Imágenes de páginas
PDF
EPUB

sado pudiesen sublevar y dominar la nacion. Por lo que viendo que ni las leyes ni los obispos, ni todos los demas medios indicados habian sido suficientes en el espacio de doce siglos para cortar ó contener tamaño y peligroso mal, estuvo bien hecho el establecimien to de la Inquisicion, aunque en su principio tuviese algunos inconvenientes y se cometiesen algunos excesos, puesto que solo por su medio se ha visto la España libre de tan terribles males é inminentes peligros.

Llorente dirá á esto, que él ya confiesa habia necesidad de una providencia vigorosa, aunque no tal como la que tomaron los reyes Católicos. Pero debe saber tambien que quando se discutieron estos puntos en el consejo de los reyes Católicos ya se hicieron cargo de lo mismo los consejeros;

y sin embargo convinieron en que las leyes de la Iglesia y de la república se acomodaban á las circunstancias de los tiempos, y que así era justo que la severidad del castigo fuese tan grande para contener á unos y castigar á otros que violaban la religion de Jesucristo, ó insultaban sus santas prácticas.

Poco hace que hice mencion con cuidado del célebre concilio Eliberitano. Llorente no puede negar que varios de sus cánones respiran la mayor austeridad por las severas penas que imponen á sus transgresores; pero sobre todo aquel que manda que á los cristianos que idolatrasen no se les diera la comunion ni aun en el último trance de la vida. Quiero suponer que por ésta palabra comunion no se entienda la absolucion sacramental, como dicen algunos canonistas que se de

be entender, sino la percepcion de la sagrada Eucaristía, segun que hoy lo entendemos. Pero aun quando esto así fuese, ¿podrá menos de confesar Llorente, que la pena era de las mas acerbas que imponerse pueden, y mas á un moribundo, que ya parece no podia pecar mas, y que por otra parte daba señales de compuncion y arrepentimiento? Sin embargo, en el establecimiento del cánon y su pena parece no hay duda alguna. ¿Y por qué usaron los Padres de un rigor tan excesivo? Porque los delitos de idolatría en las pasadas persecuciones habian sido muy frecuentes á causa de la mucha facilidad con que despues de las anteriores habian sido reconciliados y admitidos á la comunion de la Iglesia los que habian idolatrado.

Y esta patética reflexion, aunque no quadre perfectamente á nues.

tro caso, sirve no obstante para comprobar mi proposicion, de que estando los reyes y sus vasallos en un riesgo tan inminente, y la santa religion tan ultrajada y despreciada por las continuas apostasías y todos los demas delitos que refiere Llorente; se debieron tomar las providencias mas eficaces, é imponer las penas mas severas para ver si se conseguia lo que en doce siglos no se habia podido conseguir; esto es, que los judíos mudasen de conducta, y no persiguiesen, pervirtiesen ni conspirasen contra los cristianos; y que los conversos no reincidiesen en el judaismo y otros delitos y sacrilegios los mas horrendos.

[ocr errors]

Así que, no habiendo probado Llorente qual otra medida hubiera sido mejor, comprobándola con la experiencia en los tiemTom. I.

F

pos posteriores, siempre quedará á favor de los reyes Católicos la presuncion de que si en un principio obraron con tanto rigor, fue porque así lo exîgian, las críticas circunstancias en que se hallaban sus reynos, y la multitud de delitos que se cometian por los judíos y conversos. Un sabio piadoso y político ingles dice, hablando de otro caso semejante: que quando los soberanos y sus pueblos ven que corre riesgo su vida y tranquilidad, no se debe estrañar que se valgan de medios rigurosos y aun crueles para precaver ó contener el mal que les amenaza. Y así lo hacian tambien Napoleon y todos sus secuaces en el momento que se les figuraba lo mismo. Y en fin la Inquisicion de España hubiera sido reprehensible aun en aquellos primeros tiempos si hubiera forzado sin

« AnteriorContinuar »