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Romanzendichtung.

ROMANCES MORISCOS. *)

Romance de Moriana y Galvan.

I.

Moriana en un castillo
Juega con el moro Galvane;
Juegan los dos á las tablas
Por mayor placer tomare.
Cada vez qu'el moro pierde,
Bien perdia una cibdade;
Cuando Moriana pierde,
La mano le da á besare.
Del placer qu'el moro toma
Adormescido se cae.

Por aquellos altos montes
Caballero vió asomare:
Llorando viene y gimiendo,
Las uñas corriendo sangre,
De amores de Moriana,
Hija del rey Moriane.
Captivaronla los moros
La mañana de Sant Juane,
Cogiendo rosas y flores
En la huerta de su padre.
Alzó los ojos Moriana,
Conociérale en mirarle:
Lágrimas de los sus ojos
En la faz del moro dane.
Con pavor recuerda el moro,
Y empezara de fablare:

¿Qu'es esto, la mi señora?
¿Quien vos ha fecho pesare?
Si os enojaron mis moros
Luego los faré matare,
O si las vuesas doncellas,
Farélas bien castigare;

*) Vergl. oben S. 13.

181

Y si pesar los cristianos,
Yo los iré conquistare.
Mis arreos son las armas, *)
Mi descanso el peleare,
Mi cama, las duras peñas,
Mi dormir, siempre velare.

Non me enojaron los moros,
Ni los mandedes matare,
Ni ménos las mis doncellas
Por mi reciban pesare;
Ni tampoco a los cristianos
Vos cumple de conquistare;
Pero d'este sentimiento
Quiero vos decir verdade:
Que por los montes aquellos
Caballero vi asomare,

El cual pienso qu'es mi esposo,
Mi querido, mi amor grande.
Alzó la su mano el moro,
Un bofeton la fué á dare;
Teniendo los dientes blancos,
De sangre vuelto los hae,
Y mandó que sus porteros
La lleven á degollare,
Allí do viera á su esposo,
En aquel mismo lugare.
Al tiempo de la su muerte
Estas voces fué á fablare:

Yo muero como cristiana,
Y tambien sin confesare
Mis amores verdaderos
De mi esposo naturale.

II.

Rodillada está Moriana,
Que la quieren degollare,
De sus ojos envelados
Non cesando de llorare;
Atada de piés y manos,
Que era lástima mirare;

Los cabellos de oro puro

*) Die folgenden Verse werden von dem sinnreichen Don Quijote in dem Bd. I. S. 393. d. Handb. mitgetheilten Stücke angeführt.

Que al suelo quieren llegare,
Y los pechos descubiertos
Mas blancos que non cristale.
De ver el verdugo moro
En ella tanta beldade,
De su amor estando preso
Sin poderlo mas celare,
Hablóle en algarabía,

Como á aquella que la sabe:
-Perdonédesme, Moriana,
Querádesme perdonare,
Que mandado soy, señora,
Por el rey moro Galvane.
Ojalá viese mi alma.
Como vos poder librare!
Para libertar dos vidas
Que aquí las veo penare.
Moriana dijo:

Moro,

Lo que te quiero rogare
Es que cumplas con tu oficio
Sin un punto mas tardare.
Estando los dos en esto
El esposo fué á asomare,
Matando y firiendo moros,
Que nadie le osa esperare.
Caballero en su caballo
Junto d'ella fué á llegare.
El verdugo la desata,
Y le ayuda á cabalgare:
Los tres van de compañía
Sin ningun contrario hallare;
En el castillo de Breña
Se fueron á aposentare.

III.

Al pié de una verde haya Estaba el moro Galvane; Mira el castillo de Breña Donde Moriana estae; De riendas tiene el caballo, Que non lo quiere saltare; Tiene el almete quitado Por poder mejor mirare; Cuando con voz dolorosa,

Entre llanto y suspirare,
Comenzó el moro quejando
D'esta manera à fablare:
-Moriana, Moriana,
Principio y fin de mi male,
¿Como es posible, señora,
Non te duela mi penare,
Viendo que por tus amores
Muero sin me remediare?
De aquel buen tiempo pasado
Te debrias recordare,

Cuando dentro en mi castillo

Conmigo solias folgare:

Cuando contigo jugaba,

Mi alma debrias mirare,
Cuando ganaba perdiendo,
Porque era el perder ganare:
Cuando merescí ganando
Tus bellas manos besare,
Y mas cuando en tu regazo
Me solia reclinare,

Y cuando con ti fablando
Durmiendo solia quedare."
Si esto non fué amor, señora,
’ Como se podrá llamare?
Y si lo fué, Moriana,
¿Como se puede olvidare?
A lo alto de una torre
Moriana fué á asomare,
Y al enamorado moro
Aquesto fué á declarare:

-

ΕΙ

Fuye de aquí, perro moro, que me quiso matare, El que me robó doncella, Y dueña me hubo forzare: Las caricias que te fice Fueron por de tí burlare Y atender mi noble esposo, Que viniese á libertare. Salió de Breña el cristiano, Y arremete al buen Galvane: Pasádole ha con la lanza Y el alma del cuerpo sale.

Vierte Periode.

Das goldene Zeitalter der spanischen Dichtkunst.

Die Romanzenpoesie auf dem Höhepunkte ihrer künstlerischen Ausbildung.

1500-1670.

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