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Antonio Barragan, quien formuló la suya en 6 de Abril de aquel año con los

siguientes cargos.

"1. Por haber permitido los asesinatos perpetrados en los patriotas D. Vicente Guerrero, D. José Márquez, D. Joaquin Gárate, D. Francisco Victoria, D. Juan Nepomuceno Rosains y D. Juan José Codallos y las demas víctimas sacrificadas en Valladolid y otros lugares.

2. Por la concesion de empleos que se hizo en recompensa del celo con que se ejecutaban las órdenes sanguinarias del ministerio.

3. Por la proteccion que dispensó á los facciosos de Yucatan al tiempo que hacian la guerra á muerte á los federalistas.

4. Por el favor que acordó á los actos del general Inclan en Jalisco, sosteniendo que no habia tribunal competente para juzgarlo.

5. Por las infracciones que cometió de las leyes de espulsion de españoles, permitiendo la introduccion de muchos.

6. Por los ataques dados á la representacion nacional en la persona del Sr. Quintana Roo, sujetándolo á un juez ordinario por sus opiniones como diputado.

7.o Por haber defraudado el tesoro público usando de él para pagar trai

ciones.

8. Por haberse escedido en la negociacion de los préstamos acordados por el congreso.

Alaman y Facio, conociendo muy bien la sed de venganza que á sus contrarios animaba, se habian ocultado desde el principio del proceso, y mas de un año permaneció oculto Alaman, hasta que concluido en 1834 el régimen del terror por la falta de apoyo de Santa-Anna, que con solo retirársele redujo á los demagogos á su natural impotencia, pudo salir al público, y juzgado por la Suprema Corte de Justicia, fué plenamente absuelto despues de haber presentado la hábil defensa que escribió y elevó al señor presidente Santa-Anna en Junio de 1834, contestando en ella muy cumplidamente, por lo que á él tocaba, á todos aquellos cargos. Imprimióse entonces; y si su estension no escediese de los límites que la naturaleza y objeto de este escrito prescriben, gustosos la insertariamos para dar una muestra de la capacidad de su autor así como de las ideas que dominaban en los que entonces eran árbitros de los destinos de este pais. Nuestros lectores verian con sorpresa que entre los funda

mentos de los grandes crímenes que la seccion del gran jurado acumulaba al ministro de relaciones, figuraba el de haber impedido que tuviesen efecto las patentes de corso que un comisionado de la anterior administracion habia Ilevado en blanco á los Estados-Unidos y la negociacion que iba á entablar con el presidente de Haiti (Santo Domingo) para que con la gente de color de aquella isla auxiliase la independencia de la Habana. Creemos que estos crímenes serán reputados hoy como méritos por todos los que, abrigando sentimientos de humanidad, sepan apreciar debidamente el honor del pabellon nacional y los principios de la moral universal.

Aquella defensa con sus notas forma un cuerpo de noticias muy curiosas é instructivas sobre los sucesos de la época, y en medio del carácter terrífico que siempre acompaña á los actos jacobínicos, se presentan algunos ridículamente absurdos. Entre los cargos que al ministerio de Bustamante se hacian, era uno el de haber permitido entrar á la República al príncipe Pablo de Wirtenberg, que traia el objeto (decian) de mandar las tres divisiones españolas que debian. invadirla, y otro, el no haber dictado medidas de defensa cuando se tuvo noticia de que debia venir á este país el ejército frances despues de conquistado Argel; tambien hay otros del género cómico, como el que nos refiere Alaman con mucha gracia en la nota núm. 25 de su defensa.

"Las relaciones, dice, que he conservado con varios literatos y sabios respetables de Europa, que me sirvieron para proporcionar al colegio de Guanajuato su rica coleccion de máquinas y una escogida biblioteca, dieron ocasion á un incidente de la causa actual, que tiene bastante de ridículo. Llegaron rotulados para mí en uno de los paquetes franceses dos pliegos bastante abultados, á tiempo que el Sr. Gómez Farías acababa de nombrar nuevos empleados en la administracion de correos: éstos, para darle pruebas de su celo, le avisaron inmediatamente tan importante novedad, y el Sr. Gómez Farías, que creyó sin duda tener en su poder la correspondencia de los Borbones, mandó pasar los referidos pliegos á la corte suprema de justicia para que se abriesen con todas las formalidades de estilo, previniendo se le comunicase sin demora el contenido. Fué citada mi esposa al tribunal, y delante del oficial de correos que los condujo, se hizo la apertura, resultando: ¡Parturiunt montes! que eran la continuacion de las actas de la sociedad de enseñanza primaria de Paris, de que soy miembro correspondiente, y que como á tal, me dirigia el secretario, y una 3

lista de plantas nuevas y curiosas del jardin de un amigo mio, que éste me remitia por si queria se me mandasen algunas."

No es del mismo género la parte de la nota que resta por copiar. "Habiendo hecho (continúa diciendo Alaman) tantos esfuerzos en todo por el bien y adelantos de Guanajuato, cuando se supo en aquella ciudad mi ocultacion, varios jóvenes perdidos, que se llaman patriotas, formaron una especie de junta, que tomó á su cargo espionar las casas y parajes en que, por mis muchas relaciones en aquel país, presumian pudiese haberme ocultado, y aun habiendo salido poco despues para México uno de mis amigos, le fué siguiendo un individuo de los de la junta para descubrir por este medio mi paradero. Esto ha sido, sin embargo, obra de pocas personas y de poco aprecio en aquella poblacion, en la que estoy persuadido que no son muchos los que me quieren mal, y por lo mismo no puedo ver en esto una prueba de ingratitud."

Si la villana conducta de los llamados patriotas de Guanajuato debió mortificar mucho al Sr. Alaman, grato debió de serle el honroso y valiente comportamiento de su portero José Angel Montalvo y de otros amigos, que á pesar de la persecucion que sufria de tan desaforado gobierno, le manifestaron sincera adhesion y verdadera amistad, por lo que su gratitud les consignó un recuerdo en la nota 11 de la misma defensa.

Parece que hubo deliberado designio de destruir entonces cuanto Alaman habia hecho: fueron dilapidados los fondos del banco de avío, despilfarrados los de las misiones de California; los bienes del duque de Terrenova confiscados, como ya enunciamos, y hasta el hospital de Jesus, del patronato del mismo duque y que Alaman habia cuidado tanto de poner en el mejor pié, fué quitado á los enfermos para destinarle á otros usos, influyendo quizás en esta determinacion la misma causa que movió á los americanos, cuando invadieron esta ciudad, á respetarle, pues cuando iban á colocar en él sus enfermos, se abstuvieron de hacerlo luego que Alaman les dijo que era fundacion de Fernando Cortés y que pertenecia á sus descendientes.

Libre ya Alaman de todo cargo público y hasta de la direccion de la compañía unida de minas, que habia dejado desde 1830 por desazones con algunos empleados ingleses, no pudiendo avenirse con la ociosidad su carácter emprendedor y laborioso, se dedicó á otras empresas industriales en el periodo de 1836 á 1841, formando compañía con los Sres. Legrand hermanos. Levantó desde

sus cimientos la fábrica de hilados y tejidos de algodon de Cocolapan, cerca de Orizava, uno de los mayores establecimientos de esta especie que se han erigido en los paises hispano-americanos, estableciendo al mismo tiempo en Celaya una fábrica de tejidos ordinarios de algodon y otra de hilados de lana, si bien las máquinas que trajo por su cuenta solo eran para hilar, proponiéndose traer despues las de tejer paños.

Todas estas empresas tuvieron un éxito desgraciado, porque montadas con menor capital que el que su giro exigia, y habiendo tomado un precio escesivo el algodon por la prohibicion de introducirle del estranjero, aunque todo el que en el país se cosechaba no pudiese abastecer la demanda de sus fábricas, tuvieron que apelar para ocurrir á tales emergencias, al ruinoso arbitrio de tomar dinero al 1 y aun 2 por 100 mensual: el resultado fué la suspension de pagos; y aunque Alaman solo fuese socio en comandita, como la aceptacion de las letras por dinero tomado para el giro de la empresa le habian hecho responsable de su pago, fué envuelto en la ruina de aquella. A los dos proporcionaba medio de salvacion una ley reciente que declaraba nulos todos los contratos en que se pactase interes que escediera del por 100 mensual, sujetando á los contrayentes á perder todos los intereses que escediesen de dicha cantidad, los que en el caso pasaban de 300.000 pesos; pero Alaman no podia acogerse á un remedio, que aunque legal, era incompatible con el pundonor y con lo que exige la palabra empeñada para el cumplimiento de los contratos. Reunidos sus acreedores, le dejaron, por un convenio que formaron, todos sus bienes particulares, contentándose con tomar la fábrica de Cocolapan, y aun de esta le dejaron una parte, con condicion de que habia de entregar cierta cantidad, que en efecto satisfizo. Desavenencias que despues ocurrieron entre los mismos acreedores, fueron causa de que no siguiesen con la fábrica, y que al fin hubiesen de venderla, lo mismo que con la de lana de Celaya tuvo que hacer Alaman. Estando éste en el ministerio en 1831, hizo traer de Francia por cuenta del banco de avio, maquinaria y artesanos de Louviers para la fabricacion de paños, así como tambien carneros merinos y cabras del Thivet y de los EstadosUnidos, caballos y yeguas de varias castas, todo abismado y hundido por los que derrocaron la primera administracion de Bustamante, sin embargo de sus constantes pretensiones á ser tenidos por prohombres del progreso; fenómeno no nuevo ni esclusivo de nuestro país, puesto que, de dentro y de fuera de él

pueden citarse numerosos ejemplares de estragos causados en las ciencias y en las artes en nombre de la ilustracion y de las luces.

Al Sr. Alaman se le debió el haber introducido desde 1823 una prensa y piedras litográficas para el grabado por litografía, que tan notables progresos ha hecho despues entre nosotros. Introdujo tambien varios árboles de ornato y de utilidad como el sauz lloron, el algarrabo y otros. Como es admirable lo que puede hacer y hasta donde puede bastar un hombre laborioso dotado de privilegiada inteligencia como lo fué Alaman, pudo en medio de tantas atenciones cuidar por sí mismo de la educacion literaria de sus hijos, enseñando á uno de ellos, hoy licenciado D. Juan, la lengua griega que habia aprendido en Paris del Sr. Constantino Nicolo-opulo, griego de mucha instruccion, empleado en la magnífica biblioteca de aquel instituto, poniendo á su discípulo en el casɔ de presentar en el seminario conciliar de México ejercicios literarios de este sabio idioma, que no se habian visto desde la espulsion de los jesuitas.

El gobierno establecido por la constitucion de 1836 cayó en fines del de 41 por efecto de la revolucion que acaudillaron los generales Paredes, Valencia y Santa-Anna, terminada con el convenio de la Estanzuela y bases de Tacubaya, que revistieron al último de un poder absoluto para la regeneracion de la República, y suprimido el consejo del gobierno para el cual habia sido nombrado por el anterior gobierno, quedó sin empleo Alaman, porque no se le dió lugar en el que se formó de nuevo.

Ocupando el general D. Nicolas Bravo la presidencia interina por ausencia de Santa-Anna, le encargó que diese organizacion á la industria fabril y lo hizo modelándola en lo que era adaptable por las bases en que el gobierno español cimentó las ordenanzas del cuerpo minero. A propuesta de la junta general de los que formaban el de la industria, le nombró el mismo general Bravo para director de ella, cuyo empleo desempeñó muy á satisfaccion de los interesados, proponiendo varias medidas con ilustrado celo, como puede verse en la representacion de la junta general directiva, impresa en 1843; en la memoria estendida y presentada en el propio año por la misma junta, conforme á lo que prescribia su decreto orgánico, en la perteneciente al año de 44 y en el informe que en este año presentó á la junta general; en la comunicacion con que en el siguiente de 45 se dió cuenta al presidente de la República por el de la comision nombrada para la reforma del arancel; en las que en este mismo

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