Imágenes de páginas
PDF
EPUB

ENSAYO II. jat y Tethahah); pero no siendo nuestro propósito el dar á conocer la literatura puramente hebrea, no nos detendremos aqui á examinar estas producciones, remitiendo á los que intenten conocerlos á los autores referidos.

[blocks in formation]

mismo.

Observaciones generales sobre el estado de la literatura á principios del
Su carácter.-Alvar Garcia de Santa María.-Sus crónicas.-
Don Gonzalo Garcia de Santa María.-Sus producciones.

Dijimos en el capítulo VI de nuestro primer Ensayo que mientras la córte de don Juan II de Castilla era, políticamente considerada, como el espejo de todas las miserias, de todas las ambiciones y de todas las debilidades, ofrecia bajo su aspecto literario una brillante perspectiva. En efecto, nunca se habian reunido tantos elementos de cultura como los que encerraba la España cristiana, al asentarse en el trono de Castilla don Juan II y al empuñar en Aragon las riendas del Estado don Fernando de Antequera. Los esfuerzos del Archipreste de Hita, de Pero Lopez de Ayala, del infante don Juan Manuel, de Rabbi don Santo de Carrion, de don Pablo de Santa María, de Gerónimo de Santa Fé y de tantos otros como se habian consagrado al cultivo de las

CAPITULO VIII.

Estado

de

las letras á principios del siglo XV.

ENSAYO II. letras, durante el siglo XIV, no podian menos de producir los mas saludables resultados. La predicacion de San Vicente Ferrer y la prodigiosa conversion de los mas sábios hebreos, acontecimientos simultáneos que se verificaron en los primeros años del siglo XV, eran por otra parte causas que influian poderosamente en aquel brillante desarrollo de las letras, no pareciendo sino que el expresado siglo estaba destinado á recoger en parte el fruto de las penosas tareas de los anteriores, alboreando la grande época del renacimiento, cuyos resplandores lucian ya vivamente en el suelo de Italia, libre de las barreras que se habian opuesto en España á toda clase de adelantamientos. Los estudios clásicos que hasta aquella época se habian reducido á descoloridos y singulares ensayos, tomaban una extension inusitada: no solamente se estudiaban ya los mas distinguidos escritores del siglo de Augusto: sus producciones eran traducidas con esmero y comentadas con suma erudicion, siendo muy sensible la influencia de estos ensayos en todas las obras que entonces se escribina. Dotados los rabinos que abrazaban la religion cristiana de tan favoritos estudios é iniciados en el conocimiento de las lenguas orientales; estimulados por el aguijon de los honores y de las distinciones y llevados finalmente del impulso comun, no podian menos de tomar parte en tan grandioso movimiento. Así fué, que á los esfuerzos del marques de Villena, de Hernan Perez de Guzman, de Fernan Gomez de Cibdareal, correspondieron los de Alvar Garcia de Santa María, Alonso de Cartagena, Gonzalo de Santa María, Juan el viejo, fray Alonso de Espina y otros muchos; mezclándose á

los poéticos acentos del marques de Santillana, Juan CAPITULO VIII. de Mena y Jorge Manrique, los de tan esclarecidos conversos, cuyas huellas siguieron Juan Alonso de Baena, Mosseh Zurgiano, Francisco de Baena y otros menos notables, cuyos nombres omitimos.

Pero tanto los poetas cristianos como los de raza judaica, mirando con entero menosprecio la literatura popular y dando una decidida preferencia á la docta, que se habia enteramente apoderado de los alcázares de los reyes y de los magnates, olvidado ya el desden de siglos anteriores; aparecieron mas bien como serviles imitadores de las bellezas clásicas (que dificilmente comprendian y que no podian sentir en manera alguna), que como fieles partidarios de las verdaderas musas castellanas. De aqui provino necesariamente que la literatura cultivada en la córte de don Juan II, y con mas especialidad la poesía, no pudiera tampoco hallarse de acuerdo con cuanto en aquel siglo la rodeaba. Por una parte se veia en contradiccion manifiesta con el estado político de Castilla: por otra disentia del estado en que la misma córte se encontraba: don Juan II, débil por carácter, apocado é irresoluto por educacion, ni tenia valor para llevar adelante la conquista, empezada y proseguida por sus mayores; ni alcanzaba entre sus grandes bastante poder para ser respetado; ni gozaba en su propia casa del prestigio de esposo, ni de la autoridad de padre. Asi era que negociaba la paz con los sarracenos, anudando reguas á treguas y conciertos á conciertos, de los cuales no salia siempre lo mejor librado el nombre castellano; que sus próceres le contradecian con frecuencia y le movian guerra; y finalmente, que ya en brazos del fa

Carácter

de

la literatura.

ENSAYO II. Voritismo, ya agoviado por los golpes de la anarquía feudal, se hallaba siempre fuera del puesto en que le habia colocado la Providencia. Y sin embargo, don Juan II profesaba un amor sin límites á las letras y á la poesía, apareciendo contínuamente su palacio como una docta academia; y sin embargo, don Alvaro de Luna se ensayaba tambien en aquella arte encantadora, siguiendo sus huellas los cortesanos que reconocian su omnímodo poder y doblaban el cuello en su presencia, y aun los que odiaban y combatian su privanza.

Aquel movimiento, en donde el estado social aparecia en completo divorcio con el estado intelectual y con las tendencias de este, no podia producir una literatura, ni una poesía que reflejase la situacion verdadera de Castilla; no siendo tampoco posible que los hombres sensatos que la reconocian tuvieran bastante valor para revelar todas sus miserias, ni que los que vivian á favor de ella,abrigáran bastante abnegacion para renunciar las ventajas que á su sombra alcanzaban.-La literatura, pues, nacida de una imitacion, tal vez no bien sazonada, obligada á hacer antesalas y á inclinarse ante un trono poco respetado, si bien envuelto en brillantes púrpuras no pudo menos de cubrirse con la máscara de una felicidad fingida; pudiendo decirse que la poesía castellana se ostentaba con un colorido enteramente falso, cuando mayores esfuerzos se hacian para llevarla á su apogeo, apartándose mas y mas de las fuentes, en donde habia bebido la inspiracion, á que debia su existencia.

Tal vez se nos presentará, para combatir las observaciones que acabamos de hacer, un hecho, que

« AnteriorContinuar »