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Cristóbal de Molina. (23)

Cuando el Virrey D. Andrés Hurtado de Mendoza nombró por gobernador de Chile a su propio hijo Don García, Molina regresó a ese país, y a pesar de su edad, estuvo con el gobernador en todas sus campañas. Su amor a los naturales hizo que gozara de gran influencia entre los indios. (24)

Parece que Molina estuvo en la conquista de Cuyo, ordenada por don García en 1561, pues en el reparto de solares hecho por el Capitán Pedro de Castillo, se asignan al Padre Molina dos solares inmediatos al terreno señalado para convento de dominicos. (25)

Marmole

En 1563 se hallaba en Santiago. Góngora jo dice que fué sochantre de la Metropolitana de Charcas (25), pero no precisa la época. Debió ser, en todo caso, antes de 1564, pues con fecha de 24 de Agosto de ese año le escribía al Rey desde aquella ciudad, haciendo alusión a otra carta escrita en Lima hacía seis meses (27), y en que le daba cuenta de ciertos sucesos para él desagradables, acaecidos en Santiago. Se vé, pues, que el sochantre llevó a pesar de la carga de sus años, vida muy agitada, haciendo frecuentes y largos viajes por el territorio del Virreinato.

Aunque el clérigo Cristóbal de Molina estuvo en el Cuzco, vivió en Lima, fué dignidad de la Metropolitana de Charcas y figura como vecino de Mendoza, puede de

(23 Mendiburu, Dic. Histórico- Biográfico del Perú, Lima 1885 V. p. 505. "Quiero y es mi voluntad que luego al instante que se acabe la dicha capilla he de comprar la dicha renta y he de efectuar la dicha capellanía, sea Capellán de ella el señor Chantre Cristóbal de Molina estante en esta ciudad y la sirva todos los días de su vida". Esto ha dado lugar a que equivocadamente, el señor Thayer Ojeda diga que Molina fué Chantre de la Catedral de Lima.

(24) Errázuriz, ob. cit. p. 159.

(25) Medina, Col. de Doc. cit, XXIX, p. 409.

26) Góngora Marmolejo, Historia de Chile, Madrid 1850. (tomo IV del Memorial Histórico Español) c. 31.

(27) Errázuriz, ob. cit. Apéndice II.

cirse que el verdadero lugar de su residencia fué Santiago. Estuvo allí primero con Almagro, luego regresó con D. García Hurtado de Mendoza: a raíz de un grave incidente de que se dirá en seguida, volvió a Lima, y luego regresó a Chile, donde entregó su alma al Creador. Fué Cura en Santiago, Vicario General, y So-chantre de la Catedral de aquella ciudad, cuando se erigió el episcopado. Siendo Vicario General en Santiago por el señor Gónzález Marmolejo, por impedimento de éste, a principios de 1563, un fraile dominicano llamado Fray Gil González de San Nicolás vertió ciertas heregías en el púlpito, en presencia del Vicario (28). Este ordenó que se hiciese una información y decretó la prisión del herege, pero la autoridad civil representada por el teniente gobernador Juan Jofré, se negó a cumplir el auto del Vicario, y por el contrario, puesto de acuerdo con Fray Gil y con otro fraile llamado Fray Cristóbal de Ravaneda, iniciaron una información contra Molina que terminó con la prisión del anciano sacerdote. No se dejó intimidar Molina por el atropello y desde su prisión dictó auto de censuras contra el teniente de gobernador y sus secuaces. El incidente tuvo otra repercución, pero como no es nuestro ánimo hacer extenso relato de él, remitimos al lector a las obras citadas. Sólo diremos en conclusión, que el vecindario de Santiago acudió al gobernador Villagra pidiendo el castigo de los culpables, y el Vicario a la Real Audiencia de Lima, con idéntico objeto, mereciendo la aprobación de su conducta por aquella autoridad y este tribunal.

Cristóbal de Molina escribió su relación en Lima. según se desprende de su texto, y después de 1552, a juzgar por la referencia que hace al Virrey D. Antonio de Mendoza, que murió en esta ciudad en 21 de Julio del año indicado, que expresa en estos términos: "Una de las cosas que el Visorrey don Antonio de Mendoza apuntó en estos reinos cuando la vió" etc. La obra de Molina ha pasado por anónima, y por tal la citó Prescott y la pu

(28) Vicuña Mackenna, Historia de Santiago, Santiago 1874 t, c. IX- Errázuriz, ob. citada, carta de Molina al Rey. Ap. II.

DOCUMENTOS INEDITOS SOBRE LA GUERRA DE

LA INDEPENDENCIA

EL GENERAL PEZUELA

MARCHA SOBRE EL GENERAL RONDEAU

He noticiado a V.S. el motivo que me precisó a replegar el Ejército a este punto el día 4 del corriente desde la segunda jornada que ejecutó para ir a buscar al enemigo en Chayanta. Estaba activando los medios de rehacerme de las bestias y los víveres precisos para volver inmediatamente a emprender las marchas, cuando por algunos tránsfugas me he cerciorado de que Rondeau, noticioso de mi movimiento, hizo el suyo con todas sus tropas para la Ciudad de Cochabamba. En esta virtud, y para no darle tiempo de realizar sus proyectos, sean ellos los que fueren, he resuelto caminar rápidamente sobre él, verificando mi salida el día de mañana, sin más tardanza. Lo que se servirá a V.S. de inteligencia.

Dios guarde a V.S. muchos años. Cuartel General en Venta y Media, Noviembre 12 de 1815.

JOAQUIN DE LA PEZUELA.

Sr. Presidente Gobernador Intedente de la Provincia del

Cuzco

EL GENERAL PEZUELA CONTESTA UNA FELICITACION POR LA VICTORIA DE WILUMA Y SE QUEJA DEL ABANDONO DE SU EJERCITO.

V. S. por sí y a nombre de ese vecindario se ha servido darme la enhorabuena por la gloriosa batalla de Wiluma del 19 del próximo pasado Noviembre, en que quedó completamente destruído el Ejército de los insurgentes de Buenos Aires. Yo lo recibo con todo gusto; pero aseguro a V. S. que a trueque de haber dado un buen día a todas estas Provincias por la protección divina en primer lugar, y por el heroico esfuerzo de estos dignos militares, he pasado yo mismo, y paso, los más amargos de mi vida. Estas tropas vinieron desde "Venta y media" a dar la batalla sin haber recibido más auxilio que el medio socorro de Noviembre, y los oficiales, ninguno; descalzos y sin camisa muchos de los primeros, y con mil necesidades los más de los segundos. Todos han sufrido estas privaciones y los demás trabajos imprescindibles con una constancia y conformidad ejemplar; se ganó la arriesgada batalla, y no sólo no tuve cómo gratificar con un día de doble prest a estos tan infelices como valientes soldados, sino que me faltó un peso para comprar los artículos que no pueden transportarse y son de primera necesidad para la curación de tan recomendables heridos. Todas mis diligencias, y las practicadas por el ramo de Hacienda se han agotado luego en esta pobre, robada y saqueada ciudad, sin más fruto que el de haber podido pagar mis tropas hasta el 20 de este mes; con exclusión de los incomparables cuerpos de Vanguardia que a día siguiente de la batalla emprendieron su marcha en persecución del enemigo para largas jornadas, sin calzado y sin un real; pero llenos de una alegría y entusiasmo que me hicieron sentir doblemente el dolor de corresponderles tan mal. Para despachar los cuerpos que han caminado después a coger el fruto del día 23, he tenido que reunir todos los oficiales y pedirles prestadas las pocas onzas de que para un caso fatal acostumbran proveerse algunos militares en campaña. Yo mismo estoy pa

EL GENERAL LA SERNA SE ENCARGA DEL MANDO DEL EJERCITO DEL ALTO PERU

Habiéndose encargado el día 13 del corriente del mando en Jefe de este Ejército el Señor Mariscal de Campo de los Reales, Don José de la Serna en virtud de nombramiento de S.M., y debiendo yo partir para el destino que ha sido de su Real voluntad consignarme, lo aviso a V.S. para su conocimiento y el de que desde el momento en que reciba V.S. este aviso, se entienda con el expresado Señor General en Jefe en todo lo relativo a este mando, circulando V. S. esta noticia a todos los que dependan del suyo.

Dios guarde a V.S. muchos años. Cuartel general en Santiago de Cotagaita, Noviembre 14 de 1816.

JUAN RAMIREZ.

Señor Presidente Gobernador Intendente de la Provincia del Cuzco.

SE CORTA EL PROCESO CONTRA EL CORONEL AGUSTIN GAMARRA

En el Proceso seguido contra el Coronel Comandante del segundo Batallón del primer Regimiento, Don Agustín Gamarra, y demás individuos acusados del delito de infidencia, he dictado la Providencia que en copia acompaño.

Supuesto ésto, tenga V. S. la bondad de observar la conducta de Don Martín Estrada, a quien he dado pasaporte para esa ciudad, y vigilar las conversaciones y especies que sugiera para los fienes que puedan convenr.

Dios guarde a V.S. muchos años. Cuartel general en Tupiza, Abril 27 de 1820.

JUAN RAMIREZ.

Señor Presidente de la Real Audiencia del Cuzco.

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