Imágenes de páginas
PDF
EPUB

"narse el hombre sobre esta necesidad uni»versal; pero cuando llega el momento de »recomponerse el cuerpo político, se ve for»zado á relevar la base eterna."

La misma nacion ofreció mas recientemente otra leccion terrible para escarmiento de todas las demas. Cuánto no le ha costado su seguridad interior en los últimos años. Tres de éstos enteros pesó sobre élla un ejército formidable de tropas extrangeras de diferentes naciones, para enfrenar los ánimos sediciosos de aquel pais con la carga insoportable de tributos y vejaciones para mantenerle, y con las angustias que debe causar al Gobierno tan dura y degradante situacion. ¿Por qué fatalidad puede verse reducida una nacion á tal esclavitud y tantos sacrificios sino es por la corrupcion de costumbres, por la suelta de las pasiones, por el fanatismo de la mal entendida libertad? ¿Dígase si estos males no se ahorrarian todos en donde estuviese en vigor la sana moral y la Religion del Evangelio?

Tiéndase la vista á nuestras Américas, que tantos tesoros de gente, de dinero, y de todo género de sacrificios llevan costado, sin fruto á la España, y tantos desvelos al Go-> bierno. El espíritu de rebelion que ha cundido por aquellas regiones, qué otro origen tiene que la propagacion de doctrinas

perversas, de libros perniciosos, del espíritu de irreligion ó filosofismo con que se han contagiado por tantos medios que franqueó el germen de la impiedad y de la independencia? La Religion en otro tiempo cimentó aquel imperio: la nueva filosofía lo trastornó.

Pues las escenas y catástrofes antiguas y modernas de otros estados por esta misma causa, ¿quién podrá pintarlas? No tiene duda, Señor; la razon y la esperiencia enseñan, que cuanto mas pierde una nacion por el lado de las costumbres, tanto mas duro y costoso ha de ser su gobierno, mas fuertes sus contribuciones, mas mal versadas sus rentas, mas numerosos sus ejércitos, mas multiplicados sus empleados y gastos de todas clases. ¡Cuántos, por todos ramos, se escusarian con solo atender á sus causas morales, que por lo comun suele mirar la política con tanta indiferencia! La justicia eleva las naciones; los pecados las hacen miserables, dice el Espíritu Santo.

Mas para que la Religion obre sus efectos es necesario que esté muy viva y vigorosa, y que aparezca con dignidad en medio de los pueblos. Por lo mismo que tiene un objeto invisible, y que los sentidos obran tan poderosamente sobre y contra el espíritu, necesita ser fortificado con auxilios muy eficaces; auxilios que solo puede prestar el

sentimiento Y la virtud sagrada de las leyes de este órden, y los medios secretos y públicos que la Religion emplea para fijarlas en el ánimo. Es necesario que el defecto que imprime en las civiles su caducidad, y la idea de su origen y objeto puramente temporal, se supla por la fuerza superior de aquellas en que resplandece un poder de otra esfera que nunca pueda eludirse ni despreciarse impunemente. Este carácter que es el de las leyes que afectan al espíritu, cuales son las canónicas, jamas pueden tenerle las políticas, que afectan al cuerpo y á las cosas terrenas. Es imposible por tanto confundirlas y confundir las dos potestades, sin destruir su esencia, y privarse de los mutuos socorros que ellas se prestan.

De aqui es que no se verá constitucion alguna, que no establezca por primer fundamento la Religion: no como creacion suya, sino como cosa prexistente que se adopta por un don y hechura exclusiva de la Divinidad. De otro modo no tendria mas concepto que el de cualquiera otra ley política; y en semejante concepto sería una cosa ilusoria: nuestra Constitucion, manteniendo la que ha profesado la Nacion española desde el origen de la monarquía, y renovando esta ley fundamental, ha reconocido inviolables, como ella, todos sus principios, y ha condenado

á sus

sus infracciones. Esto nos impone una doble obligacion y un doble título para combatirlas todas, y reclamar cuanto se oponga leyes peculiares. Si se aplaude la resistencia á los mandatos Reales, cuando se desvian en lo mas mínimo del tenor de la Constitucion, no podrá llevarse á mal que se sostenga con firmeza el artículo mas capital que élla con

tiene.

Autoridad privativa de la Iglesia para establecer su disciplina.

El mas capital de la Religion católica es la autoridad propia de la Iglesia para estable

cer sus cánones.

Yo no me detengo en manifestar mis sentimientos en este punto, que no dudo sean los de todos los Obispos, y de todas las personas doctas , y cuantos tengan voto en la materia. La Religion Católica no puede subsistir y desaparecerá inevitablemente donde quiera que la potestad secular se abrogue la de ordenar su disciplina, y disponer de sus negocios, cual vemos irse mas que proyectando. Este juicio se funda en la esencia misma de las cosas, en el dogma de la misma Religion, y en la experiencia, que es la mejor maestra, y enseña á todo el mundo los medios que en otras partes han conducido á

aquel término término que será el mismo en España si se adoptan iguales medios, por la natural correspondencia que tienen los efec

tos con sus causas.

Segun los principios católicos, la autoridad eclesiástica, comprensiva de todo lo relativo á este ramo, no puede derivarse ni apropiarse á la secular, ni puede enagenarse de la Iglesia, á quien la adjudicó el mismo Jesucristo, y en quien la reconoce una posesion y egercicio de diez y ocho siglos, á que no alcanza ninguna de las monarquías que hoy existen. En esto se distingue la Religion del Evangelio de las religiones falsas que han forjado los heresiarcas y cismáticos modernos, uniendo la potestad espiritual á la real, por cuyo mero hecho se han separado de la Iglesia católica.

Estos principios auténticos que no pueden aqui mas que apuntarse, se aclararán por sí mismos contraidos al asunto de esta representacion. La simple observacion de las vicisitudes de las constituciones políticas y de las legislaciones civiles, comparadas con las eclesiásticas, da un golpe de luz que evidencia aquel carácter esencial, que distingue en su origen las unas de las otras. Apenas se hallará un estado que con el discurso de los tiempos no haya variado muchas veces su constitucion, ó total o parcialmente en

« AnteriorContinuar »