Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[ocr errors]

de sus albaceas á don Diego Deza, con solo el dictado de obispo de Palencia, sin el de inquisidor general. No obstante que rebosa piedad y religion en todas sus cláu sulas no recomendó el establecimiento de la Inquisicion, ni aun la nombró para nada; lo qual, se verificó tambien en un codicilo que otorgó á 23 de noviembre, tres dias antes de morir. Yo no puedo atribuir á casualidad este silencio. Su marido que protegia de verás la Inquisicion, la dexó muy recomendada en su testamento à su nieto Carlos I. Si la reyna hubiera sido afecta de corazon habria hecho lo mismo.

-Tal vez llegó á entender algo de lo que ya comenzaban à maquinar contra su estimadisimo confesor don fray Fernando de Talave➡, ra, arzobispo de Granada, de cu

ya causa trataremos á su tiempo; y si ciertamente oyó hablar, no dudo que adquiriria odio formal à la Inquisicion, caso de no tenerlo antes, pues conocia muy à fondo las á virtudes del venerable anciano como testifican sus cartas. (Párrafo 29: del cap. 8. del lib. 1.° de los Anales.)

3

COMENTARIO.

Por el precedente texto fielmente copiado se ve que Lloren

reyna

Ca

te dá á entender que la tólica no fue afecta de corazon al tribunal de Inquisicion; y que

cla

ra y seguramente sostiene que no. hizo mencion de él en su testamento, ni lo recomendó en manera alguna. Lo contrario y falso de estas dos proposiciones pienso yo probarle en este capítulo: la 1.*.

I.

[ocr errors]

por unas razones y conjeturas las mas eficaces y fundadas; y la 2.a por un testimonio tal, que me parece no tiene réplica. Entremos pues en la prueba de la 1.2, tomándola de las noticias que nos dan los historiadores de la vida y costumbres de tan grande y vir tuosa reyna. Jamas, dicen, hubo reyna tan amada ni mas llorada en España: tuvo una piedad sóliday sincera; una conciencia delicada y un celo ardiente de la religion. Por sus consejos y sus órdenes los hereges fueron castigados; los moros vencidos y convertidos, y los judíos echados del reyno. La justicia y las buenas costumbres se restablecieron por la eleccion que hizo de buenos jueces y obispos ; y las letras comenzaron á florecer en su reynado.

A vista pues de esta sucinta Tom. I.

P

*,*།

descripcion de las virtudes de esta reyna, relativas al caso, ¿quién sino Llorente podrá decir que no fue afecta de corazon al tribunal de Inquisicion? Si su piedad era tan sólida y sincera, y su ódio contra los hereges y judíos tan eficaz, que no perdió medio hasta convertirlos ó castigarlos, y echarlos de sú reyno, ¿quién podrá menos de conocer que por este mismo hecho debia ser afecta de corazon al tribunal de Inquisición, puesto que solo por su medio vió realizadas sus tan justas y piadosas ideas? Si, como dice Llorente, hubiera consentido en su establecimiento solo por darle gusto á su marido ¿no habria algun historiador que á lo menos así lo insinuase? En los veinte y seis años que mediaron desde el establecimiento hasta su muerte no citarían algun lance

[ocr errors]

en que la reyna hubiese mostrado su desafecto al tribunal de Inquisicion? Y no habiéndolo yo leído ni Llorente puntualizado ¿quién se persuadirá lo contrario, solo porque así lo quiere suponer el analista de la Inquisicion de España? Este cita al célebre P. Mariana con frecuencia, y de consiguiente dá á entender que lo ha leído con la misma. Pues si tal ha hecho cómo no leyó en el mismo Mariana aquella célebre alocucion, que tan grande historiador refiere le dixo á su marido el rey don Fernando la misma reyna doña Isabel quando los grandes de Castilla pretendieron que el rey Católico no tuviese influencia en su gobierno? Y si lo leyó ¿cómo no vió que le dixo: La diferencia que se ha levantado sobre el derecho del reyno, no meños que à vos me ha disgustado.

« AnteriorContinuar »