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ja, por lo cual se le pudo dar un buen número de iglesias en poco territorio. Abraza este un círculo de unas siete leguas de diámetro con 142 pilas bautismales. Dentro tiene varios enclavados y de una manera harto rara; pues ocho pueblos de la abadía de Medina corresponden á ésta en los años pares, y al obispado de Avila en los impares. ¡Cosa estrafalaria! Felipe II principió tambien la grandiosa obra de la iglesia Catedral de Valladolid segun los planos de Herrera, demoliendo la antigua colegiata. Empeñado aquel en la conclusion del Escorial, quedó Valladolid sin la iglesia antigua, y con la nueva por concluir.

Alejandro IV declaró ciudad á Soria (1260), y la quiso erigir en Catedral (1). Las Córtes de Madrid en 1552 pidieron que se erigiese en obispado; pero Cárlos V respondió que no convenía. Reiteróse por las Córtes igual solicitud en 1567 á favor de Soria y Múrcia: Felipe II se opuso igualmente á la traslacion de la Catedral de Osma á Soria y á la division del obispado de Cartagena, alegando para ello graves inconvenientes. Mas en cambio se creó el obispado de Orihuela, cuya Catedral quedó constituida en 1564 y agregada á la metropolitana de Valencia, con un perímetro de unas 32 leguas.

Se ve por estas disposiciones que la reforma en la division de diócesis fué muy parcial. No se tocó al arzobispado de Toledo, que debió subdividirse en tres diócesis por lo menos, pues su disparatada extension hacía y hace imposible que los Prelados la visiten en el tiempo mandado por el Concilio, habiendo absorbido la silla de Compluto, y parte de la Oreto, y algunos territorios de otras sufragáneas.

Tampoco se zanjaron los ruidosos pleitos entre la iglesia de Burgos y el arcedianato de Briviesca, que duraron hasta el año 1725 (2), y de las iglesias de Huesca y Pamplona sobre el arciprestazgo de la Valdonsella, que ambas pretendían. Este litigio duró hasta 1785, en que el Papa Pio VI á instancia de Cárlos III y por agencia de Azara lo agregó al obispado de Jaca, que tenía territorio muy reducido (3).

(1) Baronio en dicho año.-Mosquera: Historia de Soria, pág. 103. (2) Flórez: España sagrada, tomo XXVII, pág. 18.

(3) Teatro de las iglesias de Aragon, tomo VIII, pág. 211.

El pueblo de Noalejo, que litigaban los Preiados de Granada y Jaen, fué encargado en depósito al Abad de Alcalá la Real por el Papa Julio III, en cuyo estado ha seguido hasta nuestros dias. Esta abadía había sido constituida en territorio verè nullius por el Rey D. Alfonso XI en virtud de Bulas apostólicas (1340) con todos los privilegios episcopales, teniendo un territorio de 20 leguas cuadradas. A pesar de todo es digno Felipe II de grande elogio, pues hizo más que sus predecesores, y al mismo tiempo inauguró un pensamiento, que si lo hubieran llevado adelante sus descendientes, hubiera regularizado gradualmente la division eclesiástica.

§. 107.

Nuevas Catedrales en la corona de Aragon.

La iglesia de Jaca había sido episcopal hasta la época de la conquista de Huesca. Entónces quedó aquella unida á esta æquè et principalitèr. Sus Canónigos concurrian con los de Huesca á la eleccion de Prelado, hasta que la Santa Sede se reservó aquel derecho. Felipe II solicitó la division de ambas iglesias y la ereccion de nueva Sede en Barbastro para evitar litigios, y á fin de que estuviesen mejor administradas las tres diócesis; pues el territorio era muy vasto y colindante con paises de herejes. Pio IV envió para ello al Cardenal Hugon, con carácter de Legado apostólico, encargándole visitara el territorio y se informase de las rentas y demás circunstancias necesarias para el acierto (1565). Grandes dificultades hubo que vencer, pero al fin en el espacio de seis años se terminó aquel negocio, quedando todo arreglado (1571) por una Bula de San Pio V (1).

Las iglesias de Segorbe y Albarracin se hallaban envueltas en ruidosos pleitos, habiendo llegado el caso de que las cuestiones se decidiesen á mano armada. Para obviar litigios instó el Rey, á fin de que se dividiera el territorio, formando dos diócesis, como se hizo (1576), quedando la de Albarracin sufragánea de Zaragoza y la de Segorbe de Valencia, poco

(1) Véase el tomo VIII del Teatro eclesiástico de Aragon, pág. 110.

tiempo ántes erigida en Metrópoli (1). Diéronse á la de Albarracin unas 40 leguas de circunferencia con 34 parroquias, y á Segorbe casi otro tanto con 42 iglesias matrices. Erigióse al mismo tiempo (1577) la diócesis de Teruel con una jurisdiccion bastante extensa, pues se le adjudicó un distrito de 54 leguas cuadradas con 89 parroquias y dos colegiatas. Para estas desmembraciones hechas en Aragon fueron nombrados con comision apostólica el Doctor Juan Brusca, Arcediano de Orihuela, y el Doctor D. Cárlos Muñoz, Doctoral de Tarazona.

La iglesia de Solsona había conservado su regularidad hasta fines del siglo XVI. Erigióse tambien catedral á instancias de Felipe II (1593), quedando agregada á la Metropolitana Tarraconense. Diósele un territorio de unas 14 leguas en su mayor extension con 135 parroquias principales y muchos exentos dentro del territorio, pertenecientes á las Abadías de Ripoll, Portella y otras benedictinas.

Tambien pretendieron obispado la colegiata y ciudad de Calatayud, y para lograrlo mejor se suprimió una de Canónigos regulares que allí había, titulada de la Virgen de la Peña, y con lo cual llegó á tener 14 canonicatos, inclusos los de oficio, y cuatro dignidades, siendo el Dean mitrado por concesion de Julio II. Fundábanse en que el arcedianato con sus 60 pueblos era territorio distinto. Las cuestiones de Soria, Calatayud y Múrcia eran análogas: entraban en ellas por algo la vanidad, y por algo tambien las exigencias y codicia de los curiales. Quejábanse aquellos de agravios, más ó ménos ciertos, y de los grandes gastos que les ocasionaban los viajes y distancias. Respondían á eso los Obispos y Cabildos, que ya tenían puestos alli Vicarios generales; pero así que ganaban los pleitos alegaban que no tenían obligacion de tenerles Vicarios generales (2). El derecho canónico deja esto al arbitrio del Obispo. Los de Ágreda y Alfaro se quejaban de que se llevaban sus pleitos á Tarazona, cuyos curiales aragoneses seguían procedimientos forales y no respetaban las leyes de Castilla

(1) Villanueva, tomo III, pág. 85.-Blasco de Lanuza: Historias eclesiásticas y seculares de Aragon, tomo II, cap. 4.

(2) Describió estas cuestiones Loperraez en su descripcion histórica del de Osma.

en los contratos y casos civiles, en que tenían los legos que demandar á los clérigos sobre cosas profanas de testamentarías, herencias y otras que no eran espirituales. El Consejo de Castilla mandó que los Obispos tuvieran siempre un juez eclesiástico y castellano en Ágreda ó Alfaro, para dirimir estas contiendas sobre cosas seculares y profanas.

§. 108.

Colonizacion de Filipinas por medio de los misioneros sin violencia ni esclavitud.

Una de las cosas que más honran á España en general, á nuestra Iglesia é institutos religiosos en particular, y al reinado de Felipe II muy especialmente, es la colonizacion de estas islas, á las que por respeto á él se apellidó Filipinas.

Descubiertas las numerosas islas de aquel archipiélago, Felipe II mandó al Virey de Méjico (1564) que se preparase una expedicion completa, en la cual se emplease al hábil cosmógrafo y religioso agustino calzado Fr. Andrés Urdaneta, que había ya navegado de capitan en la segunda expedicion, y que le acompañasen algunos religiosos para convertir á los infieles (1). Cuatrocientos marineros y soldados salieron del puerto de Natividad á 21 de Noviembre, al mando de Miguel Lopez de Legaspi, y á 9 de Enero de 1565 descubrieron la isla de los Barbudos. Llegaron á las Marianas, y recorridos varios otros puntos, anclaron á 27 de Abril en Cebú, en donde los Agustinos establecieron un convento, que sirvió de punto de partida para sus correrías evangélicas, siendo generalmente bien recibidos y auxiliados en todas partes por los naturales. En 1571 Legaspi echó los fundamentos de la ciudad de Manila en la isla de Luzon.

Felipe II obtuvo del Papa Gregorio XIII un breve, por el cual se creó el obispado de Manila, de que tomó posesion, en 1581, Fr. Domingo de Salazar, y fué elevado á arzobispado por

(1) Los cuatro primeros fueron: Jacobo de Herrera, Martin de Rada, ó Errada, Pedro de Gamboa y Andrés de Aguirre, todos ellos agustinos calzados.

breve de Clemente VIII de 14 de Agosto de 1591, bajo la advocacion de la Concepcion de María,

Antes de concluir el siglo fueron erigidos los obispados sufragáneos de Nueva-Segovia, Nueva-Cáceres y Cebú, con la condicion de parte del Rey de que no se nombrarían canónigos ni dignidades hasta que las cosas viniesen á mayor acrecentamiento. Los institutos religiosos fueron enviando otros operarios celosos, que auxiliaron á los primeros y á sus Prelados en la propagacion del Evangelio y de la cultura y civilizacion cristiana.

En 1575 llegaron el P. Alfonso Gutierrez de Veracruz, agustino, y otros veinticuatro religiosos de su Órden; el Padre Pedro Alfaro, franciscano, superior de la numerosa colonia de hermanos que le acompañaban. Con el primer Obispo Fr. Domingo de Salazar, fueron cinco hermanos menores, tres dominicos y tres jesuitas; número que se aumentó luego con otras misiones de cada Órden.

La conquista de Filipinas ha sido hecha y conservada principalmente por las Órdenes religiosas, y se diferencia esencialmente de las otras conquistas conocidas. En Filipinas puede decirse que los naturales vieron primero la cruz que la espada, y acaso por esto no opusieron resistencia; allí la poblacion indígena no fué destruida, ni vió arrebatados sus bienes. Acostumbróse suavemente á obedecer por religion y á respetar á España, que le enviaba tan santos misioneros. Los estatutos formados por éstos, acomodados en lo posible á las costumbres antiguas, tuvieron á su favor la antigüedad, la religion y el saber práctico que da la experiencia.

Más adelante acudieron allí clérigos seglares y se confirieron Órdenes á hijos de las colonias.

La estadística religiosa á mediados de este siglo era la siguiente, segun datos publicados en un periódico católico.

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