.

"Los Curas conocen el espíritu de su Prelado, "y por eso le imitan casi todos los de la diócesi "en la inobservancia de las órdenes comunicadas, "para que al tiempo de explicar el Evangelio ex"pliquen tambien la Constitucion."

El Gobierno por su parte no escuchando las exposiciones del señor Arzobispo, y tomando sí en consideracion la del Ayuntamiento, por la Secretaría de Gracia y Justicia comunicó nueva órden á dicho Señor, que para mayor desprecio de S. S. I. se publicó en el Diario Constitucional de Zaragoza, de 25 de marzo de 22 por el dicho Secretario de Ayuntamiento, en la que despues de

se personalmente á este juramento en el acto de tratar en Capítulos plenos de dar cumplimiento á la misma providencia. Se sabe tambien que hicieron esto mismo el Colegio de PP. Franciscanos de san Diego, y el P. Faus. tino Garroberea, Mínimo, bien perseguido despues por el Gobierno.

ren este estado permaneció hasta que llegaron las noticias de Madrid del 7 y 9 de marzo, y las órdenes en nombre de S. M., que cerraron la puerta á toda ulterior resistencia. Véase el manifiesto publicado á la dulce memoria del señor Arzobispo á las páginas 38 y siguientes.

repetir las anteriores órdenes para que se regresase á Zaragoza, se añade:

«Tambien ha visto S. M. con sorpresa, que segun manifiesta V. I. en su exposicion última, no ha publicado todavia el exhorto que le encargó por su órden de 31 de diciembre á pretexto de que teme se le denuncie y declare sedicioso, como lo ha hecho el jurado con su representacion de 22 del mismo mes. S. M. para acordar la resolucion mas acertada, no ha podido menos de tomar en consideracion todos los antecedentes que arroja de sí el expediente: y en su vista ha tenido á bien mandar se haga entender á V. I. cumpla á la mayor brevedad con la citada Real órden de 3 de diciembre, bajo el supuesto de que no son los perturbadores díscolos sino S. M. quien acordó entonces, y reitera ahora la expresada resolucion de que se restituya V. I. á Zaragoza. La medida eficaz, la única que en sentir de S. M. desvanecerá toda sospecha, calmará la ansiedad pública, y restituirá en esa diócesi la paz y armonía que deben reinar entre el Pastor y su rebaño, será la de que V. I. anuncie su arribo á dicha capital con una pastoral sólidamente constitucional, en la cual ademas se inspiren las mismas ideas á los Párrocos y demas ministros del culto, y se les haga cumplir con exactitud y sinceridad lo dispuesto en cuanto á explicar á sus feligreses la Constitucion Política de la Monarquía, y cooperar con una

franqueza cordial al arraigo del sistema que felizmente nos rige, observando cada cual por su parte las resoluciones de las Córtes sin comentarios ni

restricciones equívocas.

"Entretanto S. M. insiste en la necesidad imperiosísima de la expresada pastoral, que á mas de sus ventajas políticas, es tan conforme al espíritu del Evangelio. Por ello S. M. encarga á V. I. su espedicion sin que deba detenerle el temor de que se delate y califique.

"Si la particular opinion de V. I. opusiese algun obstáculo á esa medida, S. M. entiende que el camino mas seguro para conciliarlo todo sería el de renunciar V. I. su mitra, en cuyo caso S. M. cuidará que se proveyese á su decente manutencion; pero S. M. no espera tal de la piedad ilustrada de un prelado español. Ultimamente me manda S. M. decir á V. I. que queda á la vista de este gravísimo desagradable negocio, y que en uso de sus indispensables facultades, tomará las mas serias y egecutivas providencias si estas indicaciones no produgesen el efecto que se ha propuesto S. M. Y de Real órden lo traslado á V. I. para su inteligencia y gobierno."

Tal era el modo con que el Gobierno constitucional trataba á los Obispos, y esta la libertad que tenian los Padres de la Fe en el egercicio de su ministerio. Se clamaba á cada paso que en nada se queria atentar contra la Religion; y en la

práctica se la procuraba esclavizar de todas maneras. Cuando de todas partes llovian representaciones y mociones de las Sociedades Patrióticas contra lo mas augusto, y aun contra la sagrada Persona del Rey sin obstáculo ni impedimento alguпо , una exposicion la mas sencilla de los señores Obispos atraia sobre si las reconvenciones y amenazas del Gobierno, insinuaciones indecorosas de renuncias indignas, de ocupacion de temporalidades, destierros, &c.: era preciso herir á los Pastores para dispersar á las ovejas.

CONTESTACION

DEL SEÑOR OBISPO DE ORENSE

AL MINISTRO DE GRACIA Y JUSTICIA

sobre una circular suya detenida por el Gefe Político de aquella provincia.

Excelentísimo Señor: Aliviado en algun

tanto de mis dolencias, voy, segun ofrecí á V. E. en 23 del último, á contestar al de 16 del mismo, por el que me previene V. E.

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