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Tal fué el espíritu conciliador que animó invariablemente á las Córtes estraordinarias respecto á la América; y este congreso venerable fué tan escrupuloso en guardar fe, que, ni la oposicion de personas y cuerpos poderosos, ni la misma ingratitud con que correspondieron las provincias disidentes, despreciando sus decretos, y ultrajando su autoridad, fuéron parte para que faltase á sus promesas, ni á lo ofrecido anteriormente por los gobiernos que administraron el reino desde la insurreccion en 1809. Despues de esta reseña acaso no será difícil formar juicio del estado de los partidos dentro y fuera de las Córtes hacia la época en que se presentó en ellas el proyecto de constitucion.

NOTA.

NOTA A.

(Página 39.)

Cuando se empezaron á agitar estas cuestiones en las sesiones públicas de las Córtes estraordinarias en 1811, fueron muchos los escritores que se esforzaron en ilustrar la opinion contemporánea sobre esta delicada materia. Se distinguieron entre todos los editores del Semanario patriótico, así con sus propias reflexiones, como por los escelentes artículos y memorias que les dirigían con este objeto los esclarecidos patriotas de aquella inmortal época. En el No. 41, del jueves, 17 de enero de 1811, los editores, en una nota, hacían estas penetrantes y vivas reflexiones: "Nosotros en esta parte reclamamos en nombre de la patria la generosidad y el pundonor "de los diputados de América. No es un estado tranquilo de 66 cosas: no es con los visires de los tiranos con quien "vienen á altercar sobre la declaracion de sus fueros. Es

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con sus hermanos, que no se los disputan, ó mas bien, que "cordialmente los reconocen es con sus hermanos, que han "sufrido igualmente que ellos de los atentados y usurpaciones "de la arbitrariedad que igualmente vejaba á los dos mundos : es con sus hermanos, hijos, nietos, descendientes de los "mismos españoles de quienes ellos proceden: es en fin con sus hermanos, habitantes de un pais invadido, devastado y ensangrentado por un enemigo cruel. La madre patria que

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"agoniza: ¡ qué de obligaciones prescribe esta situacion á un hijo! ¡ qué de atenciones à un caballero!"

Mas adelante, con motivo de proseguir las mismas cuestiones en las Córtes, cada vez con mayor empeño y calor, un escritor grave y elocuente, en un artículo histórico-político inserto en el mismo periódico, recapitulando las acusaciones y cargos de los americanos contra la metrópoli, prorrumpía en las siguientes esclamaciones: "Al oir estas últimas quejas parece que levantándose del polvo que los cubre, y mos"trando su frente ensangrentada el fiero Motezuma, y su faz "lívida el inocente Atahualpa, vienen á quejarse á la tierra "de la fiereza inhumana de sus terribles vencedores. Mas

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no son ellos, no son sus descendientes, no son tampoco sus pueblos los que así hablan. Son, ¡ quién lo creyera! los nietos de los fundadores del dominio español en aquellos parages, los de sus primeros pobladores y "los de los emigrados españoles, que bajo la proteccion, las "leyes y el gobierno de la metrópoli en diferentes tiempos se "han transladado á ellos. ¿Por qué especie de prodigio

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político ó moral la causa de estos disidentes está tan de "antiguo identificada con la del indigente americano? "¿Cuáles son las quejas que los criollos, en calidad de tales, "tienen que alegar contra Pizarro, Dávila y Cortes? Los "ánimos imparciales de todos los tiempos y de todos paises se "admirarán sin duda de vernos echar en cara por nuestros "hermanos de América una herencia mal adquirida, de cuya 66 mayor y mas sana parte están ellos disfrutando." Veanse los números del Semanario patriótico, 41 y 46, de enero y febrero de 1811, pág. 218 y 323.

CAPÍTULO VII.

PRESENTACION Á LAS CÓRTES DEL PROYECTO DE CONSTITU

CION.

FUNDAMENTOS DEL PLAN. APROBACION EN EL

CONGRESO

Y ENTUSIASMO CON QUE FUÉ RECIBIDO EN TODAS LAS PROVINCIAS, AUN ANTES DE SANCIONARSE. MANIFIESTO DEL EX-REGENTE LARDIZÁBAL. CONSULTA DEL CONSEJO REAL DENUNCIADA Á LAS CÓRTES, Y DEBATES Á QUE DIERON LUGAR AMBOS INCIDENTES.

La comision de constitucion, deseosa de quitar todo pretesto á los que la culpaban de lentitud en sus trabajos, presentó al fin, segun lo había ofrecido, las dos primeras partes de su proyecto. Las Córtes, al confiarle tan delicado encargo, no le señalaron el camino que debía seguir en sus tareas, ni ménos le dieron ninguna regla clara, ningun principio determinado y específico que le sirviese de guia. La resolucion y mandato de formar un proyecto de ley fundamental de la monarquía fué toda la instruccion que recibió, lo demas se dejó totalmente á su juicio y á su discernimento.

La comision se halló, desde los primeros pasos, colocada entre el voto nacional, que, deseando ardientemente recobrar su antigua libertad, clamaba en alta voz por el órgano de las personas ilustradas, que se removiesen los obstáculos que lo pudiesen estorbar, y gran número de pretensiones parciales, no solo opuestas unas á otras, sinó incompatibles todas ellas con cualquiera forma de gobierno justo y responsable: entre los que aspiraban á conciliar intereses y miras discordantes, como si la nacion estuviese tranquila y en perfecta calma, y hubiera necesidad de escitarla y conmoverla para que despreciase los riesgos que se aumentaban de continuo, para que no echase de ver los dolorosos sacrificios que se le exigían á cada paso en una lucha cruel, cuya duracion y cuyo éxito nadie era osado á predecir entónces.

Los mas atrevidos en aquella época no podían imaginar que el poder y prestigio de Napoleon Bonaparte se desmoronase con la celeridad y estruendo con que cayó al suelo tres años despues. Ciertamente si su inconsiderada campaña de Rusia no hubiese acarreado aquel fenómeno, la fuerza y elasticidad que se daba en la constitucion á toda la nacion en general, apénas

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