Imágenes de páginas
PDF
EPUB

ENSAYO I.

Triunfos de las

armas

vió reproducidas en su seno aquellas celebradas academias, y Toledo tuvo tambien la honra de ofrecer hospitalidad á algunos de aquellos doctos viageros. De este modo los hebreos, emulando hasta cierto punto la sed de gloria y el amor á las ciencias que abrigaba el pueblo de Mahoma, contribuian por su parte á inocularle en el cristiano; bien que est se curase poco de semejantes tareas, entregado exclusivamente al arte de la guerra.

El imperio castellano, cuyos cimientos se habian echado tan difícilmente, adquiria sin cesar nueva fuerzas. A los triunfos de D. Alonso VI habian se guido otras muchas victorias y conquistas importar. tes, haciendo dueños á los cristianos de feraces: dilatadas provincias. La batalla de las Navas de Tocristianas. losa vino finalmente á fijar la suerte del cristianismo decidiendo de la libertad de España y convenciendc á los sarracenos de que habia pasado ya el tiempo de las conquistas prodigiosas. El siglo XIII, que en todas partes se anunciaba como la época de la restauracion, como la aurora del hermoso dia que iba á brillar para las modernas sociedades, parcció ser para la península ibérica nuncio de próxima bienandanza. En 1212 derrotaba Alonso VIII, ayudado de los reyes de Aragon y de Navarra al terrible

6 No creemos fuera de propósito el trasladar aqui lo que cuenta Mariana en el libro XI. cap. XXIII, que aconteció en Toledo al reunirse los ejercitos de estos reyes: Levantóse, dice, un alboroto de los soldados y pueblos en aquella ciudad, contra los judios. Todos pensaban hacer servicio á Dios en maltratallos. Estaba la ciudad para ensangrentarse y corrieran gran peligro, sino resistieran los nobles á la canalla y ampararan con las armas y autoridad

6

aquella miserable gente.» Contra un pueblo que creia hacer á Dios un servicio, asesinando judios, no era posible legislacion de ninguna especie sobre este punto. Verdad es que pudieron tener bastante influencia en esta manifestacion de los cristianos los amores que el rey don Alonso tuvo con una judía de aquella ciudad, llamada Rachel, en odio de la cual hesta llegaron á tomar los nobles las armas contra su rey, asesinando á su combleza; pero no puede, sim embargo, me

Muradal.

Bacza.

Córdoba,

Valencia

caudillo de los musulmanes en las gargantas de Mu- CAPITULO II. radal; en 1224 inauguraba Fernando III la conquista de Andalucia con la toma de Baeza y la rendicion de todas las poblaciones de aquel pequeño reino; en 1230 ganaba D. Jaime I de Aragon la isla de Mallorca; la ciudad de Córdoba, la patria y silla de los califas españoles sucumbia en 1236, y dos años despues tenia igual suerte Valencia: en 1248 caia bajo y Sevilla. el poder de los reyes de Castilla la capital de Andalucia con todas sus tierras y fortalezas, y el reino de Murcia se ponia casi al mismo tiempo en manos de D. Alonso X. Aun no habia llegado el si · glo XIII á la mitad de su carrera y ya aparecia como probable y hacedero el triunfo completo del cristianismo, abrigándose la esperanza de derrocar muy en breve el poderío de los musulmanes.

La perspectiva que presentó entonces la nacion española, no podia ser mas halagüeña: á los triunfos de las armas unia la causa de la civilizacion otras victorias no menos insignes. El rey D. Alonso, apartándose algun tanto de las creencias y preocupaciones de sus antepasados, dotado de un claro talento y de un amor sin límites por las ciencias y las artes; señor en fin de tantos reinos, donde aquellas florecian, no pudo menos de dispensarles una proteccion directa y mas activa tal vez de lo que permitian los tiempos. Para él los hombres dedicados al estudio, lo merecian todo; sin que por esto despreciára, como siniestramente se ha pretendido, á los que aspiraban al lauro de las batallas. En aquella época permanecian aun las ciencias en manos de los árabes

nos de repugnar que para manifestar al soberano de Castilla, respecto á aquel hecho, su desagrado

fuera necesario verter sangre ino-
cente. Esto nos parece mons-
truoso.

Don Alonso, el sábio.

ENSAYO 1.

y de los hebreos; y el rey sábio, cuya natural benevolencia y templanza, cuyos instintos humanitarios habian desterrado de su corazon toda especie de ódios y rencores, tendió su mano amiga sobre los hebreos y los árabes que moraban en sus dominios, é intentando mejorar la condicion de entrambos pueblos, especialmente del primero, puso en práctica cuantos medios estaban á su alcance para conseguirlo.

Aun no habia fallecido San Fernando, y ya al hacer el repartimiento de Sevilla, daba su hijo señaladas pruebas de su benevolencia hácia aquella raza proscrita. Concedióles para que morasen todo el terreno que ocupan ahora las parroquias de San Bartolomé, Santa Maria la Blanca y Santa Cruz, llegando hasta el convento de Madre de Dios; y dióles para que celebrasen sus ceremonias religiosas tres sinagogas de las mezquitas que los moros habian levantado en aquella ciudad, durante el tiempo de su dominacion, separando á esta judería de la restante poblacion una muralla, que se extendia desde el Alcázar hasta la puerta de Carmona', de la cual se conservan todavía algunos vestigios, junto al convento referido y en las inmediaciones del arco llamado de Toqueros. Y no se contentó la liberalidad del rey don Alonso con estas mercedes: quiso tambien dar heredamiento á muchos judíos, así de los que habian morado en Sevilla bajo el dominio sarraceno, como de los advenedizos á la fama de la opulencia de aquella gran poblacion ; y agradecidos los hebreos á tan benéficas y humanitarias

7 Vera y Rosales en su Discurso histórico de la imágen de Nues

tra Señora de la Iniesta Lib. 11. cap. I.

señales, manifestaron al rey su reconocimiento regalándole una llave de labor primorosa, la cual se conserva en la Catedral de Sevilla, con la siguiente inscripcion en sus guardas: DIOS ABRIRA, REY ENTRARA', viéndose al rededor del ojo otra leyenda hebrea, que contiene el mismo sentido. ' Pero aunque don Alonso trató de mejorar en cuanto estaba

8 Asi lo siente Alonso de Morgado en su Historia de Sevilla; si bien Argote de Molina juzga que fué entregada á San Fernando, y otros autores creen que es la misma que Axataf puso en manos del citado rey. Esto está probado ser falso: el parecer de Argote, que es de no poco peso para nosotros, tampoco aparece enteramente justificado.

9 Esta llave y la verdadera que entregó Axataf han sido grabadas en los Anales de Sevilla de Zúñiga, tom. 1, fol. 47, y en la obra que dió á luz Daniel Papebrochio en Amberes el año de 1684, titulada Acta vitæ S. Ferdinandi, regis Castellæ et Legionis. Esta obra es bastante rara en nuestras bibliotecas. La llave que los hebreos regalaron al rey don Alonso, tiene la siguiente inscripcion:

tes, la frase de toda la tierra no
puede en modo alguno tener re-
ferencia á don Alonso, aunque se
suponga que al recibir la llave,
habia sido ya elegido emperador
de Alemania: la circunstancia de
ser la inscripcion que dejamos
trasladada, parte de la plegaría ma-
tinal de los hebreos, demuestra por
otra parte que los judios de Sevilla
no fueron tan sinceros con don
Alonso, como tal vez hubieran de-
bido.

La inscripcion de la llave que
Axataf entregó al rey don Fernando,
conforme con la verdad histórica,
está concebida en estos términos:

الايام بينة تيال على الايام

الله

CAPITULO 11.

Llaves

de

Sevilla.

מלך המלכים יפתה מלך כל הארץ יבוא

Cuya traduccion es :

REY DE REYES ABRIRÁ: REY DE TODA

LA TIERRA ENTRARÁ.

Por esta leyenda, que pertenece á una de las plegarias que hacen diariamente los hebreos, se viene en conocimiento de que los judíos, al donar la llave al rey don Alonso, aludieron mas bien á la venida de su Mesias que á la conquista del rey don Fernando, el Santo. Pues aunque el rey don Alonso podia llamarse rey de reyes, por reconocer su feudo y dominio no pocos reyezuelos árabes y algunos Imagnates cristianos indepeŭdien

Que vertido al castellano dice:

DURE POR SIEMPRE (ESTA LLAVE)
POR LA GRACIA DE ALÁ.

O de otra manera:

PERMITA ALÁ QUE DURE ETERNA-
MENTE EL IMPERIÓ DEL ISLÁM EN
ESTA CIUDAD.

La tradicion que ha existido en Sevilla hasta nuestros dias, respecto al sentido de esta inscripcion, vicne por tierra con la interpretacion que acabamos de darle, y que le dá tambien el célebre arabista, amigo nuestro don Pascual Gayangos. Sin embargo, no es menos exacta y racional justificando al mismo tiempo la verdad histórica.

ENSAYO I.

á su alcance la miserable condicion del pueblo proscrito, atendiendo no solo á la voz de la humanidad, sino tambien al progreso y desarrollo de los elementos de civilizacion que aquella raza poseia, llegando en este empeño hasta establecer cátedras de hebreo en Sevilla, Toledo y otros puntos importantes de sus reinos; todavía no alcanzó á sustraerlo del yugo que gravitaba sobre él, viéndose obligado en 1256 á expedir una carta plomada, fecha en Segovia á 16 de setiembre, y dirigida á los Alcaldes mayores don Rodrigo Estevan y don Gonzalo Vicente, por la cual concedia á la iglesia metropolitana de Sevilla el derecho que las demas iglesias tenian sobre cada judío de los que moraban en sus diócesis, derecho que consistia en el tributo de treinta dineros, los cuales habian de satisfacer desde la edad de diez años.

No pudo tampoco aquel rey justo, sabio y cristiano libertar á los judíos en otro terreno de la animadversion y malquerencia con que eran vistos por el pueblo. Ya desde los tiempos de don AlonFuero viejo so VIII en el Fuero viejo de Castilla, se habian adoptado algunas disposiciones que favorecian hasta cierto punto á los judíos, protegiéndolos en el goce de sus propiedades "; si bien se prohibia al mismo

de Castilla.

40 No solamente se protegia en el Fuero viejo, y se aseguraba la propiedad de los judíos, sino que se regulaba en parte la usura. En el articulo I del titulo IV que trata de las deudas se disponià «que por »deuda de bidalgo, conocida y juz"gada á favor de judio ó cristiano, debia entregarse el acreedor en sus «bienes muebles, y venderse estos á los nueve dias; á falta de ellos en sus raices, los que tenga y disfrute »hasta ser pagado de la deuda, y de

alos gastos que hiciere en su labor; «mas no queriendo labrarlos, ténga«los á menoscabo, sin venderlos.» En el tercero se ordenaba «que el «hidalgo, u otro hombre, que de«biese á judío, aunque hubiera carta »en que expresase serle deudor de «todo cuanto tenia mueble ó raiz, «pudiera venderlo y empeñarlo, antes que el judio se entregára en «ello, mas no despues, hasta que «fuese pagado.» En el 19 se determinaba la manera de cumplir las

« AnteriorContinuar »