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APUNTES HISTORICOS

ACERCA DEL ORIGEN Y FUNDACION DE LAS IGLESIAS DE NUESTRA SEÑORA DE

GUADALUPE Y MONSERRAT DE LA CIUDAD DE LIMA

Nuestra Señora de Guadalupe

Funda Alonso Ramos Cervantes la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe.—Pone la primera piedra el Obispo de la Imperial.—Devoción del pueblo a la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe.-Pasa la ermita a poder de los religiosos de San Francisco.-Fundación del Colegio de San Buenaventura.-Importancia de este Colegio.-Los terremotos de 1687 y de 1746 arruinan la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.-Se clausura ei Colegio de San Buenaventura y se seculariza la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.-El Coronel D. Juan Nepomuceno Vargas refecciona la iglesia en 1855.-Descríbese la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.-La primitiva efigie de Nuestra Señora de Guadalupe.-Otra efigie de esta advocación.-Estado actual de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.

Entre los muchos mercaderes españoles, que con sus novedades y granjerías acudían a los centros comerciales de las Indias, en los tiempos de serenidad y octaviana paz, que sucedieron a los tumultos y sangrientas facciones de la conquista, y consolidación del poderío de Castilla sobre las ruínas de los viejos señoríos indígenas, llegó al Perú y a la magnífica ciudad de los Reyes, Alonso Ramos Cer

En la actualidad, esta iglesia corre a cargo de la Beneficencia francesa, y de las religiosas de San José de Cluny, que sirven el hospital anexo (2), y tiene en ella su culto, la colectividad francesa. Aunque es poco frecuentada por los fieles, el orden y la limpieza que ahí se advierten, invitan al recogimiento y a la oración: en el esmerado aseo del pavimento, que es de finos mosaicos, en el adorno de los. altares, en la conservación de los sagrados paramentos, en todo se vé la prolija mano de las religiosas, y el delicado espíritu francés.

Tal es, en suma, el origen, vicisitudes y actual estado de la vieja iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.

(2) Este hospital, intitulado: La Maisó de Santé, se edificó por el año de 1860, en un terreno contiguo a la iglesia, el mismo que en otra época formó parte de la huerta u olivar del colegio de San Buenaventura.

NUESTRA SEÑORA DE MONSERRAT

Trata el Abad del monasterio de Monserrat en Cataluña de enviar una misión a las Indias.-Obtiene la autorización de Felipe II.-La ratifica el Real Acuerdo.-El P. Sancho de Ponce arriba al Perú.-Trata de formar un hospicio y de edificar una ermita.-Se opone a ello Sto. Toribio.-El litigio llega a la Corte, y se despacha nueva cédula a favor de los monjes.-Sto. Toribio acuerda su licencia a la nueva fundación.-Se levanta en 1601 la primitiva capilla de Nuestra Señora de Monserrat. Se renueva en 1630 y se constituye un patronato a favor de Alonso González de la Canal.-Capellanías que fundó el patronato. La tumba del fundador y las vicisitudes que sufrió.-Las fiestas de Ntra. Señora de Monserrat. -Los monjes de Monserrat.-Estragos que hace en Monserrat el terremoto de 1687.-Se reedifica la capilla, aunque pobremente.-Las alhajas y bienes de Monserrat.El terremoto de 1746.-El Arzobispo La Reguera.-Su devoción a la casa de Ntra. Señora de Monserrat.-Historia de un naufragio.-Se clausura el conventillo de Monserrat. Sus bienes pasan al Fisco.-Se constituye la iglesia de Monserrat en vice-parroquia de San Sebastián.-Resultados que ello tuvo.-El antiguo conventillo.-La iglesia de Monserrat en la actualidad.

Para dar con el origen de la pequeña iglesia de Ntra. Señora de Monserrat, que, entre otras dedicadas a la Madre de Dios, ilustra la legendaria capital del Perú, y da testimonio de la religiosidad de sus antiguos moradores, es menester remontarnos a los primeros tiempos de la dominación es

pañola, al reinado de Felipe II; y penetrar después al insigne santuario catalán, cuna de esta bendita advoción.

Al finalizar el siglo XVI, era Abad del magnífico Monasterio de Monserrat, en el principado de Cataluña, el P. D. Joaquín Bonanat, quien, con el intento de incrementar los subsidios destinados a la hospitalidad, que su monasterio ejercitaba con los peregrinos que subían a la santa montaña, se dirigió al Rey Felipe II, pidiéndole que acrecentase los privilegios del venerado santuario catalán, permitiendo que dos de sus monjes pasasen a las Indias, con la misión de colectar limosnas para tan cristiano fin. Convino en ello el piadoso Monarca, que amaba con tierno y devoto afecto a la Vírgen montañesa (1), y en tal sentido despachó una real Cédula; su fecha en Madrid, a 9 de Junio de 1598, tres meses antes de su sensible fallecimiento.

Muerto Felipe II, se presentó la referida Céduda en el Real Acuerdo, que la admitió y mandó ejecutar en 14 de Octubre de 1599.-Con estos recaudos y reales licencias, salió del monasterio de Monserrat el P. Pedro Sancho de Ponce, acompañado de otro monje sacerdote, y ambos se embarcaron en Barcelona con rumbo a las Indias: llegaron el Perú, y a la ciudad de los Reyes, corriendo el año de 1599, y al punto trataron de dar principio a su misión, edificando una ermita y un hospicio anexo que les sirviese de ordinaria residencia, para lo cual obtuvieron que una mujer piadosa, doña María Loarza, les cediese una huerta y un solar que poseía en los términos de la ciudad, en el mismo sitio donde hoy se levanta el templo de Ntra. Señora de Monserrat. Mas, cuando quiso el P. Sancho poner manos a la obra, tropezó con la oposición del Iltmo Arzobispo, que lo era por entonces el Señor Santo Toribio, quien celoso, como el que más de los fueros eclesiásticos, vió con desagrado el hecho de que el Rey y su Real Acuerdo, hubiesen despachado aquellas licencias sin tener para nada en cuenta la autoridad del Metropolitano: notificada a los PP. la oposición que hacía el ordi

(1)-Cuatro veces subió Felipe II al santuario de Nuestra Señora de Monserrat, en hábito de peregrino; y murió con una vela de la Virgen de Monserrat en la mano.

nario a la fundación que pretendían, estos respondieron que las reales licencias los amparaban; insistió el Arzobispo en oponerse, corrieron sendos alegatos, se formó un cuerpo de autos y terminaron los buenos monjes por volverse a España con todo lo actuado, y proponer su querella en el regio tribunal.

Felipe III, tan afecto como su padre a la Vírgen catalana, recibió a los religiosos con benignidad, y enterado por los autos que le presentaron, de las dificultades que les oponía la curia arzobispal, a 17 de Septiembre de 1600, despachó en Madrid una nueva Cédula de ruego y encargó al Rvdmo. Arzobispo de Lima, pidiéndole no estorbase la obra proyectada, por ser, como era, tan del servicio de Dios y de su bendita Madre.

Volvieron los PP. al Perú con la referida Cédula, y el santo Arzobispo, cumpliendo lo en ella mandado, y satisfaciendo los piadosos deseos del Monarca, les dió la licencia que habían menester para edificar la ermita y el hospicio, y para colectar limosnas en todo su arzobispado.

Allanadas así las dificultades que hasta allí se habían ofrecido, procedió el P. Sancho de Ponce, ayudado de los devotos de Ntra. Señora, a levantar la primitiva capilla de Monserrat, por el año de 1601. Aquella primera capilla, sobre ser demasiado pequeña, fué de pobrísima construcción: las paredes eran de tosco adobón, el techo de cañas de Guayaquil cubiertas con esteras, y los paramentos corrían parejas con lo ruín de la fábrica. (1)

De esta suerte se mantuvo nuestro primer templo monserratino hasta el año de 1630, por cuya época, ya todo él amenazaba ruína: pues de su rústica construcción, y frágiles materiales, no se podía esperar más larga duración. Era a la sazón Prior del conventillo el P. D. Juan de Salazar, quien, viéndose impotente para redificarlo, y sin esperanza de encontrar persona que tomase a su cargo tal empresa, entró en tratos con los PP. agustinos descalzos, para venderles el sitio, o sea el solar y huerta, que treinta años antes había donado a los benedictinos doña María Loarza.

(1).-De la vida de Sta. Rosa se desprende, que solía la santa virgen frecuentar esta ermita de Ntra. Señora de Monserrat.

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