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que, como dijimos ya, dá fin la Doctrina cristia- CAPITULO VI. na, atribuida á Rabbi don Santo de Carrion.

Acabamos de examinar con la brevedad posible, las obras poéticas que á este insigne hebreo no sin algun fundamento se han apropiado, bien que por falta de auténticos testimonios, no ha faltado quien dude de que sean todas ellas parto de su imaginacion y de su talento. No insistiremos nosotros en demostrar que esta creencia se halla mas o menos provista de pruebas: las dotes poéticas que las avaloran, el lenguage empleado en ellas, la profundidad de los pensamientos y la fuerza con que se hallan todos expresados, dán sin embargo motivo para opinar afirmativamente ó para fluctuar al menos entre ambas opiniones. Nuestros lectores podrán, pues, adoptar la que mas verosímil les parezca, quedando nosotros satisfechos con haber sacado de la oscuridad estas composiciones, dignas por cierto del estudio de nuestros literatos, sean ó no debidas á Rabbi don Santo de Carrion todas las que dejamos analizadas.

Mientras este insigne poeta cultivaba con tanto éxito las musas castellanas, no faltaban tampoco escritores rabínicos que se dedicasen al estudio de su lengua nativa; empleándola en tratar del nunca acabado tema de la teología y de la cábala. Entre los mas señalados se distinguieron los toledanos R. Metotitolah. R. Joseph Metotitolah, jurista y expositor respetable entre los hebreos, que compuso un ritual intitulado

Gobernador del mundo (by) y R. Jedudah R. Jedudah bar Aser, autor de los Estatutos de la ley (

y de los Estatutos de los cielos (

)

npm). Florecie

ron tambien en este tiempo R. Quesdras Vidal de

Aser.

R. Quesdras

Vidal.

ENSAYO II.

R. Gedaliah.

לוחות על התכובה) la astronomia

Quislad, traductor de la célebre obra de medicina de Villanueva, á la cual dió el nombre de Régimen de la sanidad (na nanan); R. David Gedaliah Ben Jachia, docto jurista, que escribió una especie de comentario ó exposicion á la Gemara, denominándola Composicion de los juicios (22); R. David ben Abudraham, filósofo é insigne astrónomo, 1. Abudraham. que en su Comentario de las oraciones de todo el año, en su Explicacion de la festividad de la Pascua, en sus Tablas para en su Tratado de los Solsticios y Equinocios dejó abundantes pruebas de su erudicion histórica y bíblica, manifestando sobre todo sus grandes conocimientos en la astronomía, estudios ya dominantes por mucho tiempo entre los judíos. Pero el que mas preferente lugar ha merecido entre todos los rabinos que en este período se consagraron á las ciencias, es R. Isahak Qanpanton, llamado generalmente el Gaon de Castilla, á, quien elogia en gran Qanpanton. manera Imanuel Aboab señalándole como el fundador de la novena edad de los rabanim españoles. Vivió este hebreo que alcanzó la dignidad de maestro universal, llevando el nombre de Rabbi por excelencia, el largo espacio de 103 años; y fué maestro de R. Isahak Aboab quien heredó su autoridad y su ciencia, y de R. Isahak de Leon, no menos celebrado entre los de su ley. La obra que mas fama adquirió á R. Isahak Qanpanton fué una especie de clave universal, para interpretar mas fácilmente el estilo del Talmud, intitulada: Libro de

R. I.

5

(ספר דרכי התלמוד) los cammos del Talmud

5 Nomologia, cap. XXV, página 306.-Edicion de Amsterdam.

CAPITULO VII.

Tercera época.-Siglos XIV y XV.

D. Pablo de Santa Maria (Selemob Halevi).-Sus obras teológicas.--Sus poesias.-Historia universal en verso.-(Jchesuah Halorqui.)—Gerónimo de Santa Fé. Sus discursos.— Sus obras.—Códice de Segovia.—R. Vİdal ben Levi.-R. Ysahak Natham.

Con la muerte del rey don Pedro sufrieron los judios una pérdida tanto mas irreparable cuanto mas señalada habia sido la proteccion que les dispensó aquel monarca. Al espirar el rey don Alfonso, el sabio, víctima de la ambicion y altanería de los magnates castellanos, se habia asentado en el trono de San Fernando un hijo de aquel desafortunado monarca en brazos de la rebeldia y del parricidio: las obras colosales consumadas por tan esclarecido soberano fueron vistas con entero desden y menosprecio; y sus protegidos entregados á la ignorante saña de una turba de mal regidos próceres que se declararon sus mas desapiadados perseguidores. Sin embargo la

CAPITULO Vu.

II. luz de las ciencias y de las letras habia brillado con tan vivo esplendor que aun en medio de los largos transtornos y revueltas que aquejaron á Castilla, no se apagaron enteramente sus destellos: el egemplo dado por el rey sabio, gérmen fecundo de prosperidad en un pueblo de mansas costumbres é ilustrados instintos, no pudo menos de producir, aun en aquella edad de hierro, plausibles resultados. Al sucumbir el rey don Pedro al golpe de la daga fratricida, una hambrienta vanda de aventureros rodeaba el trono, para exigirle el premio de su deslealtad; y el manto de Alfonso XI era desgarrado para saciar tan lisongeadas ambiciones. Don Pedro de Castilla habia protegido á los judíos; pero su proteccion no habia participado del egemplo, siendo efecto mas bien de las necesidades que le avasallaron que de una predileccion especial, respecto á sus ciencias. Asi fué que la persecusion experimentada por los descendientes de Judá, al mediar el siglo XIV, no podia menos de ser mas violenta que la sufrida á fines del XIII, como mas detenidamente expusimos en el anterior Ensayo. A los que profesaban la religion de Moisés, no quedó ya otro recurso que el de abjurar de ella, ó renunciar al cultivo de las ciencias, buscando en la obscuridad la salvacion que en valde apetecian.

Entre los doctores rabínicos que siguieron el primer camino, deben llamar nuestra atencion, por su saber, por su talento, y por la brillante posicion que alcanzaron, dos judios nacidos á mediados del siglo XIV, de los cuales hicimos ya mencion oportunamente. Era el primero natural de Burgos y muy estimado de los hebreos por la nobleza de su lina

ge, pues que descendia de la famosa tríbu de Leví; CAPITULO VI siendo entre los mismos conocido con el nombre de

R. Selemoh Haleví, que lo confirmaba. El segundo, mas conocido por las célebres conferencias de Tortosa, si bien no menos erudito, habia nacido en Lorca y gozaba entre los maestros de la ley de una autoridad sin límites: llamábase R. Jehosuhah Halorqui y fué desde su conversion apellidado por los judios el Blasfemador, por el grande entusiasmo con que abrazó la religion cristiana y combatió los errores del judaismo.

Contaba ya el primero la edad de cuarenta años, cuando en 1390 recibió las aguas del bautismo, to

Pablo

de

mando el nombre de Pablo de Santa Maria, si bien Santa Maria. fué quizá mas conocido con el aditamento de el Burgense, de la ciudad en que naciera. Deseoso, pues, de dar una prueba solemne de la sinceridad con que abrazaba el cristianismo, recibió en París el grado de maestro en sagrada Teología; y entrando en la carrera eclesiástica, logró primero el arcedianado de Treviño, fué despues electo obispo de Cartagena y mereció ultimamente ser trasladado á la silla de Burgos, siendo nombrado Canciller mayor de los reinos de Leon y de Castilla. Convirtiéronse con su egemplo al cristianismo sus mas allegados parientes, y señaláronse, entre todos, sus hermanos y sus hijos, de quienes tendremos ocasion de hablar mas adelante. Pero no contento con estas señales de adhesion á la causa nuevamente abrazada, ó ya movido por un ardiente entusiasmo religioso; don Pablo de Cartagena escribió una obra titulada Scrutinium Scripturarum, en la cual se propuso combatir y desvanecer los sofismas de que se valian los rabinos, para im

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