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egemplo debia ser perjudicial á las letras y á las costumbres. Apenas puede esto concebirse, al recordar que era Cartagena el mismo prelado que tan alta reputacion habia adquirido en el Concilio de Basilea, logrando que Eugenio IV exclamase, al saber que se dirigia á la capital del mundo cristiano: «Por >>cierto que si el obispo de Burgos en nuestra córte »>viene, con gran vergüenza nos asentaremos en la »silla de San Pedro ".»

6 El P. Mariana Historia generat, libro XXI cap. VI.—Crónica de don Juan II (Logroño 1519.)

CAPITULO IX.

CAPITULO X.

Tercera época. Siglo XV.

Johan Alfonso de Baena.-Su Cancionero.

ENSAYO

Baena

y

II.

Goza de grande reputacion entre los literatos el Cancionero de Baena; pero no todos los que han hecho apuntes para la historia de nuestra poesía han podido estudiarlo, ni menos darlo á conocer con la extension debida.-Estas circunstancias, hijas sin duda de no haberse dado á la estampa el referido Cancionero, al paso que han dejado en el olvido,

su Cancionero. cuando se ha escrito de nuestra literatura, á multitud de poetas dignos por cierto de figurar en nuestro parnaso, han sido tambien causa de que nada ó muy poco sepamos ahora de la vida de aquel diligente judío que con tan noble afan consagró la mayor parte de sus dias á reunir en un libro gran número de producciones de los mas señalados poetas de su tiempo y aun de siglos anteriores. Y no han

sido estos los únicos perjuicios que ha acarreado á CAPITULO X. la literatura española la apatía que hasta el siglo pasado dominó á nuestros eruditos, dejando desaparecer entre el polvo de los archivos los mas preciosos tesoros.-El Cancionero de Baena, apenas conocido de algunos curiosos, como otras muchas joyas inestimables de nuestra historia y de nuestra literatura, ha pasado al cabo los Pirineos para no volver mas á la península, necesitando ahora mendigar al extrangero alguna incorrecta copia, si hemos de examinarlo y de apreciar las muchas bellezas que contiene '.-Juan Alfonso de Baena, que merece ocupar un puesto distinguido en la historia literaria, dejó sin embargo en el prólogo que puso al Cancionero algunas noticias de su persona; siendo probable que fuese natural de Baena, villa populosa y rica de la provincia de Córdoba, fronteriza entonces del reino de Granada.-En efecto; era costumbre de los tiempos medios y aun de los últimos siglos, hasta fijarse los apellidos, el adoptar tanto los nobles como los plebeyos, el nombre del pueblo en que nacian, siempre que se hallaban distantes de él ó se hacian insignes por algun concepto; dando esto orígen á no pocos ilustres apellidos que han honrado nuestra España.-Así, pues, no parece aventurada la suposicion de dar á Juan Alfonso de Baena por patria dicha villa, cuando milita á favor de esta creen

1 Tenemos entendido que M. Michel, profesor de literatura española en el Colegio de Bordeaux, trata de publicar ó ha publicado ya algunos pliegos de este precioso MS. Le damos la enhorabuena por tan acertado pensamiento y le invitamos á contínuar dicha publicacion hasta terminarla. El apre

ciable escritor don Eugenio de
Ochoa posee tambien una copia
del Canoionero que nosotros he-
mos examinado: mucho ganarian
las letras si lo diese á luz en Es-
paña, segun ofreció en el prólogo
que puso á las Poesias ineditas del
marques de Santillana, etc., publi-
cadas en Paris en 1844.

Su patria.

ENSAYO II.__cia una costumbre tan autorizada y vemos al mismo Juan Alfonso tomar el nombre de baenensis en el prólogo del referido Cancionero.-En el mismo dice, hablando de esta Coleccion inestimable:

Objeto

del Cancionero.

>>En el cual libro generalmente son escriptas é puestas et >>asentadas todas las cantigas muy dulces é graciosamente «<assonadas, de muchas é diversas artes. E todas las pre»><guntas de muy sotiles invenciones, fundadas é respon»>didas; é todos los otros muy gentiles desires muy li«mados é bien escandidos é todos los otros muy agra»><dables é fundados procesos é requestas que en todos los »tiempos pasados fasta aqui ficieron é ordenaron é com>>posieron é metrificaron el muy esmerado é famoso poe»>ta, maestro é patron de la dicha arte, Alfon Alvares de >> Villasandino é todos los otros poetas, frailes é religiosos, >>maestros en Theologia é caballeros é escuderos é otras >>muchas é diversas personas sotiles que fueron y son muy >>grandes desidores é homes muy discretos é bien enten»didos en la dicha graciosa arte; de los quales poetas é >>desidores aqui adelante por su órden en este dicho li>>bro serán declarados sus nombres de todos ellos 2 é rela<«tadas sus obras de cada uno bien por estenso; el cual >>>dicho libro con la gracia é ayuda é bendiciones é esfuerzo >>del muy soberano bien, que es Dios nuestro señor, fiso »é ordenó é compuso é acopiló el Judino Johan Alfon de

2 Juan Alfonso de Baena comprendió en su Cancionero adeinas de algunos de los poetas que mencionamos en el articulo anterior, otros muchos, cuyas obras son desconocidas é ignorados sus nombres en la historia de la literatura, sin que para esto haya otro motivo que el no haber salido á luz aquellas. Entre estos se cuentan indudablemente Alfonso Alvarez Villasandino, á quien con justicia llama maestro é patron de la poesia, Ferrant Manuel del Lando, Diego Martinez de Medina, Suero de Ribera, Alonso de Moraña, Pedro Gonzalez de Mendoza, Ferrant Perez de Illescas, Ruiz Paez de Ribe

ra, Gonzalo de Quadros, Juan de Viena, Ferrant Sanchez Calavera, el mariscal Pero Garcia, Alvaro Ruiz de Toro, Garci Fernandez de Jerena, Alonso Alvarez, Pedro Ferrus, don Gutierre de Toledo, don Juan de Tordesillas y otros varios que dá á conocer Baena en su acopilacion. El número total de los trovadores, de quienes este judio inserta composiciones en el Cancionero, es el de cincuenta y cinco; habiendo no pocos del síglo XIV, por donde viene á desvanecerse el error en que hasta ahora se ha vivido de que en dicho siglo tuvo la poesía pocos cultivadores dignos de estimârse.

<<Baena, escribano é servidor del muy alto é muy noble CAPITULO X. >>rey de Castilla, don Johan nuestro señor, con muy gran»>des afanes é trabajos é con mucha diligencia é afection é »grand deseo de agradar é complaser é alegrar é servir »á la su gran Realesa é muy alta Señoria.»>

Dedúcese de estas lineas que Juan Alonso de Baena, escribiente ó secretario de don Juan II, empleó mucho tiempo en recopilar las poesías que incluyó en el Cancionero, llevado del deseo de conquistar el cariño de aquel príncipe que por haberse declarado protector universal de los poetas de su tiempo, no dejaría de acoger gustoso la ofrenda del diligente rabino. Nótase tambien en ellas que Alonso de Baena tenia formada la mas alta idea del arte poética, y que aspirando el mismo al título de trovador, codiciaba la gloria de aquellos que con muy dulces y gentiles desires atraian sobre sí la admiracion general de una córte que, como dejamos dicho en los anteriores capítulos, se hallaba entregada á los mas extraños desvaríos, lisongeando su pequeñez presente con fantásticos sueños de una felicidad que estaba muy lejos de ser verdadera. Colocado Baena en medio de aquel concierto, comprendia, sin embargo, que no era el lenguage usado por sus coetáneos el lenguage propio de la poesía, dando á esta mas importancia de la que realmente tenia en las antesalas de los príncipes y magnates, y exigiendo á los que llevaban el nombre de poetas el mens divinior, tan inculcado por el célebre preceptor de los Pisones. Oigamos, pues, la definicion que hace de la poesía y veamos las cualidades que necesita, en su juicio, quien haya de cultivarla:

>>El arte de la poetría é gaya sciencia es una escriptura

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