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«Todas las desgracias desde Adan, la ruina de Troya, la cautividad «de Jerusalen, la caida de Babilonia, la persecucion al Cristianis<«mo y los martirios en Roma, todos y cada uno de estos males han sobrevenido á la desgraciada España, tan deliciosa en otro tiempo 1.>> Las desavenencias de Muza y Tarik habian llegado á oidos del Califa, y ambos fueron llamados á dar cuenta de su conducta. Muza incurriendo en el desagrado del nuevo califa Suleyman, fue castigado por él tan bárbaramente como merecia su crueldad con los españoles. Tarik, mas afortunado, murió, á pesar de eso, en la oscuridad y desgracia á que la Providencia condenó en todos tiempos á los conquistadores de España 3.

S CXXII.

Theudimer.

De la batalla de Guadalete se habia retirado con un grueso de tropas cierto valeroso general godo llamado Theudimer, el mismo que pocos años antes habia derrotado una escuadra griega que infestaba nuestras playas. Hombre valiente al par que religioso, era respelado entre los godos por su viva fe cristiana y su elocuencia y pericia en las sagradas Escrituras; que no están reñidos el valor y la fe *. Despues de varias escaramuzas fortificóse con su gente en Orihue

Se ha hecho de moda el hablar de la gran tolerancia de los árabes, y en su arrebato romancesco nuestros escritores modernos los consideran como unos caballeros andantes, desfacedores de entuertos y agravios. Con todo, los cristianos de aquella época no debieran hallar tan poética la conducta de los árabes, y en especial la de Muza.

2 Nada diré de la célebre mesa de Salomon, ganada por Tarik en Alcalá de Henares, y presentada por Muza al Califa como despojo ganado por él. Tiene todos los visos de una anecdotilla oriental. Es admirable cómo algunos historiadores modernos, que desechan de la historia la intervencion divina y se burlan de los milagros referidos por los cronicones cristianos, aceptan por el contrario con el mayor entusiasmo todos los cuentecillos que la imaginacion de los árabes intercaló en los escasos fragmentos que han llegado hasta nosotros.

3 Aníbal y Escipion habian muerto en el ostracismo, Ataulfo y Teodorico por el puñal de su gente, y por fin Napoleon muere léjos de su país enjaulado

en una roca.

Los árabes le llaman Tadmir. Isidoro Pacense, que vivia en su tiempo hace un brillante elogio de él en el § 38 de su Cronicon.

la, esperando a los árabes, que no tardaron en presentarse. Cuéntase que para abultar mayor número de tropas, hizo que las mujeres vestidas de guerreros guarneciesen las murallas, debiendo á tan feliz estratagema la honrosa capitulacion que obtuvo, salvando la vida y haciendas de los habitantes y la libertad de su culto á los Cristianos: de esta manera consiguió el valeroso Godo formar una pequeña monarquía en la provincia de Murcia, que los árabes llamaron el pais de Tadmir.

Cuando las desavenencias de Muza y Tarik obligaron al Califa á retirarlos de España, Theudimer obtuvo de Abdelasis que la capitulacion hecha con él se ampliase á las demás ciudades de España que permaneciesen sujetas á los musulmanes, pudiendo en su virtud los Cristianos ejercer libremente su religion conservando sus iglesias y obispos, y regirse por las leyes godas. Para dar mayor valor á este tratado, pasó á Damasco, donde fue bien acogido del Califa, y obtuvo la ratificacion apetecida. Merced á este tratado los Cristianos pudieron respirar en España, y la Iglesia continuó tolerada en las poblaciones sometidas al yugo sarraceno. Los cristianos que permanecieron de este modo tomaron el nombre de Muzárabes 1.

S CXXIII.

Primeros levantamientos de los Cristianos.

Repuestos los españoles del estupor que les habia causado la ruina de la monarquía goda, el espíritu belicoso y su amor á la independencia les hicieron bien pronto empuñar las armas contra los invasores. No eran ya los godos los que se levantaban contra los árabes; aquellos habian caido en Guadalete para no volverse á levantar. Los

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Sobre el título de Mozárabes han divagado largamente nuestros escritores, tomándolo unos de Mixtiarabes, como dijo D. Rodrigo; otros de la combinacion de la palabra Muza (que segun dicen significaba cristiano) y Arabe, como si dijera Cristiano-Arabe, de Arabi-Mustaraba, que quiere decir el que vive entre los árabes, en contraposicion á los Arabi-Araba, ó sean árabes originarios. Esta última es la que adopta Alzog (tomo II, § 201, nota 2.a á la pág. 378). Puede verse sobre este punto el tomo III de la España sagrada del P. Florez (Disertacion sobre la misa antigua de España, § 1, n. 6 y sig.) donde rebate la opinion de los que derivan la palabra Mozárabe de Mustaraba, prefiriendo la etimología del arzobispo D. Rodrigo.

insurgentes eran los hijos de Viriato, de los cántabros y bagandas, que por siglos enteros habian luchado sin jefe, sin organizacion y sin recursos contra los romanos y los godos. Eran aquellos mismos vascos y habitantes del Pirineo, que á duras penas habian logrado sojuzgar Recesvinto y Wamba. En lo sucesivo la raza indígena se presentará á luchar contra los opresores de su país, llevando la cruz por divisa de tan santa y gloriosa empresa, y solo aunados bajo ella lograrán vencer.

Las desavenencias entre Muza y Tarik habian dado á los Cristianos algun momento de respiro; y aun cuando los invasores habian pasado el Ebro y el Duero, y avanzado sus conquistas hacia las montañas, quedaban ambos rios por limite de su dominacion permanente. Al marchar los dos rivales á Damasco, habia quedado por wali de España Abdelasis (Abdel-aziz), hijo de Muza, de carácter enteramente contrario al de su padre. Casado con Egila, viuda de D. Rodrigo, se mostró propicio á los Cristianos y tolerante con ellos. Los cronistas árabes llegaron hasta el punto de asegurar que en su cariño por Egila habia abjurado el Mahometismo para abrazar la religion de su cautiva. Durante el gobierno de Abdelasis los árabes habian avanzado sus conquistas hacia el Duero. Notábanse por aquella parte síntomas de independencia, y los mismos escritores árabes distinguen ya desde aquella época el levantamiento cantábrico del pirenáico. Con el nombre de Rum (romano) designan á los insurgentes del otro lado del Duero; con el de Frangh (francés) á los de allende el Ebro, sin confundirlos nunca con los naturales de Francia, á quienes llaman franceses del Norte 2.

Aprovechando los del Pirineo aquella ocasion, se coligaron con los mozárabes para aniquilar á los opresores. Hé aquí cómo describe uno

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« Tenia en su compañía una mujer goda, que habia sido mujer del rey de España, Ruderic, era muy hermosa, se llamaba Ayela, y Abdel-aziz la amaba «y la persuadió que fuese su mujer; celebraron sus bodas con grandes fiestas « en Sevilla, y fue su nombre Omalisam (la de los preciosos collares).» Véase Conde, tomo I. Ayela es corrupcion de la palabra Egila, por el diferente modo de pronunciar las guturales.

Faustino Borbon en sus Cartas críticas sobre la España árabe de Masdeu (carta 17), establece como constante esta nomenclatura. (Véase el cap. IV, tomo VIII del Teatro histórico de las iglesias de Aragon).

de los escritores árabes este levantamiento 1: «Y como se presentaron «los de Tortosa y los de Gerona y los de Bilbilis y los de Pamplona «y otros de los franceses contra Mogait el Griego, se trabó entre ellos «una batalla, en que pelearon desde que comenzó el sol hasta que «se puso, y fueron muertos mas de dos mil musulmanes. Acudieron «<luego muchos de los Pirineos, y destruyeron tres dias con fuego y «espada, y se cubrió la tierra con sangre, y vencieron los franceses << á los musulmanes, y se presentaron contra Zaragoza. Y vino Jabib «de Galicia contra el enemigo (destrúyale Dios), y ahuyentó los fran«ceses hasta los montes, y quemó ciudades y arruinó sus castillos, << y se mató y se cautivó, y se mató á los soberbios, y se puso la rui«na sobre la provincia hasta los montes.»-«Y se presentó (dice otro) «Ayub el Lagimita contra Galicia, y cuando hicieron los franceses <«la irrupcion contra Zaragoza y se apoderó el enemigo de las ciu<«<dades, volvió Jabib hácia Zaragoza y Lérida contra el enemigo. >> Otros muchos escritores árabes hacen mencion de este levantamiento.

Poco tiempo despues fue asesinado Abdel-aziz, por orden del Califa de Damasco, estando en oracion dentro de la mezquita de una alquería que habia construido cerca de Sevilla, lo cual hace creer que su pretendida conversion al Cristianismo fue solamente una invencion de sus enemigos para desacreditarle con el Califa, como igualmente lo que se añade acerca de sus ambiciosos conatos y aspiracion á la dignidad real. De todas maneras el papel de Abdel-aziz en la

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El Azdi y el Lugai. (Véanse las Cartas ilustrativas de la España árabe de Masdeu, cartas 12 y 13).

"

2 Sobre la órden de matar á Abdel-aziz, dice Conde : « Recelosos los encar

gados de cumplir las órdenes del Califa, temiendo que las tropas se alborota«rian y defenderian á Abdel-aziz, que era muy amado de ellas, para evitar que <«<resultase inquietud ni division entre los muslimes, acordaron de calumniarlo «de mal muslim, y que por influjo de la mujer goda Ayela favorecia mucho á «los Cristianos, y aun el vulgo añadió que su mujer queria hacerlo rey y que «<le ceñia diadema, y que los Cristianos confiaban en que por su medio se alza«<rian con la tierra... Era la hora de la oracion del alba, y estaba Abdel-aziz en «ella cuando entraron en confuso tropel en su estancia y lo asesinaron á por«fía... (715). Envió en esta misma ocasion Tadmir sus mandaderos al Califa, «<suplicándole que confirmase los tratados de paz y proteccion que tenia concer<<tados con los muslimes, y el Califa los mandó guardar y le alivió los impues«tos que antes pagaba.» (Conde, tomo I, parte 1.a, cap. xix).

historia es muy parecido al que trescientos años antes habia desempeñado Ataulfo.

Aprovechando las discordias de los árabes y el entusiasmo de los cristianos del Pirineo, aunque derrotados por Jabib, se levantó contra los invasores un judío, que habia entrado con estos á la conquista, acaudillando un cuerpo numeroso de hebraizantes. Melek-Julan 1, que así se llamaba el Judío, se confederó con los Cristianos, aunque de mala fe, y dirigió sus armas contra los árabes. Quejábase de que habiendo contribuido tanto ó mas que los árabes para la conquista de España, merced á las numerosas relaciones que conservaba con los de su secta, ninguna parte se les daba en el gobierno. Las disensiones de los árabes le favorecieron para sostener su levantamien-to por mas de cuatro años en las vertientes del Pirineo, hasta que derrotado y preso por los musulmanes, fue empalado por ellos hacia el año de 720 2.

Muchos de los judíos que por entonces habian entrado con los árabes salieron de España, bien fuera por este motivo, ó bien por otro particular y supersticioso. Los historiadores árabes refieren, que en este tiempo (hácia 724) los judíos que habia en España, que eran muchos y muy ricos, así de los antiguos, como de los que habian pasado de África despues de la entrada de los muslimes, se alborotaron, porque les vino nueva de que en Siria se habia aparecido un cierto Zonaria, impostor, que se decia ser su Mesiach y Rey prometido que ellos esperan, y todos los judíos de España y Galia partieron á Siria, abandonando sus bienes 3.

1 El rey Julian. La palabra Melek en hebreo significa rey. Créese que de los hechos de Melek-Julani, mal entendidos, resultó siglos despues la fábula del conde D. Julian y los amores del rey D. Rodrigo con la Caba. Así opina el autor de las Cartas ilustrativas á la España árabe de Masdeu.

2 Pocos años despues fue encargado del mando de aquella frontera el wali Alsama-ben-Melik-el-Chulani, que á juzgar por su apellido pudiera pasar por hijo de Melek-Julani.

3 Conde, tomo I, parte 1.2, cap. xxII.

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